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La hoz y el martillo grabados en piedra
La hoz y el martillo (☭) es un símbolo que representa la unión de los trabajadores, principalmente usado para representar al comunismo, así como a sus partidos. Está compuesto por un martillo superpuesto a una hoz. Estas dos herramientas son un símbolo del proletariado industrial y del campesinado, respectivamente; el hecho de que estén una sobre la otra simboliza la unidad entre todos los trabajadores.
El símbolo es conocido sobre todo por haber sido parte, junto con la estrella roja, de la bandera roja de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Wikipedia
Hoz y martillo en la versión del Partido Comunista Chino.
Wikipedia.
El arte de la hoz y el martillo sobrevive al olvido en un museo búlgaro
(EFE)
–
hace 6 horas
Sofía,
13 oct (EFE).- La misma estética comunista que durante décadas dominó
el panorama artístico de Bulgaria, con sus estampas de campesinos
felices, sus estrellas rojas y sus bustos de Lenin, sobrevive ahora
rescatada en un museo público de Sofía.
"Un lugar donde se
recogen, protegen y muestran obras del período entre 1944 Y 1989. Desde
el punto de vista histórico, ningún elemento político", explica a Efe la
directora del Museo de Arte Socialista, Bisera Yosifova.
Esta
galería fue inaugurada hace dos años como una sucursal de la Galería
Nacional de Pintura, de cuyos sótanos la propia Yosifova pudo rescatar
muchos ejemplos abandonados del arte socialista.
Una enorme estrella roja de 2,5 metros de diámetro y 1.200 kilos de peso recibe al visitante en el parque que rodea el museo.
Copia
de la estrella que hoy día aún corona el Kremlin, lució hasta 1989
sobre la Casa del Partido Comunista en pleno centro de Sofía, hasta que
fue arrancada y trasladada fuera de la ciudad pocos días después de la
caída del régimen.
En el parque que abre este viaje al pasado
descansan ahora un busto del revolucionario Ernesto "Che" Guevara y ocho
estatuas de Lenin de diferentes tamaños.
Esas esculturas son
algunas de las 79 de obreros, guerrilleros y líderes comunistas que
alberga el parque, todas ellas traídas de diferentes partes del país,
salvadas de acabar como chatarra de cobre y bronce, un fin que sufrieron
otras muchas esculturas cuando cayó la dictadura comunista.
En el
interior del museo, el camarada José Stalin, líder de la URSS hasta
1953, domina una de las salas de exposiciones. Aparece representado en
todas formas y poses: como un gigante dominador, como un mensajero de la
paz, votando en una urna, recibiendo flores de niños o como jefe
militar sonriente.
Los carteles y retratos que exhibe este museo
son claras ejemplos de la propaganda comunista: escenas de obreros
felices o campesinos que sonríen al camarada soviético que les explica
cómo mejorar el cultivo del trigo.
Agricultores con tractores y un
mensaje que recuerda que arando en otoño la primavera traerá una buena
cosecha, o una imagen fabril con el llamamiento patriótico más repetido
de la época: cumplir el plan quinquenal de producción en sólo cuatro
años.
Mensajes de una pedagogía infantil, destinados, según Yosifova a que hasta los analfabetos los capten.
"Algunos
de los carteles son obras de grandes pintores búlgaros obligados de dar
su aporte a este género, a veces ridículo. Algunos creían en esta
filosofía, para otros era una fuente de ingresos o una forma de
demostrar su fidelidad al Partido", relata Yosifova.
La obras no
sólo proceden de Bulgaria. Carteles polacos, albaneses, húngaros,
chinos, norcoreanos y de otros países hermanos en el socialismo se dejan
ver en las paredes del museo.
Entre los visitantes destacan los jóvenes, que no conocieron cómo fue la vida en la Bulgaria comunista.
"Tienen
gran interés en conocer de alguna manera aquel tiempo. Y los de mayor
edad llegan para recordar esa época de su vida. Pero la mayoría son
extranjeros, que nunca han tenido tal sistema de Gobierno y tienen mucha
curiosidad", afirma Yosifova.
Según su directora, el museo trata
de contextualizar este arte recordando que se produjo en una época
determinada, en circunstancias muy distintas a las actuales y con una
noción estética diferente.
Además, recuerda la máxima de que quien olvida la historia corre el riesgo de cometer errores del pasado.
Aunque
la apertura del museo levantó en su momento tenues críticas por parte
de los partidos de derechas, el asunto no llegó ni siquiera a debatirse
en el Parlamento.
© EFE 2013.
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Galería Nacional de Arte, en la ciudad de Sofía
La Galería Nacional de Arte es el museo más grande y representativo del arte búlgaro del país. Se encuentra en Sofía, en el edificio del antiguo palacio real (declarado monumento cultural en 1978), junto al Museo Nacional de Etnografía.
El inicio de la colección se estableció en 1892, cuando se creó el departamento de bellas artes del Museo Nacional de Arqueología. En 1948, por decisión del Consejo de Ministros, la Galería Nacional de Arte pasó a ser una institución independiente.
La exposición de arte ortodoxo se encuentra en la cripta del templo monumental de “San Alexander Nevski" en Sofía. La colección de obras abarca un largo período: desde la adopción del cristianismo como religión oficial por el Imperio Romano en el siglo IV hasta el Renacimiento búlgaro (s. XVIII - XIX), y está representado principalmente por iconos.
Las colecciones del museo de arte moderno y contemporáneo búlgaro, desde la Liberación de Bulgaria del dominio otomano (1878) hasta los años 90 del siglo XX, contienen más de 30.000 obras y están organizadas en tres grandes exposiciones: pinturas de caballete, grabados y esculturas.
La exposición de pintura se encuentra en la segunda planta de la galería. Una de las salas está dedicada a la obra de los tres grandes maestros de la pintura clásica de los años 30 del siglo XX: Dechko Uzunov (1899-1986), Iliya Petrov (1903-1975) y Nenko Balkanski (1907-1977).
Los “Impresionistas de Bulgaria" están representados por Nikola Petrov (1881-1916), Yordan Kyuvliev (1877-1910), Tseno Todorov (1877-1953), Boris Mitov (1891-1963) y otros. Aquí se conservan los lienzos de los retratistas Elena Karamihailova (1875-1961) y Nikola Marinov (1879-1948).
Aquí están también las obras maestras de los grandes maestros de Bulgaria: Vladimir Dimitrov – Maystora, Zlatyu Boyadzhiev, Sirak Skitnik, Nikolay Raynov y muchos otros.
Por último, pero no por ello menos importantes, están las obras de autores extranjeros que trabajaron en Bulgaria, como los checos Ivan Mrkvicka (1856-1938) y Jaroslav Vesin (1860-1915), entre otros.
Los mejores logros de la escultura búlgara del siglo XX están en la colección situada en la tercera planta.
Las salas de la galería reúnen periódicamente cerca de diez exposiciones dedicadas a los grandes pintores búlgaros y los principales problemas del arte moderno y contemporáneo.
En la galería se organizan eventos públicos y privados, como conciertos, seminarios, cócteles.
La Galería Nacional de Arte dispone de una biblioteca que cuenta con más de 6.500 libros, temáticamente vinculados con la historia del arte, la obra de diferentes artistas y la vida artística en Bulgaria, y que sirven principalmente para la labor de los restauradores y el estudio científico de investigación de sus colaboradores, pero que también se puede utilizar por expertos externos.
Como parte de la galería operan filiales como las casas-museo del escultor Ivan Lazarov y los pintores Nikola Tanev y Vera Nedkova, y la cripta del templo monumental "Alexander Nevski".
El inicio de la colección se estableció en 1892, cuando se creó el departamento de bellas artes del Museo Nacional de Arqueología. En 1948, por decisión del Consejo de Ministros, la Galería Nacional de Arte pasó a ser una institución independiente.
La exposición de arte ortodoxo se encuentra en la cripta del templo monumental de “San Alexander Nevski" en Sofía. La colección de obras abarca un largo período: desde la adopción del cristianismo como religión oficial por el Imperio Romano en el siglo IV hasta el Renacimiento búlgaro (s. XVIII - XIX), y está representado principalmente por iconos.
Las colecciones del museo de arte moderno y contemporáneo búlgaro, desde la Liberación de Bulgaria del dominio otomano (1878) hasta los años 90 del siglo XX, contienen más de 30.000 obras y están organizadas en tres grandes exposiciones: pinturas de caballete, grabados y esculturas.
La exposición de pintura se encuentra en la segunda planta de la galería. Una de las salas está dedicada a la obra de los tres grandes maestros de la pintura clásica de los años 30 del siglo XX: Dechko Uzunov (1899-1986), Iliya Petrov (1903-1975) y Nenko Balkanski (1907-1977).
Los “Impresionistas de Bulgaria" están representados por Nikola Petrov (1881-1916), Yordan Kyuvliev (1877-1910), Tseno Todorov (1877-1953), Boris Mitov (1891-1963) y otros. Aquí se conservan los lienzos de los retratistas Elena Karamihailova (1875-1961) y Nikola Marinov (1879-1948).
Aquí están también las obras maestras de los grandes maestros de Bulgaria: Vladimir Dimitrov – Maystora, Zlatyu Boyadzhiev, Sirak Skitnik, Nikolay Raynov y muchos otros.
Por último, pero no por ello menos importantes, están las obras de autores extranjeros que trabajaron en Bulgaria, como los checos Ivan Mrkvicka (1856-1938) y Jaroslav Vesin (1860-1915), entre otros.
Los mejores logros de la escultura búlgara del siglo XX están en la colección situada en la tercera planta.
Las salas de la galería reúnen periódicamente cerca de diez exposiciones dedicadas a los grandes pintores búlgaros y los principales problemas del arte moderno y contemporáneo.
En la galería se organizan eventos públicos y privados, como conciertos, seminarios, cócteles.
La Galería Nacional de Arte dispone de una biblioteca que cuenta con más de 6.500 libros, temáticamente vinculados con la historia del arte, la obra de diferentes artistas y la vida artística en Bulgaria, y que sirven principalmente para la labor de los restauradores y el estudio científico de investigación de sus colaboradores, pero que también se puede utilizar por expertos externos.
Como parte de la galería operan filiales como las casas-museo del escultor Ivan Lazarov y los pintores Nikola Tanev y Vera Nedkova, y la cripta del templo monumental "Alexander Nevski".
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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