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domingo, 16 de octubre de 2022

ORÍGENES DEL SEÑOR DE SIPÁN: Capítulo CXXX.- Siekik y Chamokik, lograron la victoria batiéndose en el campo del combate contra todos los invasores del Sur; después de la pelea, ellos reposaron su cansancio con sabor a triunfo...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los Orígenes del Señor de Sipán; el joven Siekik, no se descuidó con la treta de la tribu invasora del Sur, quienes a propósito demoraban el ataque, tal vez había que considerar que ellos muy soberbios se exhibieron con mechones de luz en noche oscura; esa actitud los hizo irse a pique; ya perdieron 18 exploradores y también perdieron a los combatientes enviados por el flanco de la loma, ahora; solamente ellos tenían el grueso de sus guerreros que esperaban atacar, sabiendo que perdieron el elemento sorpresa, que es el aliado natural en un ataque; o tal vez eran ellos los que esperaban el ataque de los defensores; lo cierto, es que esta vez Siekik no fue atacante sino un defensor; se mantenía en guardia hasta que los invasores decidieron atacar y  lo hicieron en tumulto y con griterío ensordecedor; el joven líder Siekik, que los esperaba tumbado, se levantó y ordenó la defensa con su característica voz que infundía coraje... ...sigamos el relato....


Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue:  El Señor Chonkik,  detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente  un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia: 
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

El joven líder Siekik, de acuerdo a su experiencia acumulada en la constante lucha contra tribus invasoras, que esta vez los atacantes de la desconocida tribu del Sur, era una pelea más; ellos(sureños), usaron la treta de prolongar con mucho tiempo el ataque; por que ellos estaban en desventaja y siendo ya plenas horas de la madrugada, ellos iniciaron el ataque con gritos de todos ellos que produjeron un ruido ensordecedor, era una táctica para intimidar a los defensores.
El joven líder Siekik, se levantó y ordenó repeler el ataque enemigo, era su defensa que estaba en pelea contra los invasores; los invasores optaron por la estrategia de atacar en tumulto, como si fuese un maquinaria para barrer el campo arrasando todo a su paso; sin embargo, el joven líder Siekik, ordenó abrirse por los flancos, para evadir el grueso de los combatientes sureños, que le permitía libertad para atacarlos por los costados a los invasores, quienes seguían gritando para aparentar que era miles, que no impresionaron a los defensores.
Siekik, con su porra en mano, se batía contra dos o mas sureños a quienes derribaba sin dar tregua, en el campo tan sólo se escuchaban los golpes a las cabezas y los alaridos y gemidos, y a su lado Chamokik combatía igual, sin ceder terreno; más bien los defensores iban avanzando lentamente; no era posible que los invasores compactos que parecían interminables destruirlos, y como Siekik abrió la formación de sus defensores, ya lograron avanzar atacando los flancos enemigos, que les era fácil, por que habían muchos invasores que atacaban gritando, pero ya estaba cambiando el griterío de ataque por alaridos y gemidos de muerte.
Siekik y Chamokik, se plantaron juntos con los defensores para resistir a los atacantes, la táctica era no ceder terreno, y como los invasores creyeron avanzar, estaban siendo envueltos por los defensores que intentaban abrir el grueso del tumulto, el combate era cuerpo a cuerpo y por un momento no hubo avance significativo en ninguno de los bandos.
Siekik, había previsto este episodio y lo mantenía así para desgastar al enemigo, por que ellos eran menos, se seguía notando que cada defensor se batía con dos o más sureños; que gracias a su entrenamiento se defendían a muerte; ya habían muchos muertos y no eran de los defensores sino de los atacantes sureños.
Pero, cuando más se incrementaba el ataque por las oleadas de invasores, Siekik y Chamokik se abrían a los costados sin ceder terreno; los invasores desesperados por que no podían avanzar, perdían hombres, ya menos eran sus nuevos combatientes; todo indica que los que combatían eran todos, y sin reservas en la retaguardia; era precisamente lo que necesitaba calcular Siekik, quien también gritó y dijo:
--- ¡¡¡¡ Defensores ataque al centro de los invasores !!!!
Chamokik y Siekik, juntos protegiéndose mutuamente para no ser heridos, controlaban el ataque y trataban de envolver al tumulto de los invasores, quienes aterrados por los feroces defensores que no les daban tregua, ellos trataron de abrirse para seguir peleando o huir; pero, no lo podían hacer, ya estaban envueltos y sólo se escuchan los gemidos cayendo muertos o heridos sus combatientes.
Era, justamente lo que esperaba Siekik, que acorralándolos ellos se impulsarían abrirse y eran esperados por los defensores, que los batían y también caían algunos muertos; ambos bandos se enfrentaron a una pelea encarnizada de desgaste; sin embargo, la ventaja estratégica era favorable para Siekik, que contaba con libertad absoluta para sus movimientos de ataque y defensa.
Chamokik, quien era un gran estratega y lugarteniente de Siekik, vio una posibilidad por lo que con grupo de unos 50 defensores, logró abrir el grueso tumulto de los invasores y comenzaron avanzar hacia adelante, siguieron rompiendo la formación enemiga, que cedían terreno retrocediendo o huyendo.


Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío. 
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

En cambio, Siekik y sus guerreros se habían paralizado, por que los invasores lograron reagruparse y ellos tenían que hacer frente a cada oleada de invasores; el joven líder Siekik, por la oscuridad de la noche no había dado cuenta que Chamokik, acababa de penetrar al centro de los invasores por la retaguardia, que parecía que ni los mismos invasores enfrascados en el ataque frontal percibieron semejante pérdida, que cuando reaccionaron ya estaban envueltos, sin espacio para retroceder, solamente la opción era atacar o morir.
Entonces, Chamokik controlando la retaguardia, penetró al centro de los atacantes, quienes totalmente desorientados sin saber contra quien defenderse, bajaron la guardia y eran presas fáciles de los guerreros defensores, al controlar el centro enemigo, Chamokik, gritó:
--- ¡¡¡ Líder Siekik ataque al centro !!!
Siekik, que se mantenía en defensa del terreno, al escuchar Chamokik, se envalentó y también gritó:
--- ¡¡¡ Guerreros ataquen que somos victoriosos !!!
Todos los defensores que protegían a Siekik, hicieron una formación compacta alrededor de su líder y atacaron, que ya los invasores sin iniciativa iban disminuyendo, tanto así, que unos pisaban a su propios muertos o encima de ellos trataban de defenderse del fulminante ataque de los defensores; desde la retaguardia ya tomada por Chamokik y sus guerreros empujaban a los invasores hacia adelante, pero nada podían hacer por que los defensores con Siekik a la cabeza los enfrentaban frontalmente.
El ataque defensor se reforzó con los 20 guerreros que habían permanecido en la loma, quienes como si fuesen la reserva atacaron al lado de Siekik, quien comenzó avanzar lentamente hacia adelante por encima de los muertos, ya el avance era incontenible, los invasores cayeron en su propia trampa, su número de combatientes mermaba, vislumbrándose la victoria contundente de Siekik, quien seguía luchando al lado de sus defensores.
Hasta, que repentinamente se escuchó un grito dentro de los invasores, que si lo escuchó Chamokik, quien si conocía ese dialecto, que el líder invasor pedía tregua aceptando su derrota y continuar con vida.
Siekik, no pudo diferenciar ese lenguaje, por que desconocía ese dialecto y siguió atacando a brazo partido, tumbándose a cuatro invasores, y seguía adelante matando a cuanto invasor se le cruzaba, sin saberlo llegó hasta el jefe invasor, quien al no tener una respuesta favorable no tuvo alternativa que continuar con la pelea, en esos instantes se trenzaron en una pelea cuerpo a cuerpo, que ninguno de los dos sabían que eran los jefes.
Siekik, si estaba agotado de tanta pelea, quien al notar la resistencia del combatiente sureño, que incluso era más alto en talla, pero no le intimidó a Siekik, ambos demostrando que eran guerreros pelearon chocando sus porras que las usaban como defensa o ataque al mismo tiempo; Siekik, si notó que este guerrero era un oponente diferente, por lo que supuso que era el jefe invasor por su extraordinaria lucha defendiendo su cuerpo, hasta que las fuerzas corporales cedieron y el jefe sureño cometió el error de bajar la porra por el agotamiento, momento crucial que lo buscaba Siekik y le lanzó un ataque a la cabeza que le cayó al cuello destrozándolo y la cabeza como si hubiese sido cercenada se volteó hacia adelante y cayó el cuerpo pesadamente al suelo.
Los últimos combatientes sureños aterrados al ver caer a su jefe; paralizaron sus defensas corporales, siendo batidos por los defensores; ya ellos no peleaban, intentaban huir, pero fueron ultimados por los golpes de porras de los defensores.
Chamokik, seguía empujando a los pocos sureños, que prácticamente ya no hacían combate, se entregaban para morir en pelea; ellos conocían de los suplicios de los prisioneros, era la muerte más dolorosa por que los mataban lentamente, degollándolos, por que según ellos; así les exigían los dioses, que los habían convertido en una tribu poderosa y tenían que agradecer con la sangre de los prisioneros.
Entonces, Siekik y sus guerreros que aún desconocían que los invasores ya no tenían jefe, siguieron combatiendo contra ellos, que ya no se defendían morían entregando sus cabezas y llegó Chamokik, con sus guerreros empujando a los últimos combatientes sureños que aún se habían mantenido en pie, por lo que Siekik y sus guerreros los tumbaron con sus porras y no quedo en pie ningún invasor.
Era una nueva victoria de Siekik, lograda gracias a la audacia de su lugarteniente Chamokik, que logró romper el grueso de los invasores; este triunfo se logró con mucho esfuerzo, los dos líderes se unieron victoriosos; pero, no hubo abrazos (por que en aquellos tiempos no se usaba este símbolo corporal de victoria); sólo hubo sonrisas, fue una pelea cruenta que exterminó a todos los invasores sureños, ambos líderes se sentaron para darse un merecido descanso..............
Continuaremos.................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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