Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., estamos ad portas de graves repercusiones en el comercio mundial, por el inicio de una "guerra comercial" entre Los Estados Unidos de América y la República Popular China, con la aplicación de 25% de aranceles a las importaciones chinas, que lamentablemente China hará exactamente lo mismo con las importaciones norteamericanas.
El Presidente Donald Trump, con el argumento del injusto comercio mundial que perjudica a la industria norteamericana, ha emprendido una guerra comercial, que la empezó con el acero y el aluminio que afectó a directamente a México, Canadá y la Comunidad Europea; ahora lo hace contra China, que es su principal socio comercial y proveedor de insumos, repuestos y componentes en el ensamblaje de miles de productos; cuyo valor será de unos US$.34,000 mil millones de dólares anuales.
La agencia de noticias BBC Mundo Noticias, ha elaborado un amplio reportaje de esta "guerra comercial entre los Estados Unidos y China".
BBC Mundo Noticias.- dice: "La aplicación del 25% de aranceles : Esto incluye productos tecnológicos como chips semiconductores, los que son ensamblados en China y son necesarios para productos de nuestro día a día, como televisores, computadoras, celulares y vehículos. También una gran variedad de productos desde plásticos a reactores nucleares. Pero según el Instituto Petersen de Economía Internacional, más de un 90% de los productos que se verán perjudicados por los aranceles estadounidense están hechos de productos intermedios o bienes de capital: es decir, son productos que se necesitan para hacer otro tipo de productos. Y esto significa que los aranceles podrían impactar en otros bienes, no necesariamente comercializados exclusivamente en EE.UU.."
BBC Mundo Noticias.- agrega : " La respuesta china:
Como represalia, China ha atacado estos sectores:
- La industria agrícola: los agricultores estadounidenses, bastión del presidente Trump. Alrededor del 91% de los 545 productos a los que China está gravando pertenecen al sector agrícola
- El sector automovilístico: empresas como Tesla y Chrysler fabrican en Estados Unidos y los productos que envíen a China se verán afectados
- Productos médicos; carbón; petróleo (pero solo ligeramente)
http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-44735016
http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-43309754
http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-43266225
¿Qué pasa cuando las dos mayores economías del planeta entran en guerra?
En el primer minuto de este viernes, Estados Unidos comenzó a aplicar aranceles sobre cientos de productos chinos por valor de US$34.000 millones anuales.
China acusó a Estados Unidos de iniciar la "mayor guerra comercial en la historia económica" y Pekín ya tomó medidas de represalia.
"El lado chino, después de haber prometido no disparar primero, se ve obligado a organizar contraataques para proteger los intereses de su pueblo", dijo el Ministerio de Comercio chino.
- Qué es una guerra comercial, cuáles son sus armas y quiénes son sus principales víctimas
- Para Trump "las guerras comerciales son buenas": cómo pueden afectar a América Latina los aranceles al acero y aluminio
Y si la cosa sigue escalando, el precio lo podemos terminar pagando todos: es cierto que no es una guerra real, pero nadie sabe cómo puede acabar.
Ojo por ojo
Para empezar, numerosos productos chinos se verán afectados por aranceles del 25% a partir de este viernes.
Y esto provocará que sean un 25% más caros para los consumidores estadounidenses.
Esto incluye productos tecnológicos como chips semiconductores, los que son ensamblados en China y son necesarios para productos de nuestro día a día, como televisores, computadoras, celulares y vehículos.
También una gran variedad de productos desde plásticos a reactores nucleares.
Pero según el Instituto Petersen de Economía Internacional, más de un 90% de los productos que se verán perjudicados por los aranceles estadounidense están hechos de productos intermedios o bienes de capital: es decir, son productos que se necesitan para hacer otro tipo de productos.
Y esto significa que los aranceles podrían impactar en otros bienes, no necesariamente comercializados exclusivamente en EE.UU.
Aunque lo que Estados Unidos de verdad busca perjudicar con sus medidas son los productos enmarcados en la iniciativa china del "Made in China 2025" (Hecho en China 2025).
- 5 claves para entender el arancel a las importaciones de acero y aluminio anunciado por Donald Trump
La respuesta china
Como represalia, China ha atacado estos sectores:
- La industria agrícola: los agricultores estadounidenses, bastión del presidente Trump. Alrededor del 91% de los 545 productos a los que China está gravando pertenecen al sector agrícola
- El sector automovilístico: empresas como Tesla y Chrysler fabrican en Estados Unidos y los productos que envíen a China se verán afectados
- Productos médicos; carbón; petróleo (pero solo ligeramente)
"Nuestros contactos en China nos han dicho cosas como 'esto se está poniendo serio' o 'está dando miedo'. Incluso 'creo que hay una posibilidad de que las cosas vayan a peor'", explica Vinesh Motwani, del centro de investigación Ruta de la Seda.
Y si bien Pekín es extremadamente bueno en el juego de la retórica, la realidad es aún más seria que las palabras.
Motwani acaba de volver de un viaje al continente chino, como parte de sus investigaciones para medir la temperatura de los empresarios en el país.
Hay preocupación, dice, que se puede traducir en "una menor confianza y mayor cautela" por parte de las empresas, en medio de la incertidumbre.
Eso significa que los planes de expansión pueden verse congelados. Y si la expansión china se pone en pausa, eso tendrá un impacto directo para el resto de Asia.
¿Cambio en el negocio?
Obviamente, la economía estadounidense y china son las que corren mayor peligro, pero no son las únicas.
Según el economista jefe del DBS Taimur Baig, una guerra comercial en su máximo esplendor puede llevarse el 0,25% del PIB de ambas economías este año.
Y la situación se puede poner peor el próximo año con una reducción del crecimiento de alrededor del 0,5% o más.
"Considerando que China crece al 6-7% y Estados Unidos al 2-3% anual, creemos que el daño puede ser peor para EE.UU. que para China", dice Taimur Baig.
Pero países como Corea del Sur, Singapur o Taiwán también pueden verse afectados, por las alteraciones en la cadena de suministro.
China obtiene muchos de los componentes que acaban en sus productos terminados de estos países. Como apunta Nick Marro, de la Unidad de Inteligencia Económica, "cualquier cambio en el flujo de exportación de China afectaría inevitablemente" a estos países.
La situación también podría derivar en un cambio en los flujos de manufacturahacia esos países, o a que estos países se aprovecharan y vendieran a Estados Unidos, pero ese cambio requeriría tiempo, y es difícil imaginar quién podría igualar la escala de la demanda de China.
Y, al final, todos los consumidores acabarían pagando más por esos productos.
¿Cuánto puede empeorar la situación?
Es la pregunta que hace cada empresario con el que me encuentro, y la respuesta es casi siempre la misma: nadie lo sabe.
Si la historia sirve de guía, las guerras comerciales pasadas provocaron un profundo malestar económico. En particular, se cree que los aranceles estadounidenses Smoot-Hawley promulgados en 1930 inspiraron una guerra comercial y condujeron a una caída masiva en el comercio mundial.
Como señala un estudio, el comercio mundial disminuyó en un 66% entre 1929 y 1934, mientras que las exportaciones e importaciones de Estados Unidos hacia y desde Europa también cayeron en alrededor de dos tercios.
Aunque nadie dice que estemos en ese punto todavía, las empresas están más preocupadas que antes, especialmente por toda la incertidumbre.
La mentalidad de "ojo por ojo" entre Pekín y Washington podría conducir a ambas partes a no querer bajarse de sus posiciones hostiles por temor a perder.
Pero lo que muchos empresarios esperan, por supuesto, es que esta furia sea el comienzo de otra serie de negociaciones.
La preocupación es que si no lo es, escalará y todos seremos más pobres. Y eso nos incluye a ti y a mí.
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Qué es una guerra comercial, cuáles son sus armas y quiénes son sus principales víctimas
En las guerras comerciales, se dispara con aranceles y se bombardea con cuotas de importaciones.
Son tan antiguas como el propio comercio internacional, pero las guerras comerciales siguen siendo un asunto de poderosas repercusiones en la actualidad.
Más con la la entrada en vigor este 1 de junio del aumento de los aranceles a las importaciones a Estados Unidos de acero en un 25% y de un 10% en el aluminio de México, Canadá y la Unión Europea.
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Trump aseguró en un inicio que se trataba de una medida que obedecía a razones de seguridad nacional y que la industria asociada a esos metales había sufrido durante los gobiernos anteriores por las "injustas" políticas de importación existentes.
"No tomamos estas acciones por elección, sino por necesidad", dijo ante miembros de su gabinete y trabajadores de la industria metalúrgica estadounidense.
Previo a la entrada en vigor, la posibilidad de que la medida dispare una guerra comercial ha alertado a muchos especialistas.
Sin ir más lejos, la Unión Europea, segunda exportadora del acero que se consume en Estados Unidos, anunció en marzo pasado que estaba dispuesta a imponer medidas similares sobre las motocicletas Harley-Davidson, el bourbon, la mantequilla de maní y los pantalones Levi's.
Pero ¿qué es una guerra comercial, cuáles son sus formas de acción y cuáles sus consecuencias?
¿Qué es una guerra comercial?
Barry Eichengreen, profesor de Economía y Ciencias Políticas de la Universidad de California explica que una guerra comercial comienza cuando un país toma acciones para restringir la entrada de uno o varios productos de importación de otra nación o de un grupo de naciones determinado.
Puede ir, afirma, desde subir los aranceles hasta la prohibición de toda la importación de un producto.
"Como consecuencia, las naciones afectadas adoptan regulaciones similares en represalia que, posiblemente, provoquen nuevas medidas por parte del primer país", señala a BBC Mundo.
Sin embargo, Simon Lester, investigador del Center for Trade Policy Studies, un centro de estudios de comercio internacional con sede en Washington, considera que el de "guerra comercial" resulta un "término muy problemático", que puede significar muchas cosas a la vez.
De acuerdo con el especialista, se trata, en realidad, de un amplio rango de conflictos comerciales, que pueden ir desde una simple limitación para la importación de un producto hasta una disputa política por una razón económica entre dos o más naciones.
"Yo particularmente, trato de evitarlo porque cubre un amplio rango de disputas", sostiene en diálogo con BBC Mundo.
¿Cómo se "combate" en una guerra comercial?
Raj Bhala, profesor de la Universidad de Kansas (Estados Unidos) especializado en la legislación del comercio internacional, explica que las formas en que actúan los países implicados en estas disputas dependen del alcance de las medidas que generaron el conflicto.
"En fechas recientes hemos oído hablar de productos como el acero y el aluminio, pero hay que tener en cuenta que los sectores afectados pueden ir desde bienes hasta servicios o incluso propiedad intelectual", comenta a BBC Mundo.
Lester, por su parte, señala que este tipo de disputa suele tener varias fases y puede llevar a una "escalada de tensiones".
"Es una especie de acción-reacción-acción-reacción entre los países", agrega.
"En 1930, por ejemplo, el Congreso de Estados Unidos subió los aranceles a determinados productos y muchos países respondieron subiendo los impuestos también. Fue en los inicios de la Gran Depresión y probablemente la hizo mucho peor", considera.
Bill Reinsch, quien fuera presidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior de Estados Unidos, asegura a BBC Mundo que la forma en la que actúan las naciones durante una disputa de este tipo se basa en "ataques comerciales" de "acciones compensatorias".
"Es una especie de ojo por ojo y diente por diente: yo te voy a hacer lo equivalente a lo que tú me hiciste a mí y si tú me haces más, yo haré lo posible por hacerte miserable y hacerte más de lo que tú me hiciste a mí", comenta el también experto del Center for Strategic and International Studies, un centro de estudios globales con sede en Washington.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos considera que la decisión obedece a que su país sufre de un "comercio injusto" sus competidores y que las nuevas medidas garantizarán una mayor paridad en los intercambios comerciales y reducirá los déficits.
"Nuestras industrias de acero y aluminio (y muchas otras) han sido diezmadas durante décadas por el comercio injusto y la mala política con los países del mundo. No podemos permitir que se sigan aprovechando de nuestra nación o nuestras empresas. ¡Queremos un comercio libre, justo e INTELIGENTE!", escribió en Twitter.
¿Cuáles son las principales "armas" que se utilizan en estas guerras?
"Básicamente, hay dos: la principal son los aranceles, que son impuestos a las importaciones, y las cuotas de importaciones, que son límites a la cantidad de determinados productos que se puede importar", señala el experto del Center for Trade Policy Studies.
Añade que, en dependencia de las regulaciones, son posibles también restructuraciones en las políticas de gobierno respecto al país que impuso las medidas.
"Lo otro es que, como pasó durante la crisis de 1930, puede comenzar con un producto y luego extenderse a muchos otros como respuesta y agravar o conducir a una crisis económica", sostiene.
Reinsch, por su parte, señala que menos común, es utilizar un sistema regulatorio o medidas proteccionistas, que, en su opinión, buscan enmascarar las represalias.
"Un ejemplo: cuando la Unión Europea prohibió la importación de pollo clorado porque no consideran que cumplía los estándares sanitarios de la comunidad para muchos, fue visto como una manera de controlar la entrada del pollo estadounidense, que era muy competitivo en ese mercado", señala.
¿Cuáles son sus consecuencias y quiénes son los principales afectados?
"El resultado más directo es el aumento de los precios: los consumidores tendrán que pagar más por el mismo producto", señala Simon Lester desde el Center for Trade Policy Studies.
"Si una empresa alemana, por ejemplo, vende carros en Estados Unidos y debe pagar aranceles más elevados para la importación de ese producto, tiene dos posibilidades, o asumir el costo o subirlo para que sea pagado por el que lo compre. Y generalmente, suele pasar lo segundo", detalla.
Lo mismo sucede con los exportadores.
De acuerdo con el profesor de la Universidad de California, este tipo de disputas comerciales conducen a la interrupción del comercio y de las cadenas de suministro globales, lo que daña la rentabilidad de las empresas que importan insumos y exportan productos.
Pero los analistas aseguran que las meras amenazas de una guerra comercial también tienen su impacto negativo en el mercado de valores.
"Uno de los principales reflejos es su impacto en la bolsa, dado que los inversores se ponen nerviosos, cuando ven en esto un síntoma de inseguridad. Entonces, caen los valores y también, la confianza del consumidor y de los usuarios", señala el especialista del Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales.
La Casa Blanca, no obstante, desestimó que la medida puede implicar una subida de los precios y consideró que, en cambio, puede llevar a una consolidación de las industrias nacionales y a la generación de empleos.
¿Son realmente "buenas" y "fáciles de ganar"?
Tras las críticas al anuncio de la subida a los aranceles del aluminio y el acero, el presidente Trump aseguró en un tuit que las guerras comerciales eran "buenas y fáciles de ganar".
La directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, respondió que "nadie gana" en una guerra comercial y vaticinó que un nuevo conflicto de este tipo dañaría el crecimiento económico global.
Los especialistas consultados por BBC Mundo coinciden en que los resultados de una disputa de este tipo son generalmente negativos.
"El 99,9% de los economistas cree que las guerras comerciales perjudican económicamente a los países beligerantes y que, como resultado, todos los países pierden", apunta Barry Eichengreen.
Por su parte, el expresidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior de Estados Unidos opina que tampoco cree que sean fáciles de ganar.
"A través de la historia hemos visto que cuando algún país toma medidas restrictivas para la importación de ciertos productos, es difícil que los países afectados no respondan. Y esto puede llevar a que más productos se vean afectados. Sinceramente, no veo ningún ganador en estas disputas", afirma.
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Para Trump “las guerras comerciales son buenas”: cómo pueden afectar a América Latina los aranceles al acero y aluminio anunciados por el presidente de Estados Unidos
"Las guerras comerciales son buenas, y fáciles de ganar".
Esa fue la particular manera en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió en Twitter los aranceles que dijo piensa imponer a la importación de acero y aluminio en su país.
Ese provocativo tuit de Trump vino a echar más leña al fuego de la inquietud que había desatado su anuncio del jueves de que colocaría aranceles de 25% al acero y 10% al aluminio.
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Brasil y México, las dos mayores economías latinoamericanas, figuran entre los principales cinco proveedores de acero a EE.UU., según datos del Departamento de Comercio de este país sobre los primeros nueve meses de 2017.
Ministros de Brasil y México realizaron gestiones esta semana en Washington para intentar limitar el impacto de las medidas que prepara la Casa Blanca, cuyos detalles oficiales se espera que sean revelados la semana próxima.
Según expertos, los aranceles anunciados por Trump durante un encuentro con ejecutivos industriales podrían dañar más a Brasil que a México.
Pero también suman un factor nuevo de tensión en la difícil renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, en inglés) que EE.UU. lleva a cabo con México y Canadá.
Y en una región como América Latina, con varias elecciones presidenciales previstas en los próximos meses, el fantasma de una guerra comercial global puede dar impulso a quienes rechazan la apertura de mercados.
"Infelizmente la tentación proteccionista termina provocando represalias", dice Welber Barral, exsecretario brasileño de Comercio Exterior, a BBC Mundo.
"Enorme preocupación"
El objetivo del gobierno de Trump es luchar contra el ingreso de metales baratos que llegan a EE.UU. principalmente de China, aunque este país no figure entre sus principales proveedores de acero.
"Nuestra industria de acero está en mal estado. ¡SI NO TIENES ACERO, NO TIENES PAÍS!", tuiteó Trump este viernes.
Brasil, segundo mayor exportador de acero a EE.UU. después de Canadá, reaccionó rápidamente al anuncio sobre aranceles a ese metal y al aluminio.
"El gobierno de Brasil recibe con enorme preocupación la información", indicó un comunicado del ministerio brasileño de Industria y Comercio Exterior el jueves.
El texto advirtió que Brasil espera "trabajar constructivamente" con EE.UU. para evitar la aplicación de los gravámenes, pero "no descarta eventuales acciones complementarias, en el ámbito multilateral y bilateral, para preservar sus intereses".
Barral sostiene que el anuncio supone "un impacto grande" para el país, que parece salir de una de las peores recesiones de su historia.
El año pasado, Brasil exportó US$2.600 millones en acero a EE.UU. por un total de 4,7 millones de toneladas.
Marco Polo de Mello Lopes, presidente del Instituto Acero Brasil, que representa a la industria del país, señala que la medida anticipada por Trump tornaría inviables las ventas a EE.UU.
"Debido al exceso de capacidad instalada en el mundo, el mercado hoy ya es extremamente competitivo. El recargo quita cualquier grado de competitividad de la industria brasileña", señala Lopes a BBC Brasil.
"Represalias"
Luis de la Calle, un economista mexicano experto en comercio que participó de la negociación original del NAFTA, cree que su país sufrirá menos que Brasil los aranceles anunciados por Trump.
"Nosotros vamos a acabar exportando (a EE.UU.) más automóviles, refrigeradores, estufas, lavadoras y otros productos que contienen acero, porque las empresas en EE.UU. que los fabrican van a ser menos competitivas con el acero más caro", le dice De la Calle a BBC Mundo.
"Vamos a acabar exportando más acero por medio de productos terminados, en cambio Brasil es solamente un exportador de acero sin valor añadido y por lo tanto va a tener un impacto mayor", agrega.
Pero eso está lejos de librar de preocupación a México.
Su Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) indicó que espera que México sea excluido de las medidas arancelarias de EE.UU., porque de lo contrario el país debería responder con acciones recíprocas.
Otros países y bloques como la Unión Europea también han advertido que tomarán medidas de represalia contra EE.UU. si se aplican los aranceles anunciados por Trump, alimentando los temores a una guerra comercial que ya causan pérdidas en bolsas de valores.
Esto ocurre además justo cuando México, EE.UU. y Canadá procuran evitar la caída de su acuerdo de libre comercio, mediante una compleja renegociación ordenada por Trump el año pasado.
"Si no los excluyen (de los aranceles a metales anunciados por Trump), México y Canadá tomarán represalias contra EE.UU. y se enturbiará la la negociación del tratado", anticipa De la Calle.
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BBC Mundo Noticias
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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