Mi lista de blogs

domingo, 22 de enero de 2023

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capitulo DCXCV.- Simeón, temiendo que las mujeres de sus compinches, lo vayan a denunciar a la policía por la desaparición de esos hombres; él huyó de la ciudad por el mismo camino que le permitió regresar a casa, ahora él quiere conocer este camino...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; Simeón y sus compinches, salieron de la cantina, ellos ya seducidos por las falsas prostitutas, que eran en realidad los huestes satánicos disfrazados de meretrices, quienes los condujeron a un precipicio, donde murieron los cuatro compinches que acompañaban a Simeón, quien se salvó gracias al canto de un gallo bendecido por un monje jesuita; pero, los problemas no terminaban para Simeón, quien al regresar a su casa encontró a las mujeres de sus compinches, que él no sabía que ellos murieron, ellas le pidieron explicaciones de las razones que sus maridos no regresaron a sus domicilios, pero, él no sabía nada, había ingerido tanto licor que se emborrachó y perdió el conocimiento y los sentidos, que ni siquiera pudo entender de como llegó a la orilla de un precipicio donde murieron sus compañeros... sigamos la historia... 


Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.


Simeón, totalmente perdido, que no recordaba que en la madrugada regresaron las "prostitutas" para invitarlos a sus alcobas, que supuestamente ellas disponían en otro lugar; ellos aún ebrios al despertarse siguieron enamorados de las "mujeres" y aceptaron salir con "ellas"; pero, este episodio que sucedió en la casa de Simeón y él no identificó haber salido de su morada y por lo menos no lo recordaba, que desde allí salieron al departamento que supuestamente las "prostitutas" les prometieron.
Las mujeres de los desaparecidos;  al no tener una respuesta positiva de Simeón, ellas llorosas lo amenazaron con denunciarlo a las autoridades o de lo contrario informe donde están sus maridos. 
Entonces,  Simeón para no verse envuelto en líos caseros y llegue a la policía que ya le tenían una celda reservada, dado la cantidad de antecedentes acumulados, que autoridades judiciales corruptas le otorgaban libertad, él pensó en una mentira piadosa para librarse de la presencia de las indeseables mujeres bochincheras y les dijo:
--- Señoras, ayer conversé con los muchachos y ellos me invitaron a una fiesta en un pueblo que se llama "El Faique Seco", que está ubicada a un día de camino desde esta ciudad; estoy seguro que ellos se fueron, yo no viajé, por que no conozco ese lugar y como tengo tantos enemigos, ellos me podrían tender una trampa para matarme.
Pero, las mujeres no aceptaron la respuesta de Simeón, una de ellas le dijo:
--- Don Simeón, lo reto a usted nos entrega a los hombres, o de lo contrario en estos momentos nosotras iremos a denunciarlo a las autoridades policiales, que según tengo entendido, ya le tienen una celda lista para usted.
Semejante expresión ofendía el amor propio de Simeón, quien en efecto era un delincuente prontuariado, con asesinatos, extorsiones y asaltos a mano armada, que las pruebas nunca llegaron a la fiscalía, siempre salía libre; sin embargo, si había un juez incorruptible, quien había jurado que no descansaría hasta ver a Simeón detrás de las rejas, y la desaparición de sus compinches era una prueba suficiente como para detenerlo hasta que aparezcan esos hombres (ya sabemos que ellos murieron despeñados) por manos de los huestes satánicos, y le respondió a la señora:
--- Señora, si su marido no llegó a su casa, seguramente sigue bebiendo en algún lugar corrido de los malos tratos suyos, él me narró que usted es una bruja en la casa; yo no sé donde ellos se metieron, acepto que ayer estuvimos juntos y después cada cual salió de la cantina, tal vez se fueron a la fiesta de ese pueblo, yo no puedo ser responsable de la vida de los muchachos, así que por favor abandonen mi casa que ya me cansé de ustedes.
Las cuatro mujeres muy ofendidas por que Simeón insultó a una de ellas, se levantaron de su asientos y entre ellas acordaron ir a la Comisaría a denunciarlo por la desaparición de los hombres y meterlo preso hasta que declare donde están los hombres desaparecidos.
Ellas se fueron amenazando a Simeón, quien al verlas partir y que probablemente ellas retornarían con la policía, por lo que arregló y sacó algunas cosas y las guardó en su bolsico de viaje; él salió de su casa la aseguró con un viejo candado muy difícil de romper y se fue sin rumbo, llegó a los límites de la ciudad y optó por seguir un largo camino, era el mismo sendero que le había permitido retornar a la ciudad, pasó por su mente la curiosidad, quien pensando en voz alta dijo:
"Quiero saber: ¿Por qué caminé por este camino?
 Y agregó: 
¿Qué fue lo que me salvó de no caer al precipicio?" 
Sin embargo, los huestes satánicos, rápidamente se reponían y se recuperaban de sus reveces contra los espíritus divinos; como ellos eran tantos, los que desaparecían eran reemplazados por otros.
Justamente, dos de estos seres infernales optaron por disfrazarse de transeúntes (viajeros de caminos) para seguir a Simeón, ellos consideraban que estando vivo este delincuente era un peligro potencial contra el señor Sánchez.
Entonces, mientras Simeón estaba huyendo de la ciudad, que ya sabemos que optó por seguir ese curioso camino, y esta vez lo hizo muy feliz, era una experiencia nueva para él, después de todo no tenía un rumbo fijo, caminó un buen trecho, que al llegar a una pampa (explanada) rodeada con frondosos árboles a los costados, allí encontró a dos "viajeros" (huestes satánicos), que descansaban sentados bajo la sombra de un árbol, él se acercó a ellos, los saludó así:
--- Buenos días amigos de la ruta...
Ellos le contestaron el saludo:
--- Buenos días amigo. ¿Para dónde está yendo?
Simeón, sintió algo raro viendo esos hombres, algo le repulsaba, pero permaneció allí, él no sabía a donde se iba, ya que estaba huyendo de la ciudad, se le ocurrió decir el lugar donde reside el señor Sánchez y contestó:
--- Yo estoy yendo a Socchabamba a visitar un amigo, que hace mucho tiempo me invitó y decidí visitarlo, ustedes conocen ese lugar.
Los flamantes conocidos se sonrieron y uno de ellos, le contestó:
--- Amigo, no sé quien le informó que esta es la ruta hacia Socchabamba, es exactamente al contrario, ya que este camino va a "Palo Largo" que es opuesto al lugar que usted está yendo.
Simeón, no conocía el camino a Socchabamba y por pura casualidad estaba en la ruta correcta, pero él no lo sabía, y como los "viajeros" eran en realidad huestes satánicos, se expresaron así para desviar la  dirección y así alejar a Simeón.
Éste ya inquieto, por que no sabía que ruta había tomado, aún desconfiando de estos raros transeúntes les preguntó:
--- Ustedes amigos, veo que van directo a Socchabamba, por que sus rastros van en ese sentido, contrario a mi viaje, nos iremos juntos.
Los "viajeros" felices por que Simeón picó el anzuelo del cuento del camino equivocado, uno de ellos le dijo:
--- Amigo, nosotros ya estamos descansados, si usted desea puede ir con nosotros y los llevamos directo a Socchabamba.
Pero, Simeón, si notaba algo raro y no era tan ingenuo, como para aceptar tan fácilmente una sugerencia, sabiendo que el camino que andaba venía desde la ciudad y retroceder sería llegar otra vez al ciudad, que él trataba de evitar y les respondió:
--- Amigos, creo que ustedes están equivocados, por que yo vengo caminando de la ciudad y no precisamente en dirección a Socchabamba.
Los "viajeros" estaban preparados para dar respuestas y uno de ellos le respondió:
--- No amigo, esta es la ruta correcta, sino que tenemos que caminar un trecho y allí hay un cruce hacia la izquierda, ese sendero nos lleva directo a Socchabamba.
Pero, Simeón, estaba seguro que viniendo no había encontrado ningún cruce de caminos, todo lo recorrido era directo sin desvíos y ahora ya comenzó a sospechar de estos raros "viajeros" y les replicó:
--- Amigos, yo he venido por este sendero y en ningún lugar hay un cruce o ramal, todo este camino es directo hasta que los encontré a ustedes.
Pero, los huestes satánicos, tenían una nueva respuesta, para ese tipo de conjeturas y uno de ellos le contestó:
--- Amigo, parece que sus pensamientos estuvieron dirigidos a caminar de frente y no ver los costados, nosotros somos viajeros constantes por estos lares y usted no llegó a observar hasta tres cruces que tiene este sendero, vamos caminando y le mostraremos los cruces.
Pero, la experiencia acumulada haciendo tantos crímenes de Simeón, le aconsejaba que no siga a estos desconocidos "viajeros", que lo único que quieren es desviarlo de su ruta, y les contestó:
--- Muy bien amigos, ya no quiero ir a Socchabamba, seguiré este camino que me conduzca a conocer otros lugares, ha sido un placer conversar con ustedes y que tengan un dichoso viaje.
Los huestes satánicos frustrados de sus planes, que esta vez no les dio resultados positivos, pero ellos no se sentían perdidos, si entendieron que Simeón, era un hueso duro de roer, y que tendrán que variar otro plan para evitar que viaje a Socchabamba y no tuvieron otra opción que aceptar la decisión del viajero, uno de ellos le contestó:
--- Como usted guste amigo, si ya no quiere ir a Socchabamba, por esta ruta irá a otros lugares, y que tenga un feliz viaje.
Simeón, que se había sentado sobre el suelo, para descansar, se levantó y reinició su caminata, dejando atrás a sus ocasionales "amigos", quienes misteriosamente desparecieron al observar que Simeón se iba directo a Socchabamba.
Pero, Simeón caminó un trecho y se sintió muy agotado, no había comido desde el día de ayer, sólo bebió licor, y el cansancio doblegaba sus piernas, él quería encontrar una casa donde le preparen comida, con esa necesidad en su mente siguió caminando, no tenía otra opción, que por en ese momento se arrepintió de haber despreciado a los "transeúntes", por que ellos  si conocían el sendero; ya que para él ninguno de esos lugares y senderos los conocía.
Simeón, seguía caminando, tratando de llegar a la primera casa, y vaya que tuvo suerte que al llegar a un altillo pudo observar una casa en la loma de enfrente, y se extendía una nube de  humo de la cocina por el techo de la casa y se dijo:
"Por fin encontré una casa, creo que están cocinando alimentos.."
Continuaremos.....................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

No hay comentarios: