Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, ha elaborado un reportaje de 11 características que tiene la Galaxia Vía Láctea; como al afirmar que nuestra galaxia es prácticamante plana, la razón es que tiene un promedio de cien mil años luz ; pero en cambio tan solo mil años luz de espesor..
Aquí les brindamos el reportaje de National Geographic para su lectura...
http://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/actualidad/cosas-que-sabias-sobre-via-lactea_12295Te contamos algunas cosas que probablemente no conocías sobre nuestro barrio galáctico .
La Vía Láctea es mayormente plana
Nuestra galaxia tiene, en promedio, cien mil años luz de ancho pero tan solo mil años luz de espesor. Es decir, podríamos afirmar que es prácticamente plana.
Foto: ESO / Serge Brunier, Frederic Tapissier
Un anciano cósmico
Analizando la edad de las estrellas que la componen y relacionándolas con el momento en que se produjo el Big Bang ha podido comprobarse que la Vía Láctea es tan antigua -casi- como el propio universo. Y aunque es imposible afirmar con exactitud la edad del universo, existe un consenso científico por el cual se estima que se ha de encontrar entre los 13.761 y los 13.835 millones de años. La edad de la Vía Láctea se situaría en torno a los 13.600 millones de años.
Foto:Wally Pacholka
El vecindario galáctico
La Vía Láctea también está rodeada por más de 150 grupos de estrellas antiguas, algunos de los cuales contienen las más antiguas del universo. Llamados cúmulos globulares, estos conglomerados estelares primordiales viven en el halo de la Vía Láctea y orbitan alrededor del centro galáctico. Cada uno está abarrotado de cientos de miles de estrellas. También alrededor de la Vía Láctea existen docenas de galaxias satélite; la mayoría de ellas son muy difíciles de detectar, sin embargo otras, como las Nubes de Magallanes son claramente observables cada noche en el hemisferio sur de la Tierra.
Foto: ESA
La mayoría de edad del sistema solar
Un año galáctico o cósmico, es el tiempo que tarda el sistema solar en realizar una órbita alrededor del centro de la Vía Láctea. Este se desplaza por el espacio a una velocidad aproximada de unos 800.000 km/h, por lo que las estimaciones indican que medido en años terrestres, debe situarse entre los 225 y 250 millones, es decir la Tierra tiene 18 años galácticos, y la última vez que estuvo en el mismo lugar en el que se encuentra ahora, los continentes se encontraban formando la Pangea y los dinosaurios se extendían por la faz de la Tierra.
Galaxias compañeras
La Vía Láctea no es un universo insular, sino un miembro de un pequeño grupo de galaxias llamado Grupo Local. El Grupo Local contiene alrededor de 3 docenas de galaxias conocidas, agrupadas en dos subgrupos alrededor de dos galaxias espirales masivas: la Vía Láctea y la Galaxia de Andrómeda. En varios miles de millones de años es posible que la Vía Láctea y Andrómeda colisionen y se fusionen para formar una gran galaxia elíptica.
Foto: NASA/CXC/M.Weiss
Un corazón oscuro
Nuestra galaxia, como muchas otras, esta gobernada por un agujero negro. Llamado Sagitario A, este agujero negro supermasivo, tiene una masa equivalente a 4 millones de soles. Hasta el momento nunca hemos podido observarlo directamente ya que se encuentra escondido entre densas y tupidas nubes de polvo y gas. Sin embargo, los astrónomos han podido seguir las órbitas de las estrellas y las nubes de gas próximas al centro galáctico, lo que les permitió advertir su masa.
Foto: NASA / CXC / Frederick K. Baganoff / MIT
Los latidos de Sagittarius A
La Vía Láctea está soplando enormes burbujas de gas extremadamente caliente y partículas energéticas. Extendiéndose por encima y por debajo del plano galáctico, estas llamadas burbujas de Fermi se disparan directamente desde el centro de la galaxia, alimentadas por un viento que sopla a dos millones de millas por hora. Desconocido hasta 2010, no está del todo claro por qué existen las burbujas, pero los científicos creen que podrían estar relacionadas con el frenesí muerte nacimiento alrededor de Sagittarius.
Foto: Credits: NASA's Goddard Space Flight Center
La galaxia caníbal
Ciertas pistas, entre ellas la presencia de una estrella gigante roja que por su metalicidad parece ser una reliquia del universo temprano, ha puesto a los científicos sobre la pista de que la Vía Láctea es, en realidad, una galaxia caníbal. Es decir, que desde su formación temprana, ha adquirido su tamaño actual “tragándose” a otras galaxias enanas y estructuras galácticas de menor influencia gravitatoria.
Foto: NASA, ESA and Q.D. Wang /University of Massachusetts, Amhers
Rodeados de un halo oscuro
La Vía Láctea está incrustada en un grupo de materia oscura que es mucho más grande y masiva que la galaxia misma. A finales de la década de 1960, la astrónoma Vera Rubin dedujo la presencia de estos halos invisibles alrededor de las galaxias cuando observó que las estrellas cercanas al borde de Andrómeda estaban girando alrededor del centro de la galaxia a velocidades que deberían enviarlas volando hacia el espacio. Y sin embargo, esto no pasaba, lo que significa que una especie de “pegamento cósmico mantenía todo junto”. Ahora sabemos que ese pegamento se llama materia oscura.
NASA/CXC/M.Weiss/Ohio State/A Gupta et al
Un abrupto final
En unos cuatro mil millones de años, la Vía Láctea colisionará con su vecino más cercano, la Galaxia de Andrómeda (en la imagen). Las dos galaxias espirales se precipitan una hacia la otra a 250,000 millas por hora. Cuando se estrellen entre sí, no será tan catastrófico como se pueda imaginar: la Tierra probablemente sobrevivirá, y muy pocas estrellas serán destruidas ya que las distancias entre estas son enormes. Sin embargo la Vía Láctea tal y como la conocemos dejará de existir para dar lugar a una supergalaxia cuyo brillo en el cielo, mayor y muy diferente al que podemos apreciar hoy en día en una noche oscura, durará millones de años.
Foto: ESA/Hubble & NASA
La hermana gemela de la Vía Láctea
La Vía Láctea es una galaxia espiral, una de las más comunes en el universo. Y aunque esta imagen tomada por el Telescopio Espacial Hubble bien podría tratase de nuestra galaxia, se trata en realidad de NGC 1073, que se encuentra en la constelación de Cetus o el monstruo marino, y que he conocida por los astrónomos como “la Hermana”.
Foto: NASA / ESA / Hubble Space Telescope
23 de enero de 2018
Consideremos ahora la Vía Láctea. Aquí también encontraremos una cantidad de polvo imponderable; solo que los granos de este polvo ya no son átomos sino estrellas […]En otras palabras, a los ojos de un gigante, para quien nuestras estrellas no serían más que lo que los átomos son para nosotros, la Vía Láctea solo se vería como una pequeña burbuja de gas". De este modo se imaginaba Henri Poincaré nuestro vecindario cósmico en su obra Ciencia y Método: una galaxia espiral que pese a tener un diámetro aproximado de unos 100.000 años luz, y el cual se calcula, posee entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas, no deja de ser una pequeña y remota parte del universo; una insignificante a otra escala que trascienda un poco más allá de la otorgable por los seres humanos.
Sin embargo la Vía Láctea es nuestro hogar, el rincón en la inmensidad cósmica donde se alberga ese pálido punto azul que nos da cobijo. Un recoveco con sus particularidades y rasgos distintivos. En esta galería fotográfica descubrirás algunas de las características de esta rareza espacial de 13.600 millones de años que habitamos.
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¿Cuál es la masa de la Vía Láctea?
Los científicos calculan que la masa total de nuestra galaxia es de unos 700.000 millones de veces la del Sol. La medición, la más precisa realizada hasta el momento, contempla las estrellas, los agujeros negros, el polvo cósmico, la materia oscura y los objetos no identificados de la Vía Láctea
La Vía Láctea bajo la Tierra
La fotografía corresponde a la imagen de la Vía Láctea tomada por el astronauta de la ESA, Andreas Mogensen, durante su misión de 10 días en la Estación Espacial Internacional, en Septiembre de 2015
Foto: NASA / ESA
Un modelo teórico de la materia oscura
La ilustración muestra la Tierra rodeada por unos filamentos de materia oscura llamados "cabellos", modelo propuesto en un estudio publicado en la revista Astrophysical Journal por Gary Prézeau del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en Pasadena, California. Una visión alternativa, la cual es la que parece más probable a los investigadores, es que la materia oscura se originó a partir de los agujeros negros formados durante el primer segundo de la existencia de nuestro universo, conocidos como agujeros negros primordiales.
Foto: NASA
El cúmulo de Fornax
En la imagen apreciamos un conjunto de galaxias agrupadas en el llamado Cúmulo de Fornax, a 60 millones de años luz de la Tierra. Fue tomada por el WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer por sus siglas en inglés), sin embargo ha sido modificada para ilustrar el halo de materia oscura que las envuelve y agrupa, representado en color morado,
Foto: NASA
El centro galáctico
Esta imagen de infrarojos tomada del telescopio espacial Hubble muestra el centro de la Vía Láctea, a unos 27.000 años luz de la Tierra. Usando el espectro infrarrojo los científicos fueron capaces de ver a través del polvo que normalmente oscurece la vista de esta interesante región.
Foto: NASA/ ESA
Héctor Rodríguez
21 de junio de 2016
Hace 200 años los científicos comenzaron a intentar medir la masa de la Tierra. Primero lograron establecer la distancia existente entre la Tierra y el Sol, conocida como “Unidad Astronómica” (UA). Pasado un tiempo, y utilizando las ecuaciones de Newton, consiguieron por fin averiguar la masa tanto de nuestro planeta como la del Sol, que, concluyeron, era de unas 330.000 veces la Tierra.
Sin embargo, conocer las dimensiones y la masa de nuestra galaxia es una tarea mucho más difícil.
Heliocentrismo, el nuevo geocentrismo
Uno de los grandes problemas con el que se han encontrado históricamente los científicos es que para llegar a una buena estimación se debe conocer de manera muy exacta la velocidad de los objetos del universo. El otro es que, debido a la situación de la Tierra en la Vía Láctea, tan sólo una fracción de la galaxia es visible por los telescopios. Como explica Gwendolyn Eadie directora del estudio presentado recientemente en la conferencia anual de la Sociedad Astronómica de Canadá, en Winnipeg, “el hecho de encontrarnos en el interior de la galaxia implica algunas dificultades”.
"Tenemos una perspectiva heliocéntrica, vemos todo desde el punto de vista de la posición y el movimiento de nuestro sol en la galaxia y es importante tenerlo en cuenta cuando medimos los movimientos y posiciones de otros objetos en la Vía Láctea. Por suerte, ahora podemos seguir los pasos y continuar con los estudios de otros astrónomos que, durante estos años, han dedicado un gran esfuerzo a encontrar la manera de evitar este sesgo”, explica la científica.
Bajo el dominio de la materia oscura
Eadie y su supervisor, el profesor William Harris, astrónomo y físico en la Universidad McMaster de Canadá, tomaron los datos obtenidos hasta la fecha para diseñar lo que han bautizado como un “estimador de masa galáctica”, realizando los cálculos del modo que consideraron más plausibles y presentando para su revisión el articulo a la revista Astrophysical Journal.
Un “pegamento gravitacional” que hasta el momento no ha sido identificado.
El objeto definitivo de su investigación persigue una mejor comprensión de la materia oscura, un frio, pesado, invisible e intocable, y aun así, material supermasivo el cual los científicos creen que debe actuar a modo de un “pegamento gravitacional” en toda la galaxia, pero que sin embargo hasta el momento no ha sido identificado. En este sentido, una mejor estimación de la masa total podría arrojar luz sobre esta cuestión.
Javier Armentia, astrofísico y director del Planetario de Pamplona nos explica que:“la condición de materia, valga la redundancia, de la materia oscura, viene dado porque “siente”, es decir, esta sometida a la atracción gravitatoria. A su vez es oscura porque no interactúa -apenas- con la fuerza electromagnética y en definitiva con la luz”.
“La densidad de la materia oscura en la Vía Láctea difiere con la de materia visible o bariónica, como se le suele denominar. La abundancia de esta es unas 5 veces mayor que la segunda y tiene una distribución más amplia”, añade.
Se cree que en halo de materia oscura condiciona el comportamiento de la masa total de su galaxia.
De este modo, el halo de materia oscura es el componente de una galaxia que envuelve el disco galáctico, es decir el lugar en esta donde se acumulan la mayor cantidad de estrellas, y se extiende mucho más allá del borde de la galaxia visible. Se cree que es este halo de materia oscura es el que condiciona el comportamiento de la masa total de su respectiva galaxia.
Javier lo explica de la siguiente manera: “nuestra galaxia tiene la forma de una lenteja, o un disco poco espeso y grande, con sus brazos espirales y un núcleo o región central abombado, el bulbo. Es decir, se trata de un elipsoide. Pero hay más: alrededor de este disco está el halo, un elipsoide del mismo modo el cual escapa a los limites de la galaxia. Por otro lado, los cúmulos globulares, que son agrupaciones de incluso millones de estrellas que se formaron a la vez, se distribuyen en torno al centro de la Vía Láctea formando una estructura de tipo bulbo. Sin embargo hay más objetos en el halo: gas y polvo intergaláctico ligado gravitatoriamente a nuestra galaxia y también otras estrellas viejas, ocupando una región mucho mayor de lo que inicialmente se pensaba. La forma en que se distribuye esta materia visible, y el movimiento que realiza en torno al centro, solamente puede entenderse si piensas que hay "algo" que está interactuando gravitatoriamente con ese halo, es decir lo que llamamos materia oscura”.
Al igual que la gravedad, los halos de materia oscura no pueden ser observados directamente, sin embargo se infiere su existencia a través del movimiento de las estrellas y el polvo cósmico dentro de la galaxia. Este, juega un papel primordial en los actuales modelos que explican la formación y evolución de las galaxias, la tasa de formación de estrellas y el tamaño de los agujeros negros. Es por ello que Gwendolyn Eadie se reafirma en sus palabras: “conocer de la masa de la Vía Láctea es muy importante tanto para el entendimiento de nuestra galaxia, como en su contexto con otras galaxias en el universo”.
Magnitudes galácticas
De este modo, según la estimación realizada por Gwendolyn Eadie y su equipo, la masa de nuestra galaxia es de unos 700.000 millones de veces la del Sol, mientras que las anteriores estimaciones se movían en torno al los 100.000 millones, unas siete veces menos. La medición, la más precisa realizada hasta el momento, contempla las estrellas, los agujeros negros, el polvo cósmico, la materia oscura y los objetos voladores no identificados de la Vía Láctea.
Este nuevo enfoque proporciona una estimación de la masa total de la galaxia realizada desde cualquier punto de la misma. Aunque la Vía Láctea tiene una longitud de entre unos 100 y 120 millones de años luz y los cálculos son susceptibles de perfeccionarse, Eadie cree que la comparación de las mediciones y los resultados permitirán crear modelos mucho más precisos sobre la naturaleza y el funcionamiento de nuestra galaxia y por ende de todas las demás.
“También podemos comparar la masa total estimada con la cantidad total de materia visible que vemos en la Vía Láctea para predecir la cantidad de materia oscura presente en la misma", añadió, y que según afirma, “corresponde al 88% de la masa total”.
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