Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; en la Hacienda "La Pampa Encantada", de propiedad de Luciano Castillo, se estaba celebrando la fiesta de despedida en honor al ex caporal Juan; el acontecimiento festivo se realizaba a todo dar, tanto era el calor festivo que Irma, quien era la hija de los hacendados, ella había bebido varios tragos de licor con su tío Juan, y en ese estado de medio embriagada, se lanzó al ruego y ella fue directamente al lugar donde se encontraba Erasmo Huamán, quien había sido elegido como el nuevo caporal y lo sacó a bailar y éste, correspondió a la invitación, ya que era un gran bailarín, él aún no había bebido una gota de licor y acompañó a la exigente dama (Irma), que al son de la música lo hicieron tan bien que los demás bailarines los dejaron solos; ellos cautivaron a los asistentes, incluidos los padres hacendados, que la señora Catalina comentó que los bailarines bailaban tal para cual como si hubiesen sido una pareja............. sigamos la historia...............
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria.
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Continuamos con la historia, al finalizar la pieza musical, Irma cogió de la mano a Erasmo Huamán y lo llevó a la mesa de la familia, que al llegar les dijo:
--- Familia, este joven (Erasmo Huamán) me sorprendió por que baila mejor que los profesores que tuve en la Escuela de Bailes de Quito; por lo que brindaremos con él, ya que él, al haber sido nombrado como caporal ya es parte de esta mesa.
Don Luciano Castillo, un orgulloso hacendado que a regañadientes accedió a nombrarlo como su nuevo caporal por ser un peón arriero; pero, pasó por su mente las recomendaciones de su cuñado Juan (justamente el ex caporal), que no tuvo otro recurso que ofrecerle una silla, aún con el mal olor de su sudoso cuerpo, que al bailar se avivó el aroma por no haberse bañado, y le dijo:
--- Por su puesto, siéntate Erasmo, esta será tu mesa en adelante.
Erasmo Huamán, respetaba los niveles sociales y entendía perfectamente, que aún siendo el nuevo caporal, él era un simple peón; quien si tenía un acuerdo con su amigo Irenio Campos de no beber tragos en tierras desconocidas, por que si lo hacen con el primer trago continuarán hasta embriagarse por completo, por esa razón él no bebió una sola gota de licor; sin embargo, el aroma de los macerados le despertaron el apetito de los viejos tiempos, tuvo que aceptar para recibir un jarro casi lleno que le sirvió con Luciano Castillo y brindó:
--- ¡¡¡ Salud Erasmo !!!, nos sentimos muy bien que compartas esta mesa con nosotros.
Ambos chocaron sus jarros, pero fueron interrumpidos por Irma, quien dijo:
--- Un momento se están olvidan de mi, esperen para servir mi trago.
Ahora se chocaron tres jarros llenos de licor y brindaron; pero, Erasmo Huamán, haciendo fuerza de voluntad, sólo olio el licor y tan sólo intentó saborear una gota; en cambio don Luciano Castillo y su hija Irma se bebieron todo el contenido.
Era admirable la fortaleza en sus propósitos de Erasmo Huamán, en no ceder a la provocación que le seducía el bendito trago; él, no debía beber licor, aún siendo el nuevo caporal, que le permitió subir de rango dentro de la hacienda y como otros miembros de la mesa ya habían ingerido varios tragos, nadie se dio cuenta que Erasmo Huamán no bebió; él, buscaba un motivo para salir de esa mesa, que no sentía que le pertenecía.
Pero, sus planes tendrán que cambiar a sus ferreros propósitos empeñados en no beber, por que Irma al escuchar otra pieza musical que acababa de empezar, ella invitó de nuevo a bailar a Erasmo Huamán, ellos salieron agarrados de la mano (como si fuesen novios) y se lanzaron al baile, era música suelta que el bailarín trataba de conquistar a la compañera, pero ella le rehuía con picardía, que esta vez Irma apegó su cuerpo con el del bailarín, dando la apariencia que cedía a la conquista y lo hicieron con arte y picardía, que provocó la animación de los asistentes con palmas y vítores, había tanta afinidad entre ellos que efectivamente parecían una pareja de enamorados.. (algo que no está descartado en un futuro muy próximo..)
Al finalizar la pieza musical, nuevamente Irma cogió la mano derecha a Erasmo Huamán y lo invitó a la mesa, brindaron un nuevo trago, que al servir el jarro del bailarín que aún estaba lleno, ella se dio cuenta que no había bebido y le amonestó así:
--- Erasmo: ¿Por qué no quieres beber conmigo?, si yo te traje a mi mesa con todo mi cariño, me estoy resintiendo si no lo haces...
Erasmo Huamán, recapacitó y pensó rápidamente así:
--- "Si ahora soy el caporal y la hija del hacendado me exige beber un trago; pues, tengo que hacerlo".
Y le contestó:
--- Señorita Irma, yo no he bebido ningún trago, por que soy responsable de la seguridad de la hacienda, ya que intentaron asaltar esta casa hacienda, y alguien tiene que estar preparado para responder, voy a hacer un alto a mi propia exigencia de protección y esta vez a su insistencia si beberé con usted, pero tan sólo un sólo trago, nada más; en cambio podemos bailar todas las piezas musicales que usted quiera.
Don Luciano Castillo, quien si era un viejo bebedor; pero, que al igual de Erasmo Huamán, se cuidada en no exagerar los tragos, escuchó totalmente la respuesta que Erasmo Huamán le dio a su hija y se dijo asimismo:
--- "Este hombre si es responsable en su trabajo, por que yo no lo había pensado así, en esa posibilidad de asalto..."
Don Luciano se sirvió un trago y esta vez brindaron de nuevo los tres y se bebieron todo el contenido de una sola vez y como empezó la música y en esta ocasión fue Erasmo Huamán quien invitó a Irma a bailar, el jolgorio festivo aumentó, apreciando bailar a la pareja, que se convirtió en la admiración de todos.
Al finalizar la pieza musical, aparecieron las cocineras trayendo platos servidos con náparo (sangre cocida y adrezada) con yucas sancochadas, era un platillo sólo para ellos, quienes se sirvieron compartiendo esta vez con Erasmo Huamán, para los demás peones, incluyendo los músicos se les repitió el estofado de res.
Luego de la exquisita comelona, se sirvieron tragos para asentar; esta vez Erasmo Huamán, sólo hizo el ademán; pero, no se había dado cuenta, que toda su presencia en esa mesa, había sido observada por doña Catalina, la esposa del hacendado y madre de Irma y se dio cuenta que aún siendo un peón, él era totalmente diferente a los demás, incluso pasó por su mente, que él estaba en el grupo equivocado y quiso brindar con él, se acercó y le dijo:
--- Señor Caporal, ya está bueno en tanto esmero en no beber; pues, yo si quiero hacerlo y me acompañará lo quiera o no.
Doña Catalina, le dio el jarro lleno y chocaron, que Erasmo Huamán no podía despreciar el reto y se bebieron todo el contenido; pero, ella quería estar segura que si lo bebió por lo que observó el jarro vacío del flamante caporal.
Arrancó de nuevo la música, doña Catalina haló a su marido a bailar y le gritó a Erasmo Huamán, así:
--- Erasmo saca a mi hija Irma, que yo con Luciano intentaremos seguirlos a ustedes en la danza.
Era una pieza musical bailable y clásica, que las dos parejas lo bailaron al son y en completa armonía, que Juan parado desde el corredor los aplaudía, él se sentía feliz, que su fiesta de despedida sirvió para acercar a Erasmo Huamán con los hacendados......
Continuaremos...................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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