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jueves, 17 de febrero de 2022

La Historia del Agente Justiciero Genochi: Capítulo XXVIII.- El Juez de Paz, en su interrogatorio logró persuadir al delincuente Efigenio Timaná, quien confesó los planes que ellos tenían para asaltar a los ganaderos, se discute su libertad y expulsión de Chilcapampa....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Agente Justiciero Genochi; en la Comisaría de la Policía de Chilcapampa, se había detenido a dos delincuentes sospechosos que llegaron a la ciudad para realizar fechorías, gracias a la información que les dio el compañero de celda "Mano Siniestra", quien también les habló de su amante que administraba un prostíbulo, que le llama "hotel", ellos se hospedaron allí; el mayor de ellos Efigenio Timaná, sedujo a la dueña (amante de "Mano Siniestra"), luego del acto, le exigió obediencia, ella no lo aceptó y la abofeteó, al día siguiente ella los denunció a un sargento de la policía y los capturaron como sospechosos, fueron sometidos a interrogatorio por el Juez de Paz, con el apoyo del sargento; ellos al principio  no admitieron ser amigos de "Mano Siniestra"... sigamos la historia.............


Aquí en la imagen Observamos al Agente Justiciero Genochi, quien como agente anónimo bregará para capturar a los culpables del asesinato de sus padres en Chilcapampa.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.


Aquí en la imagen observamos al delincuente Bonifacio "Oreja Mocha"; quien como líder de una banda juvenil, asaltaron a la morada de Eucebio Nonajulca Rivera, residente en el Barrio Alto de Chilcapmpa, a quien asesinó por que no le entregó el dinero de una venta de ganado vacuno.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

El delincuente Efigenio Timaná, quien no recibió ningún apoyo del teniente Horacio Jiménez Timaná quienes eran primos hermanos, pero nunca se frecuentaron justamente por las andanzas criminales de Efigenio; el Juez de Paz, que hacía las veces de un Fiscal, con apoyo del sargento de la policía, sometieron a interrogatorio a Efigenio Timaná, quien no admite ser amigo de "Mano Siniestra", les respondió, que el Juez está excediendo sus facultades por mantenerlos presos a él y su compinche, por que ellos no han cometido ningún delito.
Pero, el Juez de Paz se jugaba sus cartas para hacerlo hablar y se enfrentó con empeño a Efigenio Timaná y le dijo:
--- Señor Timaná, voy hacer generoso con usted y su amigo, admita que recibió información de "Mano Siniestra" y los suelto, con el compromiso que hoy mismo termina su paseo de "turismo" y se regresan al lugar de donde partieron.
Pero, Efigenio Timaná, no quería dar su brazo a torcer, ya que si admitía que era amigo de "Mano Siniestra", la policía podía condenarlo como sospechoso para cometer actos criminales, que si efectivamente lo podrían conducir de nuevo a la cárcel, y le contestó:
--- Señor Juez de Paz, usted no puede detenernos, por que no hemos cometido ningún delito y le repito no conozco al tal "Mano Siniestra", ni ningún otro preso que sea originario de esta tierra.
Pero, el Juez de Paz, si podía ordenar su detención y contaba con el apoyo de la policía y contando con el ese don de la paciencia, le contestó:
--- Señor Timaná, mis atribuciones me facultan ordenar su detención y enviarlo preso a Piura, por caminar como sospechoso; coopere con nosotros admitiendo ser parte de la organización criminal con "Mano Siniestra" a la cabeza.
Una vez más, Efigenio, le contestó:
--- Señor Juez de Paz, le repito no se quién es ese individuo que se hace llamar "Mano Siniestra"; por favor señor ordene mi liberación y la de mi amigo, por que no hemos cometido ningún delito (lo repetía con énfasis y era su derecho).
El Juez de Paz, un maestro de la paciencia, y con ella agota al interlocutor, sabiendo que el delincuente iba cediendo, le contestó:
--- Señor Timaná, te repito, si podemos detenerte por ser sospechosos junto a tu amigo, ya que sus antecedentes los culpa de cuerpo entero, que para nosotros ustedes han venido atacar al pueblo de Chilcapampa, felizmente los atrapamos antes que cometan sus felonías, tengo suficientes pruebas para remitirlos a Piura por intento de asaltos; coopere con nosotros y se regresan por sus propios medios sin agregar nada a su hoja ya muy abultada de antecedentes.
Efigenio, más encolerizado y acorralado por la preguntas del persistente Juez, le contestó:
--- Señor Juez, no se quien es "Mano Siniestra", nunca escuché ese nombre en Piura.
El Juez de Paz, más incisivo en su interrogatorio, le replicó:
--- Señor Timaná, me parece muy raro, que nunca haya escuchado hablar de la presencia de "Mano Siniestra", si la población de presos no es numerosa, preso que llega, se empieza a rodearlo por los residentes para averiguar los motivos de su detención y "Mano Siniestra", no era cualquier preso, él ya era conocido en esa cárcel, y siempre comparten celda; pienso que usted si estuvo junto a él, coopere admitiéndolo.
El delincuente se mantenía en su negativa, hasta que el sargento se apegó al Juez de Paz, le informó que los detenidos se hospedaron en el Barrio Bajo en el "hotel" de la amante de "Mano Siniestra", nuevamente el Juez, le preguntó:
--- Señor Timaná, si usted dice que no conoce a "Mano Siniestra", entonces ¿Por qué se hospedaron junto con su amigo en el Barrio Bajo?, y eligieron el lugar de los crimines del condenado, no sería raro que hayan elegido el "hotel" propiedad de la amante del condenado, que es realidad es un prostíbulo, ¿Qué tiene que contestar?
El detenido, que estaba perdiendo la ecuanimidad, sintiéndose acorralado, que era fácil para la policía haga una "visita" al prostíbulo por que allí tenían sus cosas, creyó que debía decir la verdad, a su manera, le respondió:
--- Señor Juez, al llegar como turistas, alguien nos informó de los alojamientos y elegimos por nuestra propia voluntad alojarnos en el Barrio Bajo, por cuestión de costos, que nos resultaba más barato y poder tener dinero suficiente para los días que íbamos a permanecer en esta Ciudad.
El Juez de Paz, que ya estaba llegando al meollo del asunto, pero no le gustaba que se tomen el pelo, al mismo tiempo le confirmaron que los detenidos se alojaron en el "hotel" y con tono sonriente, le dijo:
--- Señor Timaná, no se burle de mi paciencia, por que no hay relación de lo que expresa ser turistas, si de frente llegaron directo a hospedarse en el prostíbulo de la amante de "Mano Siniestra", lo acabo de confirmar no de la dueña, sino de una prostituta que le brindó los servicios a usted, quien acaba de viajar a Piura y nos dejó ese dato y mucho más, ya no puede ocultar nada, confiese que lo estamos escuchando.
Efigenio, en sus pensamientos maldecía a la prostituta, por ser boca suelta; que los echó a la policía (simplemente cayó en la trampa que le tendió el Juez), ni como confrontarla si ya se largó y temiendo ser condenado por planear asaltos a los ganaderos, se dispuso a declarar lenta y calculadamente; lo que él no sabía que en realidad que la tal prostituta nunca dijo nada, ni existió como testigo, era sólo una creación de interrogatorio para acorralar al detenido y éste cambiando los hechos, le respondió:
--- Si, señor Juez nosotros llegamos de Piura por información de "Mano Siniestra", quien nos encargó asaltar a los ganaderos para tener un fondo de dinero para su defensa, ya que los abogados le exigen mucha paga para realizar la apelación de sus condenas y nosotros como sus amigos nos ofrecimos ayudarlo, esa es la razón de nuestra presencia en Chilcapampa.
El sargento de la policía, que usaba otros métodos, incluso tortura para lograr una confesión, no podía salir de su asombro de como el Juez de Paz, usando la persuasión y mucha paciencia, logró que el delincuente narre sus intenciones, claro que no todo lo que declaran es verdad, ellos tuercen los hechos a su favor; por lo que toda confesión hay que corroborarla.
Esta vez, fue el sargento, quien le preguntó, tratando que no comprometa a la amante de "Mano Siniestra" que a él, le apetecía, y le preguntó:
--- Detenido Timaná, dice usted que el condenado "Mano Siniestra" les encomendó asaltar a los ganaderos y con ese botín hacer un fondo para su defensa; entonces, como explica usted que iban a realizar sus fechorías sino no conocen a nadie, ya que los ganaderos no viven en la Ciudad, no le creo que haya venido para trabajar para otro, su interés es personal, o es que ya tienen contactos que les facilitarían sus travesuras. ¿Qué tiene que contestar?
Efigenio, mentalmente lamentaba su pésima percepción de que en Chilcapampa estaba amontonado el dinero; ellos no habían empezado y ya fueron capturados por la policía, tenía que seguir confesando y le respondió:
--- Sargento, usted conoce que en el mundo del hampa, no es nada fácil, los que desgraciadamente hemos sido enrolados, no lo podemos abandonar; nosotros actuamos por nuestra cuenta en base a la información que nos dio "Mano Siniestra", pero, él no sabe de nuestra presencia en esta Ciudad, su esposa tampoco sabe que somos del crimen, es todo lo que puedo decir, pueden corroborarlo con mi amigo.
El Juez de Paz y el sargento se miraron y se hicieron señas para salir del salón de interrogatorio y cuando salieron, fue el sargento, quien el dijo:
--- Señor Juez, usted sabe mejor que nadie, que no hay cargos contra ellos, pero su presencia en esta Ciudad es inaceptable, los detendremos hasta mañana y aprovechando el viaje a Piura los remitimos como sospechosos, allí los soltarán de inmediato, pero nosotros logramos deshacernos de los delincuentes.
Pero, el Juez de Paz, no tenía atribuciones para detener a un morador sino se le encuentra cometiendo el delito en el acto del hecho; y ellos no cometieron ninguno, ya que por sus intenciones no corresponde cárcel y le contestó:
--- Sargento, no podemos detenerlos hasta mañana, por que ellos al llegar a Piura nos denunciarán por abuso de autoridad, más bien los soltaremos dándoles un plazo de 24 horas para que abandonen la Ciudad, así ellos por sus propios medios regresarán a su tierra y nosotros seguimos en nuestro trabajo y no ser expuestos a sanciones.
Sin embargo, el sargento temía que los "costeños" tomen represalias contra la amante de "Mano Siniestra" y le dijo:
--- Señor Juez, si los soltamos ellos pueden cometer asesinatos contra alguien, creyendo que los echó a la policía, mejor autorice su detención por sólo 24 horas y mañana los remitimos.
El Juez de Paz, sonriendo agregó trabajo a la policía y le respondió:
--- Sargento, destine un par de efectivos que sigan los pasos a los delincuentes por un periodo de tan sólo 24 horas, ya que yo no puedo detenerlos en base a conjeturas, la justicia actúa sobre los hechos comprobados.
Entonces, el sargento, se dirigió a la oficina del teniente Horacio Jiménez Timaná, al encontrarlo le narró la confesión de su primo, algo vergonzoso para el oficial; pero no se puede modificar la historia, sino se actúa dentro de los cánones de la justicia; para el oficial policiaco, consideró atinada la decisión del Juez de Paz y le ordenó al sargento que envié a dos efectivos tras los pasos de los "costeños".....
Continuaremos..............
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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