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domingo, 22 de octubre de 2023

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCCXV.- Erasmo Huamán, muy preocupado por no poder dormir, se levantó en la madrugada y siguió el paso de los jinetes enviados a Socchabamba; él, encontró a unos agricultores, quienes lo confundieron como su capataz y le informaron haber encontrado cuatro muertos; quien al reconocerlos ordenó su sepultura.....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; los cuatro jinetes, que fueron enviados a Socchabamba por orden del jefe Erasmo Huamán; pero, ellos ya habían sido detectados por los huestes satánicos, quienes son los protectores del señor Sánchez, quienes intentaron primero detenerlos, al fracasar, usaron todo su poder para distraerlos con cosas misteriosas, que como visiones confundieron a los bandoleros, y como no estuvo claro: ¿Quién mandaba en el grupo?, uno de ellos que fungió ser el jefe, que lamentablemente para ellos, fue desconocido por los otros tres restantes, quienes se desafiaron entre ellos, peleándose con machetes y chavetas, muriendo los cuatro bandoleros; pasando un tiempo, fueron descubiertos los cadáveres por agricultores que cruzaban ese camino.... sigamos la historia.......


Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.


Por esas casualidades que siempre existían en la vida de los bandoleros y cuatreros; en este particular caso; el jefe Erasmo Huamán, quien si estaba preocupado por los resultados de la investigación que harán el grupo de los cuatro bandoleros que fueron enviados a explorar e investigar sobre la protección  de la casa de la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo en Socchabamba.
Erasmo Huamán después de despachar al grupo exploradores se acostó; pero, no pudo dormir, su cabeza estaba llena de presentimientos y conjeturas que le impidieron conciliar con el sueño.
Entonces, Erasmo Huamán, en la madrugada se levantó de la cama, fue al corral, allí estaba su caballo, lo ensilló; quien al salir de la ciudad, empezó a seguir a los cuatro jinetes que envió a Socchabamba, al trotar el camino le atrapó el tiempo y sin darse cuenta amaneció; pero, él quiso regresar a su casa; pero, algo se lo impedía y lo conducía hacia adelante y continúo trotando.
Estando cerca a Socchabamba, Erasmo Huamán se cruzó como un grupo de agricultores, quienes completamente asustados lo confundieron pesando que era su capataz, y uno de ellos le dijo:
--- Señor capataz, abajo en la hoyada hay cuatro muertos, que alguien los mató, todos ellos fueron atravesados por machetes y chavetas, así que, usted informe a la autoridad y nosotros nos encargaremos de los muertos.
Erasmo Huamán, aplicando su inteligencia mental, se le cruzó la idea que podrían ser sus compañeros los muertos, y había que investigar y les contestó:
--- Muchachos, vamos todos por los muertos, por que tengo que ver como murieron esos hombres; pues no sabemos si alguien los mató, o tal vez algo misterioso les sucedió y murieron.
Ya, Erasmo Huamán estaba suponiendo, que podrían ser sus compañeros que los envió a Socchabamba, sus presentimientos le anticipaban cosas funestas y fueron la pura realidad.
Entonces, los agricultores y su supuesto capataz, se encaminaron hasta el lugar donde estaban los muertos (cadáveres), que al llegar a cierta distancia, él reconoció a los caballos que seguían allí; al mover a los difuntos, sus machetes y chavetas estaban desenvainadas y tirados por el suelo completamente ensangrentados.
Erasmo Huamán, siendo un viejo peleador, pudo comprobar, que se enfrentaron entre ellos, ya que no había ningún vestigio de gente extraña que los haya asaltado o atacado a traición(emboscados).
Erasmo Huamán, al observar ese cuadro espantoso, él estaba destrozado emocionalmente y recuperando la serenidad, pensó en sepultar a los muertos, metió la mano al bolsillo y sacando un fajo de billetes, quien dirigiéndose a los agricultores que estaban provistos de palanas y barretas, les dijo:
--- Muchachos, vamos a enterrar a estos infelices hombres en la profunda hoyada, para evitar que nos acusen que fuimos nosotros los que los matamos; yo les daré una recompensa a cada uno de ustedes, que les cubrirá su jornal por varios días.
Los hombres del campo, quienes al escuchar dinero y ellos que andaban muy escasos por sus estrecheces económicas, aceptaron muy empeñosos la propuesta, que además, se los hacía su "capataz" que ellos así lo creían.
Los ahora sepultureros, se pusieron de acuerdo entre ellos, para, realizar el trabajo de cavar los hoyos o fosas, luego cargaron con los muertos hasta la hoyada.
Erasmo Huamán, pensando en zafar el cuerpo; tuvo un tino acertado en elegir a uno de ellos que sobresalía como líder del grupo y le entregó el dinero con una advertencia, le dijo:
--- Tu serás el encargado de distribuir el dinero para cada uno de tus compañeros; yo te pediré cuentas si lo hiciste bien ya que todos deben recibir la recompensa que les estoy ofreciendo.
Erasmo Huamán, estaba obligado en desaparecer los cadáveres de sus compañeros, que por suerte suya, encontró a los agricultores que lo confundieron como su capataz; para asegurarse que todo era natural, desde afuera les gritó:
--- ¡¡¡ Muchachos, hagan las fosas bien hondas (profundas), para evitar que los animales salvajes puedan excavar y se coman a los muertos, yo les estaré esperando aquí; ya uno de sus compañeros tiene el dinero que les repartirá por igual a todos ustedes !!!
Erasmo Huamán, quien pensaba con agilidad de bandolero, siempre "a salto de mata", él tenía que desaparecer de aquel lugar, que al observar que todos los agricultores se ocultaron en la profunda hoyada; él subió las sogas a los caballos que esperaban a sus jinetes y los arrió en dirección a su domicilio, los animales acostumbrados a esos viajes cedieron como mansas ovejas.
Después de cuatro largas horas de tremendo trabajo que hicieron los agricultores como si fuesen sepultureros, para enterrar a los muertos, y el que fungía de líder les entregó en partes iguales todo el monto del dinero que les "regaló su capataz", satisfechos salieron de la hoyada para agradecer la generosidad de su capataz, pero no encontraron ni a él, ni los caballos.
Los agricultores conversaron entre ellos y no atinaron a encontrar una explicación lógica, la razón de su "capataz", quien les había pagado por su trabajo y desapareció misteriosamente; pues, no era motivo de preocupación para ellos por que ya guardaron su buena recompensa en sus bolsillos, por lo que optaron regresar a sus domicilios.
Pero, cuando empezaban a caminar, llegó el verdadero capataz, quien completamente enojado, les dijo:
--- Ustedes son unos haraganes, que hoy no llegaron a las chacras para hacer su trabajo.
Los agricultores sorprendidos, ya que ellos nunca habían conocido al capataz, uno de ellos que fungía de líder, le contestó:
--- Amigo, nosotros obedecemos a nuestro capataz, quien nos ordenó enterrar a cuatro muertos, que los encontramos hoy por la mañana y fueron asesinados durante la noche.......
Pero, el capataz, ya más enfurecido le interrumpió y les dijo:
--- ¿Quién se hizo llamara capataz fue mentiroso?, por yo soy el capataz y ordené que los contraten a ustedes, y que si no trabajaron y perdieron su jornal.
Entonces, el grupo de agricultores muy sorprendidos, que quien los contrató los engañó para deshacerse de los muertos; pero, fue muy generoso por que les pagó por su trabajo, sin pronunciar palabras, y el que hacía de líder, le replicó:
--- Pero, señor capataz, como íbamos saber de usted si nunca lo habíamos conocido; ya que el que nos ordenó el entierro montaba un caballo fino con aperos elegantes y él vestía con ropa limpia y lucia un sombrero muy caro, y, fue la única persona que encontramos, ya que nosotros íbamos a buscarlo a usted y ese generoso señor se nos cruzó en el camino.
El capataz, controló su carácter iracundo, que al escuchar que fue un generoso señor, el que lo supuestamente lo reemplazó; él, supuso que les pagó por su trabajo y ellos creyeron que era él, el que ordenó el trabajo, por lo que ellos obedecieron y como los necesitaba, trató de transar y les dijo:
--- Muchachos, lamento mucho que me hayan confundido, y como el día ya está perdido, los quiero mañana temprano en las chacras y reconozcan a mi persona, no sea que aparezca un nuevo capataz con otro encargo para ustedes... jajajajajaja...
Los agricultores hicieron eco al capataz y también se sonrieron y cada cual regresó a su domicilio.
Mientras tanto, para Erasmo Huamán, recién empezaban los problemas, él arreando a los cuatro caballos, iba pensando las razones por que se enfrentaron entre ellos sus compañeros, era un misterio espantoso de como sucedieron los hechos; para él, era la primera vez en su vida que haya pasado algo parecido, y no había una explicación posible y las graves consecuencias que se venían como para dar explicaciones a los demás compañeros, sobre la muerte de los jinetes.
Erasmo Huamán, se dirigió a su corralón que era un lugar muy espacioso, quien al llegar abrió la puerta y arrió a los caballos, que si notó que estaban muy agotados, estando adentro, cerró la puerta y los desensilló y les echó como forraje paja seca de trigo.
Erasmo Huamán, después de atender a los caballos, se dio cuenta que su estómago estaba vacío y tenía hambre, él salió de su casa hacia una pulpería, allí compró pan y galletas y un queso seco, como esa comida regresó a su casa para hervir agua y preparar un café.....
Continuaremos......................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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