Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon, y como infirmamos en el capítulo anterior; Olzagon estaba viajando a Tapal, su misión era atender el pedido de la empresaria Zoraida Fuentes Plata, dueña de la empresa llamada "Comercial Tapal"; en el bus tuvo como compañera de viaje a la madre religiosa de la Orden de las Carmelitas, ella se presentó como Sor María del Carmen, y su Convento se ubica en la salida sur de la Ciudad de Tapal, son los primeros instantes que se están conociendo con Olzagon, pero éste joven tuvo sus pensamientos en pernoctar la primera noche en Tapal, gozando de la compañía de una monja, pero desterró de su mente semejante idea descabellada... o tal vez no...
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Sigamos el trayecto del viaje de Olzagon:
Al conocerse como compañeros de viaje Olzagon y la madre religiosa Sor María del Carmen, pero ella al principio rehusó hacerlo; que no necesariamente se puede dejar de conocer y conversar con el compañero de asiento en el bus; y justamente Olzagon observando la belleza de la monja y la nobleza de su persona, le preguntó:
--- Sor María del Carmen. ¿Cómo hacen ustedes para subsistir? Tengo entendido que son excelentes artesanas, pero aún así, allí entran jóvenes mujeres decepcionadas de la vida, o que tuvieron un fracaso con escándalo con algún hombre...
Semejante pregunta la involucraba directamente a ella, por que pertenecía a una familia adinerada; pero ella fue víctima de un desengaño amoroso con su novio, quien la cambió por una prima hermana de ella, quien se cruzó y se metió en su relación y le arrebató el novio, fue un golpe sentimental y emocional devastador para ella; aún así ella decidió abandonar el mundo mundano y dedicar a Dios el resto de su vida, convirtiéndose en una monja y como ella era muy hábil y tenía conocimientos de artesanía en el arte de confección de alhajas de plata y lo estaba haciendo muy bien...
Justamente, ella regresaba de la Ciudad de Cunante, donde entregó un volumen considerable de joyas en platería y le contestó así:
--- Usted joven viajero es muy perspicaz y observador, parece que conoce algo de los conventos; ciertamente lo que comentó de algunas monjas es muy verídico que ante el fracaso de la vida de la calle, se busca con desesperación un refugio, por lo que es una buena opción convertirse en una religiosa para redimir el pecado y pedir a Dios por el perdón y dedicar el resto de su vida a Dios. También es cierto que las monjas religiosas tenemos que trabajar duro para ganar el pan de cada día, aquí (allí) nada es gratis, con la diferencia que no hay acumulación de riqueza personal; sino las ganancias las compartimos con el Convento, en otras palabras las monjas somos las siervas de Dios en la Tierra.
Sor María del Carmen, hizo una pausa y agregó:
--- Nosotras las monjas hemos pasado por duras pruebas que muchas veces pusieron en cuestión nuestra verdadera vocación, así es la vida muy despiadada, pero que tenemos como alternativa en convertirnos en las siervas al servicio de Dios, desterrando de nuestras mentes el origen que nos obligó enclaustarnos, no olvide que nosotras seguimos siendo mujeres, pero ya no para los placeres que nos ofrece el mundo, sino siervas de la humildad hacia los demás, ya no tenemos pensamientos ni deseos pecaminosos, nos volvemos practicantes de la castidad, rechazamos los lujos y nos dedicamos a la oración después de la jornada del trabajo; en mi convento abundan: costureras, tejedoras, bordadoras, pintoras de arte y de la brocha gorda, jardineras, enfermeras, artesanas en la confección de joyas de plata y oro y pastoras en general.
Luego, la religiosa se quedó muda, tal vez pensando en el resultado de su viaje que fue exitoso, con altos rendimientos económicos que ayudará a superar las múltiples carencias que existen en el Convento.
Y como Olzagon, tampoco pronunció palabra alguna, la religiosa lo miró de reojo y le añadió:
--- Parece que no le gustó nuestra vida religiosa, por que se quedado callado, yo ya le contesté su pregunta.
Olzagon, como despertando de un sueño, reaccionó y le contestó:
--- Si, Madre, sólo que estuve pensando en las múltiples actividades que ustedes desarrollan dentro del Convento, de afuera se ve como vida fácil, pero no lo es; y su admirable entrega a Dios sin intereses de por medio, por que afuera se trabaja duro para acumular bienes; en cambio ustedes trabajan tan duro, pero renuncian a la acumulación individual, es maravilloso tener ese don, de desprendimiento, eso es digno de encomio su entrega a la humildad y a la pobreza; pero si ustedes son ricas en sus espíritus libres de pecados y dedicadas a la oración....
Sor María del Carmen, estaba asombrada de la basta capacidad de raciocinio y sobretodo razonamiento de su joven acompañante y hasta comenzó a admirarlo por ser respetuoso, educado, culto y emprendedor, y le preguntó:
--- Joven viajero, me dijo que va a Tapal en plan de trabajo, pero:¿Qué hace usted?
Olzagon, sintió un retorcejón en todo su cuerpo, por que la religiosa se interesaba en él, y era un excelente inicio y con habilidad le contestó:
--- Gracias por la pregunta Sor María del Carmen, soy vendedor viajero de productos industriales como repuestos y accesorios, justamente estoy viajando a Tapal para sellar un gran negocio con una señorita empresaria, quien ha solicitado nuestro apoyo para instalación de los mostradores..
Sor María del Carmen, seguía sorprendida por la respuesta de Olzagon, y hasta su corazón se agitó, nada recomendable para ella por ser una religiosa de claustro y le hizo una nueva pregunta:
--- Joven viajero, dígame: ¿Cómo se llama esa empeñosa empresaria?
Olzagon, estaba obligado a guardar el secreto de sus clientes y él podía decir el nombre o ocultar, lo pensó y decidió revelar el nombre, ya que su interlocutora era una religiosa y le contestó:
--- La señorita empresaria empeñosa se llama Zoraida Fuentes Plata..
Sor María del Carmen, tan sorprendida por la respuesta, dijo casi gritando:
--- ¿Qué?
Olzagon se arrepintió por haber revelado el nombre de la empresaria, por la sorpresa que tuvo la monja y le preguntó:
--- Disculpe Sor María del Carmen, parece que cometí una infidencia, ya que usted al escuchar el nombre de la empresaria, fue una lacónica expresión de desagrado, ahora le hago la pregunta: ¿Quién es ella?
Sor María del Carmen, ya más tranquila de la inicial sorpresa al escuchar el nombre de la empresaria, con quien les separaba una abismal diferencia y le contestó:
---- La señorita Zoraida Fuentes Plata, es una mujer que la respetan por su dinero y su habilidad para los negocios; pero nadie la quiere por que es una dama vanidosa, orgullosa, soberbia, altanera y avara. Con todo su poder económico es la que menor aporta a las necesidades del Convento, por su puesto que no tiene ninguna obligación de hacerlo; ella es hermana del hombre que conocí en mi vida y estoy tratando de olvidar...
Olzagon, quien tenía una opinión anticipada de una beldad con respeto a la señorita Zoraida, que aún no la conocía en persona, pero ahora estaba compungido por el dolor emocional y sentimental de la religiosa, trató de dar un aliento de consuelo y dijo:
--- Sor María del Carmen, siento mucho que mi pregunta la haya hecho recordar momentos ingratos y desagradables no fue mi intención; al mismo tiempo admiro su coraje en rehacer su vida mediante el servicio a Dios, creo que usted es una triunfadora, por que abandonó al mundo del pecado y entregó su corazón a Dios; pocos seres humanos somos como usted.
Olzagon, miró de reojo a su compañera de viaje y observó que le caían lágrimas de sus ojos, se apresuró a sacar su pañuelo, pero ella lo detuvo y le dijo:
--- No me haga caso joven viajero, estuve recordando mi vida mundana y lo feliz que me siento haberla dejado; le confieso algo íntimo mi familia que son muy adinerados nunca supieron que yo estoy en esta Congregación Religiosa y todavía siguen pensando que viajé a Europa y allí me perdí, pero tampoco hacen un esfuerzo en encontrarme.......
Continuaremos................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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