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domingo, 11 de octubre de 2020

La Casa de la Loma tiene un Fantasma : Capítulo DLXXVIII.- Elvira Yanayaco Morocho; se ofrece como amante al bandolero Rogelio Campos, pero él, la rechaza por segunda vez...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; Elvira Yanayaco Morocho, más conocida como la "Viuda de los 12 Apóstoles", por que ella enviudó 12 veces, que según comentarios de los vecinos, ella los asesinó a todos; usando múltiples métodos que nunca se pudo probar su culpabilidad; ahora ella tiene la visita del bandolero Rogelio Campos, quien es un fornido y temible asesino, pero que junto a ella se ha convertido en un manso angelito; ella tiene un plan para convertirlo en el marido N° 13, pero él se rehusa aceptar; aún así aceptó acompañarla al lejano potrero grande, donde piensa seducirlo y acostarse con él....

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.


Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Elvira Yanayaco Morocho, era una mujer muy atractiva, que a pesar que residía en el campo y trabajaba como un hombre en la agricultura, no mellaba sus encantos de belleza, que conservaba un cuerpo esbelto que nunca perdió la figura seductora, que aún siendo madre de 12 hijos; pues, ella quería aprovechar la visita inesperada del bandolero Rogelio Campos para convertirlo en el marido N° 13; ya le ofreció casi como un regalo todos sus terrenos,pero él rechazó tal ofrecimiento, justamente para no convertirse en siguiente marido muerto.
Pero, Elvira Yanayaco Morocho, nunca se rinde, ya lo comprometió al bandolero para que la acompañe a dejar en el pasto a sus tres acémilas, ella se cambió de ropa, ahora luce como toda una mujer seductora; veremos la capacidad de resistencia de Rogelio ante las insinuantes tentaciones femeninas.
Ahora, regresemos a las propiedades del rico agricultor Eriberto López Mija, quien acompañado de su guarda espaldas Algimiro Lunas, estaban dando vueltas a los terrenos que recién iban a ser usados como pastoreo de ganado vacuno, que venían de una loma vecina donde ya terminaron con el pasto, quedando el terreno eriazo; era una manada de aproximadamente 80 reses entre toros, vacas y becerros; ellos encontraron al mando de ese  sector y luego de los saludos, él les dijo:
--- Don Eriberto, sus terrenos y la cría (expresión usada para decir la suma de  los ganados vacunos, caprinos, ovinos, etc.) no han tenido la visita de ningún asaltante, y reina un silencio que en la práctica es peligroso; tal vez debería estar preparado para una ingrata sorpresa, le digo estas apreciaciones por que tengo entendido que usted despierta codicia a los bandoleros y asaltantes.
Don Eriberto López Mija, se sonrió escuchando los temores del capataz, que por cierto eran valederos y reales; y en efecto esas propiedades nunca fueron asaltadas y le contestó:
--- Gracias Juan ( así se llamaba el mando) por tu preocupación, justamente el señor que me acompaña que ya lo conoces se ha convertido en mi guarda espaldas; tu sabes los asaltantes y bandoleros antes de atacarte, te hacen un seguimiento y también presiento esa posibilidad, por esa razón contraté los servicios de Algimiro Lunas, quien fue parte de ellos, que a pesar de su cojera, tiene mucha experiencia que nos permitirá anticiparnos ante la eventual conjetura de un asalto.
En seguida los tres personajes aprovecharon su presencia  y se unieron a los arreadores en el traslado del ganado a los nuevos pastos; ellos no saben que efectivamente esos terrenos serán blanco de su asalto en las próximas noches, no sabe cuando, ni cuanto son; pero el embravecido océano ambiental anuncia la tempestad de la llegada de un bandolero decidido atacar y depredar la riqueza del agricultor Eriberto López Mija.
Ahora, regresemos a la casa de la "Viuda de los 12 Apóstoles"; doña Elvira, fue hasta su depósito en busca de una alforja o bolsico para llevar algo de fiambre, por que ella no sabía, si en la choza del potrero grande donde dejó algunos comestibles aún estaban allí, o ya fueron aprovechados por los animales salvajes tales como los zorros o las ardillas.
Ella, salió con un bolsico, que ella misma lo tejió en un fino acabado con diseños de figuras naturales que era todo un arte elaborarlo en un telar de cintura; esta técnica la aprendió del marido N°6, que fue un tejedor de jergas, bolsicos, ponchos, chalinas y rebozos; tal vez el único hombre, ya que esta especialidad siempre fue para las mujeres, que por cierto son hábiles tejedoras.
Elvira, entró a la cocina, cogió un atado de dulce (chancaca), un queso seco y una talega de cancha tostada de maíz blanco que le preparaba su hermana Emiliana, que ella no podía comer pero lo hacía para su hermana; doña Elvira, se dijo así misma: "Creo que esto es suficiente para matar el hambre el día completo.."
Elvira, salió de la cocina con las provisiones dentro del bolsico y fue hasta el corredor delantero donde la esperaba Rogelio; quien conversaba alegremente con Emiliana, al llegar ella dijo:
--- Don Rogelio, nos vamos, por que estamos demorando mucho, hay un largo trecho por caminar...
En seguida, Elvira dio instrucciones a su hermana Emiliana, por si acaso alguien llegue buscándola y lo que debe hacer hasta su regreso por la noche.
Luego, Elvira invitó a Rogelio seguirla, ya que ella por ser conocedora del camino halará un caballo adelante y Rogelio irá atrás con los dos restantes, ya con la posición de las sogas ellos partieron; en aquel instante el caballo de Rogelio al verlo partir lo despidió con un ligero relincho, ya que había entre ellos una comunicación continúa, algo muy especial por las largas caminatas del amo sobre su corcel.
Por razones, que iban separados durante un largo trecho no hubo dialogo entre ellos, hasta que llegaron a una larga ladera y sin vegetación, allí se unieron halando sus animales y este fue el dialogo y como siempre fue Elvira, quien dijo:
--- Don Rogelio, seguro que está viajando en busca de una fortuna, se puede saber:¿Quién será el afectado?
Rogelio, recién recordó que estaba de viaje en caza y que su víctima sería el rico ganadero Eriberto López Mija, pero no le iba a decir nada; sólo una mentira muy piadosa; él se sonrió y le contestó:
--- Doña Elvira, sabe de mis actividades, pero esta vez estoy paseando, por eso llegué a su casa, recordando aquella lluvia que no amainaba y usted me dio posada, aquella vez estaba completamente apurado, por esa razón no pude despedirme de usted, fue con su hermana Emiliana que le encargué mi agradecimiento por la posada.
Elvira, recordó con sumo placer aquella noche, que compartió con Rogelio se acostaron juntos y que vio estrellas al ser poseída por un hombre muy aventajado (pene muy largo), que ninguno de sus 12 maridos tuvieron algo similar y soltando una carcajada, le contestó:
--- Si, recuerdo aquella noche inolvidable para mi, en aquella época llevaba como unos 10 años de viuda de mi último marido y usted llegó me hizo trizas mi cuerpo con semejante verja (pene) que me hizo conocer las estrellas del Cielo, y que me gustó y desde esa época mi cuerpo no ha conocido otro hombre.
Rogelio, para variar la conversación por que efectivamente le creaba problemas con las mujeres ser muy aventajado, soltó él también la carcajada y le contestó:
--- Doña Elvira, le ruego mis disculpas por las travesuras de mi pinga (pene), así me puso Dios y no tengo la culpa al acostarme con las mujeres.
Doña Elvira, quien parecía una mujer insaciable, pero si, se había sometido a un castigo de abstinencia y que pretendía romper esa larga castidad acostándose con el bandolero., le dijo:
--- Don Rogelio, usted no tiene que disculparse, después de todo yo fui quien le visitó su cama y me sometí a las consecuencias, quisiera ahora que lleguemos a la choza del potrero grande lo hagamos de nuevo, ya que usted es mi hombre que siempre lo busqué.
Rogelio Campos, quien era un asesino cruel, y que nunca tuvo miedo a ningún rival, por primera vez sintió escalofríos en todo su cuerpo, ya había un olor a muerte; él pensando en el fatídico número 13 y temiendo en convertirse en el próximo marido, le contestó:
--- Doña Elvira, yo he cambiado ahora, estoy comprometido con una mujer maravillosa, que por primera vez en mi vida tengo estabilidad, he renunciado a visitar y asistir a las fiestas patronales, ya no quiero más mujeres solo a ella; y lo más maravilloso que ella no es celosa y no le importa que lo haga fuera de su vista, justo por eso estoy aprendiendo a respetarla, creo que también me enamoré de ella; dice usted que no ha tenido ningún hombre después de la muerte de su último marido y solo a mi; es una buena señal, dedíquese a sus actividades de la agricultura, que algún día llegará alguien solo y la acompañará toda la vida.
Elvira, muy decepcionada nuevamente por las palabras de Rogelio, pero ella no conoce la palabra derrota y  le contestó:
--- No, don Rogelio, creo el único hombre que me hará feliz es usted y no voy a renunciar teniéndolo a mi lado................
Continuaremos........................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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