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domingo, 22 de diciembre de 2024

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCCLIV.- Erasmo Huamán, asumiendo todos los riesgos, aceptó llevar a los comerciantes a la hacienda; que solamente con la autorización del hacendado se podría hacer negocio de las 170 reses de la saca; quienes ya como huéspedes se inició un fluido diálogo.........

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; el caporal Erasmo Huamán, que se encontraba en el pueblo, haciendo compras de víveres; quien descubrió el escondite de los bandoleros, por la noche se acercó y sin ser detectado y escuchó que los asaltantes tenían planes de asalto contra la Hacienda "La Pampa Encantada"; era la última noche de su estadía en el pueblo, ya había comprado todos encargos; él, regresó a la posada, se acostó; al siguiente día, ensillaron los caballos, los cargaron, los montaron y salieron rumbo a casa; pero, cuando ya habían trotado por espacio de 3 horas, fueron alcanzados por cinco jinetes, quienes les informaron que no eran asaltantes y les preguntaron si eran peones de la hacienda, por que ellos tenían información de una saca de más 170 reses y que ellos estaban dispuestos a comprar todo el lote en los mismos campos de pastoreo de la hacienda y que sus alforjas estaban llenas de billetes para la compra... sigamos la historia.


Aquí en la imagen observamos una casa típica de la  Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú;  Es una construcción de adobe con un techo de tejas rojas y agua, en el techo distinguimos un fantasma que viene a ser " El Rey de las Tinieblas": Satán, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para entender la narrativa de la obra literaria:  "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA ", esta imagen será nuestro símbolo y logotipo de identificación en la creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Registro Partida Nº 00393-2010, Asiento 01, de fecha 27 de marzo de 2010 por el INDECOPI.


Este es el símbolo de  la Marca Perú, que distingue todos los productos elaborados por peruanos.

Erasmo Huamán, y sus dos peones, completamente sorprendidos por haber sido alcanzados por cinco jinetes montados en caballos finos y con aperos muy elegantes, quienes dijeron ser comerciantes de ganado y que querían comprar todo el lote de la saca.
Erasmo Huamán, aplicando toda su experiencia, le pareció una buena noticia y claro está, con riesgo, que también había la posibilidad de un asalto, él pensando muy bien lo que estaba haciendo, les dijo:
--- Amigos, no sabemos: ¿Quiénes son ustedes?, ya que nunca hemos vendido ganado a desconocidos y menos en la misma hacienda, ya que nuestras sacas de ganado van al pueblo y no dejamos esa costumbre y así poder saber quien nos pagará más; además, quien nos asegura que ustedes no son asaltantes.
El jinete, que habló, él replicó:
--- Señor Huamán, usted sabe perfectamente que no somos asaltantes, somos perneadores (comerciantes), si ustedes deciden vender su ganado a nosotros, les ahorraremos mucho trabajo y tiempo; por lo que ustedes, ya no arrearían el ganado al pueblo; además, no siempre se consigue el mejor precio, porque los perneadores se ponen de acuerdo entre ellos, para no pagar más, de lo que ellos están ofreciendo; pues, nosotros respetaremos el precio que ustedes nos pidan, y el ganado lo retiraremos después de 8 días y cuando hayamos encontrado a nuestros compradores que vienen desde el Ecuador y todos son gente honrada.
Erasmo Huamán, quien no tenía experiencia en ventas de ganado, era su primera vez que iba a empezar en estas actividades comerciales; pues, le llegó a la mente una luz de inteligencia y pensó con rapidez en lo que ofrecían los supuestos comerciantes, era conveniente y les contestó:
--- Señores, sigo pensando que ustedes son unos desconocidos; pero, vamos a pensar que son unos hombres honrados; pero, Yo no decido, sino el hacendado, quedan invitados y nos vamos a la hacienda y solamente allí sabremos, si el patrón acepta sus propuestas de compra- Yo me estoy arriesgando en llevarlos, que si por alguna razón, ustedes nos están mintiendo, les aseguro que no vivirán para disfrutar su engaño con nosotros.
Hubo un murmullo entre los jinetes; por las severas advertencias de Erasmo Huamán, hasta que se pusieron de acuerdo, y el jinete que hacía de contacto, le dijo:
--- Buena decisión señor Huamán, nos iremos con ustedes; pues, será lo mejor para todos.
Se reinició la trotada, con cierta amistad que fue posible establecer una fluida conversación y como el caporal guardaba en su cabeza muchas interrogantes, les preguntó:
--- Amigos, ¿Cómo supieron ustedes que la hacienda donde trabajo, tenía planes de realizar una numerosa saca de reses?, por que esa información se mantenía en secreto, debido a la existencia de asaltantes en los caminos y de bandoleros que asaltan las casas haciendas.
Uno de los jinetes comerciantes, le respondió:
--- En realidad nunca supimos sobre la saca de sus reses, se me ocurrió ir a una cantina donde llegan muchos ganaderos y beben tragos y el cantinero escucha todo, ya que ellos a medida que se van embriagando y levantan el tono de sus voces y divulgan sus planes, que a veces son escuchados por gente de mala fama como los asaltantes, quienes arman sus asaltos a lo seguro....
El jinete, hizo una pausa y agregó:
--- Entonces, llegué temprano a una cantina y nunca antes había ido allí, me hice amigo del dueño de la cantina, le compré una botella del licor que era el más caro y le pregunté así: "¿Amigo, escuchó usted de una buena saca de ganado que se propone hacer una hacienda?, si me da el dato, le prometo que dejo la botella empezada para ir a esa hacienda y comprar todo el ganado", el cantinero me miró y tal vez se convenció y soltó el dato, que un caporal, hacía muchas noches atrás mencionó de una saca de 150 reses de la Hacienda "La Pampa Encantada", le agradecí dejándole la botella de licor pagada y sin beber nada, ninguna gota, ya que no bebo por mi propia seguridad.
Erasmo Huamán, no tan convencido con la larga respuesta del perneador que como comerciante hablaba hasta por los codos, con tal de convencer al cliente y que le estaba ofreciendo el mejor precio, le contestó:
--- Amigo, no te creo en todo lo que dices, si reconozco que eres un gran comerciante; pero, no me trago el dato del cantinero, que comprándole una botella de licor, te de información que puede ser una mentira (falsa), sigo pensando que sabes algo más que me estás ocultando.
El jinete perneador, sonriendo, le contestó:
--- No, señor Huamán, no estoy ocultando nada, todo es experiencia en las compras, Yo le hice un seguimiento a usted sin saber que buscaba información sobre la existencia de perneadores y fue a la capilla y preguntó a los religiosos sobre la próxima fiesta patronal, esa inquietud suya; era averiguar sobre la presencia de comerciantes, que si abundan, por que todos los productores llevan sus productos para venderlos.
Erasmo Huamán, sonriendo, le contestó:
--- Pues, estamos casi a mano, por que Yo los descubrí primero y eran muy huidizos y fue en el mercado de abastos, hace un par de días... jajajaja....
Siendo aproximadamente las 18:00 horas, ya el Sol se había ocultado, empezaba anochecer y los viajeros llegaron a la hacienda; y por pura casualidad el hacendado y su familia, se habían sentado sobre el poyo del corredor que brindaba una amplia vista de todo el enorme patio y que se sorprendieron al ver llegar a Erasmo Huamán y los dos peones, acompañados de cinco jinetes desconocidos; quienes se acercaron hasta el filo del corredor, todos se apearon, y fue el caporal quien saludó a la familia de la hacienda y dirigiéndose a don Luciano Castillo, le dijo: 
--- Patrón, cuando nosotros regresábamos, en el camino nos dieron alcance estos señores, que aseguran ser perneadores y están dispuestos a comprar todo el lote de las 170 reses en el mismo campo y aseguran que le pagarán lo que usted les pida y que ellos no regatearán los precios y que no retirarán el ganado hasta dentro de 8 días, ya que están esperando a un grupo de perneadores ecuatorianos, a quienes les entregarán el ganado.
Don Luciano Castillo, quien seguía asombrado por lo que estaba escuchando, que podrían ser asaltantes  y que con tanta facilidad lo convencieron a Erasmo Huamán, o de verdad eran grandes comerciantes; pues había que correr el riesgo y dijo:
--- Bienvenidos señores, no sé si están dispuestos a pagar el precio de mi ganado, que se venda todo el lote con el mismo precio que suelo vender a 280 reales de plata por cada vaca, o también los toros más grandes a 350 reales de plata y las más pequeñas a la mitad el precio o sea 170 reales de plata, ustedes pueden elegir lo que más les convenga, no acepto regateos.
El jinete, quien siempre conversó con Erasmo Huamán, le contestó:
--- Señor hacendado, los precios que nos está pidiendo son muy caros; pero, aún así, queremos ver las reses para ofrecerle el valor que pensamos pagar y como ya es noche, le ruego que nos de una posada y el día de mañana, iremos al campo para observar al ganado.
Don Luciano Castillo, era un amable anfitrión y sonriéndoles, contestó:
--- Por su puesto, ustedes ya son mis huéspedes, desensillen sus caballos y los peones guardarán los aperos.
Los jinetes, bajaron sus aperos y soltaron las sogas de sus caballos, los llevaron a un arroyo donde existía una poza y allí bebieron agua las acémilas-
Erasmo Huamán y los peones ya habían hecho lo mismo y estando todos los caballos sin aperos, dirigiéndose a los invitados les dijo:
--- Amigos, uno de ustedes que hale sus caballos que junto con los de nosotros los soltaremos en un potrero que tiene buen pasto.
Los caballos fueron trasladados al cercano potrero y los soltaron con soga; mientras tanto la señora Catalina, ordenó a las cocineras preparar comida adicional para 8 personas, ya la noche llegó con toda su fuerza, que gracias a la luz de las lámparas de mechón se veía a las personas y ella dirigiéndose a los invitados les dijo:
--- Señores, después de la comida, para que descansen en el dormitorio de visitas; pero, sólo tiene tres camas, por lo que dos de ustedes tendrán que descansar sobre los poyos, que se les tenderá camas.
Los jinetes comerciantes, aceptaron la disposición de la anfitriona; después se inicio un fluido diálogo entre el hacendado y sus invitados, incluso alguno de ellos fueron huéspedes en el mejor hotel de Cariamanga, Ecuador.....
Continuaremos................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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