Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la agencia de noticias BBC Mundo Noticias, nos alcanza un amplio reportaje sobre la Cera Humana de los Oídos, que cumple funciones primordiales que llegan a ser un antibacteria, y nos da las recomendaciones de como limpiar la cera de los oídos, que muchos equivocadamente usamos los hisopos de algodón que no se recomienda bajo ningún tratamiento, por ser muy peligroso para el oído incluso puede romperse el tímpano originando graves problemas con la audición que puede llegar a la sordera completa.
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/03/140317_salud_cera_oidos_secretos_mxa
Las ballenas no limpian sus oídos. Año tras año su cerumen se acumula, dejando tras sí una especie de historia de vida contada en ácidos grasos, alcoholes y colesteroles.
Pero el cerumen humano no es tan interesante y la mayoría de nosotros elimina su acumulación sistemáticamente.
Sin embargo, la sustancia oculta cosas fascinantes.
Es producida sólo por la parte más externa del conducto auditivo, gracias a una mezcla de entre una y 2.000 glándulas sebáceas (que también ayudan a mantener el cabello graso) y glándulas sudoríparas modificadas.
Añade algunos trozos de cabello, piel muerta y otros detritos corporales y tienes la receta del cerumen.
Durante mucho tiempo se ha pensado que su función principal es principalmente la lubricación (los primeros bálsamos labiales se hicieron a partir del cerumen) aunque también se cree que es útil para prevenir que los insectos se desplacen en las cavidades internas de la cabeza.
Algunos creen que también funciona como un antibiótico.
Mata bacterias
En 1980, los investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., Tuu Jyi Chai y Toby C Chai, recogieron, juntaron y mezclaron el cerumen de 12 personas en una solución de alcohol. Luego introdujeron algunas bacterias a la mezcla.
El cerumen logró matar el 99% de varias cepas de bacterias, incluyendo Haemophilus influenzae (que causa una infección diferente de la gripe) y una cepa particular de Escherichia coli, llamada K-12.
Otras cepas de E. coli, así como de estreptococo y estafiloco fueron un poco más resistentes a la cera de los oídos, con tasas de mortalidad que varían entre 30% y 80%. El cerumen recogido tenía efectos bactericidas claros sobre los 10 tipos de bacterias que se probaron.
Y se encontraron resultados similares en un estudio alemán de 2011.
En ese experimento, 10 péptidos que se encuentran en el cerumen fueron capaces de evitar el crecimiento de las bacterias y los hongos.
Las infecciones del conducto auditivo externo, argumentaron los investigadores, se producen cuando el sistema de defensa basado en el cerumen falla.
Pero en 2000 un estudio realizado en la Universidad de La Laguna en las Islas Canarias encontró lo contrario.
En su lugar, los investigadores vieron un efecto neutro cuando se trataba de una cepa de estafilococo, y en la mayoría de los casos, hallaron que el cerumen en realidad promueve el crecimiento de bacterias, incluyendo E. coli, aparentemente debido a la abundancia en nutrientes que proporciona.
No es el único estudio en poner en duda la propensión de cerumen a asesinar microbios.
Seco o húmedo
Hay algo que podría arrojar luz sobre las conclusiones dispares de este y otros estudios. Las investigaciones de 1980 y 2011 utilizaron la secreción de las personas con cerumen seco, mientras que el estudio de 2000 se centró en la forma húmeda.
No está de ninguna manera claro que en esa distinción radiquen las propiedades antimicrobianas por las que tiene reputación cerumen, sobre todo porque los dos tipos se forman esencialmente a partir de los mismos ingredientes.
Si tienes cerumen húmedo o seco está determinado genéticamente, y todo se reduce a una sola letra en un solo gen.
Se llama ABCC11, y si tienes una A en lugar de una G, entonces tu cerumen será seco (y también olerá diferente al húmedo). Es un raro ejemplo de la herencia mendeliana, y el tipo húmedo es completamente dominante.
El patrón es tan predecible que el cerumen incluso se ha utilizado para rastrear los antiguos patrones de la migración humana.
Las personas de ascendencia caucásica o africana son más propensas a tener cerumen húmedo, mientras que los asiáticos del este son más susceptibles a albergar la variedad seca y escamosa dentro de sus oídos.
Pero cómo quitarlo
Sin embargo, la cuestión más apremiante que rodea el cerumen, para la mayoría de nosotros, es cómo quitarlo.
Es una pregunta que al parecer ha plagado a la humanidad desde al menos el siglo primero.
En su libro "De medicina", el romano Aulo Cornelio Celso sugirió una serie de remedios para eliminar el cerumen acumulado.
Incluso hoy en día los médicos, al igual que Ceslo, podrían usar aceite de almendras o de oliva para ablandar la cera compacta antes de intentar sacarla.
Algunas personas sufren problemas relacionados con el cerumen lo suficientemente graves como para justificar una intervención médica.
Los ancianos, los niños y las personas con problemas de aprendizaje se encuentran a menudo con problemas relacionados con el cerumen compacto.
Este puede conducir a la pérdida de la audición, al aislamiento social e incluso la paranoia leve.
El cerumen en sí no puede perforar la membrana timpánica; ocurre porque la gente trata de extraer la cera compacta por su propia cuenta.
Debido a que los riesgos de usar un hisopo de algodón son altos, incluso para un médico experto, la mayoría usa en un agente suavizante, seguido de irrigación.
Pero no hay consenso médico sobre el mejor agente de ablandamiento, o si la irrigación es mejor inicialmente.
En 2012, los investigadores de la Escuela Médica de la Universidad de Minnesota Medical Anjali Vaidya y Diane J Madlon-Kay concluyeron que ni el agente suavizante, ni la irrigación u otras formas de extracción manual eran viables, pero que ningún tratamiento había demostrado ser mejor, más seguro, o eficaz que los otros.
A pesar de los riesgos, algunas personas empujan hisopos de algodón en los oídos después de una ducha a sabiendas de que los médicos están en contra.
Corren el riesgo de perforar el tímpano o empujar el cerumen más adentro del oído. A veces, el algodón en el extremo puede caerse, quedando alojado en el interior del canal auditivo.
Hay que evitar completamente una práctica de medicina alternativa conocida como velas de oído.
Consiste en llevar una vela hueca hecha de cera de abeja o parafina cerca de la oreja y encender la mecha. La idea es que el calor dentro de la vela vacía extrae el cerumen del canal auditivo, el cual se puede quitar fácilmente.
Nada apoya la eficacia del método, mientras que la evidencia indica que si cera caliente de la vela cae sobre tu tímpano sería muy doloroso y es mejor evitarlo.
Considérate advertido.
Lee la historia original en inglés en BBC Future
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¿Cuál es la mejor manera de limpiar nuestros oídos?
A muchos nos les gusta, lo encuentran repulsivo. Pero lo cierto es que el cerumen de los oídos es una secreción natural con una función muy importante, y limpiarlo no es algo que se deba tomar a la ligera.
La cirujana de oído, nariz y garganta británica Gabriel Weston investigó cuáles son las mejores y las peores formas de limpiar los oídos.
Pero antes de darnos su veredicto, aclara que el cerumen es una sustancia que producen las glándulas dentro del oído y que tiene varias funciones:
- Ayuda a mantener nuestros oídos saludables y limpios.
- Evita que las líneas que recubren los canales auditivos se sequen y agrieten.
- Protege al oído de la suciedad y repele el agua, lo cual ayuda a detener las infecciones.
La mayor parte del tiempo, nuestros canales auditivos se limpian a sí mismos.
A medida de que hablamos, masticamos y movemos nuestras mandíbulas, la cera y las células de la piel se mueven lentamente desde el tímpano hasta el orificio del oído, donde usualmente se secan y caen.
El cerumen usualmente no causa problemas, pero si se produce en exceso puede causar un bloqueo que puede causar dolor o causar la pérdida de la audición.
Existe una gran cantidad de productos a la venta que prometen limpiar tus oídos o eliminar la cera de los oídos, pero ¿cuál ayuda realmente?
Bantoncillos de algodón
Los problemas con frecuencia surgen cuando intentamos limpiar nuestros oídos con el dedo o, incluso peor, con un bastoncillo de algodón.
Pese a que muchas personas los usan con ese fin, las empresas que los fabrican recomiendan no utilizarlos en el canal auditivo.
La próxima vez que estés tentado a usar uno de sus utensilios, que a primera vista parecen inocuos, échale un vistazo a la etiqueta del paquete.
Probablemente encontrarás una advertencia que dice que los bastoncillos de algodón "no deberían ser insertados en el canal del oído".
Cuando los usamos, lo que realmente terminamos haciendo es empujando el cerumen hacia la profundidad del oído, lo que hace que se quede pegado en las partes que no se pueden limpiar a sí mismas.
El cerumen también puede contener bacterias procedentes de la parte externa del oído, lo cual puede causar una infección.
Eliminar el cerumen con un bastoncillo puede irritar la piel del oído, lo que puede provocar que la gente tienda a tocarse aún más esa parte. Eso se puede convertir en un ciclo vicioso.
En algunos casos, si el bastoncillo es insertado demasiado profundo, hay un riesgo de perforar el tímpano, lo cual puede causar un dolor repentino, sangrado y una pérdida temporal de la audición.
Velas para los oídos
Las velas para los oídos son comercializadas como una solución sencilla para quienes quieren deshacerse del cerumen.
La técnica implica colocar una vela encendida, larga y delgada, dentro de un cono con un orificio y posicionarla dentro del oído.
Se supone que extraerá el cerumen y otras impurezas.
Sin embargo, como Gabriel descubrió, después de que una vela ha sido encendida, en el centro de la misma se acumulará un depósito de cera, incluso si no ha estado cerca del oído.
La explicación es que la cera proviene del interior de la vela.
Investigaciones han demostrado que las velas para oídos no son efectivas para remover el cerumen y representan un peligro.
Puede provocar quemaduras en el oído y el rostro, puede dejar cera en el canal y también puede dañar el tímpano.
Gotas de oídos
Muchas personas usan gotas para los oídos como opción número uno para eliminar el cerumen. Estas pueden suavizar o aflojar el cerumen y permitirle seguir su curso natural.
Hay muchas gotas en el mercado. Entre los ingredientes activos que contienen están el peróxido de hidrógeno, el bicarbonato de sodio o el cloruro de sodio.
Aunque las gotas podrían ser efectivas, pueden causar irritación en las personas con pieles sensibles.
En cambio, gotas de aceites de oliva y de almendras parecen ser tan efectivas como otros costosos productos comerciales.
Si quieres probar los aceites de oliva o de almendras para suavizar el cerumen de tus oídos, te recomendamos que calientes un poco el aceite de tu predilección (hasta llegar a tu temperatura corporal) y te acuestes sobre un costado.
Utiliza un gotero para aplicar unas pocas gotas del aceite en tu oído y quédate en esa posición por 5-10 minutos.
Es muy poco probable que el aceite de oliva provoque una irritación en tu oído, pero necesita mucho tiempo para surtir efecto en el cerumen.
Quizás sea necesario que repitas el procedimiento dos o tres veces al día entre tres y cinco días para suavizar la cera acumulada.
Irrigar el oído
Si tienes un problema persistente con el cerumen, tu doctor podría recomendarte irrigar tu oído, un procedimiento que también se conoce como lavado con jeringa.
Esta técnica consiste en usar una herramienta que lanza un chorro de agua dentro del canal del oído para eliminar la cera.
Sin embargo, aunque este método podría quitarla, puede en algunos casos ser doloroso e incluso dañar el tímpano.
Microsucción
Algunas clínicas pueden hacer una microsucción para eliminar el cerumen.
En este procedimiento, el especialista usará un microscopio para ver dentro del oído y un diminuto dispositivo aspirará el cerumen.
Esta técnica puede ser muy segura y efectiva para eliminar bloqueos persistentes.
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Cinco cosas que quizás no sabe sobre la cera de los oídos
La cera o cerilla de los oídos es uno de esos productos corporales que pocos quieren discutir en público.
En el pasado, esta sustancia llegó incluso a ser usada como bálsamo para labios y cataplasma para heridas.
Pero la cera de los oídos tiene otras muchas cualidades. Algunos estudios recientes señalan que funciona como un indicador de la acumulación de sustancias tóxicas en el organismo e incluso podría ayudar a diagnosticar ciertas enfermedades.
BBC Mundo explora cinco secretos de la cerilla que tal vez muchos lectores desconozcan.
1. Cómo sale
Las células dentro del canal auditivo son únicas en el organismo, ya que pueden migrar. "Si colocáramos una gota de tinta junto al tímpano veríamos que poco a poco se desplaza hacia afuera en cuestión de semanas por el movimiento de estas células", explicó Shakeel Saeed, médico del Royal National Throat, Nose and Ear Hospital de Londres, un centro especializado en otorrinolaringología.
Si ese movimiento no tuviera lugar el canal auditivo se taparía con células muertas producto del proceso natural de renovación celular.
Este fenómeno impulsa hacia el exterior a la cera y se cree que el movimiento de la mandíbula al hablar o comer ayuda en ese proceso. La cera es producida por glándulas especiales en la piel del canal auditivo. El nombre técnico para esta materia cerosa es cerumen.
Saeed señala que la cerilla puede ponerse más oscura con la edad. Los hombres, por otra parte, pueden tener más pelos en la oreja cuando envejecen y esto puede dificultar la salida natural de la cera.
2. Tiene propiedades antimicrobianas
La cera de los oídos contiene aceites, pero está constituida en gran parte por queratinocitos, células epiteliales muertas además de otras sustancias.
Entre 1.000 y 2.000 glándulas producen péptidos antimicrobianos (un tipo de moléculas), mientras que las glándulas sebáceas cercanas a los pelos aportan a la mezcla alcoholes, una sustancia oleosa llamada escualeno, colesterol y triglicéridos.
La producción de cera no varía mucho entre hombres y mujeres. Tampoco entre jóvenes o viejos. Pero un nuevo estudio indicó que el contenido de triglicéridos sí que baja en el hemisferio norte de noviembre a julio.
La cera también contiene lisozima, una enzima con propiedades antibacterianas. Otros investigadores no están de acuerdo y aseguran que la cera es un medio perfecto para la proliferación de bacterias.
3. De dónde venimos importa
Las personas de origen asiático producen un tipo diferente de cerumen, de acuerdo a científicos del Instituto Monell en Philadelphia. Un pequeño cambio en el gen ABCC11 es responsable de una cera más seca y de olores menos intensos en las axilas de individuos de China, Japón y Corea.
El estudio del Instituto Monell midió la concentración de 12 compuestos orgánicos volátiles en la cerillas de individuos caucásicos y asiáticos.
En 11 de los 12 compuestos la cera de las personas blancas tenía más sustancias productoras de olores.
Kate Prigge, investigadora de Monell, explicó que los científicos analizan el olor de la cera, como un primer paso para determinar si ese aroma podría servir para detectar enfermedades.
El instituto estudia una enfermedad de causas genéticas llamada enfermedad de la orina de jarabe de arce, que puede ser diagnosticada fácilmente a través del aroma de los compuestos de la cera. Utilizar un hisopo (copito de algodón, bastoncillo de los oídos) para obtener una muestra de cerilla es mucho más barato que realizar un análisis de ADN.
El doctor Prigge reconoce que su trabajo genera reacciones de sorpresa. "Si le cuento a alguien que me dedico a estudiar los olores corporales generalmente se ríe. Pero cuando explicamos cuánta información puede obtenerse a partir de esos aromas la gente entiende por qué me dedico a esto".
4. Mejor un vacío que una jeringa
Carrie Roberts tiene poco más de 40 años y desde hace tiempo tiene un problema de cera excesiva en sus oídos. Ya su médico retiró la cerilla en múltiples ocasiones con una jeringa. Cuando intentó usar un remedio casero de aceites tibios acabó con los oídos tapados.
Roberts decidió pagar por un tratamiento de micro-succión, en el que el canal auditivo es limpiado por una especie de mini-aspiradora.
Saeed prefiere utilizar en su hospital este método al de la jeringa. "Con la jeringa uno va a tientas y ciegas, sin visión directa. Si uno usa agua hay que hacer que el agua pase más allá de la cera para que pueda expulsarla al salir".
"Si el agua no tiene por donde pasar no hay que forzarla. No es común que se dañe el oído durante este procedimiento pero puede suceder”.
En la micro-succión, en cambio, el especialista mira el canal auditivo a través de un microscopio.
Carrie dice que tratamiento no le causó ningún dolor y fue muy rápido.
"Se siente un poco como esos tubos de succión que le ponen a uno en la boca cuando va al dentista, solo que en esta ocasión se trata del oído. Para mí es mucho mejor que la jeringa ya que fue más rápido, no me sentí mareada y no tuve usar aceites durante una semana luego del tratamiento".
5. Puede ser un indicador de la contaminación
La cera de los oídos, como otras secreciones, puede tener trazas de ciertas toxinas en el cuerpo, por ejemplo, de metales pesados.
Existen también algunas enfermedades del metabolismo que afectan a la cerilla.
Uno de los hallazgos científicos más notables relacionados con esta secreción fue un tapón de cera de 24 cm en una ballena azul.
A diferencia de los seres humanos, que expulsan su cera y sus células epiteliales muertas, estas ballenas la retienen. Así, se registra la historia del animal al igual que los anillos en el tronco de un árbol revelan la variación de épocas de lluvia o sequía a lo largo de su historia.
La cera de la ballena fue analizada por Sascha Usenko, un científico de la Universidad Baylor en Waco, Texas. Usenko y sus colegas determinaron en base a la cera del cetáceo que en sus 12 años de vida había entrado en contacto con 16 tipos diferentes de contaminantes como pesticidas.
La mayor exposición a sustancias tóxicas fue en el primer año de vida, lo que sugiere que esas sustancias fueron transferidas a la ballena durante el embarazo o a través de la leche de su madre.
Cuando el animal llegó a la madurez sexual, la cera muestra altos niveles de cortisona, la hormona del estrés, resultado probablemente de la competencia con otros machos por aparearse.
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Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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