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jueves, 8 de octubre de 2009

MIGUEL GRAU SEMINARIO...........HÉROE Y LUCHADOR CONTRA UNA INFAUSTA GUERRA, PREPARADA CON 10 AÑOS DE ANTICIPACIÓN POR EL ENEMIGO DEL SUR: CHILE


Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., todos los piuranos nos sentimos orgullosos de ser paisanos del más grande héroe naval que haya tenido la historia peruana, ALMIRANTE MIGUEL GRAU SEMINARIO, un formidable peleador y luchador contra el enemigo chileno, a la vez un magnánimo caballero con el mismo enemigo, que estando en desventaja tendió la mano para salvar sus vidas.

Miguel Grau con uniforme naval de la Marina de Guerra del Perú, con insignias de capitán de navío. Museo Naval del Perú en el Callao.




Aquí apreciamos la imagen del MONITOR HUÁSCAR, cuando aun surcaba los mares peruanos, hace 130 años lo perdimos y se encuentra cautivo en el puerto chileno de Talcahuano,
Fuente: Museo Naval del Perú.


Combate de Angamos, óleo de Salaverry. Colección particular. Lima


Monitor Huáscar después del combate naval de Angamos.


En Angamos el 8 de octubre de 1879; Miguel Grau: al mando del monitor Huáscar enfrenta a una verdadera cacería de 6 navíos de guerra del enemigo chileno,  en el transcurso del combate hay el desenlace con la destrucción de la torre de mando por un disparo chileno;  originando la muerte del almirante Miguel Grau. El enemigo sureño al vencer a Grau, prácticamente ganó la guerra que especialmente se había preparado con 10 años de anticipación; nunca debemos olvidar, que Chile actúa como un ave de rapiña porque así fue lo que hizo al invadir todo el territorio peruano; ahora parece que vuelve a repetirse la historia, nuevamente Chile está armado hasta los dientes para una próxima invasión.



Aquí apreciamos la imagen de Ángel Santiago Gallo Díaz, piurano, un reconocido intelectual y profesional en Chiclayo, quien ha escrito en el diario La Industria de Chiclayo, hoy jueves 8 de octubre del 2009 el siguiente artículo de homenaje a Grau, vamos a describir íntegramente para información de nuestros lectores:

HOMENAJE: EL MAGNÁNIMO GRAU ES DEL PERÚ.
"----El Perú rinde hoy homenaje a la gloria de Miguel Grau Seminario, evoca el legendario combate naval de Angamos del 8 de octubre de 1879, que fue la más heroica de sus acciones, la hazaña sin par, que causó la admiración por la estoica serenidad con que el ínclito marino, convirtiendo la torre del Huáscar en el altar de la Patria Peruana, que ofreció su existencia en bizarro holocausto en honor de su bandera.
La verdadera historia de ese desigual encuentro naval, no está bien difundida. Decimos que en Angamos hubo un combate solamente de un lado, mientras que del otro fue una cacería de 6 contra 1, en una tenaz y heroica resistencia.
Existen en las páginas de la historia de los pueblos sucesos trascendentales que simbolizan y determinan el sello de una Nación. Para el Perú, el almirante Miguel Grau, su valerosa tripulación y el legendario Huáscar, simbolizan el ejemplo prominente del honor nacional.

EL EPÓNIMO DON MIGUEL GRAU
El Caballero de los Mares nació en Piura el 27 de julio de 1834, transcurriendo parte de su infancia en el puerto de Paita. Fue un niño lleno de tristeza y seriedad, de predestinación ante cuyos ojos la grandeza del mar le descubrió un nuevo mundo.
Humano en exceso, practicaba la generosidad aún en el fragor de la guerra, sencillo, arraigado a las tradiciones religiosas. Epónimo marino forjado en el yunque de los espíritus sensibles, amaba tiernamente a sus hijos. Ínclito de virtudes civiles y militares, llegó a crear en torno suyo una constelación de héroes que, uno tras otro, como en ninguna página de la Historia Universal, le sucedieron en el mando del Huáscar en Angamos.
De él irradian las virtudes públicas como las privadas. Predestinado para un horizonte heroico, la patria ha de palpitar con sus hazañas. La vida de Grau, su heroísmo y su muerte pertenecen a la historia de la humanidad. Su heroísmo es un acto único de valentía por rescatar la dignidad de la Patria; para ser de la derrota en las armas, un triunfo en el espíritu y en la posteridad.
La figura de Grau en la Guerra con Chile es un monumento de la historia de América, es honra y gloria del Perú y de la humanidad. Sus hazañas en el Huáscar son fuente de elevación de energías, de la moral y de los supremos pensamientos. Nos ha dejado una herencia que es patrimonio de la americanidad. La historia de los combates de un pequeño barco durante 5 meses, contra una escuadra chilena muy superior, es un milagro inspirado en la experiencia de una gran audacia, combinada con una grisácea inteligencia y caballerosidad. Peleó como cuando dejan las flores su corona, cuando el sol con sus rayos las consume.
Su lucha, es el misterio y el milagro de las más famosas y bellas muertes. Es un mito fantasioso de la más pura y romántica osadía. Por eso Grau es el símbolo del alma viviente del Perú. Cayó el barco, cayó la Patria y sobre la sangre, sobre la muerte y sobre las aguas marinas se erguía el bizarro Almirante, en los azulados confines. El héroe había comprendido que escalando la gloria marchaba la muerte. Por eso apreció la gloria bañada de una luz, alzándose en frescos laureles de victoria. La admiración de su hazaña se guardará para los siglos y crecerá para la eternidad.
La guerra con Chile fue una guerra de conquista, de usurpación, de agresión y de invasión. La ambición expansionista de los chilenos nos infirió terribles daños materiales y morales. Fue una guerra de humillación, por eso las heridas, las cicatrices, aún no nos cierran, quedarán como hitos de la injusticia y el vejamen.

EL INFORTUNIO Y LA GLORIA
Misteriosa cita en las soledades del mar se dieron el infortunio y la gloria, sobre el puente de la histórica y legendaria nave, que ostentaba orgulloso nuestro inmaculado pabellón, tantas veces resplandeciente en los combates.
El infortunio batió sus negras alas y bajo ellas, eriguióse la muerte para cegar en flores preciosas vidas, esperanzas heroicas de la Patria. Empero, cuando aquella consumaba su obra de ruina, apareció la gloria, bañando con purísimas luces el teatro de ese drama sangriento de Angamos, a su lado entonces, se alzó la inmortalidad y la imagen del Caballero de los Mares, con sus aureolas marinas pasó a la eternidad del hombre y de Dios.
Grau y Aguirre, son los dos gigantes del mar, son dos figuras aureoladas por las cristalinas aguas del Pacífico; son dos eximios marinos, cuyas imágenes desfilarán a la eternidad de la peruanidad, al conjuro del recuerdo por la noble y patriótica misión que cumplieron en defensa de la Patria, aquel 8 de octubre de 1879.----"
Amigos, en las próximas horas el enemigo del sur - Chile - efectuará unas maniobras militares en Antofagasta, con la denominación: "SALITRE 2009" y envía un mensaje que supuestamente se hará contra un país del norte que se niega a cumplir un Tratado; el discurso es directo contra el Perú.
---¿Y nosotros los peruanos que estamos haciendo para defendernos de la agresión venidera?--
---¿O estamos esperando pacíficamente la próxima invasión expansionista del enemigo del sur - Chile- ?

Gran Almirante del Perú

GRAU Seminario Miguel María




El máximo héroe nacional, también denominado “Caballero de los Mares” y “Peruano del Milenio” nació en la ciudad de Piura el 27 de julio de 1834. Fue hijo del Teniente Coronel grancolombiano Juan Manuel Grau y Berrío, natural de la ciudad de Cartagena de Indias, quien vino al Perú formando parte del ejército de Simón Bolívar. Nacionalizado peruano, se casó con María Luisa Seminario y del Castillo, piurana de nacimiento e hija de Fernando Seminario y Jaime, alcalde ordinario del cabildo piurano y regidor perpetuo
.

El pequeño Miguel Grau, debido a que su padre era empleado de la Aduana de Paita, fue puesto bajo la tutela de Manuel Francisco Herrera, capitán del bergantín neogranadino “Tescua”, nave en la que realizó sus primeras singladuras en la mar, y sufriría una dura experiencia al naufragar aquel bergantín frente a la isla Gorgona (Colombia). Sin embargo, pese a ello volvería a embarcarse. Su carrera naval la inició en 1854 como Guardiamarina, graduándose de Alférez de Fragata en 1856.

En 1858, participó a favor de la revolución del General Vivanco contra el gobierno de Ramón Castilla, pero al fracasar este movimiento, fue separado de la Armada, regresando a la Marina Mercante, y en este lapso, realizó numerosos viajes por el mundo entero.

En 1862 se reincorporó a la Armada y dos años después fue comisionado en misión oficial a Europa, para la adquisición de buques de guerra para la Escuadra. Hallándose en Francia como parte dicha comisión, fue nombrado para hacerse cargo de la recién adquirida corbeta “Unión”, siendo su primer comandante. Dicha nave, junto a su gemela “América”, inicia su viaje hacia el Perú en febrero de 1865, arribando al Callao meses después.

En diciembre de aquel año, el Perú había firmado un tratado de alianza ofensiva y defensiva con Chile ante una serie de incidentes producidos a raíz de la presencia de la Escuadra Española en aguas del Pacífico, la que desde 1864 había capturado las islas Chincha, y con una serie de actos hostiles amenazaba la paz continental.

Al ser declarada la guerra a España el 14 de enero de 1866, la “Unión”, en compañía de otras naves peruanas, se hallaban en aguas chilenas, conformando la denominada Flota Aliada, la que el 7 de febrero del mismo año, se batió contra una división española en el Combate de Abtao, ocasión en la que Miguel Grau, ya con los galones de Capitán de Fragata, comandó con arrojo a los tripulantes de la “Unión”.

Concluido el conflicto, en 1867 Grau se retira con licencia del servicio activo en la Armada para contraer matrimonio el 12 de abril de aquel año, con la dama limeña Dolores Cabero Núñez, con quien tuvo diez hijos.

En 1868 se reincorporó nuevamente a la Armada, siendo nombrado comandante del monitor “Huáscar”. Ya en 1872, a raíz del golpe de estado de los hermanos Gutiérrez, se pronunció en contra de esta inconstitucional actitud liderando un movimiento a favor de la estabilidad democrática y del orden constitucional.

En 1876 incursionó en la política en forma activa. Fue miembro del Partido Civil, y también se desempeñó como Diputado por el departamento de Paita, dejando el comando del “Huáscar” durante dos periodos legislativos.

En 1877 es nombrado por el presidente Prado en el cargo de Comandante General de la Marina. Al año siguiente, durante su gestión presentó una Memoria de Marina al Gobierno, documento en el cual informaba y evaluaba la situación general de la Armada tanto en lo material como en lo concerniente al personal, señalando importantes recomendaciones.

Al estallar la guerra con Chile, fue destinado nuevamente al mando del “Huáscar”, nave de la cual no se le desligaría jamás. Grau era consciente que Chile contaba con mejores naves en su escuadra de las que poseía el Perú. No obstante, a bordo del “Huáscar” con su habilidad y pericia, supo aprovechar al máximo los recursos ofensivos del buque y la capacidad combativa de su valerosa tripulación para pasearse frente a costas enemigas durante seis meses como si su Escuadra no existiese, amenazando las líneas de comunicaciones marítimas que sustentaban el esfuerzo bélico chileno.

El primer episodio de importancia durante la fase marítima del conflicto se llevó a cabo el 21 de mayo de 1879, cuando la primera división naval peruana, compuesta por el monitor “Huáscar” y la fragata blindada “Independencia”, se enfrentaron a los buques chilenos que bloqueaban el puerto de Iquique, entablando combate, siendo esta una ocasión en la que Grau mostró ante el enemigo su grandeza de espíritu y su célebre sagacidad: luego de hundir a la corbeta “Esmeralda” al tercer espolonazo, ordenó salvar a los sobrevivientes del buque vencido.

Tras este episodio, y con la pérdida de la fragata “Independencia” frente a Punta Gruesa, todo el peso de la campaña naval quedo prácticamente sobre los hombres del “Huáscar”. Con todo, Grau y los suyos conocían que tarde o temprano llegaría la hora de enfrentar a los blindados enemigos. Pese a lo precaria de su situación, Grau y la tripulación del “Huáscar”, continuaron negando el uso del mar a toda la flota enemiga. El 26 de mayo de 1879 ataca Antofagasta y al día siguiente apresa dos naves mercantes en Cobija.

El 3 de junio es avistado por el blindado “Blanco Encalada” y la cañonera Magallanes, pero logra escapar después de un corto duelo de artillería. Durante la noche del 10 de julio penetra en Iquique y ataca a las unidades navales que bloquean el puerto. La cañonera “Magallanes” logra eludir al “Huáscar”. Pero, ante la probabilidad de tener que enfrentar al blindado “Cochrane”, el comandante Grau decide regresar al puerto de Arica.

El 17 de julio zarpa a interceptar un convoy chileno, y una semana después captura al transporte “Rímac”, con 300 hombres pertenecientes al regimiento “Carabineros de Yungay”, y abastecimiento de guerra. Los éxitos del Grau a bordo del “Huáscar”, en particular la captura del “Rímac”, llevaron a la renuncia del Jefe de la Escuadra enemiga, Contralmirante Juan Williams Rebolledo, luego de lo cual se designa a un nuevo jefe y se somete a los buques chilenos a una recuperación de sus capacidades operativas, a fin de darle caza al “Huáscar”, lo que toma la mayor parte del mes de septiembre.

Mientras tanto, el monitor peruano y su brillante comandante, continuaban incursionando sobre la costa chilena, destruyendo instalaciones portuarias y embarcaciones, y evitando en lo posible dañar poblados indefensos, para afectar el esfuerzo económico chileno necesario para sostener la guerra. En reconocimiento a sus méritos, el 26 de agosto, el Congreso peruano le otorgó el ascenso al grado de Contralmirante, el cual Grau se negaría a ostentar, puesto que ello conllevaría a dejar el mando del “Huáscar”.

A principios de octubre, la Escuadra chilena se halla lista para llevar a cabo un plan concebido para capturar al “Huáscar”, y este se pone en marcha. El momento final llega en la madrugada del 8 de ese mes, cuando aproximadamente a las 3:30 horas, el “Huáscar” y la “Unión”, que llegaban de Antofagasta, divisaron tres humos, constatando después que se trataba de naves enemigas.

Grau actuó como otras veces, ya que no había otra posibilidad, y enrumbó hacia el Este para continuar luego al Norte. A las 7:15 horas distinguió otros tres humos provenientes del Norte, que eran el “Cochrane”, la corbeta “O'Higgins” y el transporte “Loa”, que navegaban hacia la división peruana para cerrarles el paso. Dada la situación de encontrarse entre dos divisiones enemigas y en la convicción de que eludir el combate ante fuerzas tan superiores era imposible, el Almirante Grau se dispuso a cumplir con su deber. Ordenó al comandante de la “Unión” salvar su buque, lo que se hizo aprovechando su mayor andar.

A los veinte minutos de iniciada la acción, una granada lanzada desde el “Cochrane” impactó en la torre del comandante, volando por los aires al Almirante Grau y dejando moribundo al Teniente Primero Diego Ferré, que le servía de ayudante.

Se continuó el combate con singular coraje de parte de los defensores del “Huáscar”, cuyo blindaje no tenía resistencia ante las poderosas baterías de las naves chilenas. El combate fue tenaz y sostenido, y se sucedieron en el comando de la nave peruana varios de sus oficiales que caerían muertos durante la contienda, hasta que debido a los daños recibidos, el último comandante del “Huáscar”, el Teniente Primero Pedro Gárezon, ordenó inundar el buque para evitar su captura. Sin embargo, la nave, ya incapacitada para la defensa, sin gobierno, pero con el pabellón aun a tope, sufrió el abordaje del enemigo. En este último episodio glorioso que se registraría a bordo del “Huáscar”, cada uno a bordo del monitor peruano cumplió con su deber, siguiendo el ejemplo de su comandante.

Con el sacrificio de Grau, concluyó la vida de uno de los más ilustres peruanos de todos los tiempos. Todos los hechos de su vida estuvieron marcados por una conducta ejemplar, y su grandeza no solo estriba en el comportamiento heroico que mostró en las ocasiones en la que tuvo que defender a su patria y su inigualable pericia marinera, sino en la forma en que supo sobreponerse a las dificultades que el destino le puso en su camino. Como dijera el historiador peruano Jorge Basadre: “Miguel Grau Seminario fue un hombre comprometido con su tiempo, con su país y sus valores. Fue honesto y leal con sus principios, defendió el orden constitucional y fue enemigo de las dictaduras. El héroe de Angamos siempre estuvo en la línea de afirmación de las normas morales y las tradiciones de la república. Honrado en el camarote y en la torre de mando, lo es también en el salón y en el hogar”.
MARINA DE GUERRA DEL PERÚ.

Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

10 comentarios:

Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui dijo...

Un comentario de un amigo lector,Marco Enrique Muñoz Salazar él nos dice:

No queremos que se repita la historia! Claro que no! Pero, lamentablemente, como escribió César Hildebrandt hace unos meses, los vecinos del sur están metidos hasta en la sopa, literalmente. No es cuestión de impedir que se metan… ya estan metidos en todas partes, bancos, mercados, fábricas, tiendas, minería, petróleo, en todo!! Y, por supuesto, con el apoyo de su gobierno. Que desgracia!

Ojalá la oración de Gastón Acurio fuera leída en el Congreso, para que todos esos otorongos, ladrones, ociosos, comechados y tramposos, se pusieran a trabajar en la solución de los problemas del Perú.
Hasta luego.
¿Quieres que se repita la historia?

¿QUE HISTORIA?

¡¡¡LA DEL 79!!!

Marcelino Chavez Campos dijo...

Por que tendremos unos mierdas como vecinos,eso son los chilenos son la escoria de América... después que nos despojaron el salitre y el guano de islas y arrebataron nuestro territorio al quedarse con Tarapacá y Arica, ahora nos dicen que somos unos piojosos, como lamento que haya muerto Juan Velasco Alvarado, ese general si quiso recuperar nuestro territorio cautivo arrebatado por el enemigo chileno.
Nuestro país tiene un enemigo que espera una nueva oportunidad para arrebatar más; no olvidar Chile es un enemigo que en cualquier momento atacará de nuevo.
Marcelino Chavez Campos

Doralcira Llacsahuanga Yangua dijo...

Nuestro más preciado tesoro.

Luz Esmeralda Loayza Flores dijo...

Los chilenos..se adueñan de lo ajeno...con el Perú. No podrán. Jamás

Katy Acuña Correa dijo...

Pero si les permitieron poner negocios en Piura ,por lo menos estén generando empleos para los Peruano . Aun q los Chilenos son déspotas!!!

Francisco Aristides Cordova dijo...

Guerra que fué patrocinada por el imperio inglés,como volvió a ocurrir con nuestra hermana Argentina en el conflicto las malvinas,el mismo patrocinador en acción inglaterra que está muy ligada a chile hoy.

Maximo R. Jimenez Abad dijo...

CHILE ES NUESTRO HERMANO.LOS MANIPULADORES ERAN EUROPEOS

Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui dijo...

Maximo R. Jimenez Abad amigo aprecio sus visitas a mis publicaciones y sus comentarios; sin embargo, es necesario aclarar que Chile, el enemigo del sur, nunca fue ni será nuestro amigo, sólo somos vecinos; tanto es así; que nos quitan nuestras marcas como el Pisco, nuestros productos emblemáticos como el Suspiro Limeño ya lo patentaron como de ellos y otros productos que exportamos lo quieren ellos, es una competencia desleal en todo momento, abrazos Chema.

Carlos Alberto Renteria Huacchillo dijo...

Grau pidió permiso al congreso para irse a defender la patria, los buenos para nada de ahora piden permiso para irse de lujosos paseos con la plata de todos los peruanos

Maximo R. Jimenez Abad dijo...

Vivir manipulados para odiar y seguir las guerras que nadie gana solo los fabricantes de armas 🔪