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lunes, 5 de marzo de 2018

GRECIA : HISTORIA .- NIÑOS .- NATIONAL GEOGRAPHIC .- Cómo se criaba a los niños en la antigua Grecia

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, ha preparado un reportaje  de Cómo se criaba a los niños en la Antigua Grecia; se puede apreciar que los niños constituían primordiales preocupaciones por ser los herederos de las actividades y riquezas del país, se cita a Platón, quien recomendaba a las gestantes hacer ejercicios, para que pueden tener hijos sanos y dignos, incluso Aristóteles animaba a las mujeres en gestación alimentarse adecuadamente.
Era política de estado tener hijos sanos y fuertes, para defender a la Patria, en Esparta eran mas duros, los niños con defectos físicos no eran aceptados, se comentan que eran muertos, por constituir un costo para el estado.
En Grecia, las mujeres como madres, quedaban al exclusivo cuidado de los niños y eran las responsables de todo cuanto haya aprendido el niño.  Como en casi todas las sociedades de la antigüedad, los hijos varones eran muy apreciados;  por ser los futuros soldados o trabajadores que aportarían ayuda económica  al hogar en particular y al Estado en lo general..
La Revista National Geographic . informa: "En Atenas, hasta los seis años de edad niños y niñas pasaban la mayor parte del tiempo dentro del gineceo, en compañía de las mujeres de la casa. Platón dedicó cierta atención a escribir sobre los juegos infantiles, ya que pensaba que tenían una gran importancia para moldear la personalidad y el desarrollo del talento individual. Recomendó, por ejemplo, que un niño que en el futuro tuviese que ser campesino o albañil practicase con juguetes relacionados con su actividad como adulto. Por su parte, Aristóteles recomendaba que los niños que todavía estaban con las mujeres en el gineceo no recibiesen ninguna enseñanza ni realizasen esfuerzos físicos; en lugar de eso, había que animarlos a que sus juegos "imitasen las actividades serias de la vida futura". Sin embargo, esta estricta educación moral no era la regla.
Los niños griegos se entretenían con los típicos juegos infantiles, como el de "la gallinita ciega", que los griegos llamaban "la mosca de bronce". En él, el niño que tenía los ojos tapados había de atrapar a sus compañeros al tiempo que decía: "Voy a cazar una mosca de bronce". Los amiguitos lo rodeaban dándole manotazos y gritando: "Vas a cazar, pero no pillarás nada"..."

http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/como-se-criaba-a-los-ninos-en-la-antigua-grecia_8929/1
En sus primeros años de vida los niños quedaban al cuidado de las mujeres de la casa, dedicados a toda clase de juegos

Muñeca articulada
Hecha en terracota, de 20 cm de altura, estaba desnuda para que la niña la vistiera.
Foto: Bridgeman / Index

Vigilados y mimados
Antes de que el niño empezara a andar se lo colocaba en asientos-orinales como el representado bajo estas líneas, de los que se conservan algunos ejemplares. Vasija griega del siglo V a.C. Dibujo de Peter Connolly.
Foto: P. Connoly / Akg / Album

Madres e hijos
Una madre con su hijo en brazos se despide de su marido. Escena mitológica representada en una vasija del siglo V a.C.
Foto: Dea / Scala, Firenze

La Academia de Platón
Platón dedicó cierta atención a escribir sobre los juegos infantiles, ya que pensaba que tenían una gran importancia para moldear la personalidad y el desarrollo del talento individual.
Foto: Scala, Firenze
19 de junio de 2017

Cómo se criaba a los niños en la antigua Grecia
Los griegos de la Antigüedad se preocupaban por los niños desde el mismo momento en que la futura madre sabía o sospechaba que estaba embarazada. Para que el parto no tuviese problemas, el filósofo Platón recomendaba a las gestantes hacer ejercicio, mientras que su discípulo Aristóteles las animaba a alimentarse de manera adecuada. Llegado el momento del nacimiento, la costumbre griega prescribía que únicamente otras mujeres acompañasen a la parturienta.
Platón recomendaba a las gestantes hacer ejercicio, mientras que su discípulo Aristóteles las animaba a alimentarse de manera adecuada
En una comedia de Aristófanes titulada Asambleístas, la protagonista, Praxágora, justifica a su marido su ausencia en una determinada ocasión debido a que estaba ayudando a una amiga durante su parto. Era excepcional que un hombre –ni siquiera el esposo– estuviese presente en ese momento. En cuanto al lugar donde se daba a luz, el más adecuado era el gineceo o zona de la casa reservada a las mujeres, ya que solía ser la más resguardada y servía para mantener la privacidad del momento.
A los cinco días del parto se celebraban las Anfidromias, una fiesta familiar en la que el padre corría alrededor del fuego doméstico con su hijo en brazos, mostrándolo a sus parientes. Era entonces cuando le daba el nombre, que generalmente era el mismo que el del abuelo. Las familias más acomodadas organizaban unos días después una celebración más solemne, que incluía un banquete y un sacrificio.
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Fotografías
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Más tarde aún, en Atenas y en otras comunidades jónicas, tenía lugar la presentación en sociedad del recién nacido con motivo del festival de las Apaturias, que se celebraba anualmente hacia octubre o noviembre. Todos los ciudadanos varones se reunían en unas asociaciones hereditarias llamadas fratrías y, durante el tercer día de las Apaturias, los varones que habían nacido durante el último año eran registrados de forma oficial en presencia de los miembros de la fratría. No se sabe con certeza si las niñas eran igualmente registradas.
 
El ideal del hijo único
En la tradicional sociedad griega se valoraba más tener un hijo que una hija; el varón estaba mejor considerado porque se pensaba que podría ayudar a la economía familiar de forma más decisiva que una chica. Asimismo, en el mundo griego eran especialmente apreciados –se les consideraba un regalo divino– los hijos únicos, los primogénitos o los que nacían de padres mayores, puesto que estos últimos podrían estar atendidos por un familiar directo durante sus años de vejez.
El varón estaba mejor considerado porque se pensaba que podría ayudar a la economía familiar de forma más decisiva que una chica
En Atenas, hasta los seis años de edad niños y niñas pasaban la mayor parte del tiempo dentro del gineceo, en compañía de las mujeres de la casa. Platón dedicó cierta atención a escribir sobre los juegos infantiles, ya que pensaba que tenían una gran importancia para moldear la personalidad y el desarrollo del talento individual. Recomendó, por ejemplo, que un niño que en el futuro tuviese que ser campesino o albañil practicase con juguetes relacionados con su actividad como adulto. Por su parte, Aristóteles recomendaba que los niños que todavía estaban con las mujeres en el gineceo no recibiesen ninguna enseñanza ni realizasen esfuerzos físicos; en lugar de eso, había que animarlos a que sus juegos "imitasen las actividades serias de la vida futura". Sin embargo, esta estricta educación moral no era la regla.
Los niños griegos se entretenían con los típicos juegos infantiles, como el de "la gallinita ciega", que los griegos llamaban "la mosca de bronce". En él, el niño que tenía los ojos tapados había de atrapar a sus compañeros al tiempo que decía: "Voy a cazar una mosca de bronce". Los amiguitos lo rodeaban dándole manotazos y gritando: "Vas a cazar, pero no pillarás nada".
 
Las madres desarrollaban una relación muy estrecha con sus hijos, pues eran ellos los que justificaban su papel en la comunidad familiar. Eso no significa que pecaran de "sobreprotectoras". En el caso de Esparta, las madres presionaban a sus hijos a que cumplieran sus deberes militares hasta la muerte; "[vuelve] con él o encima de él", les decían al entregarles el escudo antes de partir hacia el combate; quizá por eso las nodrizas espartanas eran muy apreciadas en toda Grecia.
Plutarco señaló que el pedagogo ideal tenía que ser serio, digno de confianza, griego y sin defectos físicos
En cambio, la relación con el padre era más distante. No es casual que éste llamara al hijo pais, el mismo término que se utilizaba para los esclavos, reflejo de la autoridad absoluta que el padre de familia ejercía sobre su heredero; las mujeres, en cambio, llamaban a sus hijos teknon, "criatura". Con el tiempo, sin embargo, la disciplina paterna se hizo bastante laxa. Por ejemplo, hacia 420 a.C., en la comedia Las nubes, de Aristófanes, se presentaba a un anciano llamado Estrepsíades que se quejaba de que su mujer lo estaba arruinando por permitir que el hijo de ambos comprase caballos extremadamente caros.

Por otra parte, a partir de los seis o siete años los niños empezaban a ir a la escuela y quedaban entonces bajo la autoridad de un tutor o "pedagogo", aunque hubo escritores, como Jenofonte y Plutarco, que recomendaron que se contratase a estos pedagogos tan pronto como finalizase la lactancia y el pequeño comprendiese el habla. El pedagogo acompañaba al niño a la escuela, pero a menudo también ayudaba en la formación del pequeño. Plutarco señaló que el pedagogo ideal tenía que ser serio, digno de confianza, griego y sin defectos físicos, pues decía que "si vives con un lisiado, aprendes a cojear".
 
Niños divinizados
Es destacable el papel que los niños tuvieron en la religión griega, sin duda porque simbolizaban la pureza y este valor era fundamental para entrar al servicio de un templo. Los coros infantiles fueron un elemento fundamental dentro de las celebraciones religiosas; diez coros de cincuenta niños cada uno competían en las representaciones de coros ditirámbicos en el festival ateniense de las Dionisias urbanas.
En ciertos cultos los niños llegaron a servir como celebrantes; sabemos que tanto en Patras como en Egira, la sacerdotisa de Artemisa debía ser una doncella por debajo de la edad de contraer matrimonio, y en Egio, en el Peloponeso, el sacerdote de Zeus era elegido, en origen, entre los niños que habían ganado un concurso de belleza. Junto a la pureza y a la belleza, el hecho de ser niño solía conllevar otro beneficio ritual dentro de la religión griega: no estar contaminado con la cercanía de la muerte. Por ese motivo, los niños que cortaban las ramas de los olivos sagrados con que se confeccionaban las coronas de los vencedores olímpicos eran amphithaleis, es decir, aquellos cuyos padres no habían fallecido y mantenían, por tanto, el favor divino.
Su madre, movida por las visiones que había tenido en sueños, lo entregó a los generales eleos para que lo pusieran a la cabeza de su ejército
Algunos niños fallecidos en tierna edad fueron venerados en calidad de héroes, seres intermedios entre los dioses y los mortales. Como tales, se les atribuían grandes poderes, quizá porque habían fallecido mucho antes de la edad natural y habían adquirido así un carácter vengativo, como demuestran las tablillas de execración en las que eran invocados. Pausanias narró la historia de Sosípolis, un héroe-bebé que ayudó a los eleos cuando fueron atacados por los arcadios, pues su madre, movida por las visiones que había tenido en sueños, lo entregó a los generales eleos para que lo pusieran a la cabeza de su ejército. Cuando se acercaron los arcadios, Sosípolis se convirtió en serpiente y los puso en fuga.

Para saber más

Así vivieron en la antigua Grecia. R. López Melero. Anaya, Madrid, 2009.
"La educación en Grecia". Historia National Geographic, nº 64.

NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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