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domingo, 2 de diciembre de 2018

La Casa de la Loma tiene un Fantasma : Capítulo CDLXXXI.- Don Emiliano Morocho con tres ayudantes llevó a su casa las tablas para fabricar la caja de muerto; después que él salió llegaron a la casa de don Emilio dos jinetes buscando a Cipriano"El asesino que no mira atrás".......

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma no tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; don Emilio converso ampliamente con su sobrino Cipriano Culquicondor, más conocido como "El asesino que no mira atrás", a quien le planteó en recuperar los restos de Emilio Segundo, su hijo preferido, que él desea sepultarlo junto a su casa en Cuchayo; pero Cipriano no estaba convencido con esa idea, él, mas bien pensaba que los restos del primo(Emilio Segundo) sean enterrados en Pampa de Ríos; pero  debido a la insistencia del padre, se acordó fabricar una caja de madera y llevar varios costales para envolver el cadáver; justamente llegó de visita don Emiliano Morocho, quien era un viejo carpintero en busca de una yunta de bueyes que le serán cedidos y se le pidió fabricar la caja para el muerto...

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Parece que las fuerzas positivas, ahora están de parte de Emiliano Morocho, quien buscó la yunta de bueyes y no lo encontraba, pero esta vez encontró la pareja de bueyes que tanto necesitaba para el barbecho de su viejo rastrojo, que lo había dejado descansar por tres temporadas y tendrá a su servicio una yunta de bueyes más conocidos por su rendimiento que son propiedad de don Emilio Culquicondor.
Don Emiliano Morocho, al llegar a la casa de don Emilio Culquicondor, entabló una amena conversación y le solicitó el préstamo de la yunta, que gustosamente accedió don Emilio; pero éste, le pidió que le fabrique una caja de muerto, le sorprendió el pedido y le preguntó:
--- ¿Qué se va a morir don Emilio?
Don Emilio, muy tranquilo se sonrió y jamás le iba a decir que era para su hijo muerto y le contestó:
--- Don Emiliano, aún voy a seguir fastidiando a la gente de esta tierra ingrata para unos y dichosa para otros; sino que se ha muerto un familiar y tengo que llevarla muy lejos, y como usted es carpintero, le pido ese favor  por ser de urgencia, usted sabe los muertos no esperan...
Don Emiliano accedió de inmediato, pero no tenía muchas tablas de madera y le contestó:
--- Con el mayor gusto le haré la caja, pero tengo escasez de tablas de madera......
Don Emilio le interrumpió y le replicó:
--- Yo tengo las tablas para la caja, están secas y fueron cuadradas y cortadas por un amigo carpintero ecuatoriano.
Don Emiliano, entusiasmado al obtener el material, le contestó:
--- Muy bien don Emilio, pasado mañana regresaré por la yunta de bueyes, ahora quisiera ver las tablas y tal vez, necesitaré la ayuda de alguien para llevar las tablas a mi casa, allí tengo las herramientas y moldes para cortar los materiales(tablas).
Entonces,  don Emilio, le contestó:
--- No se preocupe don Emiliano, aquí hay cuatro hombres que pueden ayudarlo en todo, déjeme ir al patio trasero para llamarlos y presentarle.
Don Emilio, dejó sentado en el poyo a su visita y se fue al patio trasero, al llegar les dijo:
--- Cipriano, ya tengo carpintero, quisiera que ustedes los cuatro le ayuden a llevar las tablas de madera a su casa y él la hará de inmediato.
Cipriano"El asesino que no mira atrás" siempre buscaba el anonimato y mantenía un perfil bajo, le contestó:
--- Yo tío, también soy carpintero, claro que no tengo las herramientas, pero si ya llegó quien lo hará, en hora buena, ahorramos mucho tiempo; pero yo no muevo de aquí durante el día, más bien puedo ir en la noche para ayudar a cortar y clavar las tablas; pero si pueden ir los primos, incluso Néstor Rosillo para que conozca la comarca, el día para mi es sagrado, nadie debe saber quien soy, tengo muchos contrarios(enemigos), que siempre buscarán que baje la guardia para matarme.
Los otros tres se pusieron de pie y fue Néstor Rosillo, quien dijo:
--- A la orden don Emilio, vamos a sacar las tablas de madera para llevarlas al carpintero..
Todos(menos Cipriano)fueron a la sala, levantaron los costales de granos y liberaron las tablas y las sacaron para afuera; estaban intactas no habían ninguna picadura de insectos ni polillas; don Emilio los presentó a don Emiliano, quien ya conocía a Tobías y Tomás, pero no al ecuatoriano, con los tres hombres  cada uno con dos tablas sobre el hombro se fueron a la casa del carpintero, quien se comprometió a fabricar la caja en 12 horas.
En la casa, ya solos, don Emilio se inquietó un poco, por lo que Cipriano temía caminar de día en Cuchayo y fue al patio trasero y le preguntó:
--- Cipriano, me inquietó un poco tus precauciones en no exponerte en el día, pero dime: ¿Tienes contrarios(enemigos) aquí en Cuchayo?
Cipriano muy pausado y con sexto sentido muy activado, ya que tenía presentimientos que alguien lo perseguía, le contestó así:
--- Tío  Emilio, usted mejor que nadie sabe que nosotros siempre estamos expuestos a alguien que nos persigue por nuestra espalda, y nunca debemos ofrecerla si lo podemos evitar; tengo muchos deudos que quisieran mi cadáver, pero ellos no comprenden que yo nunca fui agresivo o agresor, fueron los finados quienes intentaron pisarme el poncho, por su puesto nunca lo permití, y en desafío limpio les gané el derecho de seguir con vida. Esos desafíos son : O vives o mueres...
Repentinamente llegaron unos jinetes al patio de entrada de la casa y gritaron desde allí:
--- Cipriano, sabemos que llegaste anoche y no has salido, te esperábamos en el camino, pero como no pasaste, hemos venido por ti, sal para saludarnos y charlar sobre viejas deudas pendientes que tenemos que saldar contigo...
Don Emilio y Cipriano totalmente sorprendidos se miraron entre ellos, y fue Cipriano quien en voz baja, le dijo:
--- Se da cuenta tío, los contrarios(enemigos) aparecen cuando menos se les espera, voy a la sala por mis chavetas y usted no se mueva de aquí, la bronca es conmigo, tendré que hacerles frente, no sé: ¿Cuántos son?, pero igual el desafío ya empezó...
Don Emilio, ya era muy viejo, sin los ánimos cuando capitaneaba la "Banda de los Culquicondor" con sus dos hermanos ya desaparecidos, él sintió temor y se quedó sentado algo paralizado, como si estuviese clavado en el asiento, y dejó toda la iniciativa a Cipriano, quien con agilidad felina y con los reflejos activados, dio un salto a la sala y sacó de su alforja dos chavetas y se las colocó a la altura de la espada ajustadas al cincho(cinturón) que sostenía el pantalón, salió y vio a dos jinetes muy conocidos para él, pero ya no los había visto desde antes que viajó al Ecuador.
Ciertamente eran dos contrarios(enemigos) que constituyeron un trío con otro que justamente murió acuchillado por Cipriano, como consecuencia de un desafió que hubo en las pampas de Aragoto; los aquí presentes presenciaron el desafió, ellos fueron testigos que fue una lucha justa, pero aún así, ellos juraron venganza por la muerte de su compañero, pero esta vez lo hicieron mal, por estar borrachos y tal vez el licor ingerido les dio valentía como para retar a Cipriano"El asesino que no mira atrás", ahora ellos tenían la ventaja, estaban montados y con las chavetas listas, era un duelo de dos contra uno...
Cipriano, no se intimidó y tratando de persuadirlos que iban a perder, pero aceptó el retó, diciéndoles:
--- Amigos, yo con ustedes no tenga nada pendiente, la muerte de su compañero la provocó el mismo y murió por su capricho; por favor regresen por donde llegaron y mañana o pasado, tal vez nos volvamos a encontrar pero sanos y hablaremos con palabras o las armas...
Pero, el más joven de los recién llegados, muy bravucón, le contestó:
--- Eres un cobarde, te orinas de miedo, nos temes, hoy te haremos comer la tierra con tu propia sangre..................
Continuaremos..................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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