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domingo, 24 de mayo de 2020

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DLVIII.- Amalia "Ojos verdes"; siente tremenda decepción, al descubrir que su acompañante Rogelio Campos, era un vulgar bandolero.....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; Amalia "Ojos verdes" y su acompañante y amante el bandolero  Rogelio Campos, estaban viajando a lejanas tierras, donde se presumía, estén una yunta de bueyes, que le fueron robados a Amalia; en el trayecto después de superar un desnivel del camino y cruzar una extensa pampa, ellos tratan de llegar a una casa para pedir que les preparen comida...

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Amalia "Ojos verdes", siempre tomando la delantera junto a su acompañante Rogelio Campos, estaban llegando a la casa  ubicada al final de la pampa y cuando estaban a corta distancia, Amalia, llamó:
--- Señora, Señora, Señora....
Repitió por tres veces la palabra Señora y fue escuchada no precisamente por la señora, sino por perros bravos que en número de tres les salieron al encuentro a los transeúntes para morderlos por ser extraños; pero les hicieron frente los perros flacos  del finado Concepción Huamán que los acompañaban, y se trenzaron en completa pelea de perros, que puso en alerta a la dueña de casa, quien con una vara larga en la mano salió para calmar a sus perros bravos.
La dueña de casa, gritó a sus perros con estas palabras:
--- Zape perros.. zape perros... zape perros....
Los animales se desprendieron de los perros visitantes y obedecieron a su ama, regresando con el rabo entre las piernas al patio de la casa, pero uno de ellos cojeaba por que fue mordido por uno de los perros flacos que demostraron ser buenos acompañantes.
Después de la calma, y como Amalia "Ojos verdes" y la dueña de casa se conocían, no precisamente en esta casa, sino cuando ambas estuvieron en la Ciudad y fue Amalia quien saludó a su amiga, así:
--- Buenas tardes amiga Romelia, que gusto saludarla, no sabía que vivía en esta casa.
La dueña de casa muy sonriente le contestó:
--- Buenas tardes doña Amalia, el gusto es mío volver a verla, desde esa ocasión que nos conocimos; pues, pase a la chosita (palabra de humildad y modestia).
Romelia, también saludó al acompañante Rogelio Campos, así:
--- Gusto señor en saludarlo, oh pero su rostro me es conocido, creo que se apellida Campos, pero no recuerdo en donde lo he visto, pero pase a la chosita.
Con la bienvenida de la dueña de casa, Amalia y Rogelio pasaron a la casa y les tendieron una jerga sobre el poyo y se sentaron, a un costado se sentó la dueña de casa, quien había estado muy atareada en la cocina y llegaba el aroma exquisito a carne asada, que se les hizo agua la boca a los recién llegados, y fue la anfitriona, quien inició la conversación, así:
--- Pues, ¡¡¡ Que milagros doña Amalia que le trae por estos lares !!! No creo que sólo sea un paseo en compañía de su esposo...
Amalia, tomó aire y reposadamente le contestó:
--- Doña Romelia, estuve en el campo de pastoreo y se me ha extraviado una yunta de bueyes, creo que fue robada por los mañosos (ladrones de vacas) de las lejanías de los cerros azules, por que los he rastreado y todo mi indica que la yunta se fue arreada a esa comarca.
Doña Romelia, acompañando el sentimiento de pérdida de su amiga, le contestó:
--- Cuanto lo siento amiga; últimamente los mañosos (ladrones) no nos dejan criar animales, de la noche a la mañana se llevan manadas de reses y andan armados hasta los dientes; dicen que los chimbas (ecuatorianos) les venden armas y en pago los cambian con los animales robados, y usted dice que ha perdido su yunta de bueyes, esos toros son los más solicitados por los chimbas.
Amalia, sintió como una pegada dura las expresiones de su anfitriona, pero ella tenía razón, por que una yunta de bueyes cualquier agricultor la necesitaba y le contestó:
--- Doña Romelia, pues, estoy intentado recuperarlos; pero quiero pedirle un favor, nosotros estamos con hambre y quisiera que nos prepare un almuerzo y tal vez por allí le sobren unos huesos para estos perritos flacos que no son míos, fueron del finado Concepción Huamán, que lo asesinaron, y los animalitos se pegaron con nosotros.
Doña Romelia, que era una mujer generosa y justo estaba preparando el almuerzo para toda la familia, ya que su esposo y sus hijos no demorarían en llegar desde el campo donde fueron hacer tareas agrícolas, le contestó:
--- Con gusto le ofreceré mis pobrezas (signo de humildad y modestia) que estoy preparando, más bien iré a la cocina a bajar las ollas y alistar los mates, no demoran en llegar (regresar)  mi esposo y mis hijos.
Doña Romelia, pidiendo permiso se fue a la cocina, y los recién llegados se mostraron contentos por que ya iban almorzar, y efectivamente en pocos minutos llegó el dueño de casa con sus hijos, todos llevaban una lampa sobre el hombro, y al ver a los extraños sentados porque de lejos no los conocían, le llegó un recuerdo funesto a su mente, salieron sus perros al encuentro moviendo y meneando la cola halagaban al amo.
Entonces, Rogelio se puso de pie algo nervioso, pero sereno, lo mismo hizo Amalia, al ver que llegaban los dueños, fueron ellos quienes saludaron casi al unísono:
--- Buenas tardes señor....
El recién llegado mirando fijamente a Rogelio Campos, les contestó el saludo:
--- Buenas tardes señores, siéntense por favor....
Los huéspedes se sentaron, el dueño de casa con sus hijos entraron al interior de la casa y se dirigió a la cocina, y se escuchó un murmullo como casi una discusión entre los esposos, que fue escuchada por Rogelio y Amalia y ella le dijo:
--- Don Rogelio, creo que el esposo no quiere nuestra presencia, parece que le regañó a su esposa por habernos recibido en la casa.
Rogelio, algo recordaba que muchos años atrás hubo un asalto a un grupo de agricultores y les robaron el fruto de la venta de animales, pero él nunca fue el causante, todo se lo llevó el que hacía de jefe del grupo de asaltantes.
Hubo silencio, tanto en la cocina, como en la pareja de los recién llegados, hasta que salió el dueño de casa con un machete muy afilado en la mano derecha y dirigiéndose en tono desafiante a Rogelio Campos, le dijo:
--- Bandolero desgraciado: ¿Cómo te atreves venir a mi casa después de habernos asaltado en el vado del río? Y te llevaste nuestra alforja con todo el dinero que habíamos vendido  nuestros animales a los chimbas (ecuatorianos)...
Rogelio Campos, como impulsado desde su asiento se puso de pie en posición defensiva, pero él no tenía ninguna arma en sus manos (las chavetas estaban metidas en la alforja) y muy resuelto y sin bajar la cabeza, le contestó:
--- Si amigo, si fui uno de los asaltantes que les robamos a usted y otras personas, pero recuerde no fui yo quien les robó, fue el jefe del grupo y él se llevó toda la alforja suya, después hubo un pleito entre nosotros por ese robo, al final yo me abrí de ese grupo y salí sin un centavo en mi bolsillo.
Amalia "Ojos verdes", quien al escuchar la confesión de su acompañante, y comprobando sus sospechas, estaba asombrada y palideció su rostro por el terror que sentía y con lágrimas en los ojos verdes, por la tremenda decepción que sufrió, interrumpió y mirando a su acompañante llamándole la atención con reclamo, le dijo:
--- Pero:¿Por qué me mintió? Si usted se ha presentado como un ganadero muy acomodado (ricachón) le pregunto: ¿Por qué me engañó? Ya sospechaba yo como se enfrentó a Pancho "Mala sangre", por que usted y él, eran de la misma cofradía, que pena siento....que vergüenza Dios mío...
Amalia, dirigiéndose al dueño de casa, en tono de disculpa, le dijo:
--- Señor, siento mucho lo que usted me ha descubierto que mi acompañante era un mañoso (ladrón); yo nunca supe de su vida, hace poco lo conocí en la Ciudad, que pena Dios mío.......
Continuaremos.......................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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