Ideadas para salvar las vidas de los pilotos alemanes derribados en el mar del Norte, las Rettungsboje, o boyas de salvamento, fueron repartidas por todo el canal de la Mancha para albergar de la manera más cómoda posible a todos aquellos hombres caídos en la frías aguas del canal antes de su rescate.
Ilustración de una boya de rescate utilizada por la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial.
PROBLEMA EN ALTA MAR
Con más de dos mil pilotos derribados o con problemas técnicos, la Luftwaffe tuvo que idear un sistema que permitiera a sus pilotos poder sobrevivir unos días en el mar hasta que pudieran ser rescatados. En 1940, el Ministerio del Aire del Reich encargó al T-Amt, un grupo de investigación y desarrollo, que trabajase en un proyecto que pudiese solucionar las situaciones de emergencia en que podían verse envueltos sus pilotos. Así, el nuevo proyecto estaba dirigido por un antiguo as de la aviación de la Primera Guerra Mundial llamado Ernst Udet, impulsor de una nueva técnica de bombardeo en picado realizado por los Stuka (también llamados Junkers Ju 87). Udet era un oficial que no estaba hecho para la vida administrativa. Hasta tal punto le gustaba la acción y odiaba la vida civil, que acabó alcoholizado y suicidándose.
ERNST UDET
Este militar alemán, además de ser el principal promotor de los famosos aviones Stuka, los Junkers Ju 87, fue quien sugirió el uso de las boyas que terminarían salvando la vida de muchos pilotos caídos en el mar.
LOS JUNKER JU 87
Los Junkers Ju 87, popularmente conocido como Stukas, fueron uno de los símbolos de la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Fueron diseñados en 1935 y entraron por primera vez en combate durante la Guerra Civil española.
En 1940, el Ministerio del Aire del Reich encargó al T-Amt, un grupo de investigación y desarrollo, que trabajase en un proyecto que pudiese solucionar las situaciones de emergencia en que podían verse envueltos sus pilotos.
Este dibujo muestra la disposición interior de una Rettungsboje, diseñadas para que pudieran dar cobijo a entre cuatro o seis pilotos naufragados. Además de comida y otros enseres necesarios, también incluían cigarrillos, coñac y juegos de mesa.
NADIE DEBE MORIR
En palabras del historiador militar Richard North, "que un aviador de la RAF fuera derribado sobre el mar era una sentencia de muerte casi segura si los servicios de rescate alemanes no estaban cerca", y es que antes de que los británicos tuvieran su propio sistema de rescate, dependían por completo del enemigo para poder sobrevivir en caso de accidente o de ser derribados. Gracias a la recuperación de varias boyas alemanas que fueron a la deriva, los británicos diseñaron sus propias boyas de rescate, a las que llamaron ASR-10 por sus siglas e identificación en inglés: Air-Sea Rescue Float (se llegaron a construir 16 unidades), que se desplegaron a lo largo de la principales rutas marítimas.
Antes de que los británicos tuvieran su propio sistema de rescate, dependían por completo del enemigo para poder sobrevivir en caso de accidente o de ser derribados.
Ya en la primavera de 1943, los británicos disponían de cuatro escuadrones de veinte aviones cada uno dedicados íntegramente al rescate aéreo. Así, gracias al ingenio de unos y de otros, muchos aviadores, fuera cuál fuera su nacionalidad, lograron sobrevivir a la duras condiciones del mar del Norte. De hecho, el uso de las Rettungsboje ha trascendido en el tiempo y su diseño ha inspirado a las actuales Rettungsbake, un refugio similar y que usan hoy en día los náufragos en caso de necesidad en las costas alemanas. Un invento que sigue salvando vidas tantos años después.
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