Hola amigos : A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Agente Justiciero Genochi; y como informamos en el capítulo anterior; Gelasio regresó a su casa completamente feliz, por sus sueños de convertirse en un policía estaban muy cerca; ya el comandante Alipio Huamán Quispe, comprometió el apoyo del coronel Antonio Paredes Juarez, quien era el director de la Escuela de Policías, que en 15 días comunicarán la fecha exacta, para la selección de postulantes; Gelasio contando con el apoyo de su tío Antenor Chinchay Quispe, quien viajará con él a Lima; por otra parte en el Barrio Bajo de Chilcapampa, el delincuente "Mano Siniestra" en compañía de su hijo Bonifacio "Oreja Mocha" asaltarán al adinerado comerciante Aurelio Soto Rivera, lo harán para la media noche.............. sigamos la historia..........
Aquí en la imagen Observamos al Agente Justiciero Genochi, quien como agente anónimo bregará para capturar a los culpables del asesinato de sus padres en Chilcapampa.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.
Aquí en la imagen observamos al delincuente Bonifacio "Oreja Mocha"; quien como líder de una banda juvenil, asaltaron a la morada de Eucebio Nonajulca Rivera, residente en el Barrio Alto de Chilcapmpa, a quien asesinó por que no le entregó el dinero de una venta de ganado vacuno.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.
Tal como lo habían planeado, efectivamente a la media noche, entraron por las chacras: el delincuente "Mano Siniestra" acompañado de su hijo Bonifacio "Oreja Mocha", ellos ingresaron al corral de la casa del adinerado comerciante Aurelio Soto Rivera, les salió al encuentro un perro bravo que ladraba acosándolos, justo el delincuente "Mano Siniestra" le arrojó un "bocado" (veneno) de carne mezclada con cianuro, el perro al olor de la carne la atrapó por la boca y se la comió y dejó de ladrar, rápidamente el venero hizo efecto y el can cayó tumbado al suelo retorciéndose de dolor a la panza.
Los delincuentes libres del acoso del perro, ambos probaron fuerzas y empujaron la puerta de madera de ingreso a la sala de la vivienda, la puerta cedió, ellos penetraron, y escucharon que los dueños de casa dormían plácidamente por sus fuertes ronquidos que retumbaban en el silencio de la noche.
Entonces, "Mano Siniestra", soltó la soguilla que la llevaba como cinturón, que ya le había hecho un lazo en una punta y la unió con la otra punta suelta, cuyo lazo tenía un plan; ambos ingresaron al dormitorio a tientas por la oscuridad de la noche, los ronquidos les permitió llegar a la cama, quienes al tener a los dueños de casa a su alcance; fue "Mano Siniestra", quien levantó la cabeza de don Aurelio y le echó lazo hasta el cuello, lo que lo despertó, justo cuando intentaba ajustar el lazo para ahorcarlo, quien tapándole la boca con un mano, se acercó al oído, y le dijo:
--- Aurelio, sólo venimos por tu dinero, nos lo entregas y respetamos tu vida.
Pero, el comerciante quien era tacaño, el solo hecho de escuchar de su dinero, se ofuscó y reaccionó de jamás ceder tan fácilmente; intentó sentarse y con sus dos manos cogió el lazo que lo asfixiaba en su cuello, pero no lo logró, por que el asaltante "Mano siniestra", ajustó el lazo que le hizo perder aire; el hijo Bonifacio "Oreja Mocha" se había sentado encima del cuerpo de Aurelio y esperaba que no despierte la esposa y cuando lo hizo desde el rincón de la cama, el delincuente Bonifacio la cogió de la cabeza y la tapó la boca para que no grite.
Los esposos ambos atrapados sin poder hacer nada y sin que nadie los defienda; eso lo sabían los delincuentes quienes actuaban con todas las ventajas a su favor.
Don Aurelio, intentó librarse pateando y tirando puñetazos al aire que no daban en el blanco, era peor para él por que ya no tenía aire en los pulmones, que se lo impedía el lazo que lo ahorcaba en el cuello, que sin piedad lo ajustaba el delincuente, que se cuidaba que aún no muera hasta que entregue el dinero.
El delincuente "Mano Siniestra", seguía acercando su boca al oído de Aurelio, insistiendo en la entrega del dinero, pero la víctima no cedía, hasta que la señora reconoció al delincuente y le retiró de su boca la mano de Bonifacio y les dijo:
--- Eran ustedes, el padre y el hijo dos asesinos juntos, que ni siquiera respetan a los vecinos, malditos sean por que esto lo pagarán, a ti Bonifacio que muchas veces te ayudé en tu niñez cuando tus padres te abandonaban, no lo recuerdas que te daba comida; así me pagas asaltándonos.
La señora ya no pudo seguir hablando, por que Bonifacio reaccionó brutalmente, le cogió con fuerza la cabeza con las dos manos para torcerla, pero se detuvo por impulso de su padre que ajustaba el lazo en cuello de Aurelio y le dijo:
--- A la señora no la mates todavía....
La señora en un nuevo intento de librarse de las manos de Bonifacio, lo logró en parte, y teniendo la boca libre, se dirigió a su esposo y le dijo:
--- Aurelio, entrégales el dinero a estos ladrones, ya sabemos quienes son, mañana los denunciaré a la policía.
Semejante reacción de la señora, selló la sentencia de muerte, por que ahora viéndose descubierto "Mano Siniestra" no se salvará con los nuevos policías (que aún no los conocía) que recientemente llegaron a Chilcapampa.
Nuevamente la señora se libró de las manos de Bonifacio y gritó:
--- Aurelio, te repito entrégales el dinero, ya que si no lo haces nos matarán.
Don Aurelio, ya casi moribundo por la falta de aire a sus pulmones, no cedía, el delincuente "Mano Siniestra", quien ya fue descubierto habló fuerte y dijo:
--- Señora, usted sabe el escondite donde guarda los fajos de billetes su esposo, sólo díganos donde están y no la mataremos.
La señora, que se temblaba impactada por el pánico y terror que sentía, si sabía donde estaba, pero trataba de salvar su vida sin hablar; pero hubo una nueva reacción del cobarde Bonifacio que le metió la mano por medio de las piernas y le levantó la bata y le puso la puñaleta a la altura del estómago y le dijo:
--- Señora, señale el lugar donde guardan el dinero, si no lo hace le perforo el estómago y tendrá una larga y dolorosa agonía.
La señora, sabiendo que de todas maneras iba a morir, ya que los delincuentes al saberse reconocidos iban a ser denunciados, se mantuvo firme en no hablar.
Su esposo, ya no se movía, parece que se le pasó la mano al delincuente "Mano Siniestra", quien le soltó el lazo del cuello y el finado sólo estiró las piernas engarrotadas por la asfixia que lo condujo a la muerte.
Por el ahorcamiento de su esposo, la señora aún no lo sabía, que él ya era cadáver y siendo amenazada por el puñal encima de su estómago, le dijo:
--- Aurelio, te vuelvo a repetir dales el dinero y pídeles que nos maten de un solo golpe para no sufrir.
El delincuente "Mano siniestra", que se había arrepentido de matar a su vecino, reaccionó así:
--- Tiene razón señora, nosotros queremos el dinero y ustedes seguirán viviendo.
La señora, preocupada por que su esposo no se movía, estiró la mano a la frente y la tocó fría, ella soltó el llanto y ya no importaba morir, pero como una buena madre pensó en sus hijos que los tenía estudiando en Piura, le dolía en el alma dejarlos huérfanos, entró en sollozos y dijo:
--- Ya sé que me matarán, por que los reconocí, pero no saldrán con la suya, nuestro dinero está bien enterrado y nunca saldrá a la luz, lo hizo mi marido sabiendo que en cualquier momento seríamos asaltados, tal como sucedió hoy, me duele en el alma dejar hijos huérfanos.
Bonifacio, sin conmoverse ya no pudo resistir su impaciencia y le clavó la puñaleta al hígado del cuerpo de la pobre mujer, que dio un espantoso grito así:
--- Aaaaaaaaaaaayyyyyyyagggggggsssssssss.....
La infeliz mujer desangrándose estiró su cuerpo y murió, por que recibió un corte directo al hígado, pero no soltó prenda.
Los delincuentes que habían perdido tanto tiempo sin lograr su objetivo, se les cambió la suerte, ya no fue sorpresa, no lograron tener el botín en sus manos y corrían el riesgo que alguien lo haya visto, con esa carga en su contra, más asesinato de los esposos perdieron su objetivo.
"Mano Siniestra" sin dar signos de arrepentimiento, pero si encolerizado por el fracaso, dijo:
--- Hijo, hemos perdido tanto tiempo y estamos con las manos vacías, no obtuvimos el botín ¿Qué haremos?
Pero, Bonifacio "Oreja Mocha", tenía otros pensamientos y le contestó:
--- Papá, ahora estamos con las manos ensangrentadas, ya no podemos hacer nada lamentándonos, vamos a voltear la casa y de todas maneras hallaremos el botín, todo está oscuro, vamos a encender alguna lámpara, ¿tiene usted fósforos? (cerillos).
"Mano Siniestra" metió la mano al bolsillo y si encontró una caja de cerillos, encendieron un palito y ubicaron una linterna le pasaron la llama y tenían luz; era el principio de su fin, por que tener luz encendida en las primeras horas de la madrugada llama la atención a algún noctámbulo, como así fue, pasaba alguien por el corredor de la casa de los Sotos y observó que había una luz en el interior, le llamó la atención y tocó la puerta, preguntando:
--- Don Aurelio, ya son la una y media de la madrugada ¿Le pasó algo?, por que la luz de la sala se ve afuera.
Los delincuentes adentro, no hicieron ruido, se quedaron paralizados ante la inquieta llamada del transeúnte, que si le conocieron la voz, era un aficionado a los tragos, que vivía de fiesta en fiesta, contando chistes y se le conocía como "El trasnochador", que muchos lo contrataban como cuidador de casas (vigilante), cuando los dueños salían de sus casas por viaje.
Los delincuentes encerrados, lamentaban su imprudencia asesina por haber encendido la luz de la lámpara....................
Continuaremos................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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