Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., hemos tenido la grata visita y tremenda alegría de recibir por el correo de la Srta. Bertha Gallo Gallo,(su hija) dos aportes de mi dilecto amigo y paisano Prof. Ángel Santiago Gallo Díaz, quien nos informa en el primero de ellos sobre la Festividad Religiosa que se realiza en Distrito de Querecotillo en Honor al SEÑOR DE LA BUENAMUERTE DE CHOCÁN QUERECOTILLO, que como en todo pueblo peruano es su Santo Patrono que demuestra la profunda fe religiosa de sus moradores.
El segundo aporte el Porf. Ángel Santiago, nos hace deleitar leyendo su pensamiento sobre el rol de suma importancia que tienen los medios de comunicación en la difusión de la educación y la cultura, agrega su pensamiento tal como sucede y nos sugiere como deberíamos llevar en nuestro país.
El Prof. Ángel Santiago, hace uso de ese depurado conocimiento acumulado en muchos años totalmente dedicados a la noble profesión de educar; lamentablemente muy maltratada por los gobernantes de turno que aún siguen considerando a la educación como un gasto y no como la mejor inversión que es la única herramienta maestra que puede sacar al Perú del subdesarrollo que todavía nos atormenta.
Muchas Gracias Prof. Ángel Santiago, por el regocijo que siente este Blog: A VUELO DE UN QUINDE, recibir un poquito de su vasto conocimiento que como buen Amauta nos honra a todos los paisanos que lo conocemos y lo admiramos como nuestra guía.
Amigos y paisanos, os invito a leer el pensamiento del Prof. Ángel Santiago y hemos agregado más información de la misma Municipalidad Distrital de Querecotillo y el Arzobispado de Piura..........
Prof. Ángel Santiago Gallo Díaz.
Aquí en la imagen observamos el Templo de Chocán. Municipalidad Distrital de QuerecotilloProf. Ángel Santiago Gallo Díaz.
NOVENA AL MILAGROSO
SEÑOR DE LA BUENAMUERTE DE CHOCÁN QUERECOTILLO – SULLANA
SIPNOSIS HISTÓRICA ENVUELTA EN LA TRADICIÓN:
La
tradición como comunicación o transmisión de noticias, por relación
sucesivas de unas a otras generaciones; resume en poca palabras las
imposiciones recibidas con un halo de leyenda, que les da un perfil más
singular dentro del proceso histórico.
La historia del SEÑOR DE CHOCÁN de Querecotillo – Sullana está envuelta en la tradición que viene relacionándose
sucesivamente desde hace 400 años. Es muy posible que entre el grupo de
conquistadores que vinieron con Pizarro, haya existido algún escultor
de fama y se dice que cierto hombre encontró en la orilla del río
Chira, en el sitio denominado CHOCÁN, un hermosos madero del que brotó
sangre al primer hachazo, cargó con él y él encerrado en una covacha
apropiada, inició el trabajo de esculpir una imagen del Crucificado. Se
dice que este hombre salía solo a buscar alimentos. un buen día no se
vio más; las buenas gentes s acercaron al sitio donde había permanecido y
su sorpresa fue muy grande al divisar por entre las rendijas un hermoso Cristo.
Como
es natural la extrajeron de allí momentáneamente, iniciaron la
construcción de una capilla de barro y paja, donde las buenas gentes le
rendían culto. Un aciago día se quemó dicha capilla siendo trasladada la
imagen a Querecotillo, que desde 1712 era ya vicariato.
El
SEÑOR DE CHOCÁN permaneció muchos años en dicho lugar donde se celebra
actualmente la festividad en su honor, el Dos de febrero.
En
1826 Querecotillo dependió de Sullana en lo eclesiástico y por esos años
el Cura de la Punta, como antes se llamaba a Sullana, quiso obligar a
los Querecotillanos a festejar la festividad en la destruida capilla de Chocán y desde luego a restituir a dicho sitio la venerable imagen.
Los Querecotillanos
empeñados en conservar la preciada imagen siguieron un expediente ante
el primer gobierno del Mariscal Castilla y ante el Obispado. La posesión
indefinida para su culto y veneración de la sagrada imagen en la
iglesia de Querecotillo.
Un
señor prefecto de Piura, apellidado Zapata, que por primera vez vio la
sagrada imagen, en la celebración de su feria anual, al regresar por ser
tan hermosa debía estar en la catedral de Piura y no en pueblo tan
pequeño. Esta noticia hirió profundamente el católico corazón de los
Querecotillanos, cuya fe en el Señor de Chocán se
ha mantenido hasta hoy incólume. El gobernador, la autoridades,
personas notables se reunieron y acordaron desconocer la orden
impartida, y se dice que el pueblo en masa sin faltar uno, salió a la
Quebrada, “La Chilena” y armados de todo lo que
pudieron y las mujeres con depósitos de agua hirviendo no permitieron
que el oficial y gendarmes que habían sido despechados a hacer cumplir
la orden prefectural, penetraron un palmo más allá, regresando a Piura, a
dar cuenta de lo que habían visto.
MODO DE REZAR LA NOVENA
Hicieron
colectas públicas con las cuales se encargó a Victoria (España) por
intermedio del señor Francisco Gonzáles Aguirregaviria, la hermosísima
imagen que actualmente se venera y que constituye la admiración de
quienes la conocen, cuyo fervor, si bien es cierto, decayó
momentáneamente, hoy constituye, para propios y extraños, símbolos de
fe, de amor y de ternura católicos por la imagen del Crucificado.
Un
Comité Central de personas notables inaugurado en 1930 y renovado
después, continuó con la obra de reconstrucción del templo donde está la
milagrosa imagen se ha de conservar como una joya religiosa de
inestimable valor e importancia.
Actualmente
la Sociedad Dos de Febrero del Señor de Chocán, le rinde homenaje en la
feria que se realiza los día del 2 al 6 de febrero. Prof. Ángel Santiago Gallo Díaz.
EL SEÑOR DE LA BUENA MUERTE DE CHOCAN
HISTORIA DE FE Y DE MILAGROS
Según refiere la tradición, hace mas de
400 años, desde las postrimerías de la época de la conquista española, a
orillas del río Chira, en el sitio denominado Chocán, que se sitúa en
la ruta que siguió el conquistador don Francisco Pizarra, desde Poechos
(Querecotillo) hasta Tangarará donde fundó la primera ciudad hispana del
Perú con el nombre de San Miguel, un hombre halló un pesado madero cuya
corteza le cautivó por su lisura y aspecto pintoresco; él sintió
curiosidad por el hallazgo y quiso saber qué clase de madera había
descubierto, descargó el primer hachazo al tronco y cuan mayúscula fue
su sorpresa al notar que de la escisión brotaba un líquido rojo como la
sangre. Presumiendo que podría tratarse de un milagro, relató con
alegría lo ocurrido a todos sus coterráneos. En el acto, medio Chocán se
dio cita en el lugar de los hechos y cargaron con el pesado madero a
una covacha cercana, esperanzados en que algún día Dios pudiera enviar
un escultor que tallara una imagen religiosa. Dios escuchó los anhelos
del pueblo de Chocan.
Un día apareció por casa del buen hombre, que era famoso y muy querido en el Valle del Chira, un escultor que le dijo:
-Señor: me dicen que tú necesitas un escultor
-Sí,- le contestó el buen hombre -; pero que conozca bien su oficio.
-Yo puedo esculpir esa imagen - repuso
el escultor -; pero a condición de que se me deje trabajar con mucha
tranquilidad y al margen de las miradas de los curiosos. Mejor dicho,
deseo un lugar solitario y cerrado. Además, prefiero aprovechar solo los
alimentos que llevo en mi alforja.
Como en el lugar la gente era muy
obediente, nadie osó acercarse a curiosear, de modo que el forastero
laboró tranquilamente en la covacha donde fue guardado el madero.
Al cabo de tres días, tiempo convenido
para la obra, el hombre fue a recibir la imagen. Pero grande sorpresa le
anonadó al comprobar que el escultor había desaparecido; en cambio
estaba en su lugar el Cristo Crucificado que tan artísticamente había
sido modelado por el extraño escultor. La noticia cundió rápidamente por
todo el Valle del Chira.
Las buenas gentes del lugar extrajeron
la escultura de la oscura celda ,y en el sitio cercano a un cerrillo
donde fue hallado el madero, construyeron una capilla de barro y paja,
donde fue colocada y venerada la Imagen de Nuestro Sublime Crucificado y
empezaron a celebrarle con gran pompa su festividad. La noticia llegó a
oídos del sacerdote y de las autoridades de Querecotillo, quienes
visitaron el poblado de Chocán, quedando maravillados de la belleza y
acabado de la escultura. Considerando injusto venerar tan preciosa y
milagrosa Imagen en un sitio rústico, ordenaron su traslado a la ciudad
de Querecotillo.
Dice la leyenda que cuando por primera
vez se pretendió alzarlo, fue tan grande su peso que hizo desistir de su
propósito a quienes lo intentaron, consiguiendo su traslado después de
muchos años a la Iglesia de Querecotillo. Grandes penalidades hubieron
de pasar los querecotillanos para llevarse la Imagen. Primero, porque
los chocanos se resistieron a que se les despojase de tan preciado
legado de Dios; segundo porque ésta cuantas veces se le quiso trasladar a
su nueva morada, reapareció en su humilde capilla que, finalmente,
sucumbió a los horrores de un incendio mandado producir según versiones
antojadizas por las mismas autoridades de Querecotillo. Solo así se pudo
lograr que la Sagrada Efigie quedase definitivamente en el lugar que la
solicitaba. Esto acaecía en 1712, cuando Querecotillo era ya un
Vicariato. Desde entonces empezaron las grandes festividades del Señor
de la Buena Muerte de Chocán, en Querecotillo, La primera se celebraba
en el mes de Octubre y la otra en Diciembre (Feria de Navidad).
Posteriormente la de Octubre se le cambió para el Dos de Febrero; según
se cuenta a pedido de los devotos por un milagro producido el día de la
Virgen de la Candelaria.
La fama del Señor Milagroso había
llegado a los lugares más apartados del Perú y arribaban fieles de
diferente condición social a venerarle incluso de la vecina República
del Ecuador, pero quienes le visitaban con mayor fervor y frecuencia
eran los Sechuranos y Cataquenses, que montados en sus burros con sus
alforjas repletas de velas, aromosos inciensos y medallas preciosas
enrumbaban al son de chirimías y bandas de músicos hacia Querecotillo
para poder arrodillarse frente a la escultura, entregarles sus ofrendas y
tratar de estar lo más cerca de ella en cada misa o procesión. Al cabo
de seis días, retornaban a sus casas exhibiendo muy presuntuosos en el
cuello un cordón de colores con un trozo de algodón con el cual había
sido limpiado el rostro del Milagroso Señor a quien llamaban NUESTRO
PADRE SEÑOR DE LA BUENA MUERTE DE CHOCÁN DE QUERECOTILLO al despedirse
lloraban tristemente pidiéndole al Señor les conservara la vida hasta el
otro año para volver a verlo.
Ante el milagroso Señor de la Buena
Muerte de Chocán, se celebro el TEDEUM DE LA PROCLAMACION DE LA
INDEPENDENCIA NACIONAL por los patriotas y altivos Querecotillanos, el
11 de enero de 1821, seis meses antes que en Lima y siete días después
que lo hiciera Piura.
Asimismo, se dice que las tropas
peruanas al mando del General Don Andrés de Santa Cruz se encomendaron a
la sagrada Efigie a su paso por Querecotillo hacia Pichincha (Ecuador),
donde se cubrieron de gloria al derrotar a las tropas realistas, el 24
de Mayo de 1822.
La Iglesia del Señor de la Buena Muerte
de Chocán contribuyo con 72 pesos anuales, que pasaban a la tesorería de
Trujillo para proseguir la Campaña de la Independencia en 1826.
En 1826, Querecotillo, que ya tenía 5
años de distrito, dependió de la Villa de Sullana en lo eclesiástico, y
el cura de dicha Villa (antes conocida con el nombre de La Punta), quiso
obligar a los Querecotillanos a festejar las festividades de NAVIDAD y
DOS DE FEBRERO en la destruida Capilla de Chocán y desde luego a
restituir a dicho sitio la clásica Imagen del Señor de la Buena Muerte
de Chocán.
Los Querecotillanos empeñados en
conservar la preciada Imagen presentaron un expediente ante el primer
Gobierno del Gran Mariscal Don Ramón Castilla y ante el Obispado de
Trujillo.
En el año 1843 los Querecotillanos
obtuvieron la posesión indefinida para su culto y veneración tanto del
Gobierno corno del Obispado del Señor de la Buena Muerte de Chocán
estableciendo las dos celebraciones tradicionales "Navidad” y "Dos de
Febrero” en Querecotillo.
En 1882 los soldados chilenos entraron
en el pueblo, dirigiéndose primeramente a la Iglesia, a la que no
pudieron entrar por la puerta Principal, porque al abrirla se quebró la
llave, haciéndolo por una lateral llamada "PUERTA DEL PERDON". Al ver la
Sagrada Imagen del Crucificado se postraron en tierra y emocionados
pedían perdón por sus faltas cometidas, y manifestaron, que no habían
visto Imagen igual, tan respetuosa e impresionante. Al despedirse, le
hicieron la conveniente reverencia quedando admirados de su belleza y
majestad. Se retiraron a la Quebrada "La Chilena" y poco después
retomaron a la ciudad de Piura. Era Alcalde del pueblo el señor Santiago
Gallo (1879-1883), con quien se entrevistaron los soldados chilenos.
Por orden del Obispo de Trujillo, la
Sagrada Efigie estuvo a punto de ser trasladada a Lima, pues según el
referido eclesiástico, Querecotillo era una ciudad rústica y no merecía
por ello, albergar una Imagen poderosísima. Por suerte para los
Querecotillanos el mismo Señor de Chocán se negó a embarcarse en Paita y
tuvo que devolverse al santuario donde aún está.
Después de ver la sagrada Efigie el
prefecto de Piura Sr. Ernesto Zapata en la feria de Navidad de 1899
consideró que ella no debía estar en pueblo tan pequeño como
Querecotillo, sino en la catedral de la capital del departamento. Los
vecinos profundamente heridos, se apresuraron a defenderla, por lo que
salieron armados de todo lo que encontraron, impidiendo el cumplimiento
de la orden.
Dentro de los milagros más portentosos
obrados por el Señor de la Buena Muerte de Chocán, se cuenta el de don
José Bustamante, vecino notable de Loja-Ecuador, quien regresaba de Lima
desahuciado, pues hacía mucho tiempo había perdido la vista, habiéndose
hospedado en casa de don José Coloma de regreso a su tierra. Alguien le
indicó que fuera a postrarse a los pies de la Imagen, rogándole su
mejoría. Así lo hizo, se dejó conducir a la Iglesia que estaba llena de
fieles en la Feria de Navidad, lloró ante el Crucificado, implorando un
milagro y ¡Oh prodigio!, al salir de la iglesia, vio la luz del día
gritando ¡milagro! ¡milagro!
Otro milagro portentoso se cuenta el de
la curación del escultor paralítico, éste era del sur del Perú, al
llegar a Querecotillo se hizo conducir a la Iglesia para rogarle su
mejoría al Señor, la que consiguió. Salió jubiloso, caminando
normalmente.
El jueves 11 de diciembre de 1930, a las
11 de la mañana, se produjo un hecho doloroso que apenó tremendamente a
los Querecotillanos; ese día se quemó la Efigie que tallara el escultor
divino en el caserío de Chocán de Querecotillo a orillas del río Chira.
Casi toda la población se abocó a combatir el siniestro; muchos
arriesgados hombres hicieron esfuerzos para apagar el pavoroso incendio y
salvar la preciada Imagen, pero no pudieron. Y vieron como entre las
llamas se elevó una nube muy blanca que se perdió en el cielo que en el
nefasto momento estaba límpido. Aquella tristeza contagió a toda la
gente de la Región Norte del Perú. Las mujeres se pusieron sus polleras
negras y sus mantos del mismo color, y de todas las partes llegaban
mujeres y hombres a llorar ante los despojos del Buen Muerto. Fueron
días, fueron semanas enteras que se lloró la Buena Muerte de Señor de
Chocán.
La Iglesia colonial fue reconstruida
gracias al material entregado por el gobierno del General Luis Miguel
Sánchez Cerro, que era devoto y conocedor de la gran tradición del
Milagroso Señor de la Buena Muerte de Chocán,
Para la reposición de la imagen por otra
similar se hicieron colectas públicas. Se mandó a hacer una réplica en
Victoria (España) por intermedio del Señor Francisco González
Aguirregaviria. Al escultor español se le dio una nítida fotografia de
la Efigie, asimismo un dedo que se había zafado de la mano de la clásica
escultura, el cual había permanecido guardado en poder del sacristán
Señor José Dolores Arévalo C. Tal pieza digital sirvió para darle el
color original al nuevo Cristo de Chocán, a quien le adaptaron el dedo.
La Sagrada Imagen fue enviada, en 1932
de España al Perú, por vapor. Al llegar la embarcación al Canal de
Panamá había una tempestad que impedía el paso de varios vapores; pero
el vapor en que venía el Señor de Chocán, pasó el Canal, sin ninguna
dificultad. Las demás embarcaciones en ese instante no pudieron pasar,
porque la tempestad se tomó más impetuosa. Entonces, los tripulantes
quedaron absortos de aquel acontecimiento. Preguntaron al Capitán, a qué
se debía que nuestra nave había pasado sin dificultad. Él les respondió
que tal vez era un prodigio que se le atribuía al Señor de Chocán de
Querecotillo que venía en un cajón. Los tripulantes, pues quedaron
dudosos de tal aseveración, y se pusieron a la expectativa de la
apertura del cajón. Al llegar a Paita, en la Aduana, lo abrieron y se
convencieron de que efectivamente venía el Señor de la Buena Muerte de
Chocán. Manifestaron "gracias a él hemos podido pasar el Canal de Panamá
que estaba tempestuoso". En Paita y en otros lugares se hizo novedad de
lo que había sucedido en Panamá.
En 1954 EL Señor de la Buena Muerte de
Chocan fue en peregrinación a Talara a fin de colectar óbolos para la
refacción de las torres de su Iglesia. Una comisión integrada por
directivos de las sociedades de "Navidad" y "Dos de Febrero" fue la
encargada de llevar la efigie a Talara. Acomodaron con paños a la Imagen
en un cajón dejando libre un espacio de 10 centímetros por cada extremo
de la Santísima Cruz, a fin de poderla sacar con facilidad. Subieron el
cajón y el anda en el camión del devoto don Antonio San Martín Zapata,
quien lo manejaba; enseguida partió rumbo a Talara, por la mañana, del
día sábado. La comisión la presidia el Párroco de Querecotillo R. P.
Telmo Vegas. Al llegar a Talara Alto recibieron al Señor unas 4,000
personas. Bajaron el cajón, sacaron la imagen y la colocaron en el anda
artística que llevaban; luego llevaron en procesión al Crucificado a la
Iglesia de Talara; pero no pudieron entrar el anda porque la puerta era
muy baja, y entonces se optó por llevarla cerca de la Casa Parroquial y
velaron la Efigie, varios miles de devotos, toda la noche. El día
domingo más de 10,000 fieles acompañaron la solemnísima procesión por
las calles de Talara, la "Ciudad del Oro Negro". Se recibió una gran
aportación pecuniaria por concepto de óbolos. Al terminar el recorrido
procesional a las 5 de la tarde, regresaron al Señor en hombros a Talara
Alto y los devotos se opusieron que lo llevaran en carro. Y el día
lunes por disposición del Párroco Telmo Vegas bajaron la Imagen de la
artística anda, para colocarla en el cajón; pero sucedió un caso
misterioso de que la Sagrada Escultura no cabía. Ante este suceso
asombroso las buenas gentes de Talara empezaron a sollozar y pedían que
el Señor permaneciera más tiempo en el puerto; pero el Párroco de
Querecotillo no accedió a la petición porque la licencia de la
Superioridad Eclesiástica ya se había cumplido, y que indefectiblemente
había que retomar a Querecotillo, en ese día. Vieron modos cómo colocar
la Imagen en el cajón. Entonces la comisión consiguió tacos de madera
para ponerlos en el fondo del cajón sobre las cuales la Cruz descansara
en declive de 20 centímetros, le pusieron la tapa que no cerraba bien.
Enseguida subieron el cajón al camión y volvieron a Querecotillo. Al
llegar a Querecotillo una gran cantidad de fieles lo esperaban a la
entrada del pueblo.
El Párroco, en el atrio de la Iglesia,
les habló de la gran manifestación de fe en Talara para con el patrón de
Querecotilo. Al día siguiente al abrir el cajón hubo una gran sorpresa
para el Párroco y los de la comisión, de que la Santísima Cruz estaba
bien colocada dentro del cajón, en cada extremo había un espacio de 10
centímetros de luz, los tacos a un lado. Estaba de igual manera como se
había acomodado cuando se llevó a Talara. Fue pues un gran prodigio del
Señor de Chocán y si no hubiera sido por éste, el Señor no hubiese
podido entrar en el camerín del Altar Mayor, donde permanece todo el
tiempo. Pues el párroco y los de la comisión estaban preocupados porque
el Cristo quizá no iba a caber en el camarín.
Desde aquella peregrinación por Talara
la devoción para con el Señor de Chocan ha tomado mayor fuerza
principalmente en la feria del "Dos de Febrero".
La Iglesia de Querecotillo monumento de
fe y esfuerzo colectivo se refaccionó con las erogaciones de los
devotos, cuando el Señor de la Buena Muerte recorría procesionalmente
por las calles de Querecotillo y Salitral. Cuando recorría en su pueblo
amanecía en velorios.
La actual Efigie del Señor de la Buena
Muerte de Chocán historia de fe y de Milagros-, es hermosísima e infunde
respeto como la antigua que se veneró por primera vez en el caserío de
Chocán de Querecotillo, está aumentando día a día el fervor católico de
quienes la consideran un símbolo de fe, de amor y de esperanza.
La devoción del antiquísimo Patrón de
Querecotillo y del feraz Valle del Chira es una de las más antiguas de
Piura. Se asegura que se remonta desde las postrimerías de la Epoca de
la conquista del Perú. Su fama ha pasado los linderos del país.
En la actualidad, la feria del Señor de
la Buena Muerte de Chocán es un suceso extraordinario en el mes de
febrero. Gentes de toda condición social de los más apartados lugares
del Perú, e inclusive de las vecinas repúblicas, en especial del
Ecuador, adoran con recogimiento espiritual a la Milagrosa Imagen.
Para decirlo más concretamente es un
CRISTO muy bueno y que alumbra los hogares de ricos como de pobres. Ha
obrado y obra numerosos milagros que han fortalecido la fe de las
personas que lo veneran, es sus tradicionales ferias de Navidad y Dos de
Febrero, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII.
Querecotillo se identifica con esa
gloriosa e histórica joya religiosa en cualquier parte del Perú, e
inclusive en el extranjero.
Pueblos como Tumbes, Sullana, Catacaos,
Talara, etc., se honran en venerar en sus iglesias Imágenes similares a
la del señor de lo Buena Muerte de Chocán de Querecotillo, y
jubilosamente celebran fiestas.
Información de Municipalidad Distrital de Querecotillo QUERECOTILLO DE FIESTA CELEBRANDO AL SEÑOR DE LA BUENA MUERTE DE CHOCÁN |
03
de febrero (Oficina de prensa).- Con espontáneos aplausos fue recibido
el miércoles pasado en Querecotillo, nuestro Arzobispo Monseñor José
Antonio Eguren, S.C.V., al celebrar las Vísperas de la Fiesta central
del Señor de la Buena Muerte de Chocán.
Los feligreses que llegaron a la Parroquia San Francisco Javier
participaron con alegría en la celebración eucarística y escucharon
atentos la homilía de nuestro Pastor, quien los invitó a hacer de esta
fiesta una ocasión para vivir la comunión: “basta de rencillas, de
odios, de venganzas. El Señor de la Buena Muerte de Chocán nos pide que
seamos hermanos, nos invita a vivir la unidad, que expresemos nuestro
amor a los demás a través de obras de caridad, que seamos verdaderos
hermanos en Cristo”.
Asimismo, nuestro Arzobispo alentó a los presentes a dejarse tocar por el amor de Dios,
“acércate con confianza a Él, mira su Cruz que nos invita a mirar el
amor de Jesús que murió en el madero santo para traernos la salvación…En
la Cruz de Cristo no hay lugar para la desesperanza, en ella
encontramos el perdón a nuestros pecados, y la posibilidad de una vida
nueva”.
En otro momento de su homilía, Monseñor Eguren destacó el nombre de esta devoción que nos remite a la hora de nuestra muerte: “para
que tengamos una ‘buena muerte’ hay que prepararla y ello se logra con
una vida de oración, sacramentos y activa caridad, que no es otra cosa
sino vivir cada día y todos los días en una permanente presencia del
Señor, para que cuando aquel día llegue, merezcamos el premio de la vida
eterna…Que el Señor de Chocán, nos conceda el don de una Buena Muerte,
para que en el momento de nuestro tránsito tengamos el don de vernos
asistidos por su gracia”.
Los
actos de la celebración central comenzaron el jueves 2 de febrero desde
las 6 de la mañana, con el alegre despertar de la banda de músicos y
albazos de 21 camaretazos. Luego a las 8:00 de la mañana los peregrinos
de distintos lugares empezaron a llegar a la Plaza de Armas de la
ciudad. Posteriormente en el frontis de la iglesia San Francisco Javier,
el párroco del distrito, José Anselmo Chero More llevó a cabo la misa
de Fiesta. La procesión de la sagrada imagen de Chocán, partió a las
6:00 de la tarde, recorriendo las principales calles de Querecotillo
hasta regresar al templo Francisco Javier, en medio de coloridos fuegos
artificiales.
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ÁNGEL SANTIAGO GALLO DÍAZ
EDUCADOR
Los medios de comunicación son los mejores instrumentos para la
difusión de la educación y la cultura.
La Unesco ha hecho estudios muy importantes al respecto, o sea, del
óptimo uso de estos medios, los mismos que deben estar al servicio de la
sociedad. Por eso, resulta del mayor
interés referirse al concepto y finalidad de la educación y la cultura. El fin supremo del hombre es su realización,
y esto se logra cuando el hombre es educado y culto. Igual ocurre con los pueblos, los más
educados y cultos son los más avanzados, los desarrollados.
Platón dijo que la buena educación es la que se da al cuerpo y al
alma, la belleza y la perfección de que son susceptibles. Herbert Spencer, el inglés fundador de la
filosofía evolucionista, manifestó: “La
educación consiste en preparar al hombre para una vida completa”. Jaeger define a la educación como el principio
mediante el cual una comunidad conserva y transmite su peculiaridad física y
mental. Para el filósofo alemán Manuel
Kant, la educación es un desarrollo de la personalidad dentro de ciertas normas
morales. Tomás Huxley sostiene que la
educación es una armonía con la naturaleza.
Hegel, que es una necesidad espiritual.
El cubano M. Aguayo refiere que la educación es positivista, idealista y
pragmática, así como realista.
Carlos Zuzunaga asevera que el fin de la educación no es el
desarrollo de las capacidades ni la transmisión de conocimientos, sino que por
medio de ésta el hombre alcanza la meta de su vida. Asegura que la educación es sinónimo de
perfección y que el fin de la educación es la felicidad del hombre. Afirma que el hombre realiza sus fines
incorporado en la sociedad. Jorge Castro
Carrinson sostiene que hay tres objetivos en la educación: subjetivo, referente
al desarrollo de las actitudes en la personalidad; objetivo, en el sentido de
que el hombre debe ser cada vez mejor con los demás y con la comunidad; y un
fin normativo, ya que existen valores que deben ser alcanzados.
Qué es la cultura.
En cuanto a la cultura, es el entorno que se crea el hombre en
todos los campos de su actividad. Por
extensión, es el proceso de concepción de este entorno. Hay muchas definiciones de la cultura, cada
especialista tiene la suya. El pueblo
cree que cultura es todo lo que depende del ministerio del rubro, como
bibliotecas, museos, obras de arte, libros, entre otros. Cultura es el producto residual de una
comunicación entre los hombres, continuada con una cristalización de todo o
parte de esos procesos comunicativos sobre bases materiales, que se llaman
“conservas culturales”. O sea que
cultura es la sedimentación en la memoria de los mensajes o actos que han
entrado en su ambiente. En las ciencias
de la comunicación, cultura es el enjambre de modificaciones que impone el
hombre en su entorno perceptivo. Esto
quiere decir, los hábitos y todo lo que interviene en la percepción. El escritor francés Eduardo Herriot dice que
cultura “es todo lo que queda que el hombre no puede borrar”. Margaret Mead la define como todo aquello que
queda cuando todo se ha olvidado.
Hay cultura individual: los objetos, hábitos motores,
exquisiteces, es la suma estadística de todo lo que rodea al hombre,
bibliotecas, museos, iconotecas, fonotecas, galerías de arte y lo que hay en
los depósitos de las “conservas culturales”, que se han
institucionalizado. Los culturamas son
elementos de conocimiento o de percepción memorizables como unidades simples. La reunión de culturamas es lo que se llama
estructuras culturales.
Existen culturas eruditas, las que tienen mayor número de
culturamas, y culturas creadoras, dedicadas a combinar los culturamas, pero no
a crear otros nuevos.
Los mass media
desempeñan un papel fundamental. Son los
que llevan la cultura al pueblo, pero sensiblemente se prestan para la
manipulación o para la industria cultural.
La vida moderna, muy agitada, ha creado, verdaderamente, una parcelación
de la cultura y resulta, así, un verdadero mosaico diversificado de aspectos
culturales. Esto es lo que se llama
cultura mosaico, una expresión concebida por Abraham Noles, catedrático de
comunicación de la Universidad de Estraburgo.
Moles dice que la cultura mosaico describe una forma atomizada del
bagaje de conocimientos en el ser humano y representa el aspecto externo de una
cultura de la época de las comunicaciones de masas.
Cultura mosaico es la idea de un conjunto de conocimientos que
están en el cerebro humano. Es una
contribución permanente de saberes que llegan al hombre por los papeles, la
radio, la televisión, la prensa, los discos, las revistas… Son, realmente, los mass media los que regularizan y forman el campo cultural.
La cultura es inherente
a la humanidad
Hay diversas formas de entender la palabra cultura, ya desde puntos
de vista opinables, superficiales o desde perspectivas analíticas,
profundas. Clásicos del análisis de la
cultura son Edward Taylor, Melville, Herskovits y Alfred Kroeber. Este último elaboró más de cien definiciones.
La noción de cultura tuvo siempre un carácter aristocrático. La palabra deriva del latín cultus, del verbo colere, que quiere decir cultivar.
También significaba entre los romanos la acción de honrar y venerar a
los dioses o a los muertos. El
Renacimiento destacó la condición activa de la sabiduría: la cultura fue
entonces sinónimo de sabiduría. Hasta
que finalmente en el siglo pasado –del cual somos sobrevivientes–, los antropólogos,
y todas las ciencias sociales con su participación, bajaron el vocablo al
llano.
La historia es, esencialmente, la historia de la cultura, de la
aplicación del talento de la conversión de las cosas, a su humanización. Es la saga de la creación que cubre todos los
campos en las más diversas formas, muchas veces insólitas y
desconcertantes. Es el producto final de
la humanización. La cultura del espíritu
se presenta como el ideal de la obra educativa; es un continuum, por encima de las fronteras y los comportamientos
temporales y afectados por el artificio.
La cultura se aviva como una llama merced al soplo de un hombre, se
extiende y enriquece a pesar de los obstáculos porque vive y alienta dentro del
hombre, porque hay allí, y no en otra parte, la fuente de las concepciones y
las realizaciones, la llama siempre viva del hogar humano.
Se habla siempre con frecuencia de diversas culturas, en cada una
de ellas se distingue un carácter, un sello, un conjunto de aportes singulares.
La cultura inca, la cultura egipcia, la cultura caldea, la persa,
la que surgió en Grecia, la que tuvo su centro en Roma, las que florecieron en
América del Sur, fueron formas de la cultura humana.
Como se sabe, la palabra cultura
tiene más de una acepción y es frecuente referirse a ella como la cima del
mundo humano. Los griegos llamaban
bárbaros a los pueblos que no compartían su cultura. Ha evolucionado tanto el concepto de cultura,
en las últimas décadas. Ya no se le
considera tanto como una cuestión ornamental vinculada estrictamente al saber
libresco, las artes y las actividades de las instituciones denominadas
culturales. De acuerdo con Néstor García
Cancclini “ha ganado consenso una visión impulsada desde la antropología”, y
según la cual a la cultura hay que pensarla y conceptuarle como “la dimensión
simbólica presente en todos los procesos de la vida social” y que nos remite a
todos los modos de pensar y expresarse, a todas las formas cotidianas de vivir
del hombre y de los pueblos.
Jaeger en su obra Paideia,
dice: “Hoy estamos acostumbrados a usar
la palabra cultura no en un sentido ideal inherente a la humanidad de Grecia,
sino en una acepción mucho más trivial que la extiende a todos los pueblos de
la Tierra, incluso los primitivos. Así
entendemos por cultura la totalidad de formas y manifestaciones de vida que
caracterizan a un pueblo. La palabra se
ha convertido en un simple concepto antropológico descriptivo”.
La cultura es
indesligable del hombre.
La cultura es algo indesligable de la naturaleza social del
hombre. La cultura social es uno de los
elementos integrales de la civilización, se refleja en el estilo de vida de los
pueblos. La cultura es madre e hija de
la libertad; por lo tanto la libertad es hija y madre de la cultura. Sin libertad es imposible que exista la
cultura y sin cultura la libertad no sirve para nada; sin embargo la cultura y
la libertad son los frutos maravillosos de dos árboles paradisíacos, que
constituyen el verdadero fundamento del saber y del ser, sin el cual toda
posible evolución es imposible.
La cultura proporciona un modo de ser y expresarse, es decir, una
identidad cultural. Nos “identifica”, y
por ellos nos identificamos en el tiempo y en el espacio. Decimos que nos identifica en el tiempo
porque nos sitúa respecto del pasado, y nos identifica en el espacio porque nos
ubica en un ámbito geográfico, que compartimos los seres humanos formando parte
de nuestro pueblo o de nuestra nación.
La identidad cultural de los pueblos hace integrar a sus habitantes y
los hace avanzar hacia objetivos comunes.
La cultura es más amplia que la educación, ella la contiene y la
alimenta, por lo tanto el Estado, con sus instituciones, no debe excluirse de
sus responsabilidades. La conservación
de nuestro patrimonio cultural es un derecho ciudadano y también una
obligación. En el Perú tenemos mucho que
proteger. La tarea del INC debe
centrarse en dos grandes áreas: defensa del patrimonio histórico y difusión de
actividades culturales. Los peruanos
tenemos que formar niños que amen lo nuestro, lo que hemos heredado de nuestros
antepasados, para más tarde tener profesionales y ciudadanos que protejan el patrimonio
cultural.
La cultura de paz.
Por ser autor y promotor del necesario y cabal concepto de cultura
de paz, como forma ética y racional de conducta social, política y de
convivencia humana, el padre Felipe Mac Gregor es el primer peruano que, honrando
una vez más a nuestro país como ciudadano religioso y maestro universitario que
recibió la Medalla Gandhi.
Esta excepcional distinción es otorgada por la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en homenaje
a la memoria de Mohandas karamchand Gandhi, quien –en la cúspide de la
popularidad y la admiración por su terco empeño por la libertad y la paz–
recibió de su patria, la India, el título de Mahatma, que significa Gran
Espíritu.
Asceta, filósofo y político convertido por su obra tenaz en el
símbolo mundial de armonía, reconciliación y pacificación, el liderazgo de
Gandhi ha trascendido épocas y espacios.
Su nombre enaltece la medalla de la Unesco desde 1994, cuando se celebró
el 125° aniversario del nacimiento del extraordinario guía.
Coincidentemente y desde sus propias vertientes, el padre Mac
Gregor, empeñado en que la pez en nuestro Perú no sólo sea un buen deseo ni una
palabra quimérica, sino una síntesis de acciones comunes que formen sólidamente
una cultura de paz, una conciencia, un sentimiento y una apropiada forma de
razonar que nos identifique y aglutine a quienes hemos nacido y vivimos en esta
tierra, cuna bendita y amada de nuestros antecesores.
Es elemento fundamental
dar la paz.
Un elemento fundamental para la existencia de la paz es la
unidad. Y ésta no significa precisamente
estar conforme con todo ni siempre, sino mantener un estado de coherencia que
haga posible el diálogo inteligente, la discusión respetuosa, el planteamiento
fundamentado y sostenido con lealtad a principios más que a personas, porque
éstas siempre están expuestas a fallas, a cambios, a intereses
particulares. Unidad, en suma, como
voluntad de juntar esfuerzos para lograr el bien común.
Nuestro ilustre maestro y compatriota lo dijo en su oportuno
mensaje: “Unidad no es sinónimo de
uniformidad; hay también unidad en las diversas formas culturales, opciones
políticas, situaciones sociales, sistemas de enseñanza que dan oportunidad para
desarrollar las posibilidades de los hombres, cuando brotan de esa manera
especial de ser hombre, que es ser peruano”.
Mac Gregor, en otro momento, agrega:
“Todas las sangres se han dado cita en nuestro suelo y sus cualidades
como sus limitaciones son el haber y el debe del proceso de integración”.
La Medalla Gandhi exalta más aun, en justicia reconocida, a su
titular. Pero también dignifica a los
peruanos, y nos compromete a ser colaboradores sinceros, entusiastas, de la
cultura de paz que tanto le urge a la Patria.
Especialmente en momentos de efervescencia política y social, cuando el
tino parece encabritarse.
En esencia, la paz tiene como nidal escogido el espíritu, donde
florece y se expande; por eso él ha de estar conforme y no contrario a su
naturaleza, y mantener la tranquilidad avivada, alentada por la inspiración
divina que hace soportar y superar toda contingencia infausta.
La paz es uno de los más grandes bienes confiados al hombre para
su felicidad y progreso, y cuya preservación obliga a todos. Nadie está exceptuado, porque no hay quien
pueda subsistir decorosamente si se aleja de lo que corresponde para vivir con
apacibilidad. En este punto hallamos que
la orientación hacia esta meta común es la convivencia armónica, mesurada, propicia
para la orientación de actitudes y el enderezamiento de la conducta humana si
se sale del cauce.
En el orden social se mantiene la paz ahuyentando egoísmos y
cumpliendo el deber de la fraternidad, la ayuda mutua sin condiciones de
reciprocidad; el respeto a la dignidad del ser.
En lo económico se tutela la paz compartiendo acciones que a la vez
cubren lo social. Habrá paz en lo
económico-social si se disminuye la pobreza, se aplaca el hambre y se crean
fuentes de trabajo que permitan una vida verdaderamente humana y honesta.
En lo político, hay que entender que el Estado –en cualquier
lugar– sólo constituye una parte, un aspecto, un segmento al cual la ciudadanía
le otorga poderes para que ejerza conforme a ley y a los principios generales
en los que se asienta e impera la paz.
El patrimonio histórico, arqueológico, arquitectónico,
gastronómico, documental y natural son las cartas de presentación ante el
mundo.
La cultura proporciona un modo de ser, de pensar y de expresarse,
es decir una identidad cultural; constituye un importante elemento de
desarrollo para los países. Es sinónimo
de armonía.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
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