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domingo, 7 de agosto de 2016

Un Sortilegio Errado: La Familia Culquicondor - Manchay; fue Destruida por la Maldición de un Gato Negro: Capítulo N° 1.- El Gato Negro "Luzbel" mezcla la comida con sus heces.....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., en la Ciudad de Cunante, en una céntrica calle vivía la Familia Culquicondor, en donde don Liborio Culquicondor se casó con doña Adelina Manchay; pero antes del matrimonio don Liborio, tuvo amoríos con Anselma Mija y ella nunca aceptó que su amiga, se haya casado con su "amado Liborio", pero Adelina nunca supo que Anselma y Liborio hayan sido enamorados.
 
Anselma, planeó una venganza contra la inocente Adelina, y buscó algo que afecte en lo mas profundo del matrimonio; pero antes intentó reconquistar a Liborio, para eso lo acechaba con frecuencia, hasta que un día lo encontró solo, que viajaba muy temprano a la Capital de la Provincia; él, este vez iba a pie y Anselma montada sobre una briosa mula de color negro.
Al encontrar a él, ella lo saludó y le ofreció montar al anca de la mula, el sorprendido hombre respetuosamente rechazó subir a la mula, pero ella insistía y lo hizo con tanta vehemencia que se apeó de la acémila y le dijo:
--- Liborio, no temas, solo te ofrezco que no malgaste la energía de su cuerpo en viajar un largo trecho a pie; pues tu monta y yo iré al anca, como vez no hay nada de extraño en lo que te estoy ofreciendo.
Ciertamente, la Ciudad donde en este caso ambos iban, estaba a cuatro horas de viaje, y bien valía la pena ir en el lomo de una mula, pero empezó a sospechar que la gentileza de Anselma no era gratis. Él pensaba que ella quería regresar sus amoríos con él, pero él, ya no amaba a Anselma, su único amor era Adelina con quien se había casado. 
Liborio, se resistió en no montar y le contestó:
--- Anselma, agradezco tu cortesía en facilitar mi viaje a la Ciudad, pero prefiero ir a pie y no asumir algún compromiso que afecte mas tarde toda mi vida, muchas gracias y por favor mota tu mula y vete, por que yo no voy a montar esa mula.
Anselma, viéndose defraudada en su intento de reconquistar a Liborio, lo amenazó y le contestó:
--- Tu crees que yo me olvidé de tu promesa de matrimonio conmigo que me hiciste bajo la luna llena de una noche, y al final te casaste con una muerma y estúpida Adelina, quien haciéndose la fingida  me robó mi matrimonio, y esto no quedará así,  por lo que ambos me la van a pagar.
Y de las amenazadoras palabras, volteándole la cabeza y expresando algo inentendible, montó su mula, le aplicó un latigazo y el animal salió como disparado cuesta arriba, rumbo al destino de su jinete.

Aquí en la imagen observamos: a un Gato Negro, llamado "Luzbel",  cuya propietaria  Anselma Mija; se  lo "obsequió" a Adelina Manchay. Foto: Archivos del Blog: A vuelo de un quinde.
 
Las sospechas de Liborio eran ciertas, su ex enamorada no aceptaba haber perdido y mantenía su interés en reconquistarlo; pero él, no le dio la importancia que se merecía esta amenaza y continuó su viaje a la Ciudad, allí iba a comprar un caballo que le serviría para su regreso a casa como un jinete.
En cambio, Anselma tenía planes muy bien estructurados, por otro camino regresó a casa y encontró a su Gato Negro, a quien lo llamaba "Luzbel" a este animal lo había entrenado en hacer travesuras, tales como: destapar ollas llenas de comida, pero el gato tenía otras habilidades que su dueña desconocía.
Entonces, Anselma, ideó un plan en ofrecerle un Gato Negro a su "amiga Adelina" y al aceptarlo ella, éste felino destruirá el matrimonio con sus travesuras.
Efectivamente, Anselam después de unos días de su frustrado encuentro con Liborio. comenzó en acechar la casa del Matrimonio Culquicondor - Manchay, hasta que vio que Liborio salía montado de su casa en un caballo; cogió su gato negro  y lo metió en una talega grande, se acercó a la casa tocó la puerta y salió abriéndola su "amiga Adelina", al saludarse, ella aparentó mucha cortesía y cordialidad y después de los saludos; Adelina invitó a su amiga Anselma,  entrar en la casa.
Adelina mirándola bien le llamó la atención que la recién llegada llevaba un talega grande y algo  se movía en su interior.
Al sentarse a conversar, Anselma, le dijo:
--- Amiga Adelina, no pude asistir a tu matrimonio, pero te he traído  un regalo de bodas, que es un Gato Negro, para que cace los ratones y ratas que abundan  en este pueblo.
Adelina, muy inocente de lo indeseable que iba ser ese felino, se entusiasmó y aceptó el "regalo", y de inmediato el gato fue liberado de la talega, y como si hubiese estado entrenado, se apegó a las piernas de Adelina y sobando su cuerpo y ronroneando maulló  en señal de amistad a su nueva dueña.
Adelina no salía de su asombro con la mansedumbre del felino y comentó:
--- Gracias, amiga Anselma, el michi(gato) parece que me hubiese conocido antes, ya se encariñó  conmigo; pues acepto tu regalo y te prometo que lo cuidaré con mucho esmero y ojalá case los ratones que por las noches esos animales corren por el soberado (desván donde se guardan granos como el maíz en la parte alta de las casas).
Anselma, victoriosa con el gato negro dentro de la casa de su víctima(Adelina), se despidió amigablemente y se retiró, ahora se dijo así mismo "hay que esperar un tiempo".
Pero no tanto, al día siguiente, Adelina muy ágil en sus labores domésticas, preparó muy temprano la comida, le dio el desayuno a su marido y adelantó el próximo almuerzo al preparar una olla con arroz, dejándola a fuego lento(brasas encendidas pero sin leña) para que a medida que se apaguen cocinen a la vez la comida.
Ella tenía mucho trabajo fuera de casa, se fue con unas vacas hasta Jurupe, allí había buen pasto, que era el alimento básico para las vacas; y su esposo don Liborio fue la chacra para el deshierbo de una parcela, todo fue normal y siendo aproximadamente las 13:00 horas del día, Liborio sintió que sus tripas se movían buscando alimento y no había llegado su esposa con el fiambre, era la hora del almuerzo. Liborio, optó por ir en busca de la comida y fue a casa.
Pero, ¿Qué hubo antes en la casa?, después que la olla del arroz seco mezclado con carne de gallina,  se enfrió, el Gato Negro, alistó sus habilidades y se le facilitó, por que el fogón estaba sobre el piso (muy común en ese pueblo), se acercó a la olla, con su lanuda mano izquierda probó la tapa si se podía levantar, lo hizo y la tapa se escapó de la boca de la olla, con la vasija libre de su tapa, subió y observó el arroz ya cocido que estaba tibio.
Aquí en la imagen  observamos: al Gato Negro "Luzbel", destapando la olla de comida, con una habilidad increíble. Foto: Archivos del Blog: A vuelo de un quinde.
 
Era la hora de aplicar sus habilidades felinas, estiró su mano derecha y la presionó sobre la masa del arroz, para sacar una porción de comida, al lograrlo la arrojó sobre el piso, el animal también se bajó de la olla y comenzó a orinar heces sobre la porción del arroz, luego con las dos manos mezclo sus heces con la comida, luego hizo una especie de bola y dada su agilidad felina, con una mano agarró la nueva bola de comida y con la otra se impulsó hacia la boca de la olla.
 
 
Aquí en la imagen observamos: al Gato Negro "Luzbel", orinándose y defecando heces frente a las ollas de comida. Foto: Archivos del Blog: A vuelo de quinde.
 


Su trabajo empezaba muy bien; al subir arrojó la bola al fondo de la olla y con la ayuda de su mano derecha, extendió la bola de comida con heces y la mezcló con toda la masa del arroz cocido  que contenía la olla, lo hizo con tanta habilidad que aparentaba que nadie movió esa masa de comida, se bajó de la olla y con la ayuda de sus dos manos subió la tapa y con tanta perfección felina, se tapo la olla, y se retiró de la cocina.
 
Aquí en la imagen observamos : al Gato Negro "Luzbel", en plena faena mezclando una porción de los alimentos con sus heces. Foto: Archivos del Blog: A vuelo de un quinde.
 
Siendo las 13:45 horas del día, llegó a su casa  muy hambriento Liborio, llamó a su esposa Adelina, pero ella no estaba,  seguía en Jurupe tratando con las vacas, una ternera se había extraviado y lamentablemente no la encontraba, esa era la razón por que ella no había retornada a casa.
El agricultor al no encontrar a su mujer, si le llamó la atención ver un Gato Negro, que se apegó a él, sobándole el cuerpo sobre sus piernas en señal de recibimiento, pero Liborio nunca supo sobre la existencia de este Gato Negro........
Continuará................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

5 comentarios:

Isabelita Vigo dijo...

Bello bello y más bello. Gracias Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui por compartir esta preciosidad..

Jackeline Amanda Asitimbay dijo...

Wooow que hermoso Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

Doralcira Llacsahuanga Yangua dijo...

Gracias mi buen amigo GUILLERMO por compartir este bello relato espero el siguiente capítulo, un abrazo amigo Chemita.

Gloria Barboza dijo...

Gracias amigo es lindo esta muy enojado bendiciones

Nieves Delcarmen Poblete Espinoza dijo...

Super bueno.