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domingo, 14 de agosto de 2016

La Casa de la Loma tiene un Fantasma : Capítulo CCCLXVII.- Los hermanos del finado Isidoro llegaron a la casa del también finado Eulalio, pero ya fueron vistos por Cipriano; y junto con Olinda van por ellos....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; Cipriano Culquicondor, mas conocido como "El Asesino que no mira atrás", enterró a los muertos que el mismo ocasionó en un enfrentamiento  contra los jinetes de Eulalio en la hoyada profunda; aparentemente todo vestigio quedará borrado, al estar los muertos enterrados, pero en la casa de don Isidoro, padre de Isidoro hijo, que fue la primera víctima, éste obligó a sus otros hijos a viajar a la casa de Eulalio y averiguar sobre la existencia de Isidoro..... 

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA" , esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDICOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Cipriano, quien como líder del grupo de guarda espaldas al servicio del hacendado Antenor Flores Nieto, lo estaba haciendo muy bien, pero lamentablemente con extrema crueldad, que a la larga distancia no ayudaría a Antenor, sino que seguirán en aumentos los enemigos.
En un lejano lugar a la hacienda de Antenor, en casa de don Isidoro, éste informó a sus hijos sobre sus presentimientos que su hijo Isidoro había muerto, lamentablemente estaba en lo cierto y  lo que es peor, ya lo habían enterrado junto al cadáver de Eulalio; y los tres hermanos bajo el liderato de Eustaquio y dada la perentoria exigencia del padre, estos muchachos jalaron sus caballos los ensillaron y de inmediato partieron rumbo a la casa de Eulalio.
Cipriano, había previsto que posiblemente familiares de Eulalio intentarían comunicarse con él; y para hacerlo tenían que ir a su casa, eso es precisamente lo que harán los hermanos de Isidoro y después de 6 horas de trayecto, ellos llegaron al anochecer a la casa de Eulalio, llamaron y nadie salió a recibirlos, se apearon y Eustaquio se aproximó a la casa, se acercó hasta la puerta y estaban amarradas las armellas, confirmando que nadie estaba allí.
Entonces, el recién llegado informó a los otros dos, que ingresarían al interior de la casa, y allí esperarían  Eulalio y a su hermano Isidoro; desensillaron los caballos y como encontraron estacas los llevaron al pasto sujetas con una soga los amarraron a la estaca; y jalarlos rápido si es preciso salir de ese lugar.
Justamente, en esa hora Cipriano hacía su última vuelta por allí, quien estaba a la espera de familiares de Eulalio, y ahora los tiene en el interior de la casa, toca ver los siguientes movimientos de los recién llegados.
Cipriano, regresó a la Casa Hacienda, no encontró al patrón Antenor; él había salido a inspeccionar los campos de cultivos, ya que era un extraordinario emprendedor y con su presencia los peones aceleraban los trabajos agrícolas y pecuarios.
Entonces, Cipriano vio salir a la patrona Olinda y al encontrarla le dijo:
--- Patrona Olinda, he estado dando vueltas por la casa donde usted vivió y hace tres horas, justo a la "hora de la oración"(18:00 horas) llegaron tres jinetes y se hospedaron en la casa, ellos no me vieron, sus acémilas las amarraron cerca a la casa, por lo que deduzco, que son familiares muy cercanos, o son hermanos del finado Eulalio, o son sus primos que llegaron de visita, o tal vez puedan ser familiares suyos.
Olinda, no se alarmó, pero si se preocupó por la presencia de gente extraña, pensando: ¿Quiénes serán?, pero si estaba segura, que ella no tenía familiares hombres, al menos nunca los conoció; por lo que son familiares de Eulalio y son sus primos hijos de don Isidoro, que siempre los mencionaba cuando se casaron y le contestó:
--- Cipriano, tu eres un hombre cuajado en la lucha, por lo que creo y te ordeno, que busques a tres o cuatro jinetes, y regreses a la casa que fue mía, y te enfrentes a los recién llegados, tenemos que sorprenderlos y no ellos a nosotros. No los toques solo amenázalos para que desocupen la casa.
Cipriano, se cogió el mentón escuchando las resueltas ordenes de la Patrona Olinda, quien siendo muy joven, tenía un carácter aguerrido y con dotes de defensa anticipada, pero él solo obedecía   ordenes del patrón Antenor...
Pero, el patrón aún no llegaba y la noche avanzaba, en aquellos instantes ya eran las 22:00 horas del día (10:00 de la noche) y le contestó:
--- Patrona Olinda, creo que es muy tarde para juntar a tres o cuatro hombres, ya todos están durmiendo; mas bien esperamos al patrón Antenor, para ver que decide él....
Olinda, interrumpió a Cipriano y le replicó:
--- Cipriano, parece que te faltan cojones, si no hay esa gente, iré yo, por lo que ve a la inverna y tráeme un caballo, hoy mismo sabremos quienes son los visitantes; por que si esperamos a Antenor, se pierde mucho tiempo, pues vaya rápido a traer los caballos, aquí lo espero yo..
Cipriano, cualquier cosa podría faltarle, pero coraje nunca, él no tenía miedo a nadie y menos iba a demostrar alguna flaqueza a la patrona, por lo que sin replicar, cogió una soga y fue a la inverna, al llegar a la puerta de ingreso, se encontró con otros dos jinetes, que aun conversaban y les dijo:
---  Muchachos, tenemos visita en la casa de la patrona Olinda, son tres jinetes que llegaron a la "hora de la oración", le informé a la patrona y ella me retó, que lleve su caballo, para ir en esta misma noche a sacar a esa gente de la casa, yo pensé que ustedes dormían, por lo que quiero pedirles que me acompañen, y tal vez la patrona Olinda desista en no viajar, por que es peligroso exponerla a un ataque.
Los jinetes, que eran parte de los guarda espaldas de la Casa Hacienda, de inmediato se pusieron a las ordenes de Cipriano y los tres fueron a la inverna a sacar a los caballos; rápidamente los atraparon por que eran animales mansos, se llevaron cuatro acémilas y regresaron a la Casa Hacienda.
Al ver a la patrona, casi se caen de espaldas, ella vestía un traje de montar con polainas y fajada con un machete a la cintura, sombrero y pañuelo al cuello y un poncho de lana al hombro y Cipriano, le dijo:
--- ¡¡¡ Patrona usted es de armas tomar, pero ya es muy tarde, puede ser peligroso que usted, que  vaya en la noche a esa casa....
Pero, Olinda le interrumpió, replicándole:
--- Cipriano, no me contradigas en lo que tengo que hacer, mi casa ha sido invadida por gente extraña y esta misma noche se van por las buenas o las malas, pero nadie toma mi casa sin mi consentimiento, mas bien tu;  dales las armas a los muchachos y a mi dame un revolver, que si aprendí a manejar esa arma.
Cipriano, esta vez si se asombró del fuerte carácter de la patrona;  y los otros jinetes comentaban entre ellos e voz baja, también admirados que la joven patrona era una mujer de lucha y sin contestar fue a la despensa, sacó los aperos y las armas que solicitó la patrona Olinda.
Los jinetes rápidamente ensillaron los caballos y a la Patrona le asignaron el más manso, para que no la vaya a tumbar en el trayecto del camino, se seguida Olinda encontró una alforja, allí colocó en uno de los lados su revolver, que antes lo revisó, tenía la cacerina  abastecida con 8 balas.
Seguramente, eran ya las 23:00 horas de la noche y partieron de la Casa Hacienda tres jinetes hombres y una mujer, los cuatro cabalgaron cuesta abajo hasta los límites de la hacienda, allí estaba la chacra del finado Eulalio, como el lugar era llano ya cerca la casa; Cipriano ordenó apearse, habían llegado después de 2 horas de viaje, los gallos con sus quiquiriquis anunciaban  al nuevo día, el alba ya brillaba en el horizonte, los jinetes se acercaban a la casa caminando lentamente, sin hacer ningún ruido..............
Continuaremos.........
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
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4 comentarios:

Henry Yvan Saavedra Calderon dijo...

Amigo hace un tiempo lei una parte de esta historia y encontre el nombre de mi tierra asiayaco me gusto mucho.

Teofilo Bellota dijo...

Hermoso.

Car Reyes dijo...

De que editorial es: y su autor

Doralcira Llacsahuanga Yangua dijo...

Gracias caballero por compartir este tema muy interesante. Un saludo