Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, ha elaborado un amplio reportaje de imágenes captadas por el fotógrafo Tim Flach, de animales que están próximos a la extinción, lamentablemente en todos los casos por mano del hombre: ya sea como cazador furtivo, asesinando implacablemente a miles de animales por el solo hecho de diversión; y por las astas(cuernos o cachos) y los huesos que creen o les atribuyen efectos medicinales en muchos países del Asia; o por la deforestación implacable de los bosques y refugios de supervivencias de las especies animales, y lo que es peor contaminando con insecticidas y pesticidas, que destruyen la cadena de alimentación de las presas. Y lo grave la contaminación del medio ambiente, que ha provocado el calentamiento global; con el deshielo que afecta directamente a los osos polares, que no existiendo las extensiones y los bloques de hielo, ya no pueden cazar a las focas, que es la base de su alimentación. Incluso a los buitres que en África limpian la carroña, ahora los cazadores furtivos envenenan los cadáveres de elefantes con cianuro, matando miles de buitres, en represalia por que los buitres desde el aire los delatan en la matanza de especies animales en las sabanas africanas.
Este valioso reportaje, está inmortalizando a muchas especies de animales, que hoy parecen raros y extraños, que dentro de unos años; solo los recordaremos viendo su imagen en un libro.
http://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/grandes-reportajes/animales-peligro-extincion_12536
Algunos de los animales más extraños de nuestro planeta caminan en la cuerda floja de la extinción; el fotógrafo Tim Flach ha pasado más de dos años inmortalizándolos en imágenes
Escapando
Los osos polares dependen del hielo marino para atrapar su presa. Se abalanzan sobre las focas cuando emergen a través de sus respiraderos y las acechan mientras toman el sol al aire libre, pero el hielo se está derritiendo a medida que nuestro clima se calienta. En los trece inviernos que siguen al año 2003 se produjeron las trece extensiones de hielo más pequeñas registradas por los satélites. Las temporadas de caza son cada vez más cortas, y por cada semana de hielo que se pierde en los inviernos del Ártico, los osos polares pierden alrededor 7 kg de grasa.
Foto: Tim Flach
Un grito de ayuda
Solo queda el 10% de los bosques históricos de Madagascar, los cuales sustentan a estos lémures en peligro crítico. Con una gran pasión por el néctar, se cree que los lémures son los polinizadores más grandes del mundo. A diferencia de la mayoría de los primates, dan a luz a grandes camadas, por lo que prosperan en cautiverio, donde las tasas de supervivencia son altas. Pero debido a que han sido criados a partir de un grupo genético muy pequeño, las reintroducciones posteriores entrañan muchas complicaciones. Su conservación se logrará cuando simplemente los dejemos en paz en un dosel de selva virgen.
Foto: Tim Flach
¿Imaginas el polo Norte sin hielo?
Puede que un día lleguemos a ver un verano sin hielo en el polo Norte. El hielo refleja la radiación solar, y si desaparece, las nuevas aguas al descubierto del mar absorberán más calor y el calentamiento global se acelerará en todo el planeta.
Foto: Tim Flach
Objetivo de los cazadores furtivos
El lémur rufo blanco y negro del este de Madagascar tiene una de las voces más fuertes de todos los primates del mundo. Sin embargo, estas llamadas de alarma se han convertido en una responsabilidad peligrosa, ya que los cazadores furtivos pueden cazar a los lémures con facilidad para obtener su carne.
Foto: Tim Flach
Nacidos en dificultades
Los huevos de la rana arborícola de ojos amarillos miden alrededor de 3 mm de ancho. Ayer, los embriones no tenían ojos y, mañana, se volverán oscuros, como renacuajos. Si bien la tasa de gestación es precisa, responde a la temperatura, y el cambio climático está haciendo que las ranas eclosionen temprano o tarde, confundiendo a los depredadores y perturbando toda la cadena alimentaria.
Foto: Tim Flach
Calentamiento global
En 2015, se firmó el Acuerdo de París para limitar el calentamiento antropogénico a un máximo de 2 ° C. Si sus signatarios lo ratifican y respetan, podría ayudar en gran medida a proteger tanto a los osos polares como a los humanos del derretimiento del hielo y el aumento del nivel del mar.
Foto: Tim Flach
Nacidos en dificultades
El clima cambiante también está fomentando la propagación de un hongo mortal conocido como el hongo quítrido de los anfibios. Los bosques de tierras bajas se vuelven más cálidos, pero a medida que aumenta la humedad, se forman nubes más gruesas en las montañas y el hábitat de estas ranas se vuelve mucho más frío. Como las ranas son ectotérmicas -dependen de fuentes externas para el calor corporal-, su sistema inmunitario se debilita y el hongo quítrido prospera. La enfermedad resultante, la quitridiomicosis, tiene anfibios afectados en todo el mundo, infectando y destruyendo más especies de vertebrados que cualquier enfermedad en la historia registrada. Un tercio de las especies de anfibios ahora están en peligro de extinción; alrededor de 120 ya se han perdido.
Foto: Tim Flach
Olm, un curioso organismo
Hace 66 millones de años, cuando el impacto de un meteorito destruyó la mayoría de las formas de vida de la Tierra, el olm siguió nadando. Había surgido alrededor de 80 millones de años antes, en las cuevas más oscuras de lo que ahora es Europa del Este, y sin ninguna dependencia de la luz solar, apenas notó la quinta extinción masiva de la Tierra.
Debido a que es ciego, el olm no ha desarrollado el colorido patrón de sus primos anfibios tropicales, y casi no tiene pigmentación alguna. Sin vergüenza, se orienta con el olfato, el oído, la electrosensibilidad y, se cree, que incluso detectando los campos magnéticos de la Tierra. Vive hasta cien años y puede sobrevivir durante diez años sin comida, pero necesita agua limpia. Los bosques que se encuentran sobre su hábitat actúan como purificadores, pero a medida que se convierten en tierras de cultivo, los contaminantes penetran su hogar subterráneo. Por primera vez en la larga y larga historia del olm, se ha vuelto vulnerable.
Foto: Tim Flach
Axolotl
En el axolotl, los aztecas vieron una manifestación del dios Xolotl, quien llevó a las almas al inframundo junto con el sol poniente. Los aztecas veneraban la carne del ajolote (como se le puede nombrar) y atrapaban a las criaturas de la enorme red de canales y lagos que sostenían sus comunidades en el centro de México. Hoy, solo queda una fracción de este sistema acuático, y está siendo contaminado por los fertilizantes, pesticidas, heces y basura de la Ciudad de México.
Los axolotls, al igual que sus primos europeos, los olms, son neoténicos, lo que significa que alcanzan la madurez sexual luciendo como larvas; conservando sus agallas y cola. Esto provoca que no se desarrollen físicamente, pero se regeneran. El ajolote, como también se le conoce, hacer crecer las extremidades, los huesos y los órganos que les han sido dañados o cortados. Son mil veces más resistentes al cáncer que los mamíferos. Si sobreviven a las amenazas modernas el tiempo suficiente para que comprendamos sus células inmunitarias, podríamos realizar avances tremendos en numerosas terapias médicas.
Foto: Tim Flach
Un lento progreso
La tortuga más rara del mundo tarda 15 años en alcanzar la edad de cría. Esto hace que cada huevo robado, o cada árbol o arbusto talado sea un revés aplastante para esta especie al borde de la extinción. Se creía que la tortuga angonoka - Astrochelys yniphora- ya había desaparecido, pero en 1984 fue redescubierta en el noroeste de Madagascar. Durrell Wildlife Conservation Trust lanzó rápidamente un programa de cría en cautividad. En 1998, el único hábitat la tortuga angonoka fue nombrado oficialmente Parque Nacional -el primero creado para proteger una sola especie- y la Fundación Durrell logró liberar a cien individuos en libertad. Su redescubrimiento de también lo convirtió en uno de los animales más deseables del mundo para los vendedores ilícitos de especies raras y conchas ornamentales; cada éxito conservador se ha logrado en una lucha constante con este poderoso comercio ilegal internacional. Recientemente, la caza furtiva se ha intensificado, y todas las liberaciones en la naturaleza se han suspendido mientras los guardias luchan para asegurar el área, que ahora contiene solo unos pocos cientos de individuos.
Foto: Tim Flach
Decadencia silenciosa
Se estima que más de un millón de pangolines se comercializaron ilegalmente entre 2007 y 2017, convirtiéndolos en los mamíferos más comercializados del mundo. Son tímidos, sin dientes, en su mayoría nocturnos, y se quedan inmóviles cuando tienen miedo. Envueltos por una armadura de escamas de queratina, esta defensa los protege de sus depredadores históricos, pero los humanos simplemente pueden recogerlos y llevárselos.
Los pangolines poseen una herencia evolutiva única, habiéndose separado de otros mamíferos mientras los dinosaurios todavía caminaban la tierra. Hay cuatro especies en África y cuatro en Asia; todos son ahora vulnerables a la extinción y dos están en peligro crítico.
Foto: Tim Flach
Obra de amor
Este es Djala, un gorila occidental de las tierras bajas, fotografiado en un santuario inglés dirigido por la Fundación Aspinall. Fue rescatado en Gabón en la década de 1980 cuando era un bebé, después de haber visto a toda su familia asesinada por cazadores furtivos. En el centro de rescate, superó gradualmente los profundos traumas de su niñez, y 30 años después fue llevado a casa, a los bosques de Gabón con su nueva familia. En la naturaleza, su salud ha mejorado: los bultos sobre su ojo izquierdo retrocedieron, perdió exceso de peso y continúa vivo a pesar de su vejez. El rescate y la reintroducción de gorilas es costoso, y algunos conservacionistas critican el enfoque, argumentando que los fondos podrían usarse con más eficacia para defender a los gorilas en peligro de extinción en la naturaleza.
Foto: Tim Flach
Colores verdaderos
El estilo lo es todo cuando vives en un grupo tan grande como el de un mandril. Con una tropa de 1.300 ejemplares una vez registrada en los bosques de Gabón, se cree que los mandriles forman los grupos sociales más grandes de primates no humanos. Con sus llamativas caras y ojos, han evolucionado para exhibir la coloración más espectacular de cualquier especie de mamífero, cuya intensidad indica su estado social y sexual. Lamentablemente, no es solo su apariencia lo que es atractivo. La carne de mandril se considera un manjar en el oeste de África, y es parte de un comercio en crecimiento, con toneladas de carne de animales silvestres introducidas de contrabando en el oeste de Europa a diario. Debido a que los mandriles viven en grupos tan grandes, gran parte de su población puede caer en el comercio en auge en una sola cacería. La tala y la agricultura también están limitando sus lugares de refugio, por lo que estos notables animales necesitan urgentemente una protección más eficaz.
Foto: Tim Flach
Más que humano
La deforestación se ha producido más lentamente en el oeste de África Central, al menos en comparación con otras regiones tropicales en el extranjero. El hábitat del chimpancé común se ha mantenido relativamente intacto, y sin embargo, se han perdido alrededor de las tres cuartas partes de su población en el último siglo. Esto es debido a que son ampliamente cazados por su carne, que se consume localmente y también se transporta de contrabando al extranjero. La agricultura, la tala de árboles, la extracción de petróleo, la minería y la construcción de carreteras atraviesan los bosques y fragmentan sus comunidades unidas. En la cultura africana tradicional, los chimpancés usualmente son representados como indignos de confianza. Su similitud con nuestra propia especie los hace parecer perversamente subversivos. Su extraordinario parecido es fascinante para nosotros, pero para ellos puede ser devastador; ellos también son susceptibles a los brotes de ántrax, Ébola y enfermedad respiratoria. A medida que profundicemos en sus territorios, las amenazas serán cada vez más severas.
Foto: Tim Flach
La jungla de hormigón
El tamarino multicolor ha evolucionado en una pequeña área en el noreste de la selva amazónica. Su hábitat junto al río proporcionaba todas las presas y vegetación que necesitaban, pero a fines del siglo XVII se produjo un asentamiento humano. Este asentamiento ahora se ha convertido en el puerto de Manaus, una capital regional con más de dos millones de residentes. Gran parte del hogar de tamarino ha sido pavimentado, y aunque se puede encontrar en algunas áreas protegidas, el tamarino de manos rojas, especie invasora, le está "robando" la mayor parte de los alimentos y el poco hábitat que les queda. A diferencia de algunas especies de monos, el tamarino de varios colores no ha podido adaptarse a la vida urbana, y con frecuencia es asesinado por perros, automóviles y líneas eléctricas cuando cruza la ciudad entre fragmentos de bosque aislados. La presión económica continúa empujando a Manaus a crecer, haciendo que la extinción de este primate tan intrigante sea una posibilidad cada vez más real.
Foto: Tim Flach
El mono misterioso
Los científicos descubrieron los monos de nariz chata de Yunnan en la década de 1890, no obstante luego se desvanecieron en la oscuridad, y se creía que se habían extinguido hasta que se descubrió otro en 1962. Se trata de unos de los primates más esquivos de la Tierra. Son seminómadas y viven en altitudes más altas que cualquier otro mono, en los espesos matorrales de bambú de las montañas Hengduan en el sudoeste de China. Al igual que sus primos de pelo dorado, enfrentan temperaturas invernales de menos -40 ° C, y tradicionalmente son venerados por la población local por su resistencia. Esta los ve como antepasados y los llaman "hombres salvajes de las montañas". Si China aplica efectivamente su protección de los bosques antiguos, el futuro de los monos de nariz chata de Yunnan mejorará significativamente, no obstante los altos niveles de endogamia seguirán siendo una amenaza seria. Las poblaciones supervivientes son tan pequeñas y están tan aisladas en la actualidad que es posible que no tengan suficiente diversidad genética para medrar en los próximos siglos.
Foto: Tim Flach
Resistencia dorada
Localizado a lo largo de las montañas del centro de China, el mono dorado de nariz chata soporta algunos de los inviernos más duros de cualquier primate no humano puede soportar. Su capa de pelo larga y suave lo protege de los vientos helados mientras que su rostro desnudo soporta la mayor parte del frío. Ha sido cazado durante mucho tiempo por su hermoso pelaje, pero desde principios de la década de 1990, la caza furtiva se ha reducido gracias a una mayor protección del gobierno. No obstante, su número ha seguido disminuyendo a medida que se despejaron sus bosques
para la obtención de madera y la creación de tierras de cultivo. Además, el turismo se ha expandido al amparo del crecimiento económico de China, y las manadas de monos se han visto fuertemente hostigadas y perseguidas para ser vistas. Tan solo alrededor de 120 ejemplares de esta especie sobreviven en la actualidad en estado salvaje.
Foto: Tim Flach
Un éxito relativo
En la década de 1980, el gobierno chino lanzó una de las campañas de conservación más grandes y caras de la historia para salvar al panda gigante. Se prohibió la caza furtiva, se protegieron los bosques y se logró el reconocimiento internacional de la difícil situación del panda. El esfuerzo eventualmente llevó a un aumento en la población silvestre del panda gigante, y en 2016, la especie fue finalmente clasificada como vulnerable. Muchos grupos se mostraron jubilosos y vieron la reclasificación como un triunfo del trabajo duro y la acción del gobierno; sin embargo a otros les preocupaba que esta nueva clasificación resultara engañosa, y pudiera disminuir la financiación e investigación.
Foto: Tim Flach
2.000 osos panda
De hecho, el futuro del panda gigante sigue siendo precario: a día de hoy solo hay dos mil individuos viviendo en la naturaleza, dispersos en varias poblaciones aisladas. Además, su fuente de alimento, el bambú, es muy sensible a la temperatura, y los bosques de bambú de China pronto serán extensamente dañados por el cambio climático.
Foto: Tim Flach
Perdida entre la multitud
Las mariposas monarca se alimentan de algodoncillo, una planta tóxica que las hace venenosas
ante posibles depredadores. Sin embargo los herbicidas están destruyendo millones de hectáreas de esta fuente de alimento esencial para las mariposas cada año. Estos inmensos y majestuosos enjambres están compuestos por individuos frágiles, que se enfrentan un entorno cambiante y un futuro profundamente incierto.
Foto: Tim Flach
Perdida entre la multitud
Cada invierno, cientos de millones de insectos realizan un viaje de varios miles de kilómetros, a pesar de que cada uno pesa menos que un billete de euro. En uno de los fenómenos más espectaculares del mundo natural, las mariposas monarca migran desde Canadá y el norte de los Estados Unidos a México y California, donde cubren los bosques de pinos en naranja, blanco y negro.
Foto: Tim Flach
Perdido en la traducción
Los guacamayos militares tienen algunas de las voces más fuertes de los bosques de Sudamérica. No conocen sus llamadas de forma innata, sino que las aprenden de sus padres y compañeros, lo que da lugar a dialectos locales que distinguen a un grupo de otro. En la naturaleza, los guacamayos militares permanecen monógamos de por vida, y como mascotas son aves excepcionalmente leales. Su belleza y buena compañía los pone en gran demanda de la industria de mascotas, pero muchos comerciantes los toman de la naturaleza, en lugar de criarlos en cautiverio.
Foto: Tim Flach
Perdido en la tradicción
La conexión que puedes sentir con un loro que te devuelve los saludos no es baladí, ya que significa que formas parte de su grupo. Los guacamayos imitan nuestras palabras, pero no pueden entenderlas. Si pudieran, podrían persuadirnos de que los dejemos en sus árboles, y de dejar esos árboles en el suelo.
Foto: Tim Flach
Alturas vertiginosas
El majestuoso águila filipina es una de las rapaces más grandes del mundo. Con alas cortas y fuertes se abre camino a través del dosel de vegetación con velocidad y precisión, en la búsqueda de serpientes, lagartos, monos, ardillas o pájaros. El depredador, situado en el rango superior de su cadena alimenticia, también reside en la parte superior del bosque, construyendo sus nidos en los árboles más altos que se quedan en una familia por generaciones.
Foto: Tim Flach
Alturas vertiginosas
Como depredadores superiores, las águilas de Filipinas son particularmente vulnerables a las toxinas de las granjas y canteras, ya que se acumulan en las especies que descienden en la cadena alimentaria. También son sensibles a la deforestación de su país de origen, ya que una pareja de cría necesita 103 kilómetros cuadrados para sobrevivir, y la mayoría de sus nidos permanecen en tierra desprotegida. Estas parejas monógamas crían una sola polluelo cada dos años, por lo que su población descendente tendrá problemas para recuperarse. Ahora son menos de mil en la naturaleza, y son quizá, las águilas en mayor peligro de extinción en el mundo.
Foto: Tim Flach
Monos narigudos
A los monos narigudos les gusta moverse por un amplia área de distribución, no obstante su hogar está cada vez más fragmentado. Se trata de una especie que prospera muy mal en cautiverio, por tanto, preservarlos significa salvar los bosques. Sin embargo en Sabah, donde ellos y los elefantes locales son reconocidos como un reclamo turístico, tan solo el 15 % de los monos viven dentro de las áreas protegidas. Los bosques desprotegidos se están convirtiendo en granjas de camarón y plantaciones de aceite de palma. La situación en el vecino Kalimantan es igualmente grave. En total, un tercio de las selvas tropicales de Borneo han desaparecido desde 1973, la mayor parte alrededor de las franjas costeras, y la noción de "área protegida" ofrece poca defensa contra los explotadores comerciales. En 2011, Noruega otorgó a Indonesia mil millones de dólares como incentivo para proteger sus bosques; pero es muy poco y es demasiado tarde. Al ritmo actual, Borneo habrá perdido todas sus selvas tropicales desprotegidas de tierras bajas para 2020.
Foto: Tim Flach
Una recuperación incierta
En los últimos 100 años, la población mundial de tigres se ha reducido en un 97%, y tres de sus nueve subespecies se han extinguido. En 2010, las naciones en la que aun habitan los tigres hicieron un pacto innovador para duplicar la población mundial de tigres para el año 2022. Se comprometieron a proteger el hábitat natural y combatir el comercio internacional ilegal en torno a esta especie, centrándose en la demanda de vino tigre y varias medicinas tradicionales. A mediados del desarrollo de la iniciativa, en abril de 2016, se anunció un aumento mundial de tigres por primera vez en la historia: India, Rusia, Nepal y Bhután informaron sobre mejoras significativas. Desafortunadamente, las cifras siguen disminuyendo en todo el sudeste asiático, salvando el caso de un santuario en el oeste de Tailandia. Por otro lado Camboya ha declarado extintos a los tigres a nivel nacional, el tigre del sur de China casi ha desaparecido y el tigre de Sumatra -el último de Indonesia- también está en peligro crítico. Su futuro sigue siendo incierto, pero el deseo de proteger a nuestra megafauna más carismática claramente sigue vivo.
Foto: Tim Flach
Reacción en cadena
Los conejos salvajes no fueron las únicas víctimas del virus de la mixomatosis que se extendió por Europa en la década de 1950, ni de los brotes de la enfermedad hemorrágica del conejo que comenzaron en los años ochenta. El lince ibérico, que se alimenta casi exclusivamente de estos animales, ha sido privado de alimento por la disminución de sus presas. Sufriendo también la degradación de los bosques y la presión de la caza ilegal, el lince ibérico casi se extinguió en 2003. Habrían desaparecido durante diez mil años las primeras especies felinas del mundo, pero las autoridades españolas y portuguesas se comprometieron con un programa de cría en cautividad. . Se recaudaron fondos con un "impuesto ambiental" sobre una compañía pública de agua que construyó una presa en tierras que alguna vez fueron territorios de linces. La población de linces ibéricos se ha elevado a cientos, pero los conservacionistas advierten que las reintroducciones en curso serán necesarias y que el cambio climático podría poner en peligro la calidad de su hábitat.
Foto: Tim Flach
El fantasma de las montañas
Los leopardos de las nieves, ocultos entre las áridas montañas de Asia Central, son conocidos desde hace tiempo como uno de los felinos más esquivos del mundo. En 2016, una investigación con tecnología de rastreo por GPS mostró que un leopardo de las nieves necesita hasta 207 kilómetros cuadrados de territorio para sobrevivir, lo que hace que casi el 40% de las áreas protegidas de su hábitat resulten demasiado pequeñas para mantener incluso una pareja reproductiva. El calentamiento global, que ha afectado al Himalaya unas tres veces más intensamente que a otros lugares del mundo, está desplazando os bosques hacia las laderas y reduciendo los hábitats del leopardo de las nieves. También, los agricultores están alimentando al ganado y plantando cultivos cada vez a mayor altura, lo que aumenta las posibilidades de conflicto entre los leopardos de las nieves y los humanos. El Acuerdo de París 2015 fue un paso adelante para la conservación de estos felinos legendarios, pero hasta que sus tierras y su modo de vida estén protegidos, es probable que sigan en declive.
Foto: Tim Flach
Preparado para el cambio de estación
Los antílopes Saiga son supervivientes de las glaciaciones que han compartido el mundo con mamuts lanudos y tigres dientes de sable. Sus extrañas narices han evolucionado para calentar el aire frío del invierno, pero también para expulsar el polvo levantado de las llanura en verano. Pueden anticipar el clima, desarrollar sus pelajes a modo de abrigo y emigrar al sur justo antes de que llegue la nieve. A principios de la década de 1990, había más de un millón de antílopes saiga en la estepa euroasiática, pero solo el 2% de esa población se conserva en la actualidad. En mayo de 2015, más de doscientas mil ejemplares murieron en pocas semanas debido al estallido de una enfermedad catastrófica, y se teme que tales eventos se vuelvan más frecuentes bajo las presiones ecológicas impuestas por el cambio climático. Los saigas son cazados furtivamente por sus cuernos retorcidos, que se venden en el este de Asia como analgésicos y antidepresivos, por lo que en poco tiempo podrían no quedar suficientes machos como para sacar a esta especie del peligro que se cierne sobre ella.
Foto: Tim Flach
El tesoro Nacional
Las grullas de coronilla roja o grullas de Manchuria del noreste de Asia son muy conocidas por sus gráciles danzas de cortejo: arquean el cuello y luego saltan al aire, volviendo a posarse en el suelo con un golpe de alas para caer de puntillas alrededor de su compañero. Cazados por su espléndido plumaje, la población residente de la isla japonesa de Hokkaido cayó tan solo a treinta individuos durante la década de 1920, pero los agricultores locales intervinieron para salvarlos, y todavía los alimentan todas las mañanas hasta el día de hoy. Habiendo pasado por un cuello de botella en la población, estas grullas en peligro han visto muy notablemente reducida su diversidad genética, lo que les ha hecho en la actualidad tremendamente vulnerables a los brotes de muchas enfermedades. Mientras tanto, la pérdida y conversión de su hábitat de humedal en zonas de cultivo sigue siendo una amenaza universal. En el continente, las grullas de Manchuria todavía están en declive. El 92% de su hábitat en China se ha perdido en los últimos 30 años, y el que poco que queda está rodeado de ciudades, granjas y campos petroleros. Sus mejores posibilidades de supervivencia pueden estar en Japón, donde la comunidad nacional las valora más.
Foto: Tim Flach
El gavial indio
Este es Makara. Nacido en Florida en junio de 2016, fue el primer gavial indio en ser criado en cautiverio fuera de su hábitat nativo. A los seis meses, el gavial alcanza aproximadamente el largo de tu brazo, sin embargo un ejemplar adulto puede crecer hasta 6 metros. En tiempos pasados, este gran cocodrílido con su característico hocico delgado se podía encontrar desde el río Indo en Pakistán al este, hasta el Irrawaddy en Myanmar, y en todos los grandes ríos de la India. Cazada durante mucho tiempo por su piel, carne, huevos y partes del cuerpo (para medicinas tradicionales), y perseguida la especie se ha enfrentado recientemente a una serie de nuevas amenazas, incluidos grandes proyectos de riego e ingeniería, además de a su persecución por invadir territorios habitados por personas o usado para la cría de ganado. En la década de 1940 existían quizá, cerca de 10.000 gaviales, pero hoy, a pesar de los valientes esfuerzos de conservación desde mediados de la década de 1970, las población total de la especie tan solo suma un par de cientos de ejemplares, la mayoría de ellos localizados en uno de los dos grandes santuarios del norte de la India.
Foto: Tim Flach
Ritos funerarios
En la mayor parte del mundo, la muerte de un animal grande se ve rápidamente marcada por un círculo de buitres. Estos animales se alertan unos a otros sobre la localización de un nuevo cadáver y luego se reúnen en grupos de cientos antes de descender para alimentarse. Son iconos de la muerte en la cultura popular, pero en realidad son grandes símbolos de la vida. No solo evitan la propagación de enfermedades en innumerables comunidades y ecosistemas, sino que también protegen a los mamíferos en peligro al alertar a los guardias sobre la ubicación de la actuación de los cazadores furtivos. Desafortunadamente, los cazadores furtivos están tomando represalias y rociando a sus presas con cianuro, por lo que un elefante muerto puede acabar además con la vida de cientos de buitres adultos. De todas las especies de buitres del mundo, casi la mitad están ahora en peligro crítico de extinción.
Foto: Tim Flach
Una perspectiva diferente
Los pico zapatos -Balaeniceps rex- son aves tranquilas y solitarias que viven y cazan en los pantanos del este de África. En los últimos años, el conflicto humano local ha multiplicado la propiedad de armas de fuego e intensificado la presión de la caza furtiva sobre la especie, pero es la pérdida de hábitat predominantemente lo que ha hecho vulnerables a la extinción a estas peculiares aves de extraño pico. Los humedales, incluso los que se encuentran en parques nacionales, en general se han descartado como tierras baldías, y las marismas a menudo se drenan para convertirlas en pastizales o incluso como enclaves para la eliminación de desechos. Esto no solo pone en peligro a una multitud de especies, sino que amenaza los asentamientos humanos que en última instancia dependen de la fuente de agua.
Para preservar su medio ambiente, los agricultores locales crían cada vez más cabras en lugar de vacas, ya que las cabras pueden coexistir con tierras pantanosas. También mantienen más abejas melíferas y cultivan más frutas, generando ingresos y al mismo tiempo fortaleciendo su entorno natural, lo que a su vez proporciona más oportunidades económicas. Esta práctica permite que la naturaleza y las tierras agrícolas se vuelvan mutuamente beneficiosas e igualmente prósperas.
Foto: Tim Flach
Los ángeles del mar
Conoce al ángel del mar, un pequeño y translúcido eslabón en una cadena alimenticia cuyo colapso podría tener graves consecuencias. Con no más de 2 de 5 centímetros de largo, los ángeles marinos son moluscos emparentados con las babosas y los caracoles. Sus “alas” se conocen como parapodios: extensiones especializadas de los pies, que baten para desplazarse a través del agua. Los ángeles marinos se aprovechan de otro grupo de moluscos marinos, las mariposas marinas, que también cuentan con este tipo de adaptación. No obstante, a su vez, los ángeles del mar son una fuente de alimento vital para las ballenas, aves marinas y otras muchas especies. Mientras un ángel marino se deshace de su caparazón poco después de eclosionar del huevo, las mariposas marinas retienen las suyas, y este es el problema. Su cubierta es muy delgada y se disuelve fácilmente al aumentar la acidificación del océano. Si como parece probable, la mariposa marina se extingue alrededor de 2050, los ángeles marinos serán sin duda los siguientes y, con ellos, probablemente, otras muchas especies desaparecerán de las redes y anzuelos de los pescadores.
Foto: Tim Flach
El esturión beluga
En el pasado, durante el invierno, el esturión -huso huso- de unos 5 metros, y algunos de ellos con más de un siglo de edad, se desplazaban hacia los mares de Eurasia. Durante la primavera, el esturión migraría de nuevo río arriba hacia sus lugares tradicionales de desove. Los jóvenes esturiones tras eclosionar de sus huevos vuelven al mar y permanecen allí hasta que maduran, lo que implica una espera de una o dos décadas hasta que una nueva generación de esturiones pueda ver la luz. Pero el esturión gigante se ha ido, y es fácil ver qué algo salió mal para una especie de lento crecimiento dependiente del río y cuyos huevos pueden alcanzar un precio de hasta 25,000 euros por kilogramo. Los proyectos de represas en los ríos Volga, Don, Terek y Sulak, entre otros, privado al esturión de sus áreas de los terrenos de desove del esturión, su captura ilegal para la comercialización de caviar, su carne, su piel u otras partes del cuerpo sigue en auge. Con su población salvaje disminuyendo a pesar de reforzarse con la legislación protectora y los programas de cría en cautiverio, el esturión se hunde en la extinción.
Foto: Tim Flach
Un equilibrio delicado
La estructura del coral está compuesta en gran parte por zooxantelas, organismos fotosintéticos unicelulares que, a cambio de su seguridad, proporcionan al coral azúcares y aminoácidos. A medida que aumenta la temperatura del mar, las zooxantelas abandonan sus corales y los dejan blancos en un proceso conocido como "blanqueamiento". Sin su principal fuente de alimento, los corales blanqueados se vuelven susceptibles a las enfermedades y luchan por sobrevivir. Solo en 2016, más del 90 % del coral de la Gran Barrera de Coral sufrió blanqueamiento y el 20 por ciento falleció.
En toda su historia, la Tierra ha visto varias extinciones masivas. Después de cada una de ellas, los arrecifes de coral tardaron millones de años en recuperarse, dejando "brechas de arrecife" en nuestra línea de tiempo geológica. Las causas principales de estas destrucciones prehistóricas, la última de las cuales acabó con los dinosaurios, fueron los cambios en el nivel del mar, la acidez y la temperatura, y todos están ocurriendo nuevamente hoy en día. Debemos observar cuidadosamente las "selvas tropicales del mar" si queremos frenar el sexto evento de extinción masiva de la Tierra.
Foto: Tim Flach
Héctor Rodríguez
11 de abril de 2018
En peligro de extinción
El título de este libro es En peligro, pero la pregunta es: ¿a quién se aplica esto? Estas dos líneas dan comienzo a la obra del fotógrafo Tim Flach, quien en compañía del científico Jonathan Baillie, y la orientación de varios prominentes conservacionistas, ha pasado más de dos años capturando en imágenes a algunas de las especies más emblemáticas de nuestro planeta. "La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza -UICN- también ha sido un recurso inestimable que ilustra con un detalle fenomenal cuán rápido y con qué amplitud las especies animales están sufriendo descensos peligrosos y fatales" advierte Tim, sin dejar pasar la primera oportunidad de destacar la importante labor de esta institución para la consecución de su proyecto.
En Endangered, nos embarcamos en un viaje en el que descubriremos una sorprendente diversidad de especies en peligro de extinción, desde corales hasta osos polares, y los entornos específicos que necesitan para sobrevivir. También las amenazas causadas por nosotros, los seres humanos, a las que se enfrenta cada especie, entre las que se incluyen enfermedades, especies especies invasoras, la pérdida de hábitat, el comercio ilegal, la contaminación y el cambio climático.
La sociedad moderna está perdiendo el contacto con la naturaleza y con los ritmos básicos de la vida
De este modo, Endangered se presenta como un libro extremadamente informativo, no obstante es mucho más que una recopilación de instantáneas sobre el estado de las especies amenazadas: se trata de un experimento único que explora el papel de las imágenes en el establecimiento de una conexión emocional con los animales y sus hábitats.
Hoy, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y las personas pasan menos tiempo al aire libre o en lugares salvajes. Hay más dispositivos móviles que personas en el planeta, y los niños del mundo desarrollado pasan una buena parte del día mirando una pantalla. La sociedad moderna está perdiendo el contacto con la naturaleza y con los ritmos básicos de la vida. Pocas personas tienen algún sentido de la posición de las estrellas, del ciclo lunar y el momento de las mareas. Todavía menos si se trata de cuando se producen las grandes migraciones de aves o insectos. "Continuamos alejándonos del medio ambiente que dio cobijo a nuestros antepasados durante millones de años y nos dio forma como humanos".
Esta desconexión de la naturaleza llega en un momento en que la sociedad está teniendo un impacto sin precedentes en las especies y ecosistemas del mundo. Las poblaciones de vertebrados del mundo han disminuido en más del 50% desde 1970, y actualmente alrededor del 20% de las especies del mundo están en peligro de desaparecer.
En la historia de este planeta, ha habido grandes eventos de extinción. El último de ellos ocurrió hace aproximadamente sesenta millones de años. Actualmente estamos provocando una la sexta extinción que difiere de todas las extinciones anteriores en el sentido de que esta, esta siendo principalmente impulsada por nosotros. "Si queremos invertir esta tendencia destructiva, necesitamos redefinir nuestra relación cultural con la naturaleza". En pocas palabras: debemos valorar más las formas de vida que no sean las nuestras. Este cambio solo llegará si logramos crear una conexión profunda con las demás especies que nos permita comprender el papel que desempeñan en nuestra salud mental, física y emocional, así como también en nuestra propia supervivencia.
"Siempre he sentido una sensación de asombro hacia el mundo natural" nos cuenta Flach. De niño, salía a caminar y pasaba el tiempo dibujando paisajes. Recuerdo una ocasión muy vívidamente: estuve sentado en un campo de maíz durante días. Uno de estos, estaba tan enfocado en mi entorno que, cuando una abeja pasó frente a mí, pude sentir su energía atravesando el cielo mientras el lápiz rayaba el papel. Esa sensación de mayor conciencia de la naturaleza se ha convertido en algo que siempre busco redescubrir y comunicar en mi trabajo como fotógrafo.
Una conexión tan fuerte con nuestro mundo natural no es algo extraño o arcaico: teorías como la hipótesis de Gaia han intentado explicar la increíble complejidad de nuestro planeta con sus notables capacidades homeostáticas: ese equilibrio perfecto que permite, sostiene y alimenta la vida en La Tierra. "Por supuesto, si no podemos entender cómo la Tierra puede mantener este entorno para la vida en el mundo, no nos daremos cuenta del punto de inflexión en el que podemos dañarlo irreversiblemente" comenta Flach. "La idea de que el mundo natural es vulnerable solo empezado a integrarse en la conciencia moderna en las últimas décadas. Estamos en una situación única en nuestra historia y es algo tenemos que cambiar culturalmente. Sintiendo esa urgencia quería crear imágenes que nos conmoviesen emocionalmente, de modo que nos sintamos obligados a provocar un cambio en nuestra relación con la naturaleza".
Así, las fotografías de Tim Flach tienen la capacidad única de capturar la esencia las especies que retrata mientras fomentan una conexión emocional profunda entre el observador y lo observado. "A lo largo de este proyecto, me sentí afortunado de haber visto y fotografiado algunos de los animales más extraordinarios del mundo. En Kenia, miré a los ojos al último rinoceronte blanco del norte macho. En las aguas frente a las costas de las Islas Galápagos, he observado a los tiburones martillo dando vueltas serenamente sobre mí. En México, he guiado la mirada hacia arriba para observar a miles de mariposas monarca colgando del cielo como confeti dorado. Este viaje me ha dejado claro que no podemos simplemente arrancar a los animales de su entorno natural y ponerlos en un arca para proteger su futuro sin considerar la importancia del hábitat que les ha sido arrebatado".
Sus imágenes son deslumbrantes, pero también comprometidas a nivel visceral: no antropomorfizan excesivamente a los animales, más bien, fomentan una relación mediante la captura de los instintos y emociones que compartimos con ellos: miedo, emoción, vulnerabilidad, la necesidad de formar parte de un grupo o proteger a los jóvenes.
Dijo el Doctor George Schaller, uno de los biólogos más respetados del mundo en cierta ocasión que, se puede hacer la mejor ciencia del mundo, pero la conservación se basa en la emoción, y a menos que se trate de emociones, nunca podremos hacer nada relevante.
"Tenemos que cambiar culturalmente nuestra relación con el mundo natural"
La conservación viene del corazón y uno nunca debería olvidar eso."El mensaje principal de este libro es que tenemos que cambiar culturalmente nuestra relación con el mundo natural", comenta el fotógrafo. Es fundamental crear una sensación de parentesco con los animales, ya que es absolutamente necesaria una implicación emocional que nos impulse a la acción. Este es el desafío actual de la ciencia, y precisamente para conectar a personas con la ciencia y la conservación, necesitamos el arte. Tenemos que sentir algo si vamos a actuar", concluye.
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NATIONAL GEOGRAPHICGuillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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1 comentario:
En el periodo cretáceo...hubo la extinción mas grande en la historia de la tierra . .apenas sobrevivieron unas cuantas especies...hace 30_000 años hubo otra extinción por el hielo....este es un evento ya conocido
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