Diminutas variaciones en el brillo revelan un nuevo tipo de estrellas.-
El cúmulo estelar NGC 3766
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Este espectacular grupo de estrellas jóvenes es el cúmulo estelar
abierto NGC 3766, en la constelación de Centaurus (El Centauro).
Observaciones muy detalladas de estas estrellas, llevadas a cabo por un
equipo del Observatorio de Ginebra con el telescopio suizo Leonhard
Euler de 1,2 metros, instalado en el Observatorio La Silla de ESO, en
Chile, han descubierto que 36 de esas estrellas son un nuevo y
desconocido tipo de estrella variable.
Esta imagen fue obtenida por el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros en el Observatorio La Silla.
Crédito: ESO
El cúmulo estelar NGC 3766 en la constelación de Centaurus
Este mapa muestra la gran constelación austral de Centaurus (El
Centauro). Bajo buenas condiciones climatológicas, la mayor parte de
estas estrellas puede verse a simple vista, y el brillante cúmulo
estelar NGC 3766 está señalado con un círculo rojo. Es un objeto
brillante que incluso puede atisbarse a ojo en una noche oscura y si se
observa con un telescopio de aficionado de tamaño medio resulta
espectacular.
Crédito: ESO, IAU and Sky & Telescope
El telescopio suizo Leonhard Euler de 1,2 metros en su cúpula en La Silla
Esta impactante e inusual imagen es una fotografía, hecha con ojo de
pez, del interior de la cúpula del telescopio suizo Leonhard Euler de
1,2 metros en el Observatorio La Silla de ESO, en Chile. La vista está
distorsionada, pero el telescopio es la estructura roja del centro de la
imagen.
Crédito: ESO/M.Tewes
Utilizando el telescopio suizo Euler de
1,2 metros, instalado en el Observatorio La Silla de ESO (en Chile) un
equipo de astrónomos ha descubierto un nuevo tipo de estrella variable.
El descubrimiento se basó en la detección de cambios muy pequeños en el
brillo de las estrellas de un cúmulo. Las observaciones revelaron
propiedades anteriormente desconocidas de esas estrellas que desafían
las actuales teorías y abren nuevas interrogantes sobre el origen de las
variaciones.
Los suizos son merecidamente conocidos por su destreza en la creación
de piezas de tecnología extremadamente precisas. Ahora, un equipo suizo
del Observatorio de Ginebra, ha alcanzado una impresionante precisión
utilizando un telescopio relativamente pequeño de tan solo 1,2 metros de
diámetro en un programa de observación que se ha prolongado durante
muchos años. Han descubierto un nuevo tipo de estrella variable midiendo
las variaciones en minutos del brillo estelar.
Los nuevos resultados se basan en medidas regulares del brillo de más de tres mil estrellas del cúmulo estelar abierto NGC 3766 [1]
durante un periodo de siete años. Revela cómo 36 de estas estrellas del
cúmulo siguen un patrón inusual — tienen pequeñas variaciones regulares
en su brillo que suponen un 0,1% de brillo normal de las estrellas.
Estas variaciones tienen periodos de entre dos y 20 horas. Las estrellas
son algo más calientes y brillantes que nuestro Sol, y de no ser por
estas variaciones no se distinguirían de las demás estrellas de su tipo.
Esta nueva clase de estrellas variables aún no ha sido bautizada.
Este nivel de precisión en la medida es dos veces mejor que el
alcanzado por estudios comparables llevados a cabo por otros telescopios
— y suficiente para revelar, por sí mismo y por primera vez, esas
pequeñas variaciones.
“Hemos alcanzado este nivel de sensibilidad gracias a la alta
calidad de las observaciones, combinada con un análisis cuidadoso de los
datos”, afirma Nami Mowlavi, quien lidera el equipo de investigación, “pero
también porque hemos desarrollado un extenso programa de observación
que ha durado siete años. Probablemente no habría sido posible obtener
tanto tiempo de observación en un telescopio de mayor tamaño”.
Se sabe que hay muchas estrellas variables o estrellas pulsantes,
denominadas así porque su brillo aparente cambia con el tiempo. El modo
en que cambia su brillo depende de las complejas propiedades de su
interior. Este fenómeno ha permitido el desarrollo de toda una nueva
rama de la astrofísica llamada asterosismología, en la que los
astrónomos puede “escuchar” esas vibraciones estelares con el fin
estudiar las propiedades físicas de las estrellas y llegar a saber más
sobre cómo funciona su interior.
Para Sophie Saesen, miembro del equipo, “la simple existencia de
este nuevo tipo de estrella variable es un reto para los astrofísicos.
Los actuales modelos teóricos predicen que su brillo no debería variar
periódicamente, por lo que nuestros esfuerzos se centran ahora en saber
más sobre el comportamiento de este nuevo y extraño tipo de estrellas”.
Pese a que aún no se conoce la razón de su variabilidad, hay una
clave que puede resultar reveladora: algunas de las estrellas parecen
rotar muy rápido. Giran a velocidades que suponen más de la mitad de su
velocidad crítica, que es el umbral en el que las estrellas se vuelven
inestables y lanzan material al espacio.
“En esas condiciones, el rápido giro tendrá un importante impacto
en las propiedades internas, pero aún no somos capaces de modelar
adecuadamente sus variaciones”, explica Mowlavi, “esperamos que
nuestro descubrimiento anime a los especialistas a estudiar el tema con
la esperanza de comprender el origen de estas misteriosas variaciones”.
Notas
[1] Este cúmulo de estrellas es uno de
los muchos incluidos en este gran programa de sondeo. NGC 3766 se
encuentra a unos 7.000 años luz de la Tierra en la constelación austral
de Centaurus (El Centauro) y se estima que tiene unos 20 millones de
años.
Información adicional
Este estudio fue presentado en el
artículo “Stellar variability in open clusters I. A new class of
variable stars in NGC 3766”, por N. Mowlavi et al., publicado en la
revista Astronomy & Astrophysics el 12 de junio de 2013.
El equipo está compuesto por N. Mowlavi, F. Barblan, S. Saesen y L.
Eyer. Los cuatro autores trabajan en el Observatorio de Ginebra, en
Suiza.
ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de
Europa y el observatorio astronómico más productivo del mundo. Cuenta
con el respaldo de quince países: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil,
Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Holanda, Italia, Portugal, el
Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza. ESO desarrolla un
ambicioso programa centrado en el diseño, construcción y operación de
poderosas instalaciones de observación terrestres que permiten a los
astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también
desarrolla un importante papel al promover y organizar la cooperación en
investigación astronómica. ESO opera en Chile tres instalaciones de
observación únicas en el mundo: La Silla, Paranal y Chajnantor. En
Paranal, ESO opera el Very Large Telescope, el observatorio
óptico más avanzado del mundo, y dos telescopios de rastreo. VISTA
(siglas en inglés de Telescopio de Rastreo Óptico e Infrarrojo para
Astronomía) trabaja en el infrarrojo y es el telescopio de rastreo más
grande del mundo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de
Rastreo del VLT) es el telescopio más grande diseñado exclusivamente
para rastrear el cielo en luz visible. ESO es el socio europeo de un
revolucionario telescopio, ALMA, el proyecto astronómico más grande en
desarrollo. Actualmente ESO está planificando el European Extremely Large Telescope,
E-ELT, el telescopio óptico y de infrarrojo cercano de 39 metros, que
llegará a ser “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”.
Las traducciones de las notas de prensa de ESO las llevan a cabo
miembros de la Red de Divulgación de la Ciencia de ESO (ESON por sus
siglas en inglés), que incluye a expertos en divulgación y comunicadores
científicos de todos los países miembros de ESO y de otras naciones.
El nodo español de la red ESON está representado por J. Miguel Mas Hesse y Natalia Ruiz Zelmanovitch.
El nodo español de la red ESON está representado por J. Miguel Mas Hesse y Natalia Ruiz Zelmanovitch.
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Esta es una traducción de la nota de prensa de ESO eso1326.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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