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jueves, 17 de febrero de 2022

La Historia del Agente Justiciero Genochi: Capítulo XXVII.- Gracias a la habilidad del interrogatorio del Juez de Paz de Chilcapampa; acorraló al delincuente Efigenio Timaná, para que declare las razones de su presencia en la Ciudad junto a su amigo Ceferino Yarlaqué...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Agente Justiciero Genochi; con la presencia de dos maleantes costeños en Chilcapampa, ellos eran Efigenio Timaná y Ceferino Yarlaqué; quienes se hospedaron en el "hotel", que administraba la amante de "Mano Siniestra", ella mantuvo relaciones sexuales con Efigenio, quien después del acto le exigió obediencia, ella se negó rotundamente, como respuesta la amenazó y le dio una fuerte bofetada; su amigo Ceferino entró para apaciguarlos, ella escapó a su dormitorio; pero al siguiente día, ella buscó apoyo y lo encontró en alguien inusual: un sargento de la policía, dicen: "los polos opuestos se atraen..", ella le declaró la presencia de dos delincuentes y lo peligrosos que eran; el sargento escuchó toda la confesión y le ofreció protección, había algo más, le gustaba la mujer por ser muy atractiva y provocativa; la policía hizo su trabajo y atrapó a los malandrines paseando por la Ciudad, luego de encarcelarlos; el sargento fue al lugar oculto donde se encontraba la mujer y le dijo que puede regresar a su "hotel"... sigamos la historia............


Aquí en la imagen Observamos al Agente Justiciero Genochi, quien como agente anónimo bregará para capturar a los culpables del asesinato de sus padres en Chilcapampa.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.


Aquí en la imagen observamos al delincuente Bonifacio "Oreja Mocha"; quien como líder de una banda juvenil, asaltaron a la morada de Eucebio Nonajulca Rivera, residente en el Barrio Alto de Chilcapmpa, a quien asesinó por que no le entregó el dinero de una venta de ganado vacuno.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.


La amante de "Mano Siniestra", era una mujer esbelta, hermosa y muy provocativa; no se entiende que con esos dotes que le regaló la sabia naturaleza ella haya caído en el mundo del hampa, ella seguía administrando un prostíbulo con la fachada de "hotel", no tenía otra entrada económica, ya que su amante purgaba condena por 50 años de cárcel.
Probablemente, viendo su futuro incierto, ella cayó nuevamente en las relaciones del hampa, al aceptar como clientes (parece que no lo supo) a dos maleantes costeños, quienes llegaron con planes de asaltar a los prósperos ganaderos.
Luego, que la policía capturó a estos delincuentes: Efigenio Timaná y Ceferino Yarlaqué, como sospechosos, ya que la amante de "Mano Siniestra" no podía acusarlos por agresión, por que ella se convertiría en una soplona, que el hampa lo condena con la muerte.
La amante de "Mano Siniestra", quien también vio muy interesante al sargento, quien le ofreció protección, ella lo invitó pasar la noche a su "hotel".
Al estar presos los delincuentes costeños, ella salió de la Comisaría, muy contenta, ya que por fin había logrado protección asolapada de un miembro de la policía, algo penado con la muerte por su amante; ya estaba en sus pensamientos convertirlo en su próximo amante al sargento protector.
Mientras tanto, los dos malandrines continuaban detenidos en calabozos por separado, pasó un largo rato y después de dos horas llegó el teniente Horacio Jiménez Timaná, acompañado del Juez de Paz, ellos habían estado coordinando acciones comunales en beneficio de la Comunidad; ya que su empeño lo puso para evitar el delito en acciones de prevención tales como: práctica del deporte y las competencias literarias entre los barrios, de tal suerte que se mantenga a la juventud entretenida fomentando la cultura y el deporte.
El sargento responsable, le informó que habían sido detenidos dos delincuentes costeños en actitud sospechosa y que estaban arrestados en los calabozos.
El teniente Jiménez, le ordenó llevar a los detenidos al salón de interrogatorios; él en compañía del Juez de Paz fueron al lugar y cuando se los presentaron, el teniente Jiménez fue tan sorprendido que casi suelta la pluma fuente que portaba en sus manos, quien al ver  la "oveja negra" de la familia Timaná, era su primo carnal Efigenio Timaná, hijo del hermano de su madre.
Felizmente, ellos casi nunca se frecuentaban, se vieron tan sólo una vez en una reunión familiar; y como el teniente Jiménez era fisonomista (cualidad apreciada en la policía), ya que algo que él veía nunca lo olvidaba; pero si le era familiar leer el nombre de su primo en las páginas amarillas (policiales) de los periódicos y como ambos se recordaron, fue Efigenio, quien le dijo:
--- Primo Horacio, tus esbirros nos han detenido con mi amigo por ser turistas en esta Ciudad, acusándonos de sospechosos sin fundamento.
El teniente Jiménez, completamente avergonzado por tener un familiar delincuente, le contestó:
--- No lo creo, que la policía detenga a gente inocente, sabiendo que ustedes los costeños llegan sin que nadie los invite, que no son otras razones que cometer delitos.
Efigenio, sorprendido de la reacción de su primo, el refutó:
--- Pero, primo no puede meter a la cárcel a tu familiar de sangre, nosotros somos inocentes y exigimos la libertad y sin cargos, por que no hemos cometido ningún delito.
Intervino el sargento que los detuvo y dijo:
--- Mi teniente ellos dicen que son turistas, que al intervenirlos tenían cada uno una chaveta escondida en el cuerpo.
Pero, el delincuente sabiendo que su primo, era el oficial de máxima autoridad, quiso embarrarlo y le dijo:
--- Primo, no me pregunta por la salud de la familia, usted es muy soberbio, por que viste ese uniforme, quiero que me suelten con mi amigo y nos dejen hacer turismo, que queremos conocer los bellos lugares que nos ofrece Chilcapampa, las chavetas que cargamos son armas de defensa personal y con ellas no atacaremos a nadie, es una promesa de un "timaná".
El teniente observando que no habían cargos contra ellos, no le quedó otra opción que dejarlos en libertad, pero si les quitarán las chavetas y dirigiéndose al sargento, le dijo:
--- Sargento, suelte a estos hombres que no tienen cargos contra ellos, pero si les estaremos vigilando de cerca, para estar seguros si su presencia en Chilcapampa era hacer turismo.
El sargento, obedeció la orden y cuando los iba a soltar las sogas que los maniataba, intervino el Juez de paz y replicó:
--- Teniente Jiménez, tiene mi autorización para que somete a interrogatorio a estos hombres, seguro que sus planes no son nada santos, al llegar a esta Ciudad, lo han hecho con planes en perjuicio para nuestro pueblo.
El teniente Jiménez, al tener la autorización judicial que le otorgó el Juez de Paz y desmarcándose del rango familiar con el delincuente, ordenó de nuevo al sargento:
--- Sargento ya contamos con las armas de la ley, someta a interrogatorio a estos hombres para conocer las razones de la presencia en esta Cuidad, siento escalofríos que tienen planes ocultos.
Efigenio, protestó y dijo:
--- Primo, no puedes abusar de tu poder de autoridad policial, somos inocentes, y no creo que la autoridad del Juez de Paz, le obligue a cumplirla.
El Juez de Paz, con tal de salvar la vergüenza del teniente Jiménez, se dirigió al sargento y le dijo:
--- Sargento como autoridad judicial, yo estaré presente en el interrogatorio que someta a los detenidos, sepárelos y empezaremos por uno;  el otro regresará al calabozo, el teniente queda excluido por el rasgo familiar con uno de los detenidos, 
Ellos, se quedaron con Efigenio.
El teniente Jiménez, al escuchar las palabras del Juez de Paz, las tomó como una bendición del Cielo y sin decir palabra alguna se retiró a su oficina.
El Juez de Paz, que actuaba con ley en la mano, se dirigió al sargento y le dijo:
--- Sargento, ¿Qué indicios tiene sobre las actividades en Chilcapampa de éste hombre?
El sargento, que conocía los antecedentes delincuenciales del detenido, le contestó:
--- Señor Juez de Paz, al intervenir a estos hombres, fue por información policial que ellos tienen antecedentes por haber sido condenados y purgaron cárcel por sus culpas, tenemos sobradas sospechas, que su presencia en Chilcapampa son para cometer asaltos a mano armada, por que ambos llevaban chavetas escondidas en sus cuerpos.
El Juez de Paz, entendió que no había una denuncia por haber cometido un delito y fueron capturados en el acto; pero, si podría presionar para sacarles información de su presencia en la Ciudad y se lanzó al llano, ya que él si lo podía hacer y dirigiéndose al detenido le dijo:
--- Señor Efigenio Timaná, no lo acusaré de ningún cargo, si usted colabora con nosotros, dígame: ¿Por qué llegaron con su amigo a esta Ciudad, totalmente desconocida para ustedes?
Efigenio, quien era un delincuente de un amplio prontuariado y con la experiencia acumulada en negar todo hasta cansar a la autoridad sino ha mostrado pruebas, que finalmente terminaban soltándolo, le respondió:
--- Señor Juez de Paz, nosotros tuvimos información que en Chilcapampa se come bien y hay hermosos paisajes, por lo que decidimos hacer turismo, tan sólo por unos días y luego retornaremos a nuestra casa.
El hábil Juez de Paz, vio un lamentable error para él malandrín, al decir: "...tuvimos información...", el pez por la boca muere, se dijo el juez y siguió interrogándolo y le preguntó:
--- Señor Timaná, acaba de pronunciar que tuvieron información de la Ciudad de Chilcapampa, quiere decir que alguien de su misma calaña le informó los posibles blancos para sus planes y con esa información se aventuraron a llegar a esta Ciudad, me podría decir ¿Quién le informó sobre Chilcapampa?
El delincuente muy ofuscado por la habilidad del Juez de Paz y su propia metida de pata, no sabía que contestar, lo pensó por unos minutos, con la paciencia del Juez que dio en el clavo y le contestó:
--- Señor Juez, estábamos con mi amigo en una reunión y entró un desconocido con nosotros quien dijo ser de Chilcapampa y nos informó que la Ciudad esta llena de buena gente y por esa razón nos aventuramos a  venir................
Pero el Juez de Paz, ante la perplejidad del sargento quien se había convertido en un elemento pasivo, pero si asombrado por lo astuto que era la autoridad; pero, este Juez no admitía que le tomen el pelo y levantado la voz le replicó:
--- Señor Timaná, con su respuesta quiere que me chupe el dedo, usted cree que está declarando a unos inocentes mojigatos, pues se equivocó, no me gustan que me tomen el pelo, le rechazo la sorna e ironía de sus palabras, por lo que dijo antes, creo que usted recibió información de otro delincuente y recordando en la cárcel de Piura, esta purgando condena el avezado delincuente "Mano Siniestra", estoy seguro que compartió celda con él y le dio dato de las víctimas que ustedes harán en esta Ciudad, ¿diga usted si conoce a Mano Siniestra?
Efigenio, acorralado por su propia lengua y enceguecido por la ira de que alguien los echó; pasó por su mente la propia amante de "Mano Siniestra", pero la descartaba al mismo tiempo por ser parte de ellos y mentalmente se hizo la pregunta ¿Quién fue? y siguió negando a reconocer como era su proceder y dijo:
--- Señor Juez, usted está abusando por que no tengo abogado que me defienda, pero si le voy a contestar, si estuve en la cárcel de Piura por varios años, no es un secreto para nadie, pero no he conocido a tal "Mano Siniestra", pues, nunca lo escuché mentar entre nosotros, por lo que niego conocerlo.
El Juez de Paz, sonriendo al escuchar al detenido y haciendo uso de su autoridad y dirigiéndose al sargento, le dijo:
--- Sargento, detenga por tiempo indefinido a estos hombres, hasta averiguar a las autoridades de la cárcel de Piura, si estos hombres compartieron celda con "Mano Siniestra".
Efigenio Timaná, que era agresivo y asesino, estaba enceguecido por las decisiones del Juez de Paz, sabiendo que lo tenía acorralado y buscó una salida para evitar la cárcel en tierras desconocidas y se arriesgó a decir parte de la verdad y mirando fijamente al Juez de paz en actitud de amenaza, y le respondió:
--- Señor Juez, usted excedió sus facultades deteniéndonos sin culpa................
Continuaremos........................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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