Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; en la casa de don Nicanor Gallo, hubo una carnicería humana, por la intervención violenta en legítima defensa que hicieron los guarda espaldas: Cipriano Culquicondor, más conocido como "El asesino que no mira atrás" y su amigo Florentino García, contra cinco asaltantes capitaneados por Aníbal, quien cayó como fácil presa de los guardianes, que debido a su basta experiencia, se anticiparon a la respuesta que los contrarios(rivales) darían con la muerte del asaltante Pedro; los asaltantes que tenía como objetivo máximo el asesinato de don Nicanor, fueron sorprendidos y de asesinos pararon a asesinados por dos corajudos bandoleros que jamás les iban a ceder espacio a los intrusos.
Aquí en la imagen observamos una típica casa en laComunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Ya en la media noche, la invasión como un "ajuste de cuentas", que pretendía Aníbal; y terminó en completo fracaso con la muerte casi instantánea de 4 asaltantes, que eran sus acompañantes; y siguió la pelea con él, como el último, en aquellos momentos de batía Cipriano y el asaltante Aníbal, quien pretendía dar muerte a su atacante con dos chavetas y avanzó hacia su objetivo, pero Cipriano que lo tenía controlado solo esquivaba y el atacante se iba en banda, pero esta vez le puso el pie a su avance, tropezó enredándose como un trompo y cayó de bruces al suelo, ofreciéndole la espalda al rival; opción que no desperdició Cipriano y se abalanzó sobre el cuerpo caído y le atacó con su chaveta perforándole los pulmones, pero Aníbal no iba a morir tan fácil.
Estando boca abajo con el atacante en su encima(Cipriano) y perforándole los pulmones, hizo un esfuerzo usando todas su fuerzas y logró darse la vuelta pretendiendo levantarse, pero no lo logró, los cortes recibidos en los pulmones eran mortales, perdía con rapidez energía, y estando en el suelo tumbado boca arriba, volvió hacer todo lo que quedada de fuerzas, lanzando una de sus chavetas al corazón de su atacante, quien estaba a la expectativa, aún así logró parte de su objetivo, por que le rozó el hombro izquierdo de Cipriano destrozando la manga de la camisa e hizo un corte rasgándole la piel del hombro, que de todas manera originó herida superficial, si no hubiese esquivado esa arma tal vez si daba otra parte del cuerpo, otro hubiese sido el resultado.
Cipriano, quien ya tenía dominada la pelea, solo se retiraba, sin descuidar que el asaltante no se levante y comience atacar, pero ya todo era tarde, los cortes recibidos en la espalda eran mortales, después de unos minutos murió el bandolero Aníbal, quien vino por segunda vez a matar a don Nicanor Gallo.
Mientras tanto, en el interior de la casa, don Nicanor y su esposa, al escuchar gritos, gemidos y lamentos se despertaron y al ponerse de pie, fueron a la sala, y al intentar abrir la puerta delantera, esta no cedió, fueron a la otra puerta posterior y tampoco se abría; como recordarán las armellas fueron amarradas como un mecanismo de defensa para los vulnerables moradores.
Entonces, don Nicanor llamó desde adentro:
--- Florentino: ¿Estás vivo? por que no podemos salir de la sala, parece que las armellas están amarradas, por favor Florentino ven por nosotros, estamos encerrados.
Por lo que, Florentino, consultó con Cipriano y en voz baja le dijo:
--- Cipriano, ya tenemos cinco muertos: ¿Crees qué esperamos cinco más?
Cipriano, limpiándose el brazo de una pequeña herida que le produjo la chaveta que arrojó ante de morir Aníbal hacia el corazón de su atacante, le contestó:
--- Florentino, nosotros somos guarda espaldas de esta familia, tal vez vengan más contrarios(rivales) y pondremos en peligro a la familia; solamente apega tu cuerpo a la puerta y en voz baja contéstale que nosotros los encerramos por su seguridad y se que se vayan a su cama a descansar, y que nosotros nos encargamos de su protección y que no podrían salir por que pueden morir atacados por asaltantes.
Florentino, obedeció la sugerencia de Cipriano y se apegó a la puerta, le dio tres golpes con los dedos del puño derecho y cuando se apegó; el cuerpo del personaje del interior, quien respondió así:
--- ¿Quién toca la puerta?
Florentino, respondió:
--- Señor Gallo, por favor cállese, no grite, fuimos nosotros quienes los encerramos por su defensa, acabamos de matar a cinco individuos, no sabemos si vienen más y con los gritos suyos, les estamos dando ventaja para el ataque, tenemos que permanecer en silencio.
Don Nicanor obedeció y contestó casi susurrando:
---Yo tengo mi revolver cargado, puedo salir y disparar contra quien nos ataque.
De inmediato Florentino contestó con el mismo tono de voz:
--- No necesitamos armas de fuego, nuestras chavetas con suficientes: esta es la última vez que hablo con usted, nosotros estaremos en completo silencio hasta el amanecer.
Parece que don Nicanor, intento seguir dialogando con Florentino, por que si era escuchado el susurro de su voz, pero nadie atendía, por que Florentino se retiró de puerta.
El tiempo avanza y se llegó a las 12:00 horas de la noche (24 horas), por que justamente pasó grazneando un ave, que lo hace cada hora y como estaban cerca de la ciudad, a esa hora en completo silencio se escucharon las campanas del reloj público con 12 campanadas de la media noche.
En aquel instante, en las lomas aledañas se escuchó el aullidos de los perros; estos caninos divisaban la presencia de seres satánicos que salen de los quintos infiernos en búsqueda de almas solitarias, para seducirlas y llevarlas a los infiernos.
Repentinamente apareció una gigantesca sombra negra con forma de nube, que cubría el firmamento y se posesionó sobre el techo de la casa de don Nicanor, produciéndose un crujido de sonidos y ruidos espantosos, como se abriese una caja oscura, bajaron unos bultos negros de forma humana; ante semejante espectáculo diabólico, Florentino y Cipriano, se ocultaron a un costado del patio de la casa, y desde allí observaban, lo que no podían creer, eran los demonios, que visitaban la casa de don Nicanor Gallo.
Las sombras negras en número indeterminado como bultos humanos, fueron al corral y abductaron(secuestraron) el cuerpo del finado Gabriel, que salió desde la nube una especie de escalera y las sombra negras subieron el cadáver; al estar arriba un ruido como cuando se cierra una puerta de metal muy vieja y oxidada, y de nuevo las sombras fueron al corral de la cocina y recogieron el cadáver del otro asaltante, como este difunto aún tenía su poncho puesto, fue observado por Cipriano, que colgaba y flameaba como si estuviese levantado en el aire sin que nadie lo levante y sostenga.
Cipriano y Florentino, dos corajudos peleadores y bandoleros cuajados en constantes peleas, estaban que se querían morir aterrados por lo que observaban, y por su puesto la oscuridad no ayudaba mucho, todo era tétrico y diabólico.
En seguida las sombras en tumulto, pasaron al patio delantero, y como tal como lo hicieron con los dos cadáveres anteriores; fueron secuestrando los tres restantes uno por uno, hasta que tuvieron los cinco cadáveres dentro de la gigantesco nube negra. Hubo un espantoso bramido como si miles de cadenas fierro chocaran con rocas, que hacían vibrar la tierra, y lentamente la nube negra se elevó, aclarando con la llegada de la luz del horizonte el medio ambiente y se escuchó algo espantoso como retumbando el impulso de la gigantesca sombra negra y desapareció llevándose los cadáveres de los cinco asaltantes que pretendieron asesinar a don Nicanor Gallo.
Florentino y Cipriano, al comunicarse entre ellos decidieron irse de esa casa, en ese mismo instante, retiraron las sogas de las armellas que aseguraban la puerta; sin despedirse del dueño de casa partieron rumbo a Cujaca.
Después del amanecer, Florentino y Cipriano, ya caminando en las faldas y pampas de Cujaca, hicieron un paro para repartirse en partes iguales, los pagos que recibieron de doña Lucía; se abrazaron y se despidieron hasta otra oportunidad.
Cipriano ya Tacalpo, consultó a unos abuelos, sobre lo que sucedió en la casa de don Nicanor Gallo, y ellos le contestaron, que de vez en cuando, Satanás quiere sangre y carne humana de individuos que murieron violentamente...
Continuaremos......................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
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Ya en la media noche, la invasión como un "ajuste de cuentas", que pretendía Aníbal; y terminó en completo fracaso con la muerte casi instantánea de 4 asaltantes, que eran sus acompañantes; y siguió la pelea con él, como el último, en aquellos momentos de batía Cipriano y el asaltante Aníbal, quien pretendía dar muerte a su atacante con dos chavetas y avanzó hacia su objetivo, pero Cipriano que lo tenía controlado solo esquivaba y el atacante se iba en banda, pero esta vez le puso el pie a su avance, tropezó enredándose como un trompo y cayó de bruces al suelo, ofreciéndole la espalda al rival; opción que no desperdició Cipriano y se abalanzó sobre el cuerpo caído y le atacó con su chaveta perforándole los pulmones, pero Aníbal no iba a morir tan fácil.
Estando boca abajo con el atacante en su encima(Cipriano) y perforándole los pulmones, hizo un esfuerzo usando todas su fuerzas y logró darse la vuelta pretendiendo levantarse, pero no lo logró, los cortes recibidos en los pulmones eran mortales, perdía con rapidez energía, y estando en el suelo tumbado boca arriba, volvió hacer todo lo que quedada de fuerzas, lanzando una de sus chavetas al corazón de su atacante, quien estaba a la expectativa, aún así logró parte de su objetivo, por que le rozó el hombro izquierdo de Cipriano destrozando la manga de la camisa e hizo un corte rasgándole la piel del hombro, que de todas manera originó herida superficial, si no hubiese esquivado esa arma tal vez si daba otra parte del cuerpo, otro hubiese sido el resultado.
Cipriano, quien ya tenía dominada la pelea, solo se retiraba, sin descuidar que el asaltante no se levante y comience atacar, pero ya todo era tarde, los cortes recibidos en la espalda eran mortales, después de unos minutos murió el bandolero Aníbal, quien vino por segunda vez a matar a don Nicanor Gallo.
Mientras tanto, en el interior de la casa, don Nicanor y su esposa, al escuchar gritos, gemidos y lamentos se despertaron y al ponerse de pie, fueron a la sala, y al intentar abrir la puerta delantera, esta no cedió, fueron a la otra puerta posterior y tampoco se abría; como recordarán las armellas fueron amarradas como un mecanismo de defensa para los vulnerables moradores.
Entonces, don Nicanor llamó desde adentro:
--- Florentino: ¿Estás vivo? por que no podemos salir de la sala, parece que las armellas están amarradas, por favor Florentino ven por nosotros, estamos encerrados.
Por lo que, Florentino, consultó con Cipriano y en voz baja le dijo:
--- Cipriano, ya tenemos cinco muertos: ¿Crees qué esperamos cinco más?
Cipriano, limpiándose el brazo de una pequeña herida que le produjo la chaveta que arrojó ante de morir Aníbal hacia el corazón de su atacante, le contestó:
--- Florentino, nosotros somos guarda espaldas de esta familia, tal vez vengan más contrarios(rivales) y pondremos en peligro a la familia; solamente apega tu cuerpo a la puerta y en voz baja contéstale que nosotros los encerramos por su seguridad y se que se vayan a su cama a descansar, y que nosotros nos encargamos de su protección y que no podrían salir por que pueden morir atacados por asaltantes.
Florentino, obedeció la sugerencia de Cipriano y se apegó a la puerta, le dio tres golpes con los dedos del puño derecho y cuando se apegó; el cuerpo del personaje del interior, quien respondió así:
--- ¿Quién toca la puerta?
Florentino, respondió:
--- Señor Gallo, por favor cállese, no grite, fuimos nosotros quienes los encerramos por su defensa, acabamos de matar a cinco individuos, no sabemos si vienen más y con los gritos suyos, les estamos dando ventaja para el ataque, tenemos que permanecer en silencio.
Don Nicanor obedeció y contestó casi susurrando:
---Yo tengo mi revolver cargado, puedo salir y disparar contra quien nos ataque.
De inmediato Florentino contestó con el mismo tono de voz:
--- No necesitamos armas de fuego, nuestras chavetas con suficientes: esta es la última vez que hablo con usted, nosotros estaremos en completo silencio hasta el amanecer.
Parece que don Nicanor, intento seguir dialogando con Florentino, por que si era escuchado el susurro de su voz, pero nadie atendía, por que Florentino se retiró de puerta.
El tiempo avanza y se llegó a las 12:00 horas de la noche (24 horas), por que justamente pasó grazneando un ave, que lo hace cada hora y como estaban cerca de la ciudad, a esa hora en completo silencio se escucharon las campanas del reloj público con 12 campanadas de la media noche.
En aquel instante, en las lomas aledañas se escuchó el aullidos de los perros; estos caninos divisaban la presencia de seres satánicos que salen de los quintos infiernos en búsqueda de almas solitarias, para seducirlas y llevarlas a los infiernos.
Repentinamente apareció una gigantesca sombra negra con forma de nube, que cubría el firmamento y se posesionó sobre el techo de la casa de don Nicanor, produciéndose un crujido de sonidos y ruidos espantosos, como se abriese una caja oscura, bajaron unos bultos negros de forma humana; ante semejante espectáculo diabólico, Florentino y Cipriano, se ocultaron a un costado del patio de la casa, y desde allí observaban, lo que no podían creer, eran los demonios, que visitaban la casa de don Nicanor Gallo.
Las sombras negras en número indeterminado como bultos humanos, fueron al corral y abductaron(secuestraron) el cuerpo del finado Gabriel, que salió desde la nube una especie de escalera y las sombra negras subieron el cadáver; al estar arriba un ruido como cuando se cierra una puerta de metal muy vieja y oxidada, y de nuevo las sombras fueron al corral de la cocina y recogieron el cadáver del otro asaltante, como este difunto aún tenía su poncho puesto, fue observado por Cipriano, que colgaba y flameaba como si estuviese levantado en el aire sin que nadie lo levante y sostenga.
Cipriano y Florentino, dos corajudos peleadores y bandoleros cuajados en constantes peleas, estaban que se querían morir aterrados por lo que observaban, y por su puesto la oscuridad no ayudaba mucho, todo era tétrico y diabólico.
En seguida las sombras en tumulto, pasaron al patio delantero, y como tal como lo hicieron con los dos cadáveres anteriores; fueron secuestrando los tres restantes uno por uno, hasta que tuvieron los cinco cadáveres dentro de la gigantesco nube negra. Hubo un espantoso bramido como si miles de cadenas fierro chocaran con rocas, que hacían vibrar la tierra, y lentamente la nube negra se elevó, aclarando con la llegada de la luz del horizonte el medio ambiente y se escuchó algo espantoso como retumbando el impulso de la gigantesca sombra negra y desapareció llevándose los cadáveres de los cinco asaltantes que pretendieron asesinar a don Nicanor Gallo.
Florentino y Cipriano, al comunicarse entre ellos decidieron irse de esa casa, en ese mismo instante, retiraron las sogas de las armellas que aseguraban la puerta; sin despedirse del dueño de casa partieron rumbo a Cujaca.
Después del amanecer, Florentino y Cipriano, ya caminando en las faldas y pampas de Cujaca, hicieron un paro para repartirse en partes iguales, los pagos que recibieron de doña Lucía; se abrazaron y se despidieron hasta otra oportunidad.
Cipriano ya Tacalpo, consultó a unos abuelos, sobre lo que sucedió en la casa de don Nicanor Gallo, y ellos le contestaron, que de vez en cuando, Satanás quiere sangre y carne humana de individuos que murieron violentamente...
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Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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