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lunes, 6 de septiembre de 2021

DESENTERRANDO EL PASADO: EPISODIO 9: Los primeros pobladores del norte de la Patagonia

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., los primeros habitantes del norte de la Patagonia en la actual Argentina, sucedió y  "......empezó hace unos 12.500 años cuando un grupo de cazadores recolectores pisaron la Patagonia. Venían del norte del continente, se trataba de una banda de cazadores procedentes de Siberia que atravesaron el estrecho de Bering, que separa Asia de Norte América y, rápidamente, llegaron al sur del continente. Cuentan los expertos que fue un proceso de colonización muy rápido................. siga leyendo..............


Foto: Equipo de investigación


Viajamos a Argentina, al noroeste de la Patagonia, para conocer quiénes fueron los primeros pobladores de esta zona. Sabremos de dónde venían los grupos de cazadores recolectores que colonizaron estas tierras y cómo llegaron tan rápido.







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TRANSCRIPCIÓN DEL PODCAST

en este nuevo capítulo viajamos a Argentina, concretamente al noroeste de la Patagonia, para conocer quiénes fueron los primeros pobladores de esta zona. Sabremos de dónde venían los grupos de cazadores recolectores que colonizaron estas tierras y cómo llegaron tan rápido.

Conoceremos cómo vivían y de qué se alimentaban. Ya os avanzamos que de una fauna muy diversa, la cual pudieron degustar cuando llegaron hace más de 11.000 años. Pero que, cómo contaremos más tarde, desapareció, se extinguió en masa, en poco tiempo. ¿Qué parte de responsabilidad tuvieron estos primeros pobladores en la extinción de unas, aproximadamente, 35 especies animales?

También descubriremos cómo se expresaban gráficamente estos grupos. Podemos asegurar que invirtieron horas en grabar huellas de animales y de humanos en las paredes de algunas cuevas y que gastaron mucha pintura roja para dibujar líneas geométricas en objetos cómo huesos. Un arte rupestre y mobiliar que se ha conservado hasta nuestros días.

BIENVENIDOS A UN NUEVO EPISODIO DE “DESENTERRANDO EL PASADO”.

Un equipo hispanoargentino, capitaneado por el doctor Pablo Arias Cabal, catedrático de prehistoria de la Universidad de Cantabria, lleva más de 15 años pisando estas tierras. Comenzaron su trabajo de campo en 2006, con un claro objetivo: documentar el primer poblamiento humano de la región de la Patagonia.

En este proyecto, financiado por la Fundación Palarq, le acompaña (entre otros miembros del equipo) la arqueóloga argentina Mabel Fernández, de la Universidad Nacional de La Pampa y la Universidad Nacional de Luján.

Todo empezó hace unos 12.500 años cuando un grupo de cazadores recolectores pisaron la Patagonia. Venían del norte del continente, se trataba de una banda de cazadores procedentes de Siberia que atravesaron el estrecho de Bering, que separa Asia de Norte América y, rápidamente, llegaron al sur del continente. Cuentan los expertos que fue un proceso de colonización muy rápido.

"Los antepasados de las actuales poblaciones americanas no fueron avanzando de forma paulatina desde Norteamérica hasta el sur, sino que fueron a toda velocidad. Además se encontraron con un mundo muy diferente del que tenían al otro lado del Pacífico. América estaba entonces poblada de grandes animales, grandes mamíferos, como el Mylodón, animales pacíficos que desaparecen rápidamente cuando llegan los humanos”.

En unos minutos abordaremos esta polémica extinción… pero antes… ubiquémonos en el tiempo. Viajamos 12.500 años atrás, en la época conocida cómo el Pleistoceno.

"El pleistoceno es un periodo que va desde los 2,6 millones de años hasta los 10.000 años antes del presente. Y que representa toda una etapa en la que hubo fluctuaciones climáticas, como las glaciaciones... entonces hacia fines de este periodo y a principios del Holoceno, que está representando lo que es el clima actual, es cuando se registran las primeras poblaciones de Patagonia".

Por lo tanto estos primeros pobladores que residieron en la zona fueron testimonio del cambio de época: pasaron del Pleistoceno al Holoceno. Este último periodo de la escala temporal geológica, el Holoceno, en la que nos encontramos nosotros actualmente, marcó el fin del episodio de frío provocando un cambio en el clima que favoreció a los recién llegados.

"Hay una mejora de las condiciones climáticas, no se ven sometidos a unas condiciones tan frías esto facilita la colonización del territorio, hay zonas que antes no eran habitables y ahora se pueden colonizar. Y hay cambios en los recursos, aumentan los recursos consumibles, como los vegetales, frutas, raíces, plantas comestibles... y la fauna disponible también se modifica.

Se modifica para bien, porque gozaron de abundantes recursos vegetales y animales con los que sobrevivir y que se dedicaron a explotar. Uno de los más conocidos, el Guanaco.

Un animal de huesos finos, que pesa unos 100 kg aproximadamente y que mide unos 1,60 centímetros. Para que nos hagamos una idea, considerado la forma salvaje de las llamas y es el animal terrestre de mayor tamaño de la Patagonia.

"Dentro de los herbívoros que hay en Patagonia tenemos este camélido que es pariente de lo que son las llamas, es un camélido silvestre que fue aprovechado no solo por su carne... sino con su cuero se hacían la vestimenta, el calzado, la vivienda típica patagónica... También se usaban los tendones para cocer, los huesos para hacer algún instrumento. O sea que era un animal que se utilizaba mucho".

Por cierto, una curiosidad, actualmente se puede degustar la carne de Guanaco en algunos de los restaurantes del noroeste de la Patagonia. Parece ser que el animal sigue interesando a los cocineros de la zona.

Bien, cómo contábamos, resulta que este animal estuvo en el menú del día de los primeros pobladores patagónicos. Pero, también consumían otros animales…

"Hemos encontrado algunos restos de caballo americano. El caballo es un animal que se extinguió antes de la llegada de los españoles pero existía anteriormente. También se encuentran, en menor medida, los restos de una ave corredora, que es el choique, el avestruz americano, es un animal que tenía bastante importancia en la economía de los grupos de cazadores recolectores".


EL ANÁLISIS DE LA CUEVA REQUIERE DEL ESTUDIO DE DIVERSOS PARÁMETROS, ENTRE ELLOS LA TOPOGRAFÍA DEL TERRENO.

Foto: Equipo de investigación.

Emparentado con el avestruz, el choique tiene largas patas y un cuerpo del tamaño de una oveja. Este ave, también conocido como el Ñandú de Darwin, recorre con sus grandes zancadas las áridas estepas de la Patagonia, de modo que es probable que no fuera sencilla de atrapar para estos antiguos cazadores.

Estos primeros pobladores se encontraron con una enorme fauna con la que alimentarse abundantemente hasta que se extinguió. Pero, los investigadores del proyecto no saben exactamente si la acción de estos cazadores-recolectores sobre un continente virgen podría haber contribuido a la catástrofe ecológica de finales del Pleistoceno. Se califica de catástrofe porque llegaron a desaparecer en torno a 35 especies animales en un periodo muy corto de tiempo (geológicamente hablando).

“Probablemente haya una cantidad de factores que hayan incidido, por ejemplo el cambio climático, la incorporación de estos humanos que comienza a interactuar con esta fauna y alguna otra teoría por ejemplo que plantea la existencia de epidemias entre los herbívoros y alguna otra que plantea la hipótesis como una catástrofe como un meteorito que provocó incendios. No tenemos que pensar en una causa única...

Uno de los animales que se extinguió y del que se han encontrado abundantes restos en las excavaciones registradas por el equipo del proyecto es el Mylodón.

"Era una especie de perezoso gigantesco, de unos 3 metros de altura. Es un animal que cazaron y consumieron estos primeros pobladores. Pero hemos encontrado restos de estos animales, no han encontrado huesos pero sí por ejemplo, su coraza, de escamas, un poco al estilo de los armadillos (que conocerán mejor los oyentes), que tienen una especie de escamas. Se han conservado restos momificados de estos animales. Además mucho tienen marcas de corte, lo que demuestra que los animales no se habrían muerto de forma natural, sino que fueron procesados por los grupos humanos.

Pero más allá de lo que comían y los animales con los que compartían hábitat… ¿Cómo se organizaban estos grupos humanos cuando se asentaron en la Patagonia? Los expertos concluyen que vivían en comunidades pequeñas.

“Hay que tener en cuenta que los cazadores recolectores, los que vivían en Europa en el paleolítico y también en el otro lado del Atlántico, vivían en grupos unidos por un parentesco, pero eran grupos reducidos. Estos grupos para subsistir necesitan explotar un territorio muy amplio y tener un modo de vida móvil, se han calculado grupos de unas 20 o 30 personas, que ocuparon un territorio amplio y se relacionan con otros grupos".

Los primeros pobladores de la Patagonia utilizaban el arte para expresarse. Lo hacían a través del arte rupestre y del arte mobiliar, arte sobre objetos que se pueden transportar.

Los arqueólogos del proyecto han explorado la huella artística que quisieron dejar grabada en la parte alta de la cuenca del río Limay y en el entorno del lago Nahuel Huapi.

En las excavaciones realizadas en la zona hay una gran amplitud de la secuencia de arte rupestre representadas.

"Tenemos arte rupestre desde los primeros pobladores (al final de la última glaciación), hasta arte rupestre de anteayer, tenemos algunos testimonios de estos primeros pobladores y otras expresiones que corresponden ya a momentos posteriores al contacto con los europeos. En el Cañadón del Tordillo, a pocos metros de los grabados profundos hechos por los primeros pobladores, tenemos una representación de un caballo que es un animal que había desaparecido y que reaparece con la llegada de los españoles. Podemos encontrar algunas escenas de equitación donde se ven personas a caballo que son evidentemente posteriores al contacto con los europeos".

En esta zona los grupos humanos han ido una vez tras otra a dejar su huella… de hecho, nos cuenta Mabel que hoy día se siguen utilizando estas paredes. Se pueden encontrar grafitis, pinturas hechas con spray, un hecho que, cómo es obvio, no hace mucha gracia a los arqueólogos; pero, que a la vez demuestra la tendencia de los humanos a querer perdurar.


PARED GRABADA DE LA CUEVA DE EPULLAN CHICA

Foto: Equipo de investigación.
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/primeros-pobladores-norte-patagonia_17175#:~:text=Pablo%20destaca%2C%20de,Prehistoria.

Pablo destaca, de entre todos los grabados, las representaciones de huellas animales.

"Son representaciones piqueteadas muy profundas, que representan huellas de diferentes seres. Animales con pezuña cómo los guanacos, representaciones de aves, de pumas, incluso algunas de la propia figura humana. Realmente es un arte muy bonito, que apela a la sensibilidad de cualquier persona, y es bastante (si me permiten la expresión), resultón, porque se ve muy bien y es muy espectacular y responde muy bien a las técnicas de fotometría que estamos aplicando en la actualidad”.

Al principio del podcast hemos apuntado que estos grupos humanos pintaron con líneas de color rojo los huesos de algunos animales. Esto se conoce cómo arte mobiliar, o arte mueble en Europa, es decir, arte que se puede transportar.

"El arte mueble en el caso de Patagonia está representado en algunos casos por algunos huesos que han sido grabados, por cáscaras de huevo que han sido grabados, conchas de molusco de río que muchas veces aparece con líneas pintadas, con adherencias de pigmento. Esto sería parte de lo que es el arte mobiliar”.

La arqueóloga argentina destaca el color con el que dibujaron estas líneas. Mayormente fueron pintadas de color rojo.

"El pigmento rojo es uno de los más abundantes, no solamente en el arte americano, también en Europa. Es un óxido de hierro muy común en la naturaleza, entonces bueno, en distintas tonalidades vamos a tener ese rojo que en muchos sitios podemos ver. En el caso de Patagonia además del rojo se ha utilizado también el blanco, el amarillo y ocasionalmente también el verde. Pero el rojo siempre es el color más predominante".

Por cierto, a la hora de tratar estos materiales, cómo por ejemplo los huesos pintados, los arqueólogos tienen que ir con mucho cuidado. En este caso, ser muy limpio sale caro y puede ser nefasto para la investigación, nos lo cuenta Pablo.

“Esta pintura es muy frágil y normalmente en estas excavaciones el material sale sucio y una de las primeras cosas que se hace es lavarlo y esto hay que hacerlo con mucho cuidado porque si se te va la mano la pintura podría desaparecer. Nos dio la señal de alarma un pequeño fragmento que encontramos en que se conversaba muy bien la pintura… dijimos, cuidado porque hay que registrar muy bien todos estos huesos y no podemos pasar a la sección de lavado hasta que estemos totalmente seguros. Porque un miembro del equipo con muchas ganas de dejarlo muy limpio y reluciente con un cepillo y un poco de agua puede llevarse la obra de arte por delante”.

En el caso del arte mobiliar la fijación de la pintura es más delicada y por lo tanto más fácil de estropear. No es cómo en las paredes que el colorante queda impreso con fuerza en la superficie.

Algunas de las excavaciones realizadas por el grupo de arqueólogos hispanoargentinos se pueden visitar. Varias de ellas se encuentran en zonas muy turísticas, por ejemplo, cerca de San Carlos de Bariloche, uno de los destinos más visitados de la Patagonia. En verano mucha gente viene a pasear por sus impresionantes montañas y en invierno alberga una importante estación de esquí.

“Lo que ofrece a estos visitantes es su extraordinaria belleza natural. Es una zona privilegiada desde el punto de vista del paisaje y de conservación del medio ambiente. El visitante muchas veces ignora que este no es un paisaje prítino y totalmente salvaje, es un paisaje que ha estado habitado hace más de 10.000 años por unas poblaciones que han dejado su huella en ella y un patrimonio arqueológico destacado, que cuando la gente lo visita se quedan impresionados”.

Los investigadores se empeñan en recordarnos que antes de nosotros ya había grupos humanos que residían en esta zona.

El importante patrimonio arqueológico de la Patagonia apenas ha sido considerado hasta ahora como un elemento con potencial educativo, cultural o económico. Por eso, uno de los objetivos del proyecto es desarrollar, con la colaboración con la Delegación en Patagonia de la Administración de Parques Nacionales de la República Argentina, acciones para reivindicar su valor.

Volvamos a meternos dentro de las cuevas, allí dónde se refugiaban estos primeros pobladores. Nos cuenta Mabel, que en el interior de algunas hicieron un hallazgo curioso: encontraron almacenados un gran número de cactus.

Se ve que en esta zona crece una variedad que se llama austrocactus patagonicus.

"Ha sido recogida, recolectada y hay estructuras de almacenamiento, hay fosos cubiertos por pastos y allí se depositaban los cactus que a veces habían sido quedamos y se depositan para conservarlos y almacenarlo.

Los investigadores no saben la función exacta para la que usaban estos cactus ni porque almacenaban tanta cantidad. Una de las hipótesis que está sobre la mesa es que los utilizaron para almacenar agua, pues esta planta recolecta el líquido a través de sus púas.

“Hicimos algún tipo de análisis y vimos que no había ningún tipo de alcaloide, sabemos que en otras partes del mundo este tipo de plantas pueden contener substancias que pueden ser alucinógenas por ejemplo, en este caso no tenía ninguna de estas substancias. Una de las posibilidades es que se haya utilizado como alimento o como reservorio de agua... en estepas secas y áridas como en Patagonia, una planta que conserve tanta humedad puede ser un recurso importante para el agua".

Contábamos al principio que los investigadores llevan pisando estas tierras más de 15 años. En este tiempo las técnicas arqueológicas, nos cuenta Pablo, han cambiado mucho.

Sobre todo destaca que en los últimos 10 años se han producido avances importantes. Estas mejoras tecnológicas han permitido a los investigadores perfeccionar en el estudio por ejemplo de la genética.

"Uno de ellos es la genética: hace unos años era imposible obtener resultados genéticos fiables a partir de restos fósiles. Hoy en día se pueden conseguir con cierta frecuencia. Y nosotros estamos trabajando en esto. Tenemos restos humanos que están actualmente en fase de estudio desde el punto de vista genético.

El investigador destaca también el desarrollo de las técnicas de fotogrametría que permite elaborar objetos en 3D a partir de la superposición de diferentes imágenes del propio objeto o superficie concreta.

"Estas técnicas tienen bastante tiempo. Nosotros ya las hemos empleado desde el inicio del proyecto, pero la evolución ha sido pasmosa. Cuando empezamos el proyecto teníamos que utilizar cámaras calibradas, que eran carísimas, era un proceso lentísimos, llevaba mucho tiempo y los resultados eran muy interesantes pero de una cualidad que hoy en día nos podrían parecer mediocres. En la actualidad pues con la aplicación de determinados tipos de software y con la aplicación de levantamientos de escaneo láser podemos obtener un gran grado de precisión"

Esta es una técnica muy apreciada por los arqueólogos, ya que permite investigar el objeto, averiguar sus dimensiones por ejemplo, sin intervenir sobre él, es decir, sin tocarlo.

No hace falta decir que la Patagonia, al sur de Argentina, es uno de los lugares más bellos de este planeta, lleno de paisajes que cortan la respiración, cómo los lagos de Bariloche, las reservas naturales de la Península Valdés o el imponente glaciar Perito Moreno.

Seguramente estos primeros pobladores se quedaron impresionados al ver tanta belleza. Igual que le pasó a Mabel cuándo empezó a trabajar en el lugar. La arqueóloga nos cuenta sus inicios en esta hermosa y a la vez, ardua, tierra.

“Este sitio digamos que tiene particular interés porque fue uno de los primeros sitios que trabajé desde el punto de vista arqueológico, y lo excavamos en circunstancias con una estructura muy pobre, éramos muy pocos, no teníamos ni siquiera vehículo, y cada 15 días venía un coche de la empresa a asegurarse de que aún seguíamos ahí. Fue bastante difícil, pero sin embargo a pesar de estas dificultades guardo los mejores recuerdos de los trabajos en este sitio… de las expectativas que tenía yo como arqueóloga en ese momento, que era muy joven y a los resultados que tuvimos. Así que siempre sigo manteniendo particular aprecio por el trabajo en ese sitio aunque fue un trabajo muy duro. Por ejemplo, en verano en ese lugar podía hacer más de 40 grados, no hay arbustos y no hay lugar donde protegerse del sol más que dentro de la cueva. Fue duro, pero como me decía mi abuela: sarna con gusto no pica y fue realmente así”.

Para Pablo, el amor a este paisaje es tan grande que incluso decidió celebrar su boda allí...

“Es una tierra que me ha enamorado, un paisaje maravilloso y un privilegio el poder excavar allí. También es un lugar donde al final hemos hecho grandes amigos, los colegas con los que llevamos tantos años trabajando ya son como familia… Tengo un vínculo extraordinario con la Patagonia… Es más, si nos ponemos a citar un caso personal, es tanto el cariño que tengo por este paisaje que me casé allí, aunque fue con una española, con mi mujer nos casamos en Patagonia. Es un sitio que para mí es como mi casa… y, realmente, los españoles allí nos sentimos como en casa”.

De momento el idilio de estos dos arqueólogos con la Patagonia continuará porque el proyecto aún no ha terminado. El equipo va a seguir trabajando en la zona para descubrir más sobre estos primeros pobladores. Su intención es continuar estudiando los testimonios de las poblaciones prehistóricas en el Parque Nacional de Nahuel Huapi y su entorno, contribuyendo así a la puesta en valor del rico patrimonio de la región.

A fin de cuentas, conocer nuestro pasado es conocernos mejor en el presente.

“Desenterrando el pasado”, 

un podcast de Historia National Geographic y Fundación Palarq.



NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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