Fuerzas españolas en Perú en 1824
A principios de 1824, Colombia y Venezuela habían sido liberados, el golpe de gracia fue la Batalla de Boyacá. Ecuador había sido liberado por Antonio José de Sucre sin embargo Perú seguía siendo un bastión realista y había dos poderosos ejércitos españoles en las tierras altas cerca de Cuzco: catorce mil soldados al mando del general Jerónimo Valdez y seis mil soldados al mando del general José de Canterac.
El Ataque de Bolívar :
Consecuencias de la Batalla de Junín
Andrés de Santa Cruz
Jossef Andrés de Santa Cruz y Calahumana1 (Huarina, Imperio español, 30 de noviembre de 1792 – Beauvoir-sur-Mer, Francia, 25 de septiembre de 1865) fue un militar y político boliviano-peruano. Es considerado por muchos historiadores como el organizador de la República de Bolivia.
Fue Presidente del Consejo de Gobierno del Perú (1826-1827), Presidente de Bolivia (1829-1839), Protector del Estado Sud-Peruano y Nor-Peruano (1836), y Protector de la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839).23 Fue nombrado Gran Mariscal de Zepita por el Gobierno peruano.
Simón Bolívar fue Libertador y presidente de la República de Colombia continuó la guerra de emancipación del Perú emprendida por él desde 1823. En el año 1824 los realistas se sostenían aún en la sierra central y el Alto Perú. Bolívar tenía en su ejército más de 10 000 hombres, en su mayoría colombianos y peruanos, menos de 1000 chilenos y una centena de jinetes rioplatenses. Su número era equivalente al número de realistas, pero las fuerzas realistas estaban dispersas entre el valle del Mantaro y Alto Perú.
Esto fue debido a la sublevación en el Alto Perú del general realista Pedro Antonio Olañeta que fracturó la defensa del virreinato, y obligó al virrey José de la Serna a mandar sobre el Alto Perú parte importante de sus ejércitos al mando de Gerónimo Valdés, unos 5000 regulares que tenían su base en Puno, denominado "Ejército del Sur" para asegurar la base andina de recursos militares, a pesar del desacuerdo de José de Canterac, veterano de la guerra en Venezuela, que advertía de los peligros de dividir y desgastar sus fuerzas y dar tiempo a Bolívar.
Bolívar, conocedor de esta ventaja, aprovechó la oportunidad, y en junio de 1824 enfiló su ejército hacia la sierra central del Perú para aislar a las solitarias fuerzas realistas del general Canterac, denominado "Ejército del Norte". La fuerza que alcanzó a cruzar la cordillera andina fue de 8.000 soldados y a ellos hay que añadir unos 1500 montoneros que formaron una pantalla de guerrillas
Orden de batalla | |||
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Ejército Unido Libertador | Ejército del Norte nota 1 | ||
Comandante en Jefe
Caballería (Mariano Necochea)
Infantería 1º División de Colombia (Lara)
2º División de Colombia (Córdova)
| Comandante en Jefe
Caballería (Gómez de Bedoya)
Infantería 1º División de infantería (Maroto)
2º División de infantería (Monet)
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El 2 de agosto Simón Bolívar pasó revista a su ejército, compuesto por 7900 soldados de infantería, 1000 de caballería y seis piezas de artillería, en el llano de Rancas dirigiéndole estas elocuentes palabras:
¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud.¡Soldados! Los enemigos que van a destruir se jactan de catorce años de triunfos. Ellos, pues serán dignos de medir sus armas con las de ustedes que han brillado en mil combates.
¡Soldados! El Perú y la América toda aguardan de ustedes la paz, hija de la victoria, y aún la Europa liberal les contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo. ¿la burlaran? No. No. ustedes son invencibles.Simón Bolívar
El 6 de agosto el ejército de Canterac, formado por 1300 jinetes, y entre menos de 60006- 7000 infantes y nueve piezas de artillería,7 marchaba apresuradamente alrededor del lago Junín tratando de evitar el combate con Bolívar. Esa tarde el Ejército Unido había cruzado el río Grande a la altura de Rumichaca, al llegar a una elevación pudieron observar al ejército realista en plena retirada, acercándose a la llanura de Junín.
Bolívar ordenó a 900 jinetes de su caballería intentar detener a los realistas, mientras la infantería, que aún se encontraba a 5 kilómetros de distancia los alcanzaba. Viendo esto, Canterac ordenó a su infantería continuar la retirada y poniéndose el mismo a la cabeza de sus hombres, desplegó su caballería en batalla, ordenando que los "Húsares de Fernando VII" y los "Dragones del Perú" formaran una sola línea teniendo a los "Dragones de la Unión" en columna a los dos flancos para favorecer el envolvimiento de la caballería patriota.
El terreno era difícil, la caballería destacada por Bolívar marchaba en columnas por un espacio angosto entre un cerro y un pantano. El mando general de toda ella lo ejercía el general Mariano Necochea, el de la caballería colombiana el coronel Lucas Carvajal y el de la peruana el general Guillermo Miller.8 Encabezando la formación iba el regimiento de Granaderos de Colombia comandado por Otto Philipp Braun, seguido por el escuadrón de Granaderos de los Andes al mando de Alejo Bruix, el regimiento de Húsares del Perú del coronel Antonio Placencia, y el regimiento de Húsares de Colombia del coronel Laurencio Silva. La caballería independentista salió del trecho por el que venía y comenzó a desplegarse en la pampa, pero cuando únicamente los "Granaderos de Colombia" habían formado en batalla y el tercer escuadrón de "Húsares del Perú" aguardaba en la quebrada de Chacamarca su turno para entrar en la línea, fue cargada por la caballería realista.
Los "Granaderos de Colombia" recibieron a pie firme el choque de la caballería española enristrando sus largas lanzas a modo de picas, desconcertando a sus contrarios con esta estrategia y deteniendo durante un instante el ataque realista. El general Miller que conducía a 250 "Húsares del Perú" con la misión de desbordar la derecha de Canterac no pudo ejecutar esta maniobra por lo precipitado del ataque realista y hubo de cargar de frente siendo envuelto junto a los "Granaderos de los Andes" y los "Húsares de Colombia" que mandaba el general Necochea, quien herido y desmontado fue hecho prisionero. Únicamente una parte de los "Granaderos de Colombia" al mando del mayor Braun lograron abrirse paso entre las filas contrarias quedando en posición ventajosa mientras que el resto de la caballería patriota se replegaba perseguida por la realista. Al presenciar el crítico momento, el general Bolívar, que junto a su estado mayor había estado observando el combate sobre una loma a orilla del lago con grave peligro para su persona, se retiró a retaguardia preocupándose en reunir los dispersos de su caballería y acelerar la marcha de la infantería. Es entonces que es alcanzado en dicho lugar por el general Jacinto Lara. quien conducía la primera de las divisiones patriotas, ocurriendo el siguiente diálogo entre ambos según refiere el coronel Manuel Antonio López, en ese entonces ayudante del estado mayor, en sus recuerdos sobre la campaña:
-¿Que hay, general?
-Que ha de haber, respondio el Libertador, que nos han derrotado nuestra caballería.
-¿y tan buena así es la del enemigo?-Demasiado buena, cuando ha derrotado la nuestra, replico Bolívar.-¿Quiere usted que yo vaya a dar una carga con esta caballería? (propuso (Lara) señalando a los arrollados)
-No, (concluyo el Libertador) porque eso sería quedarnos sin caballería para concluir la campaña.(...)La Batalla de Junín, Recuerdos Históricos del coronel Manuel Antonio López9
Empeñados todos los escuadrones realistas en la persecución de un enemigo al que creían derrotado, perdieron su cohesión inicial sin percatarse que aún quedaba sin entrar en batalla el primer escuadrón de Húsares del Perú al mando del coronel Manuel Isidoro Suárez.I 1 El flanco izquierda y retaguardia de los realistas quedaron expuestos y en ese momento el mayor José Andrés Rázuri comunicó a Suárez una falsa orden10 del general José de La Mar, dada a éste por Bolívar, de cargar a la caballería realista que galopaba en persecución de los patriotas.11 Ordenada y dirigida la carga por Suárez, los realistas fueron tomados completamente desprevenidos y masacrados. El grueso de la caballería patriota al mando de Miller, quien había tomado el mando general por la captura de Necochea, volvió grupas para regresar al ataque, distinguiéndose en esta parte de la batalla el coronel Silva quien rápidamente reorganizó a los Húsares de Colombia impidiendo que los realistas lograran rodearlos.
Ya los independientes habían sido arrollados; a pesar de su arrojo y decisión no habían podido resistir al terrible impulso de la caballería de los realistas; ya estos empezaban a entonar el himno de la victoria cuando dos escuadrones enemigos que estaban a retaguardia al mando del teniente coronel Suarez, se lanzaron sobre los vencedores que se hallaban asimismo en el mayor desorden y confusión mezclados con los vencidos. Reunidos estos con aquella masa de bronce que se hallaba en perfecta formación, cayeron de nuevo sobre los diseminados realistas, los acuchillaron horrorosamente, los obligaron a ponerse en pronta retirada, y les arrebataron el campo de batalla.Historiador español Mariano Torrente12
Atacados por sorpresa y atrapados entre dos frentes patriotas, los realistas se desmoralizaron y volvieron grupas, sin que el general Canterac que en ese momento se encontraba al frente de sus jinetes pudiera advertir el motivo de este contraste que se realizaba "inesperadamente, sin que pudiera imaginar cual fue la razón" según informó después al virrey La Serna. Arrojados a la llanura y dispersos en grupos aislados, los realistas fueron derrotados tras un encarnizado combate librado solamente con armas blancas (sables y lanzas), sin que se registrase durante la acción disparo alguno. Por esto se le llamó "la Batalla silenciosa". Las compañías de infantería que Bolívar había mandado llamar arribaron al campo cuando la lucha había concluido.
Final de la batalla[editar]
Los jinetes del general Canterac fueron perseguidos hasta las filas mismas de su infantería, donde desoyendo las opiniones de algunos de sus oficiales, como la del coronel Dionisio Marcilla, quien había comandado la derecha y padecido menos, que sugerían reagruparse y volver al ataque. Canterac ordenó continuar la retirada con tal celeridad que en los veteranos e intactos batallones españoles se introdujo el más sensible desaliento. El entonces brigadier Andrés García Camba diría años más tarde que en Junín la brillante y engreída caballería del ejército realista perdió todo el favorable prestigio y la ventajosa reputación que había sabido adquirirse en las gloriosas campañas anteriores.13
El Ejército Unido obtuvo una importante victoria. El resultado de esta batalla fue de 254 muertos y heridos y 80 prisioneros14 para el bando realista y de 148 soldados muertos y heridos (145 según el parte oficial) para el bando independentista15 y que según parte del general Andrés de Santa Cruz, Jefe del Estado Mayor del Ejército Unido, se encontraban divididos de la siguiente manera:16
- Granaderos de Colombia: 13 muertos y 26 heridos.
- Ídem de los Andes: 8 muertos y 17 heridos.
- Húsares de Colombia: 2 muertos y 9 heridos.
- Primer Regimiento del Perú: 21 muertos y 46 heridos.
- Muerto un oficial edecán del general Miller.
- Total 45 muertos y 99 heridos.
- Aproximadamente 400 caballos realistas capturados por los independentistas.
En reconocimiento a la brillante acción de la caballería peruana, que tuvo el 46.5% de las bajas totales, el general Bolívar le cambió el nombre de Húsares del Perú por el de Húsares de Junín.
Todo el enfrentamiento duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos a una altura de 4100 metros sobre el nivel del mar. El triunfo en la Pampa de Junín haría renacer la moral entre el Ejército Unido.
CONSECUENCIAS:
El ejército realista había sido sorprendido en su contramarcha desde Cerro de Pasco al Cuzco y la destrucción de la caballería realista en las pampas de Junín forzó una retirada desordenada del Ejército del Norte, con las consecuentes pérdidas masivas en hombres y material, hasta poder alcanzar a duras penas los márgenes del río Apurímac, y en consecuencia se produjo en la retirada a consecuencia de la campaña de Junín la práctica destrucción de sus unidades militares a su llegada al Cuzco.
Cita del parte oficial de la batalla, reconociendo oficiales
Por el general Andrés de Santa Cruz, Jefe del Estado Mayor en Cuartel General en Reyes, 7 de agosto de 182417
[párrafos omitidos]S. E.[Su Excelencia] el Libertador, testigo del valor heroico de los bravos que se distinguieron en el día de ayer, recomienda á la admiración de la América al señor General Necochea, que se arrojó á las filas enemigas con una impetuosidad heroica, hasta recibir siete heridas, al señor General Miller, que con el primer regimiento del Perú flanqueó al enemigo con mucha habilidad y denuedo: al señor Coronel Carvajal, que con su lanza dio muerte á muchos enemigos: al señor Coronel Silva, que en medio de la confusión del combate rehízo parte de su cuerpo, que estaba en desorden, y rechazó los escuadrones que lo envolvían: al señor Coronel Bruix, que con el Capitán Pringles, algunos oficiales y Granaderos de los Andes, se mantuvo firme en medio de los peligros: al Comandante del primer escuadrón del regimiento de caballería de línea del Perú, Suárez, que condujo su cuerpo con la destreza y resolución que honrarán siempre á los bravos del Perú: al Comandante Sowersby, del segundo escuadrón, que gravemente enfermo, se arrojó á las lanzas enemigas hasta recibir una herida: al comandante Blanco, del tercer escuadrón: al Mayor Olavarría y al Capitán Allende, del primer escuadrón del mismo regimiento: al bravo Comandante Medina, Edecán de S. E.: al Capitán Camacaro, de Húsares de Colombia, que con su compañía tomó la espalda de los escuadrones enemigos y les cortó el vuelo de su instantáneo triunfo: á los Capitanes Escobar y Sandoval, de Granaderos; y á los Capitanes Jiménez y Peraza, de Húsares de Colombia: á los Tenientes Segovia y Tapia, y Alférez Lanza, que con el Mayor Braun persiguieron los escuadrones enemigos hasta su infantería.
[párrafos omitidos]
Proclama de Simón Bolívar a los peruanos
Primera parte de la proclama de Bolívar a los peruanos18
¡Peruanos! La campaña que debe completar la libertad ha empezado bajo los auspicios más favorables. El ejército del general Canterac ha recibido en Junín un golpe mortal, habiendo perdido, por consecuencia de este suceso, un tercio de sus fuerzas y toda su moral.Los españoles huyen despavoridos abandonando las más fértiles provincias, mientras el general Olañeta ocupa el Alto Perú con un ejército verdaderamente patriota y protector de la libertad.
¡Peruanos! Bien pronto visitaremos la cuna del Imperio peruano y el templo del Sol. El Cuzco tendrá en el primer día de su libertad más placer y más gloria que bajo el dorado reino de sus Incas."
Cuartel General del Ejército Unido de Huancayo, 13 de agosto de 1824.
2 comentarios:
Una epopeya a tenerse en cuenta en la historia de la Independencia del Perú. Un hecho histórico que demuestra el valor y valentía decisiva de las fuerzas de América del Sur del lado occidental que luchabaan por su independencia del yugo opresor del Imperio Español. El próximo año serán 200 años de esta Gesta épica y heroica.
Viva el Perú
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