Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon, y como informamos en el capítulo anterior; Elsa Martinez Linares y Olzagon, iniciaron una juerga en el lujoso Bar Toscano, ellos disponían de un aposento privado, que solamente el mesero podía entrar, siempre y cuando sea llamado por el tintan de una campanilla, ellos ya bebieron una jarra de cócteles; ahora hicieron un nuevo pedido, para él, un vaso de whisky en las rocas y para ella una botella de cerveza alemana, hubo mucho dialogo y rompieron el protocolo, ahora ya se tutean...
Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen las consistencias del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derechos de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Elsa Martinez Linares, no tenía enamorado desde hacía 18 años atrás, por propia confesión, por que en aquella época tuvo una fuerte decepción amorosa, que le originó un proceso depresivo, que pudo superar con dificultades y renunció a mantener nuevos romances y se dedicó de lleno a la administración de su empresa "Comercial ELMALI", y vaya que lo hizo con tanta eficiencia, que continuó exitosamente la expansión comercial, tal como la adquirió de un inversionista alemán.
De momento, tal vez un inesperado instante, a ella le despertó las ganas de salir a beber en compañía de un hombre, rompiendo su juramento de renuncia a los hombres, y el elegido fue un joven 30 años menor que ella y todo indica que se iniciará un romance a la medida que ella desea, sin condiciones, ni sometimientos, simplemente un amor especial o tal vez algo más; seguiremos a la pareja con la segunda rueda de los tragos.
Entonces, Elsa con el ánimo templado y con deseos de ser amada esa noche, tomó la iniciativa, dado que su joven pareja estaba dispuesto para ella, le dijo:
--- Olzagon, como te narré mis decepciones amorosas me obligaron cerrar mi corazón por 18 años, al extremo que la sola compañía eventual de algún hombre me horrorizaba, y trataba de desprenderlo en el mismo instante que sentía su presencia; pero hoy me siento diferente, ya no quiero tener las puertas cerradas de mi corazón, no se que me pasa, no puedo explicarlo, pero si me siento eufórica y dispuesta amar.
Era una estocada directa al corazón de Olzagon, que tal vez de buenas a primeras no había previsto ese repentino amor, el joven vendedor se remeció todo su cuerpo, que no tuvo otra alternativa que contestar; pero él, fue más allá, le cogió las dos manos y mirándola fijamente a sus ojos le contestó:
--- Elsa, pues los dioses del amor, hicieron su trabajo a la perfección, yo soy el compañero que necesitas para abrir las puertas de tu corazón, no todos los hombres somos iguales, si hubo en tu vida decepciones amorosas y con heridas dolorosas, estoy dispuesto a sanar esas heridas abiertas con amor, aprecio, cariño, ternura y afecto, son cinco palabras que brotan de mi corazón y te harán feliz; además, yo no tengo ninguna aspiración a tu riqueza personal, solo deseo de tu persona tu riqueza espiritual de tu huérfano corazón....
Olzagon, hizo una pausa y aflojó un poco la presión, que hizo cogiéndole las manos a Elsa y agregó:
--- Elsa, el amor nunca atropella, llega pausadamente a unir corazones que se conocen y tratan de entenderse gracias a esa magia invisible que remueve cuerpos enteros, al principio tan solo mirándose, luego acariciándose y finalmente besándose, tal como yo lo voy hacer en este momento.....
Justo, cuando Olzagon iba a besar a Elsa, quien seducida estaba ofreciéndole sus labios, fueron interrumpidos por el mesero que llegó con un azafate con los tragos y bocaditos, quien consciente que estaba interrumpiendo sin proponérselo, dijo:
--- Con el permiso de los señores, les he traído su pedido, el whisky es un añejo de 25 años, escocés legítimo y la cerveza es la mejor marca alemana; los bocaditos son variados con sal y otros con dulce, espero que lo disfruten y como siempre estaré a sus ordenes al tintan de la campanilla.
No fue del agrado de Elsa, la brusca interrupción del mesero, pero se mantuvo sobria y finalmente agradeció la atención del mesero, diciéndole:
--- Muchas gracias...
El mesero se ausentó y de nuevo Olzagon tomó la iniciativa, abrió la botella de cerveza de su pareja le sirvió medio vaso y él con su trago levantando su vaso, le dijo:
--- ¡¡ Salud !! Por el inicio de nuestra felicidad...
Elsa, casi sojuzgada por la arremetida del joven, le contestó:
--- ¡¡ Salud Olzagon !!
Ambos llevaron los tragos a los labios, Elsa tenía sed y se bebió todo el contenido de su vaso de una sola vez, en cambio Olzagon sólo lo hizo con sorbo, ambos soltaron los vasos sobre la mesa y fue Elsa, quien empezó a comer un bocado de los variados bocaditos servidos; Olzagon hizo lo mismo, la segunda vez fue Olzagon, quien cogió un nuevo bocadito le dio un beso y lo llevó a la boca de Elsa, ella abrió los labios y lo empezó a comer, era solo un bocado de amor......
Ese arranque cariñoso de hacerla comer en los labios por la actitud romántica del joven, le fascinó y ella para no quedarse atrás, hizo lo mismo, cogió un bocado lo besó y lo mordió y lo llevó a los labios de Olzagon, quien lo comió lentamente, y se adelantó besó la mano de ella con la que dio el bocado.
Ya, se inicio el intercambio de presentes, pequeños detalles amorosos de hondo contenido romántico, por lo que Olzagon, cogió de nuevo la mano derecha de Elsa y le dijo:
--- Elsa, ¿Estarías dispuesta abrir tu corazón a un joven que recién conoces? y que parece que ya conocíamos desde hacía mucho en mundos diferentes, te ofrezco sinceridad y libertad absoluta en tu vida, solo nos veríamos cuando tengas el tiempo suficiente y sobre todo cuando tu lo desees, jamás interrumpiré tu vida cotidiana y solamente seré el consuelo de tu corazón...
Elsa, se temblaba como si fuese su primera vez, para ella escuchar las palabras del joven pretendiente, era como si lloviese Maná del Cielo; pero solo era un joven como el mismo lo dijo, que acaba de conocerlo, obrando bajos los efectos del estímulo de unos tragos; pero que importa eso, siempre tiene que haber un aliciente para el inicio de una aventura y efectivamente ella, temía al sometimiento masculino, tal vez era un trauma, que le daba terror, dado su independencia absoluta en su vida cotidiana, pues valía la pena intentar algo nuevo...
Por que su corazón se agitaba y le inducía a contestar afirmativamente, entonces intentó servir su vaso, pero Olzagon, suavemente se lo impidió, y fue él, quien le sirvió medio vaso de cerveza y chocaron de nuevo los vasos y bebieron; pero esta vez solo bebió un pequeño sorbo y mirando apasionadamente a su joven pretendiente que necesitaba de un respuesta, le contestó:
--- Olzagon, como me hubiese gustado haber nacido la misma época y serías mi esposo en estos momentos, y como no es así, pero el amor llegó, pues si deseo ser tu compañera amorosa, que si me someto a los mandados de mi corazón; efectivamente mi vida empresarial absorbe la casi totalidad de mi tiempo diario y por las noches las paso en compañía de mi familia, era una rutina a la que acostumbré y no sentía ninguna nostalgia de la compañía de un hombre, salvo algunas veces que vine a este bar sola y sola salí..
Elsa, hizo una pausa y agregó:
--- Sin embargo, en estos momentos, mi corazón palpita con más fuerza, siento que llegó el momento de abandonar mi soledad, y abrir las puertas al amor que ha llegado de la mano a un joven a quien aún desconozco, pero como dice el refrán: Hay que dar posada al peregrino.. jajajajaja...
Olzagon, le pareció muy graciosa la expresión del refrán y también se río a carcajadas................
Continuaremos...............
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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