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domingo, 5 de diciembre de 2021

La Historia del Amor Cruel : Capítulo DXXIX.- Olzagon, logró persuadir al cliente mayorista del vendedor Manuel, para que incremente sus compras; después visitó a la cadena de Supermercado "Mercado Gigante", ....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon, y como informamos en el capítulo anterior; el joven Olzagon, quien ahora era el Supervisor de Ventas de la empresa Import & Export S.A., salió a trabajar al campo en compañía de uno de sus vendedores, quien había descuidado un centro comercial, por un compromiso asumido con un cliente mayorista, que le impedía con boicotear de que no compraría más si él vendía a los nuevos mercaderes de ese centro comercial; Olzagon usando su experiencia y manejo intentará persuadir a ese cliente renegón a mejorar sus compras, de lo contrario la empresa le quitará la representación, algo así de atacante a atacado....  ....sigamos la historia........

Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen las consistencias del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices.
Este es el símbolo de la novela: La Historia del Amor Cruel.
Fuente: Archivos del blog: A vuelo de un Quinde.                                                
Obra Literaria reconocida con Derechos de Autor, según: Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.


Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.


El Amor siempre  perdura sin temores...........................................


Manuel, era un excelente vendedor, pero estaba descuidando parte de su zona de trabajo por la presión de un cliente mayorista, quien le advirtió que si él vendía a los nuevos mercaderes del nuevo complejo comercial, ya no le compraría más y como este cliente tenía un nivel de compras aceptable que sumaba las ventas mensuales del vendedor Manuel, éste actuó como pasivo aceptando la presión del cliente.
El flamante Supervisor de Ventas, quien ahora era Olzagon, conocedor de la actitud equivocada del cliente; por que él mismo fue con el vendedor Manuel a visitar al cliente, ellos al llegar encontraron camiones de la competencia descargando mercaderías, que era su legítimo derecho del cliente escoger a sus proveedores; pero, en este caso especial el Supervisor calculó las compras del cliente y lo que se vendería directamente sumaría más, que lo que compraba el cliente mayorista.
Ellos entraron al establecimiento, el dueño del negocio era un extranjero de elevada estatura, probablemente llegaba a 1.90 mts., de altura, el vendedor Manuel lo saludó y le presentó a Olzagon así:
--- Señor, tengo el honor de presentarle al Supervisor de Ventas de mi empresa, el señor Olzagon.
El arrogante dueño del negocio, rápidamente le dio una mirada displicente de cabeza a pies, a pesar que Olzagon vestía con elegancia un terno de casimir inglés y le contestó con un apretón de manos:
--- Mucho gusto jovencito de conocerlo, sea bienvenido a mi negocio.
Olzagon, rápidamente captó la apariencia hipócrita del gigantón, pero no se amilanó y sonriente le contestó:
--- Es un placer conocer al cliente que mejor nos favorece con sus compras y era mi deseo percatarme en persona de su merced.
La arrogancia del gigante se derrumbó, quien se dio cuenta, que subestimó al recién llegado, quien con elegancia lo alabó y tuvo que cambiar de parecer en sus conceptos de trato y le dijo:
--- Muchas gracias señor Supervisor, es un honor recibir su visita, por favor me acompañan a mi oficina privada.
Los tres personajes abandonaron el salón de las ventas, e ingresaron a la oficina de recepción del dueño, al llegar les invitó a entrar; era un aposento muy elegante y sobrio, con piso alfombrado y el escritorio forrado con piel de becerro; las paredes eran pulcras con cuadros de imitación de grandes pintores, les indicó sentarse y empezó el dialogo, fue Olzagon, quien le dijo:
--- Señor, reitero mi agradecimiento por sus compras a nuestra empresa, pero observando el historial, usted va disminuyendo gradualmente sus compras; con el debido respeto le pregunto: ¿Quisiéramos saber por qué usted está prefiriendo a la competencia y nos está dejando de lado?
El gigante, se tocó la barbilla con la mano izquierda y mirando fijamente a Olzagon, le respondió:
--- Señor Olzagon, para contestar a sus interrogantes;  yo estoy en mi legítimo derecho de elegir a mis proveedores, usted sabe que últimamente nos está afectando una terrible situación y crisis económica, por lo que estamos pidiendo a nuestros proveedores el mínimo indispensable para mantener las existencias requeridas, así lo hago con todos ustedes, espero que hay respondido a su pregunta.
Olzagon no estaba satisfecho con la respuesta, pero tenía que tratar al cliente con pinzas y la mejor manera de presionarlo era hacerle conocer que la empresa podría cambiar e incrementar sus ventas vendiendo directamente al nuevo complejo comercial y le dijo:
--- Estimado señor, es política de nuestra empresa atender a sus clientes favorecedores con sus compras con las mayores ventajas para hacer negocios; pero, estamos observando con preocupación que no se está atendiendo a los nuevos comerciantes del gran complejo, según tengo entendido en la sección de repuestos hay un potencial de 50 mercaderes que los podremos tomar si usted no incrementa sus compras por un monto similar, se lo menciono con todo respeto, no pretendo presionarlo y respetaré su decisión.
El gigante se enojó, pero no dejaba de reconocer la habilidad persuasiva del Supervisor, que sin faltarle el respeto lo había arrinconado, él tampoco deseaba dejar de ser cliente, ya que la empresa tenía productos que no le ofrecía la competencia, que si se pasó a ellos aprovechando una liquidación que será pasajera, por que después todo seguirá normal, pero aparentando su enfado, le respondió:
--- Entonces dejaré de comprarles a ustedes.
Olzagon, quien pisaba fuerte con los dos pies no se sorprendió de la respuesta, y le contestó:
--- Lo sentimos mucho perder sus compras, pero no tenemos otra opción, nuestra gratitud y reconocimiento por el tiempo que nos acompañó.
Y cuando Olzagon, se iba a levantar del asiento para salir, el cliente pensó mejor y cambió de opinión y le dijo:
--- Señor Olzagon, mejoraré mis compras, pero no me quite la licencia de mayorista, voy a ponerme de acuerdo con Manuel y tenga la seguridad que mañana recibirá buenas noticias mías.
Olzagon, se levantó del asiento, agradeció la oferta del cliente y le respondió con un fuerte apretón de manos, que la mano del gigante casi le quiebra los huesos de la Olzagon y con sonrisa de satisfacción, él dejó a Manuel y se retiró.
Olzagon, tuvo especial cuidado de hacer una investigación y como en esta empresa nadie de los vendedores lo conocían, salió por la puerta directa de la oficina del dueño y volvió a ingresar por la puerta del negocio como un "cliente más", observó a un vendedor de mostrador y había uno sólo libre, e dirigió a él, y al llegar le preguntó:
--- Señor, tengo necesidades de compras de un lote de repuestos para artefactos eléctricos de la empresa Import & Export , que me han informado que ustedes tienen los mejores precios.
El vendedor miró al "supuesto cliente", muy bien vestido, él supuso. "este tiene dinero" y le contestó:
--- Creo señor que llegó al lugar acertado, dígame sus cantidades y buscaré en el almacén mis existencias.
Olzagon, haciendo de comprador, le enumeró los productos que él los conocía de memoria, formando una larga lista.
El vendedor se quedó mudo, por que conocía los productos que casi el 50% no tenía existencias y le contestó:
--- Señor, muchos de los productos que usted necesita están descontinuados, pero si tengo todos de la marca OXX (competencia).
Olzagon, para mantener su postura, antes que salga Manuel y lo descubra, le dijo:
--- Muchas gracias por su atención, lamento que no hayan los productos que necesito, iré a buscarlos a otro proveedor.
Olzagon, dio la espalda al vendedor y salió; estando en la calle, él recordó que tenía que visitar a su amigo Alberto Carmona Rivera, Supervisor de Compras de la cadena de Supermercados "Mercado Gigante", ordenó al chofer llevarlo a ese lugar; al llegar él pasó como cliente al salón de ventas, que era gigantesco y fue a la Sección Repuestos, que él, fue quien asesoró la instalación de este recinto, allí estaban los jóvenes vendedores que atendían a los clientes, quienes al verlo lo saludaron con alegría y uno de ellos le dijo:
--- Bien bienvenido joven Olzagon, veo que le está yendo muy bien, su vestimenta lo dice todo. ¿En que podemos servir?
Olzagon, sonriendo dio un apretón de manos  a los cuatro vendedores y les contestó:
--- Muy bien muchachos, los veo muy ocupados, me parece muy bien que nuestros productos tengan la aceptación del público, díganme: ¿Cómo están las existencias?., ya que veo unos vacíos de algunos de ellos.
El vendedor que actuó de interlocutor, le respondió:
--- Si tiene razón, hay varios productos agotados y no nos conviene por que nos pueden enviar a otra sección o tal vez perder el trabajo.
Olzagon, dándoles tranquilidad recurrió a una pequeña mentira y les contestó:
--- No se preocupen muchachos, ya llegó el barco al puerto y allí vienen los productos faltantes, en los próximos días tendrán las existencias necesarias para que hagan sus ventas.
Olzagon, muy preocupado y alarmado por la supuesta escases de los productos que justamente los almacenes estaban abarrotados; él pensó. "Este lugar no tiene vendedor", y siguió pensando : "Alberto hace pedidos directo sin consultar con sus empleados vendedores, pues hay que destinar a alguien o yo mismo seré su vendedor..", se le ocurrió ir a conversar como amigos y hacerle un pedido directo, ya que tenía el folder de pedidos, se despidió amablemente de los jóvenes vendedores y se dirigió a la oficina de compras, llegó y observó al Alberto Carmona Rivera que estaba atendiendo a vendedores, se sentó en la antesala a esperar su turno, pero Alberto ya lo había visto y justo deseaba conversar con él, respecto a las existencias que hacen falta en toda la cadena a nivel nacional, que él no se daba a vasto por tantos otros productos que tenía que pedir, despachó al vendedor,  salió a la antesala dirigiéndose a Olzagon lo saludó abrazándolo extrañándose por tanto tiempo sin verse y lo invitó a su oficina y cerró la puerta....................
Continuaremos........................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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