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domingo, 20 de febrero de 2022

La Historia del Agente Justiciero Genochi : Capítulo XXXV.- "Mano Siniestra"; al cerciorarse que Ceferino Yarlaqué lo echó a la policía, ordenó su muerte y el ejecutor fue "El Machetero del Río"; quien aplicó la misma treta, que hizo con Efigenio Timaná, y cuando llegó a su casa lo degolló con su puñal desde el cuello...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Agente Justiciero Genochi; Ceferino Yarlaqué, preocupado por la misteriosa desaparición de Efigenio Timaná, atinó a culpar a "Mano Siniestra", que por un ajuste de cuentas ordenó su asesinato, por que éste se acostó con su amante de Chilcapampa; pero: ¿Cómo se enteró "Mano Siniestra"?, Ceferino supuso y sabiendo que Efigenio era un torpe delincuente y por su propia boca le narró, como efectivamente fue así, por lo que "Mano Siniestra" ofendido en su honor, ordenó su muerte que fue ejecutado por el asesino "El Machetero del Río"; Ceferino fue a la policía y echó a "Mano Siniestra" ser el autor intelectual de la desaparición de Efigenio Timaná; la policía con la ayuda del fiscal Ignacio Morante Campos, sometieron a interrogatorio a "Mano Siniestra", no confesó nada, el fiscal dio carta libre a la policía para someterlo a torturas a "Mano Siniestra", y en efecto así lo hicieron, colgándolo desde sus extremidades inferiores con sogas amarradas que  lo sostenían desde los tobillos, esta tortura era la más temible y dolorosa; pero, "Mano Siniestra", quien era un cobarde esta vez la resistió y no declaró nada. ....  .....sigamos la historia.................


Aquí en la imagen Observamos al Agente Justiciero Genochi, quien como agente anónimo bregará para capturar a los culpables del asesinato de sus padres en Chilcapampa.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.



Aquí en la imagen observamos al delincuente Bonifacio "Oreja Mocha"; quien como líder de una banda juvenil, asaltaron a la morada de Eucebio Nonajulca Rivera, residente en el Barrio Alto de Chilcapmpa, a quien asesinó por que no le entregó el dinero de una venta de ganado vacuno.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

En el mundo del hampa, vivir al margen de la ley, es quizá el peor de los castigos que se auto infringe el ser humano, quien mediante diferentes modalidades atacan a la ley de la justicia, como: contrabandistas, narco terroristas, sicarios a sueldo, asaltantes a mano armada, y otras nuevas técnicas de la tecnología como extorsionadores mediante llamadas telefónicas o ingresan a sus cuentas bancarias apropiándose de los ahorros honestos de sus víctimas, o usando maquinaria ingresan a su casa en las oscuras noches y le limpian llevándose todo; ahora en tiempos modernos roban al paso los celulares que incluso son capaces de matar si la víctima opone resistencia; otra modalidad es el secuestro de jóvenes mujeres para convertirlas en prostitutas bajo de órdenes de temibles proxenetas que las explotan, o los traficantes de órganos humanos, que secuestran a sus víctimas, luego las asesinan y extraen los órganos para venderlos a traficantes que los entregan a centros médicos clandestinos o aún legales.
Continuando con la historia; la policía al tener la autorización del fiscal Ignacio Morante Campos para someter a torturas al condenado "Mano Siniestra" y así confiese ser el autor intelectual de la desaparición de Efigenio Timaná; ellos fueron en gestión ante las autoridades de la cárcel para sacar al condenado, tuvieron el visto bueno y lo sacaron y se llevaron al lugar de las torturas; aunque "Mano Siniestra" estaba dispuesto a resistir por que tenía pendiente apelaciones a Lima, ya que declarándose culpable aumentarían los años de condena, su decisión de hombría fue interesada, ya que siendo un cobarde, era el primero que se declaraba culpable.
La policía, sometió a "Mano Siniestra" a la tortura más dolorosa, colgándolo de los tobillos hacia abajo con las sogas accionadas por poleas que producían un dolor espantoso y el efecto del sofocamiento que al estar colgado con la cabeza abajo se le llenaba de sangre, allí estuvo padeciendo por varios minutos y no confesó nada.
El capitán de la policía, al no lograr la confesión de "Mano Siniestra", ordenó someterlo a la tortura de sumersión en el agua, lo trasladaron a una playa del mar, siendo las 05:00 horas de la madrugada, lo desvistieron dejándole únicamente sus calzoncillos; dos fornidos agentes lo llevaron al agua y lo sumergieron aplastándole la cabeza dentro del agua por espacio de 5 minutos y luego lo sacaron a flote semi ahogado, luego que reaccionó fue sometido a interrogatorio y volvió a negar todo.
Lo dejaron que repose por unos 30 minutos, persuadiéndole que confiese su crimen, por que iba a morir ahogado y dejado su cuerpo en la playa para que lo devoren las aves carroñeras.
Pero, el condenado "Mano Siniestra" se mantenía firme; él ya tomó la determinación de salvar a su viejo amigo y compinche "El Machetero del Río" y le respetaba su retiro del mundo del hampa y llegó a pensar que estando condenado por 50 años de cárcel, era mejor morir.
La policía al no lograr la confesión, lo volvió a someter a la sumersión (inmersión)boca arriba, los mismos agentes lo introdujeron, cogiéndole los brazos, quien estando sumergido decidió morir; los agentes calcularon los 6 minutos, por que tampoco lo iban a matar, lo reflotaron, esta vez casi se les pasó la mano, por que el torturado no movió ningún músculo de su cuerpo, le tomaron las pruebas de vida en la vena yugular y no había circulación de la sangre, lo colocaron boca abajo y lo sometieron a masajes y palmadas a los pulmones para que expulse el agua que había tragado, vaya que respondió, por que el individuo tosiendo arrojó mucha agua por la boca y "resucitó", los policías se alegraron al no haber ocasionado la muerte al condenado por las torturas que lo habían sometido.
Luego que el torturado se recuperó, el capitán de la policía lo sometió a interrogatorio, haciéndole conocer que tendría una muerte larga y penosa y para evitarlo, declarándose culpable de la muerte y desaparición de Efigenio Timaná, el condenado mantuvo su negativa, que él no sabía nada, contestando así:
--- Capitán, usted puede someterme a todas las torturas, por que yo no sé que le pasó a Efigenio Timaná, el individuo caminaba sólo, así me confesó cuando compartíamos la celda, seguro viajó un largo camino, que sé yo, tal vez se fue al Ecuador, ustedes tienen ese trabajo de ubicarlo, y no yo siendo inocente, ahora quiero saber: ¿Quién me echó?, señalándome como el autor de su desaparición.
El capitán de la policía, quien nunca le iba decir quien lo echó, que ya le parecía que el dato fue falso, él ya se convenció, que él no era el asesino de la muerte o desaparición y le contestó:
--- Hombre, te felicito has demostrado ser muy valiente para soportar nuestras caricias (torturas), nosotros actuamos al amparo de la ley, nadie que yo sepa te ha echado, de lo que tu sopones ser inocente, sólo actuamos por conjeturas, sabiendo que Efigenio Timaná viajó a Chilcapampa y algo pasó allí, que te enojaste como para ordenar su muerte, sigo creyendo que tu eres el autor, no lo admites; pero, vamos a respetar tu supuesta inocencia y te regresaremos a tu celda donde pagarás tus crimines de por vida.
Lo que no sabía el capitán que tal vez involuntariamente; le dio el dato a "Mano Siniestra", quien lo echó fue Ceferino Yarlaqué, que así lo captó el condenado pero no dijo nada.
En efecto los policías regresaron al condenado "Mano Siniestra" a la cárcel, tal vez ya convencidos que él no era el autor intelectual del probable crimen.
Después de varios días; Ceferino Yarlaqué, comete la peor estupidez de su vida y visita a "Mano Siniestra", quien ya sospechaba por las declaraciones del capitán que él fue quien lo echó, lo recibió con una sonrisa fingida y como fueron amigos que compartieron celda, él fue directo al grano y le preguntó:
--- Ceferino, creo que dejaste de ser mi amigo, dime: ¿Por qué me echaste a la policía?, arguyendo que yo sabía sobre el paradero de Efigenio Timaná, para tu conocimiento ellos me torturaron malamente, y como yo no soy culpable tuvieron que devolverme a mi celda.
Ceferino, quien lamentaba haber hablado señalándolo como probable culpable y que la policía no logró ninguna confesión de "Mano Siniestra", le respondió con otra pregunta:
--- Amigo: ¿Quién te dijo que yo hice tal cosa?
"Mano Siniestra" no le contestó, si lo miró con ira acumulada, por lo que Ceferino sintió a boca de jarro la presunción del condenado que él lo echó, señalándolo como culpable, se puso completamente nervioso.
Ante esa actitud, ahora fue "Mano Siniestra" con el cinismo propio de él, que le devolvió con otra pregunta e insultos:
--- ¿Con que soy el asesino?, desgraciado boca suelta, después de echarme de algo que nunca hice, pagarás caro el haberte convertido en un soplón, tu sabes del Cielo a la Tierra todo se sabe, tarde o temprano llega el chisme.
Ceferino Yarlaqué, aturdido por las expresiones de "Mano Siniestra", ya no le contestó, simplemente salió de la celda sin despedirse y se retiró de la cárcel.
"Mano Siniestra", con la certeza que Ceferino Yarlqué lo echó a la policía, lo condenó a muerte, por que era un cabo suelto muy peligroso, utilizó sus contactos para avisar a "El Machetero del Río".
En la siguiente visita, se presentó "El Machetero del Río" en la celda de "Mano Siniestra", se saludaron y se abrazaron como viejos amigos y el condenado le dijo:
--- Amigo, tenemos otro chivo suelto, me refiero a Ceferino Yarlaqué, ese me echó a la policía y me sometieron a un interrogatorio con torturas para que confiese ser el autor intelectual de la desaparición de Efigenio Timaná, soporte el cruel castigo y no les dije nada, parece que se convencieron y cuando les pregunté. ¿Quién me echó?, por su puesto la policía no dijo quien, pero comentaron de Chilcapampa y el único que acompañó a Efigenio fue Ceferino; hace unos días atrás me visitó y le enrostré ser un soplón, no me contestó y se fue sin despedirse, señalándose el mismo, ese hombre es un peligro para todos nosotros, tienes que darle vuelta (matarlo).
"El Machetero del Río", que ya tuvo un ocasional encuentro con él, también sospechaba de él, y aceptó hacer el ajuste de cuentas, conversaron un largo rato, al terminar el tiempo de las visitas, se abrazaron despidiéndose, el visitante al salir de la cárcel, planeó hacer el mismo trabajo en su casa de campo, por lo que de frente fue a su casa, y si lo encontró, se saludaron como amigos y conversaron incluso le preguntó si sabía algo de Efigenio Timaná, el anfitrión le contestó que desapareció como si la tierra se lo hubiese tragado.
Entonces, "El Machetero del Río", le dijo:
--- Ceferino, recordando los viejos tiempos, he programado una fiesta con los muchachos (compinches) tu sabes se extraña los tiempos vividos y es bueno hacer un recuerdo con nuestros muchachos, así que estás invitado, será el próximo jueves desde temprano en mi casita de campo, que si la conoces, puedes ir desde el almuerzo.
Ceferino Yarlaqué, tal vez muy ingenuo o inocente o ya le llegó su tiempo de ir visitar a los cielos, aceptó muy gustoso ir a la "fiesta" y se alegró poder reunirse con los viejos amigos y tal vez averiguar si alguien sabe algo del paradero de Efigenio Timaná.
Después de la fructífera reunión para los planes del asesino, se despidieron con el compromiso que se encontrarán en la "Fiesta".
"El Machetero del Río", planeó muy bien lo que haría, esta vez dejará la puerta abierta con la música a todo volumen, para que ingrese Ceferino escuchando la música, él se quedará detrás de la pared esperando al "invitado" que entre y pase junto a él.
Como lo había previsto, Ceferino llegó puntualmente, antes del medio día, quien al ingresar escuchó la música a todo volumen, siguió caminando  unos pasos y desde un rincón salió como un rayo de veloz "El Machetero del Río" con su puñal erguido y le descargó una puñalada al cuello con tanta fuerza que lo degolló, saltando la cabeza haciendo tumbos como una pelota en el suelo, el cuerpo de pie resistió unos segundos y se desplomó hacia adelante.
Ceferino Yarlaqué, murió si sufrir, tan sólo haya sentido el golpe del puñal, no hubo testigos, el asesino consideró prudente enterrar el cadáver en su mismo patio, al lado de Efigenio Timaná.
Una vez más el hampa, castigaba con crueldad a quien conociendo las reglas se atrevió incumplirlas.....
Continuaremos......................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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