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viernes, 25 de marzo de 2011

BIODIVERSIDAD Y AGUA: CORDILLERA BLANCA PIERDE EL 30% DE SU MASA DE GLACIARES EN LOS ÚLTIMOS 40 AÑOS

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., lamentablemente el Calentamiento Global sigue afectando a los glaciares del Perú , según los expertos en los últimos 40 años tomando como base 1,970 que teníamos 720 kilómetros cuadrados de glaciares, ahora sólo nos queda 510 kilómetros cuadrados hemos perdido un 30 por ciento, lo afirmó hoy en una conferencia: César Portocarrero, ingeniero de la Unidad de Glaciología de Perú. Aquí en la imagen observamos parte de la Cordillera Blanca siempre majestuosa, pero lamentablemente afectada por la pérdida de glaciales. Expertos alertaron que, además del impacto medioambiental, el deslizamiento de una parte del glaciar lleva aparejado a veces consecuencias sociales. Fuente de imagen : RPP Noticias.
Aquí en la imagen observamos que : En 40 años se ha perdido 30 por ciento de los glaciares en la Cordillera Blanca de Perú. Fuente de imagen: EFE


Aquí en la imagen observamos a: Los glaciares de la Cordillera Blanca peruana, la cadena tropical más alta del mundo, han retrocedido un 30 por ciento en los últimos 40 años debido al cambio climático. Fuente:Efe.

De los 720 kilómetros cuadrados de glaciares que había en 1970 en Perú, ahora tan sólo quedan 510, afirmó hoy en una conferencia César Portocarrero, ingeniero de la Unidad de Glaciología de Perú.

Indicó que el retroceso de los glaciares de pequeño tamaño es mucho más acelerado: algunos tienen un 70 por ciento menos de superficie ahora que en 1970, alertó.

Dijo que, además del impacto medioambiental, el deslizamiento de una parte del glaciar lleva aparejado a veces consecuencias para la población.

"En zonas remotas no afecta a la población, pero puede ser que una parte del glaciar se caiga sobre alguna laguna", que en la Cordillera Blanca suman 830, precisó.

Pide medidas preventivas para evitar el riesgo para la población :

Aunque, según datos oficiales, tan sólo unas tres o cuatro lagunas, localizadas en Huaraz, Carhuaz y en el famoso callejón de Huaylas, constituyen un alto riesgo para los pobladores de la sierra peruana.

"Las lagunas glaciares -las que se forman por el deshielo- son las que generan aluviones, empujan todo el material sin distinción, aunque a veces forman diques de contención" lo suficientemente fuertes para proteger a los habitantes, subrayó el experto.

Para Portocarrero, es fundamental implementar medidas de prevención, entre las que citó el desagüe de la laguna y la construcción de diques, para evitar desastres como el de 1941, cuando un aluvión en Huaraz mató a unas 5.000 personas.

Conscientes del peligro de los aluviones, los ingenieros peruanos emprendieron en la Cordillera Blanca 34 obras para proteger a la población y pronto se le sumarán nuevas, como la proyectada para una laguna que almacena 17 millones de metros cúbicos de agua (frente a los 3,6 millones de 2003).

Portocarrero subrayó que la pérdida de masa glaciar provocará un déficit de agua para los pobladores de la sierra y calculó que será en 20 años cuando se empiece a notar lo que los expertos llaman "estrés hídrico" o escasez de agua.

"Por ahora, las poblaciones no están sintiendo la disminución de caudales, porque el hielo se está derritiendo más y la gente está satisfaciendo su demanda", señaló.

En cuanto a la posibilidad de que se produzcan aluviones a causa de seísmos, Portocarrero admitió que sí se pueden originar, aunque destacó que ningún estudio científico ha demostrado que un terremoto ocasione deslizamientos de glaciares.

El experto, que señaló que una decena de departamentos peruanos registran actualmente la influencia del deshielo glacial, pronosticó que los glaciares desaparecerán en unos 20 ó 30 años.

Se verán afectados así unos 168.000 kilómetros cuadrados de la Cordillera Blanca y 4,5 millones de habitantes, agregó.

Reclamó la puesta en marcha de un programa de monitoreo en tiempo real para emprender medidas preventivas y pidió la colaboración de las instituciones públicas, unas demandas a las que sumaron otras como la realización de programas educativos sociales.
EFE.

ANA: Es necesario trabajar en una política de prevención ante riesgo de glaciares y lagunas:

Lima, mar. 24 (ANDINA). Debido a los efectos del cambio climático, el jefe de la Unidad de Glaciología de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), César Portocarrero, sostuvo que es necesario trabajar en una política de prevención ante el riesgo procedente de desbordes de lagunas y deshielo de glaciares.

Explicó que en lugares como la Cordillera Blanca, en Áncash, se estima que el número de los lagos glaciares se ha duplicado en las últimas décadas, mientras que la cantidad de agua se ha multiplicado en algunos casos hasta en 34 veces, creándose el riesgo de producirse avalanchas.

El lago glaciar es el espacio que ha dejado el hielo durante su proceso de retroceso.
“Una de las consecuencias del retroceso de los glaciares es tanto el crecimiento de estos lagos como la formación de nuevas lagunas que son retenidas por morrenas, diques naturales de contención desagua que lamentablemente son inestables”, sostuvo.

Ello se produce a causa de la rotura de las paredes de la morrena o por la caída de bloques de hielo de los glaciares sobre estos lagos se corre el riesgo cada vez mayor de avalanchas catastróficas.

Añadió que por efectos del calentamiento global hay varios glaciares que están sobre pendientes muy fuertes, las cuales están perdiendo fuerza con el lecho rocoso, “por lo tanto, hay muchas posibilidades de que sigan ocurriendo deslizamientos de masas de glaciares”.

Así, citó hechos como los ocurridos en las lagunas 513, Parón, y avalanchas en el nevado Huandoy. “Por ello debemos actuar desde el punto de vista de la prevención, es el caso de los turistas y la población, porque la estructura misma de los glaciares está cambiando”, anotó.

Portocarrero dijo que estas problemáticas no se resuelven sólo con ingeniería de control de lagunas, pues se requiere de la participación ciudadana para contar con medidas de adaptación que reduzcan la exposición y la sensibilidad de la población a eventos de esta naturaleza.

Recordó que el estudio de las dinámicas de los glaciares tropicales y del control de lagunas glaciares se inicia en el Perú a raíz de grandes avalanchas en la Cordillera Blanca (1941, 1945, 1950, 1962 y 1970) que ocasionaron la pérdida de vidas humanas y daños en la económica.

Así, el rápido retroceso de los glaciares en la Cordillera Blanca, iniciado hacia el final de la llamada “Pequeña edad del hielo” en la segunda mitad del siglo XIX, se ha acelerado de manera dramática en el último cuarto del siglo XX y continúa acelerándose.

Señaló que entre 1970 y el 2003 se ha perdido el 22.4 por ciento de la cobertura glaciar y en los últimos siete años la tendencia se ha acelerado aún más, hasta llegar a 30 por ciento de pérdida.

Precisó que en la Cordillera Blanca hay 830 lagunas, de las cuales 514 drenan hacia la cuenca del río Santa, 308 a la cuenca del río Marañón y ocho hacia la cuenca del río Pativilca.

De las 514 que drenan hacia el río Santa se han estudiado con mucho detenimiento 68 lagunas, y de ellas se han ejecutado obras en 34.

“Existen tres o cuatro lagunas que reúnen condiciones de peligrosidad, y que pueden afectar con el desprendimiento de glaciar. Recordemos que la laguna Palcacocha se ha declarado en emergencia, el gobierno regional ha dado los fondos y el MEF ha aprobado la ejecución de los mismos, por lo que en cualquier momento se puede empezar la obra en dicha zona”, manifestó.

Portocarrero manifestó que todavía no se siente el stress hídrico (falta de agua): la población no la percibe por el mismo derretimiento de glaciares, por lo tanto están satisfaciendo sus demandas.

“Pero habrá un momento en que esos caudales van a bajar, y eso se considera que va a ocurrir en 2030, y serán alrededor de entre ocho a diez departamentos los afectados, los cuales tienen la influencia del derretimiento de glaciares”, anotó.

Esperamos que los estudios y acciones que se realizan dentro de la glaciología y climatología y peligros y riesgos de áreas de glaciares se haga en colaboración interinstitucional para evitar la duplicidad de funciones.

Asimismo establecer las posibles zonas futuras en las que podrían quedar lagunas de una u otra dimensión que podrían ser utilizadas, ya sea para embalse desde el punto de vista de prevención o para efectuar obras de seguridad.

“Necesitamos herramientas para un monitoreo real. Como vienen ocurriendo deslizamientos y avalanchas en diferentes cordilleras del país, es importante que se tenga información en tiempo real para satisfacer los requerimientos de Defensa Civil y de la población”, agregó.

También generalizar el modelamiento de flujos de tal manera que se establezcan las zonas de riesgo para cada población, especialmente las que están ubicadas en los cauces glaciares.

“Es necesario, además, que los inventarios glaciares se efectúen por los menos cada cinco años, de tal manera que se conozca cuáles son las reserva de los recursos hídricos adicionales que todavía contamos”, anotó.

Sismo :

De otro lado, indicó que los estudios que se han hecho hasta la actualidad muestran que todavía no ha ocurrido el desprendimiento de un glaciar por efectos de un sismo.

“Lo que ocurrió en el Huascarán en 1970 fue un desprendimiento de la masa rocosa que tenía encima una masa glaciar y que produjo un aluvión con una mezcla de hielo y rocas, entonces eso no fue sólo el desprendimiento de glaciar, sino de roca más glaciar. Hasta el momento eso es lo que conoce; es decir, en base a experiencias pasadas”, explicó.

Portocarrero hizo estas declaraciones durante la conferencia denominada “Glaciología y control de los lagos glaciares. Fundamentos exitosos y una agenda de urgencia para la adaptación al cambio climático”.

El certamen fue organizado por el Ministerio del Ambiente en coordinación con el “Proyecto de las Cumbres de la Costa” (Usaid Perú – The Mountain Institute) y el “Proyecto de adaptación al impacto del retroceso acelerado de glaciares en los andes tropicales –PRAA”.

En la actividad se presentó los resultados de las investigaciones realizadas por el doctor Mark Carey, profesor de la Universidad de Oregon, en Estados Unidos, quien trató sobre la historia de los aspectos institucionales, culturales y científicos de las investigaciones y control de los lagos glaciares en el Perú.

También se presentó el doctor Alton Byers, del Instituto de Montaña, quien documentó la ocurrencia de fenómenos similares en los Himalayas, así como el interés de esas región del mundo en el conocimiento técnico del Perú en este campo.
ANDINA.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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