Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma Tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; Cipriano "El asesino que no mira atrás", conversaba con su tío don Emilio Culquicondor, y repentinamente ellos fueron sorprendidos por la llegada de dos jinetes, que venían en búsqueda de Cipriano, por que ellos juraron venganza, luego de su desafío(reto) de Cipriano con un compañero de los recién llegados quien murió acuchillado por Cipriano; ellos realmente no tenían nada pendiente, ya que su finado compañero, él mismo buscó su muerte, pero como ellos estaban borrachos, no midieron las consecuencias de sus actos, aunque ellos están con ventaja, montados sobre briosos caballos y chavetas blandidas ; eso no intimidó a Cipriano y él tratando de evitar una muerte más, les indicó que regresen; pero el mas joven de los jinetes en estado hostil insultó a Cipriano llamándolo cobarde............
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Cipriano Culquicondor, no era ningún cobarde, mas bien era el bandolero más temido y conocido como: "El asesino que no mira atrás", él estando descansado y con el control de todos sus sentidos, vio fácil de deshacerse de los novatos desafiantes...Cipriano no toleraba, que alguien le llame cobarde y con insultos, que le harían comer la tierra con su fría y propia sangre.
Entonces, Cipriano pasó su mano derecha por la espalda y calculó la ubicación de su chaveta a la altura de la cintura; abandonó el corredor de la casa y caminó hacia el patio, y en un acto de calculado coraje, se dirigió al joven retador; pero ellos siendo dos no aprovecharon la ventaja estratégica que tenían al no cerrarse el paso que hubiese la presencia del bandolero, sino que se abrieron facilitando el accionar de Cipriano; quien dio un movimiento con rapidez felina, acercándose al caballo del retador y le atrapó la rienda(frenos) del caballo controlando por completo a la bestia.
Cipriano, dueño de la situación frenó al caballo jalándolo hacia él, el ofuscado animal no entendió la acción del hombre y dio traspiés doblando sus patas delanteras(manos) inclinando la cabeza hacia adelante, que hizo perder equilibrio del jinete bravucón.
Cipriano, con el control absoluto del caballo, y ante la nula reacción del otro jinete; que se convirtió en espectador y no desafiante, jaló de nuevo la cabeza del caballo con la rienda, que el animal intentó corcovear y con movimiento brusco expulsó de la silla al atrevido jinete, quien voló por los aires y cayó pesadamente al suelo, y quedó soñado( perdiendo los sentidos), el otro jinete viendo a su compañero caído, picó con las espuelas la panza de caballo y huyó.
Don Emilio, no había obedecido la sugerencia de Cipriano para que se quede en el patio trasero; al salir Cipriano, él, le siguió atrás, pero se quedó en el corredor de la casa y desde allí pudo observar la destreza como su sobrino Cipriano enfrentaba a dos retadores; como resultado uno se fugó y el otro estaba soñado(sin control de los sentidos).
Entonces, Cipriano dio vuelta a su cuerpo y recién pudo ver la presencia de su tío Emilio y desde esa distancia le gritó:
--- Por favor tío Emilio, traiga una olla llena de agua fría, para levantar un chancho que fingió ser muy duro de roer; producto de unos tragos que bebieron, él sabía que perdería frente a mi, pero se atrevió insultándome; yo no le hice nada, su propio caballo lo tiró por los aires y al caer perdió los sentidos.
Don Emilio, escuchando lo que sus propios ojos observaron, entró a la sala y pasó a la cocina y llenó el agua de una tinaja, a una olla de barro(arcilla) y con el líquido elemento, él salió y le alcanzó a su sobrino Cipriano, quien con la olla en sus manos le provocaba tirarle por la cabeza, pero optó por la razón, levantó la olla con sus brazos hacia arriba y desde allí haciendo una chorrera de agua hacia la cabeza de la víctima caída,.
El agua, reanimó al jinete caído, quien muy aturdido, atinó a sentarse sobre el suelo y observó a Cipriano sin ninguna arma y éste; creyendo que lo sorprendería de nuevo, le dijo:
--- Amigo, usted ha quedado con su accionar por las patas del caballo, le vuelo a dar la ventaja, para que no piense que abuso de su estado; monte su caballo y váyase, que la próxima vez no tendré contemplaciones y lavase su boca sucia, que en vez de ayudarlo le perjudica...
El caído se levanto casi dando traspiés, pero logró estabilizar su cuerpo, cogió la rienda de su caballo, montó y picó con las espuelas la panza del caballo y desapareció tal como llegó...
Cipriano y su tío don Emilio. regresaron a la casa, al subir al corredor se sentaron sobre el poyo y se pusieron a conversar, y fue Cipriano, quien le dijo:
--- Tío Emilio, usted en sus años mozos(joven), seguro que también tuvo sus desafíos y retos de faltosos(retadores improvisados), que siempre fastidian y joden en el camino; tal vez recuerde algo, que a usted le pareció importante o que sufrió un percance...
Don Emilio, ya era un hombre envejecido; si era cierto que tuvo algún momento de apogeo, cuando él, capitaneaba su : "Banda de los Culquicondor", y se hizo respetar, en aquellos tiempos tuvo una bronca muy sonada(comentada) en la frontera del Ecuador, fue en un potrero de Amaluza, donde residía un bandolero ecuatoriano, quien organizó una fiesta, invitando a varios amigos entre peruanos y ecuatorianos, entre los que se encontraba don Emilio.
En el apogeo del baile con danzas sanjuaneras, en la que bailaba don Emilio con una bella huambra ecuatoriana, quien le hizo "ojitos"(sentía interés por él), y él se apegó al cuerpo de ella y la huambra correspondió abrazándolo y siguieron bailando muy abrazaditos; pero ese espectáculo, no le agradó a alguien de los presentes, quien sin mediar ningún pleito fue directo al cuerpo de don Emilio, cruzándole el pie izquierdo que se enredó con los pies de don Emilio y perdió el equilibrio e iba caer pesadamente al suelo con su pareja; pero gracias a la reacción de ella, quien se aferró al cuerpo de Emilio y lo sostuvo en el aire y cayeron lo dos juntos, pero muy suave, casi como si fuese parte de la danza sanjuanera; pero el reto ya fue plantado, por que allí estaba a la expectativa el atacante. Pero la fiesta se paralizó...
Entonces, don Emilio, se levantó con agilidad a impulsando al mismo tiempo a su pareja, ya de pie metió la mano a la cintura y sacó su chaveta y con una rapidez increíble avanzó contra su atacante y le cortó de cuajo la oreja derecha, sorprendiendo e inhabilitado por la abundancia de la sangre que le afloraba; don Emilio con la oreja en su mano la levantó como un trofeo y gritando, pidió:
--- Amigos, fui atacado por este cobarde, solo le acaricié la cabeza y se quedó pegada la oreja en mi mano, digan ustedes si lo remato o lo perdono....
Nadie, atinó a hablar algo; quienes también fueron sorprendidos, más bien las mujeres incluida su pareja de baile estaban horrorizadas del espectáculo de dos hombres que acababan de empezar una bronca; pero terció el dueño de casa, y al intervenir y dirigiéndose a Emilio, le dijo:
--- Amigo peruano, tu hiciste bien en defenderte todos somos testigos, felizmente no habido muertos, pero eso si a alguien le va faltar parte de su cuerpo, creo que hay que desinfectarle la herida y que continúe la fiesta....
Pero, la bronca no había terminado, solo era el comienzo, y repentinamente del tumulto de los allí presentes, salió otro ecuatoriano haciendo alarde de peleador, y con jocosidad de insultos al peruano; él, imitando a una gallina cacareando con la mirada fija en Emilio, le dijo:
--- Gallina de mierda, te equivocaste de nido, conmigo es la bronca, y aquí estoy...
El nuevo retador se plantó en medio de la gente allí presente y observando a los ojos de Emilio, tal como lo hace una fiera a su presa, esperando la reacción del retado...
Don Emilio, soltó la sucia oreja que tenía en la mano y aceptó el reto y avanzó lentamente estudiando a su retador, quien ya lo esperaba con dos chavetas blandidas y en posición de ataque, hubo movimientos de pies como si fuesen dos gallos de pelea y Emilio detectó un ligero desnivel del terreno detrás del retador, que justo iba el pie de derecho con amenazas de ataque.
El atrevido retador, movió el pie derecho y justo fue al desnivel, perdió el equilibrio corporal y cayó de espaldas, ofreciéndole el pecho, que fue aprovechado por Emilio, quien como un gato a caza del ratón saltó y le aprisionó los dos brazos pisándolos con toda su fuerza y el caído soltó sus chavetas.
Una vez más con la ventaja de la victoria y pudiendo cortarle el pecho o atravesarlo directo al corazón, y asestar la puñalada decisiva, solo le cortó la oreja izquierda y con ese trofeo se levantó y dijo:
--- Amigos, no he venido a pelear, por que ya habrían dos muertos; pero tanto insisten en atacarme que solo les estoy haciendo caricias a sus orejas... jajajajajajajjaja.... y ya tenemos dos fuera de combate...
Continuaremos...................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
Cipriano Culquicondor, no era ningún cobarde, mas bien era el bandolero más temido y conocido como: "El asesino que no mira atrás", él estando descansado y con el control de todos sus sentidos, vio fácil de deshacerse de los novatos desafiantes...Cipriano no toleraba, que alguien le llame cobarde y con insultos, que le harían comer la tierra con su fría y propia sangre.
Entonces, Cipriano pasó su mano derecha por la espalda y calculó la ubicación de su chaveta a la altura de la cintura; abandonó el corredor de la casa y caminó hacia el patio, y en un acto de calculado coraje, se dirigió al joven retador; pero ellos siendo dos no aprovecharon la ventaja estratégica que tenían al no cerrarse el paso que hubiese la presencia del bandolero, sino que se abrieron facilitando el accionar de Cipriano; quien dio un movimiento con rapidez felina, acercándose al caballo del retador y le atrapó la rienda(frenos) del caballo controlando por completo a la bestia.
Cipriano, dueño de la situación frenó al caballo jalándolo hacia él, el ofuscado animal no entendió la acción del hombre y dio traspiés doblando sus patas delanteras(manos) inclinando la cabeza hacia adelante, que hizo perder equilibrio del jinete bravucón.
Cipriano, con el control absoluto del caballo, y ante la nula reacción del otro jinete; que se convirtió en espectador y no desafiante, jaló de nuevo la cabeza del caballo con la rienda, que el animal intentó corcovear y con movimiento brusco expulsó de la silla al atrevido jinete, quien voló por los aires y cayó pesadamente al suelo, y quedó soñado( perdiendo los sentidos), el otro jinete viendo a su compañero caído, picó con las espuelas la panza de caballo y huyó.
Don Emilio, no había obedecido la sugerencia de Cipriano para que se quede en el patio trasero; al salir Cipriano, él, le siguió atrás, pero se quedó en el corredor de la casa y desde allí pudo observar la destreza como su sobrino Cipriano enfrentaba a dos retadores; como resultado uno se fugó y el otro estaba soñado(sin control de los sentidos).
Entonces, Cipriano dio vuelta a su cuerpo y recién pudo ver la presencia de su tío Emilio y desde esa distancia le gritó:
--- Por favor tío Emilio, traiga una olla llena de agua fría, para levantar un chancho que fingió ser muy duro de roer; producto de unos tragos que bebieron, él sabía que perdería frente a mi, pero se atrevió insultándome; yo no le hice nada, su propio caballo lo tiró por los aires y al caer perdió los sentidos.
Don Emilio, escuchando lo que sus propios ojos observaron, entró a la sala y pasó a la cocina y llenó el agua de una tinaja, a una olla de barro(arcilla) y con el líquido elemento, él salió y le alcanzó a su sobrino Cipriano, quien con la olla en sus manos le provocaba tirarle por la cabeza, pero optó por la razón, levantó la olla con sus brazos hacia arriba y desde allí haciendo una chorrera de agua hacia la cabeza de la víctima caída,.
El agua, reanimó al jinete caído, quien muy aturdido, atinó a sentarse sobre el suelo y observó a Cipriano sin ninguna arma y éste; creyendo que lo sorprendería de nuevo, le dijo:
--- Amigo, usted ha quedado con su accionar por las patas del caballo, le vuelo a dar la ventaja, para que no piense que abuso de su estado; monte su caballo y váyase, que la próxima vez no tendré contemplaciones y lavase su boca sucia, que en vez de ayudarlo le perjudica...
El caído se levanto casi dando traspiés, pero logró estabilizar su cuerpo, cogió la rienda de su caballo, montó y picó con las espuelas la panza del caballo y desapareció tal como llegó...
Cipriano y su tío don Emilio. regresaron a la casa, al subir al corredor se sentaron sobre el poyo y se pusieron a conversar, y fue Cipriano, quien le dijo:
--- Tío Emilio, usted en sus años mozos(joven), seguro que también tuvo sus desafíos y retos de faltosos(retadores improvisados), que siempre fastidian y joden en el camino; tal vez recuerde algo, que a usted le pareció importante o que sufrió un percance...
Don Emilio, ya era un hombre envejecido; si era cierto que tuvo algún momento de apogeo, cuando él, capitaneaba su : "Banda de los Culquicondor", y se hizo respetar, en aquellos tiempos tuvo una bronca muy sonada(comentada) en la frontera del Ecuador, fue en un potrero de Amaluza, donde residía un bandolero ecuatoriano, quien organizó una fiesta, invitando a varios amigos entre peruanos y ecuatorianos, entre los que se encontraba don Emilio.
En el apogeo del baile con danzas sanjuaneras, en la que bailaba don Emilio con una bella huambra ecuatoriana, quien le hizo "ojitos"(sentía interés por él), y él se apegó al cuerpo de ella y la huambra correspondió abrazándolo y siguieron bailando muy abrazaditos; pero ese espectáculo, no le agradó a alguien de los presentes, quien sin mediar ningún pleito fue directo al cuerpo de don Emilio, cruzándole el pie izquierdo que se enredó con los pies de don Emilio y perdió el equilibrio e iba caer pesadamente al suelo con su pareja; pero gracias a la reacción de ella, quien se aferró al cuerpo de Emilio y lo sostuvo en el aire y cayeron lo dos juntos, pero muy suave, casi como si fuese parte de la danza sanjuanera; pero el reto ya fue plantado, por que allí estaba a la expectativa el atacante. Pero la fiesta se paralizó...
Entonces, don Emilio, se levantó con agilidad a impulsando al mismo tiempo a su pareja, ya de pie metió la mano a la cintura y sacó su chaveta y con una rapidez increíble avanzó contra su atacante y le cortó de cuajo la oreja derecha, sorprendiendo e inhabilitado por la abundancia de la sangre que le afloraba; don Emilio con la oreja en su mano la levantó como un trofeo y gritando, pidió:
--- Amigos, fui atacado por este cobarde, solo le acaricié la cabeza y se quedó pegada la oreja en mi mano, digan ustedes si lo remato o lo perdono....
Nadie, atinó a hablar algo; quienes también fueron sorprendidos, más bien las mujeres incluida su pareja de baile estaban horrorizadas del espectáculo de dos hombres que acababan de empezar una bronca; pero terció el dueño de casa, y al intervenir y dirigiéndose a Emilio, le dijo:
--- Amigo peruano, tu hiciste bien en defenderte todos somos testigos, felizmente no habido muertos, pero eso si a alguien le va faltar parte de su cuerpo, creo que hay que desinfectarle la herida y que continúe la fiesta....
Pero, la bronca no había terminado, solo era el comienzo, y repentinamente del tumulto de los allí presentes, salió otro ecuatoriano haciendo alarde de peleador, y con jocosidad de insultos al peruano; él, imitando a una gallina cacareando con la mirada fija en Emilio, le dijo:
--- Gallina de mierda, te equivocaste de nido, conmigo es la bronca, y aquí estoy...
El nuevo retador se plantó en medio de la gente allí presente y observando a los ojos de Emilio, tal como lo hace una fiera a su presa, esperando la reacción del retado...
Don Emilio, soltó la sucia oreja que tenía en la mano y aceptó el reto y avanzó lentamente estudiando a su retador, quien ya lo esperaba con dos chavetas blandidas y en posición de ataque, hubo movimientos de pies como si fuesen dos gallos de pelea y Emilio detectó un ligero desnivel del terreno detrás del retador, que justo iba el pie de derecho con amenazas de ataque.
El atrevido retador, movió el pie derecho y justo fue al desnivel, perdió el equilibrio corporal y cayó de espaldas, ofreciéndole el pecho, que fue aprovechado por Emilio, quien como un gato a caza del ratón saltó y le aprisionó los dos brazos pisándolos con toda su fuerza y el caído soltó sus chavetas.
Una vez más con la ventaja de la victoria y pudiendo cortarle el pecho o atravesarlo directo al corazón, y asestar la puñalada decisiva, solo le cortó la oreja izquierda y con ese trofeo se levantó y dijo:
--- Amigos, no he venido a pelear, por que ya habrían dos muertos; pero tanto insisten en atacarme que solo les estoy haciendo caricias a sus orejas... jajajajajajajjaja.... y ya tenemos dos fuera de combate...
Continuaremos...................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
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