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domingo, 20 de febrero de 2022

La Historia del Agente Justiciero Genochi: Capítulo XXXIX.- La banda de delincuentes que integraba Servelio Smith López; se apropiaron de un cuantioso botín, asaltando a una camioneta de caudales de la Hacienda "Mal Abrigo", sin ocasionar ningún herido, el botín fue cargado por Servelio Smith López...

Hola amigos : A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Agente Justiciero Genochi; Servelio Smith López, quien más tarde fue conocido como "El Machetero del Río", nos estaba narrando su historia dentro del mundo del hampa, que para ingresar era necesario cumplir un requisito fundamental: "matar un chivo"; encargo cruel del hampa que asignaba a un primerizo, que no era otra cosa que un ajuste de cuentas; costumbre practicada con mucha frecuencia, por que solían existir rivalidades entre delincuentes y en represalias se echaban a las autoridades policiales, quienes daban fuertes golpes capturando a avezados delincuentes gracias al dato.
Servelio, después de asesinar al soplón, huyó y se refugió en la playa del lecho del Río Piura; él, había olvidado que tenía que refugiarse en una casucha que la banda tenía fuera del casco urbano de Castilla.
.........Sigamos la historia: 


Aquí en la imagen Observamos al Agente Justiciero Genochi, quien como agente anónimo bregará para capturar a los culpables del asesinato de sus padres en Chilcapampa.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.


Aquí en la imagen observamos al delincuente Bonifacio "Oreja Mocha"; quien como líder de una banda juvenil, asaltaron a la morada de Eucebio Nonajulca Rivera, residente en el Barrio Alto de Chilcapmpa, a quien asesinó por que no le entregó el dinero de una venta de ganado vacuno.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.


En el mundo del hampa, no todos los delincuentes triunfan en sus fechorías, por que tarde o temprano caen en manos de la policía, y claro que no siempre es la llamada "inteligencia policial", la que llega al nido del hampón o al reducto donde estos se guarecen; sino que un soplón, usualmente de la banda contraria o rival, quien los echa a la policía; quienes con los datos precisos llegan al reducto dándoles un golpe fuerte capturando a buscados delincuentes.
Igualmente para llegar ser un avezado delincuente, tiene que acumular una frondosa experiencia y además exhibir "inteligencia", que es un "arte" de delincuentes que atacan gracias a la paciencia en el seguimiento a la víctima, que se conoce como "reglaje", que le permite al asaltante estudiar las ventajas o desventajas y cuando tiene todo a su favor ataca y comete la fechoría en el menor tiempo posible, ya que el peor enemigo de estos malandrines es el tiempo.
Continuando con la historia; Servelio Smith López,  cumplió con astucia y eficiencia el encargo de asesinar al soplón, ocasionándole una muerte violenta y sin sufrimiento al degollarlo con su machete; éste flamante asesino, quien no conocía a nadie en aquel refugio provisional, donde se escondía ya que no era el único que estaba allí, habían menesterosos, enfermos mentales, personas abandonadas; quienes vivían en este lugar; el joven principiante tuvo que pasar la noche en aquel "refugio".
Como la zona era cálida, juntó hojas secas de los arbustos, con ellas hizo su "cama", con el machete que estaba en la vaina hizo la almohada  encima le acumuló hojas secas y se acostó, vaya que rápidamente concilió con el sueño y se durmió profundamente, aún no tenía ese cargo de conciencia de haber asesinado a una persona.
Servelio, después de su largo sueño, se despertó a las 05:00 horas del nuevo día, se levantó, hizo sus necesidades fisiológicas y fue hasta la corriente de agua, se lavó y echó agua a su cara enjuagándose; al retornar escuchó a un receptor de una radio que alguien caminaba portándola, transmitiendo noticias y captó en sus oídos, donde el locutor de la radio, comentaba la horrible muerte de un informante (soplón) de la policía, que todos los entendidos calificaban como un claro ajuste de cuentas.
La policía; muy afectada por la pérdida de un aportador a sus redadas, puso el mayor empeño para capturar al culpable, ellos se conectaron con otros informantes(soplones), pero no conocían al asesino del soplón; no dejó huellas de su accionar, era alguien muy escurridizo, por que no hubo ningún testigo, incluidos los bebedores de la cantina que no querían declarar y menos señalar al culpable, temerosos por ese asesino que no tuvo misericordia y mató si asco, para ellos era mejor mantener la boca cerrada.
Si hubo alguien que se atrevió a describir lo que vio en aquellos momentos del crimen, quien dijo:
--- "Aquel hombre era alto de talla, ingresó a la cantina como si fuese un ventarrón y atacó al bebedor que misteriosamente se había quedado sólo, el impacto del machetazo fue tan fuerte que le cortó el cuello, degollando al infeliz..."
Servelio Smith López, con el inesperado dato, decidió regresar a su casa, pero antes de llegar había una ruinosa vivienda abandonada y por una escalera todos se subían al techo, que era una curiosidad y desde allí observar a la gente que pasaba; él, hizo lo mismo, quien al subir y estando en el techo, oteó su casa; pues, no había nadie esperándolo, todos eran transeúntes que iban y venían con normalidad.
Él se bajó de ese techo y se encaminó a su casa, que al abrir la puerta encontró un papel sobre el piso, lo recogió y estaba escrito, cuyo tenor decía: "Cuídate muchacho, tu trabajo salió bien y nadie te conoció.."
Servelio, se tranquilizó, ingresó a la cocina y se preparó su comida, por que tenía tanto hambre, ya que no había ingerido alimentos desde hacía 12 horas las tripas grandes querían devorase a las tripas delgadas.
Servelio, como siempre estuvo sólo, aprendió a cocinar y lo hacía muy bien, se preparó una sopa de fideos con papas y especies y como segundo plato de arroz con conservas de sardinas, ya que no tenía cosas frescas por falta de una refrigeradora, hizo hervir agua y de una cafetera echó el líquido negro, el hambriento se sirvió la comida y un jarro de café, comió con tanto apetito que era un desayuno y almuerzo a la vez; con el estómago lleno, se puso a descansar, se recostó sobre su cama limpia y se durmió.
Servelio, se despertó al anochecer, tuvo hambre, raspó la olla y encontró algo de sobrante y comió, lavó el servicio, él pensó que ya era tiempo de visitar a sus flamantes compinches.
Servelio, abrió ligeramente la puerta de la calle, como una precaución y ver por allí si alguien lo estaba esperando, sólo eran transeúntes que caminaban con normalidad; él salió, echó llave a la puerta y se encaminó hacia el refugio, quien al llegar los encontró a todos muy sonrientes, quienes al verlo llegar se levantaron de sus asientos lo abrazaron y felicitaron por su excelente "trabajo".
El "jefe", le dijo: 
--- Muchacho, te dejé una nota en tu casa, hiciste un buen trabajo, ya eres parte de nosotros.
Servelio, en todo sonriente casi fingido, por que a él no le entusiasmaba mucho el ingreso al mundo del  hampa, sino encontrar al culpable o culpables que asesinaron con ensañamiento a su padre adoptivo "Gato Salvaje" y les contestó:
--- Muchas gracias amigos, soy el único joven del grupo, ruego a ustedes darme siempre su apoyo, para que salgan bien las cosas.
Todos se mostraron sonrientes con su simpatía al recién llegado; el "jefe" continuaba informando sobre el plan de asaltar una camioneta de caudales, que todos los sábados cargaban dinero desde la Caja de Depósitos y Consignaciones a la Hacienda "Mal Abrigo", era una cuantiosa suma que era para pagar sueldos y salarios de los trabajadores.
El "jefe" muy entusiasmado, les dijo:
--- Muchachos, he estudiado con sumo cuidado, el recorrido del camión, lleva a cuatro guardias armados con revólveres, siempre sale de la caja a las 09:00 horas de la mañana, cruza con rapidez las calles de la ciudad y sale al campo, es un trecho polvoriento hasta que llega a una curva, encima hay un montículo que nos permitirá sorprender; para lo cual colocaremos piedras grandes y troncos de árboles para bloquear el camino, que cuando llegue el carro tendrá que parar, en esos momentos saltaremos nosotros desde el montículo, sorprendiendo a los guardias que estarán unos retirando las piedras y los otros inmóviles en la cabina.
El "jefe" hizo un pausa y mirando al Servelio, le dijo:
--- Jovencito, tienes otra oportunidad de demostrar tu agilidad y resistencia a correr, tal como mientan (comentan)los periodistas, que te califican como un "ventarrón"; pues, saltarás a la cabina del camión y desarmarás a los dos guardias, nosotros haremos el resto con los que se bajarán a retirar los troncos y las rocas; el botín que consiste en tres bolsas llenas de dinero, lo cargas y correrás en dirección del refugio de Castilla, lo harás por la rivera del río; al llegar allí nos esperas.
El "jefe" impartió más órdenes a los otros integrantes de la banda, dándoles a cada uno su trabajo, que se hará coordinadamente, ya que si fallaran o hay un error, la muerte es segura, por que los guardias disparan a matar.
Era un sábado del mes en curso, el plan del asalto se había preparado con todos los detalles, ellos no podían fallar, hasta se tomó en cuenta los posibles inconvenientes que puedan perjudicar el plan y salvar las vidas de la mayor cantidad de ellos, también se estudió el tiempo del paso de piaras de burros cargados que suelen pasar o ocupar ese sendero.
Para esas posibles tareas de limpieza, el "jefe" envió a dos compinches desde las 05:00 horas de la madrugada, para que peinen la zona y estudiar cualquier tropiezo que afecte el plan.
Todo fue normal, la única excepción que pasó una manada de vacas justo a las 08:30 horas de la mañana, cuando ellos estaban reunidos para bloquear el camino, esperaron que pase el ganadero, hasta que se perdió en el horizonte; de inmediato colocaron rocas y troncos cruzando el camino, sellando el paso, subieron al montículo y se tumbaron sobre el suelo, allí esperaron el paso del camión que siempre pasaba un poco más de las 09:00 horas, esta vez fue exacto, se escuchó el ruido del motor, todos alistaron sus chavetas, desde su ubicación observaron que venían los cuatro guardias encima en la tolva, que el chofer al darse cuenta del bloqueo, paró en seco a la camioneta, hubo comentarios de alguien, quien dijo:
--- Seguro nos detienen los regadores que siempre nos atacan....
Parece que la hacienda tenia problemas por el uso del agua con los demás usuarios; pero, no eran ellos sino asaltantes, quienes a la voz del ataque del "jefe", saltaron como felinos desde el montículo, hubo tal simetría que todos cayeron sobre sus objetivos, Servelio cayó encima de los dos guardias, tan sorprendidos que no tuvieron tiempo de hacer uso de sus armas, los otros igual doblegaron a los dos guardias restantes, les quitaron sus revólveres y hasta las recargas que portaba en la cintura.
Servelio, usando una soga maniató a los dos guardias inmovilizándolos por completo, se bajó le quitó las llaves al conductor, el "jefe" subió a la carrocería y sacó las tres bolsas de los caudales le entregó a Servelio, quien cargó y se fue corriendo a toda velocidad, el "jefe" calculó el tiempo que avanzó Servelio, que probablemente ya llegó al vado del río, abandonaron la camioneta con sus integrantes maniatados y huyeron en distintas direcciones; a los cautivos les tomó tiempo desatarse, que fue aprovechado por los asaltantes, quienes desaparecieron.
Fue un golpe espectacular, sin un herido, ni disparar o herir alguien, los asaltantes se levantaron el cuantioso botín dejando sin pago a los trabajadores de la hacienda.
Servelio con su fortaleza de juventud, llegó al vado del río y caminó por la rivera hacia arriba, hasta que llegó al refugio secreto de Castilla..................
Continuaremos.......................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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