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domingo, 17 de marzo de 2019

La Casa de la Loma tiene un Fantasma : Capítulo CDXCVI.- Azael y sus compinches, están a punto de partir un largo viaje a Socchabamba, para asaltar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de la Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; un grupo de seis bandoleros de Matalacas, planean asaltar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo; cuyo jefe Azael, tiene en mente apoderarse junto con sus compinches de todos los tesoros que ellos suponen enterrados dentro de esa vivienda; pero al verificar las acémilas que les servirán como transporte no están en condiciones favorables para hacer un viaje de tres días de ida y tres de vuelta; eran seis días de viaje, pero uno de sus compañeros llamado Marcelo, le contestó que no habría viaje porque los caballos están cansados; pero Azael reaccionó y propuso comprar nuevos caballos.

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

En Socchabamba se había escuchado  la existencia de Matalacas. como una zona donde vivían hombres guerreros y también bandoleros; aquellas pampas eran dedicadas a la ganadería, pero siempre hay gente que le gusta divertirse pero con riqueza ajena o adquirida a la fuerza, por lo que un grupo de seis bandoleros capitaneados por Azael, se convirtieron en el terror de hacendados y grandes ganaderos.
La banda de Azael, incluso cruzó la frontera e hicieron pillaje en el Ecuador; ellos hacían largos viajes y siempre regresaban con las alforjas llenas de tesoros robados a víctimas adineradas.
Llegó a oídos de Azael, la existencia de la rica Familia Sánchez Calderón y Mulatillo en Socchabamba, que era un largo viaje desde Matalacas; pero eso no detenía las ambiciones codiciosas de Azael; quien propuso a sus compinches hacer el viaje y como los caballos no están disponibles, fue Marcelo, quien le recordó que no habría viaje.
Pero, Azael, ya tenía en mente ese viaje y propuso comprar nuevos caballos y preguntó: 
--- ¿Saben ustedes quién tiene unos caballos como para el largo viaje?
Fue Marcelo quien nuevamente le contestó:
--- Jefe Azael, no tenemos un dato preciso de la existencia de seis caballos; pero si escuché que en las pampas de Pircas, hay caballos salvajes, que si bien tienen dueño, que solo hacen rodeo una vez al año, allí los marcan y los sueltan de nuevo a los campos sin preocuparse más de esas acémilas.
Azael, escuchó con atención la narración de Marcelo, pero no le pareció práctica, por que los caballos eran chúcaros(semi salvajes) y no servían para una larga caminata; ellos necesitaban acémilas dóciles y mansas y le contestó:
--- Marcelo, tienes buenas ideas, pero no son prácticas para nosotros, necesitamos caballos mansos y te pregunto: ¿No crees que tus primos Ramirez nos puedan vender tres caballos?
Marcelo, no se llevaba bien con sus primos Ramirez. por que ellos desaprobaban la conducta criminal de Marcelo, y por su puesto jamás le venderían caballos que servirían precisamente para el pillaje y le contestó:
--- Jefe Azael, ellos no aceptarían ni que me acerque a sus casas, pero si puede ir usted y proponer directamente, creo que si pueden verle sus caballos.
Azael, se le encendió la cabeza,  por la ira que le afloró en todo su cuerpo al escuchar una respuesta tonta de su más querido de los compinches, optó por morderse los labios para no desfogar toscamente y fingió una sonrisa y dijo:
--- Muy bien muchachos, como necesitamos seis caballos, los tomaremos "prestados"(robados) de los vecinos y al regresar les compensaremos con tesoros, el "préstamo de los caballos" y nadie sospechará de nosotros por que dejaremos nuestros caballos sueltos al campo, quienes al verlos pensarán que fueron otros quienes se los llevaron..
Todos los demás escucharon al jefe, les pareció una solución de mucha astucia. "llevarse los caballos de los vecinos".
Entonces, Azael, hizo los planes y ordenó:
--- Marcelo, tu sacarás de la inverna de tus primos Ramirez tres caballos; tu Samuel, sacas el caballo de los Morochos. que está amarrado en el potrero; tu Ciro, sacas la mula negra de los Timoteos, y tu Teodoro, sacas el caballo de los Paúcar, y ese será mío, por que es grande y está bien carnudo(conservado y casi gordo), esto lo haremos dentro de tres días que coincide con noche oscura, para que nadie nos reconozca, y para ustedes Mauricio y Felipe no hay trabajo por ahora.
Azael, sabía imponerse ante sus hombres, y cuando daba una orden nadie de ellos le respondía en contra y como estuvieron callados, y aceptando los planes de su jefe, ellos optaron por retirarse a sus casas a descansar y luego regresar a la casa del jefe en tres días con los caballos robados, ellos ya sabían la hora o  tiempo que debían reunirse.
Pasaron los tres días, ya estamos aproximadamente a las 18:00 horas de la noche(Hora de la oración)tiempo pesado y funesto para mucha gente, que cree en la existencia de fantasmas  errantes, que desde esa hora abandonan sus reductos o recintos y salen a vagar por el mundo terrenal.
Azael, ya había preparado el fiambre(comida de viaje)que les serviría de alimento por seis días: Tres talegas de cancha tostada de maíz blanco; seis quesos secos de aproximadamente 2 libras de peso cada uno; una talega llena de chicharrones de chancho; dos talegas de mashca de harina de trigo; diez atados de dulce(chancaca) y potos de calabaza partidos por la mitad, que les servirá para recoger agua en las quebradas para beber.
Cumpliendo con lo acordado, llegaron los compinches, como siempre el primero fue Marcelo, quien llegó con tres caballos bien cuidados y después lo hicieron los demás con sus respectivas acémilas, incluido Mauricio y Felipe, que tenían sus propios caballos.
Azael se acercó al caballo que trajo Teodoro, era una acémila impresionante el más grande que todos los demás, brioso que no se dejó pasar la mano por el lomo y se resonaban las narices en señal de rechazo al nuevo jinete que pretendía montarlo.
Llegó la calma y poco a poco se normalizó y en completo silencio, cada jinete ensilló su caballo, y después de ello Azael, llamó a Marcelo a la sala y estando allí le dijo:
--- Marcelo, nos vamos a Socchabamba para hacernos ricos; pero si por alguna razón yo pierdo la vida, tu tomas el mando de ida y de regreso y trata de no desperdiciar nada; ni la vida de los hombres, ni la vida de los caballos que son los mejores compañeros que te llevan y te regresan; cuida de la comida de los caballos cuando pernocten en el lugar de descanso, y si llegan apropiarte de los tesoros en Socchabamba, se reparten como lo hemos hecho todas las veces trabajando juntos.
Marcelo, más preocupado por la vida de su jefe, le contestó:
--- Jefe Azael, parece que usted hizo un testamento; pues usted sigue siendo el jefe con quien iremos y regresaremos juntos, a usted nadie se le acerca por ser un gran peleador y usa bien sus armas, creo que la posibilidad de la muerte está muy lejana.
Azael, conocía la fidelidad de Marcelo, soltó una carcajada y palmeando la espalda, de su amigo,  le contestó:
--- Gracias Marcelo, por tu amistad sincera,  sabía que me ibas a contestar así; pero siempre hay que hacer planes, tu sabes en este trabajo tenemos a la muerte abrazándonos, sólo que nosotros no sentimos su esqueleto frío y tenemos que estar preparados para defendernos...
Y como ellos habían demorado cierto tiempo, los otros que estaban afuera murmuraban entre ellos, por lo que Azael salió y apaciguó en voz baja para no hacer ruido y les dijo:
--- ¿Qué les pasa a ustedes? con Marcelo sólo estábamos conversando de los planes del largo viaje que haremos a Socchabamba....................
Continuaremos..................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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