Sao Paulo, 21 dic (EFE).- La emisión de dióxido de carbono a la
atmósfera como consecuencia de la deforestación amazónica alcanzó los
352 millones de toneladas este año, lo que supone un descenso del 16 por
ciento frente a 2011, informó hoy el estatal Instituto Nacional de
Investigación Espacial (INPE).
En un comunicado, el organismo precisó que los datos sobre emisiones
se calcularon a partir del análisis del Proyecto de Vigilancia de la
Deforestación de la Amazonía Legal (Prodes), que situó en 4.665
kilómetros cuadrados la superficie deforestada entre agosto de 2011 y
julio de este año.
El área deforestada equivale a multiplicar por tres la superficie de Sao Paulo, el mayor núcleo urbano de Brasil.
Los
valores de emisiones actuales revelan asimismo una reducción del 64 por
ciento respecto a los divulgados en 2004, cuando se deforestaron casi
28.000 kilómetros cuadrados de la Amazonía.
Según el INPE, la
mitad de la masa forestal está compuesta de carbono que se emite a la
atmósfera en forma de CO2 cuando se quema madera, por la tala árboles y
otras alteraciones de la naturaleza.
La velocidad da transferencia
de CO2 a la atmósfera está relacionada a la explotación maderera y a la
agricultura abusiva, entre otros factores.EFE
Brasil contará con un nuevo organismo policial formado por agentes
especializados en combatir las agresiones contra el medio ambiente que
tendrá como principal tarea la defensa de la Amazonía, han informado
hoy fuentes oficiales. En la foto de archivo, un paisaje amazónico.
EFE/Marcelo Sayao
Greenpeace exige Deforestación Cero en Brasil para salvar el Amazonas.-
Manaos, Brasil, 22 de marzo de 2012 – En un evento realizado hoy a bordo del barco Rainbow Warrior en el Amazonas, Greenpeace se sumó a la población civil y a líderes comunitarios para lanzar una iniciativa mundial exigiendo una ley de Deforestación Cero en Brasil. La campaña busca juntar 1.4 millones de firmas para aprobar una norma que acabe con la deforestación que está poniendo en peligro el Amazonas.
La llegada del nuevo barco de Greenpeace, el Rainbow Warrior, a Brasil marca el comienzo de una expedición desde el corazón del Amazonas por la costa brasilera hasta Rio de Janeiro. El barco zarpa tres meses antes del que el mundo ponga sus ojos en la presidenta Dilm a Rousseff, cuando encabece la Conferencia sobre Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas en Rio de Janeiro.
La expedición documentará casos de deforestación, destacando ejemplos
de soluciones sustentables y buscará el apoyo de los votantes para que
se apruebe la Ley de Deforestación Cero.
“Brasil es ahora la sexta economía del planeta, el mayor exportador de carne y el segundo exportador de granos. El crecimiento de Brasil hasta convertirse en la sexta economía más grande coincide con años consecutivos de declive de la deforestación en el Amazonas”, dijo Kumi Naidoo, Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional, a bordo del Rainbow Warrior. “Brasil debe dar el ejemplo a otros países forestales como Indonesia y el Congo, debe ser líder de un desarrollo sustentable que no incluya la destrucción de sus bosques”.
“Brasil podría ser el ejemplo de una súper potencia económica que sigue creciendo sin destruir sus bosques de manera irresponsable. Sin embargo, algunas acciones el año pasado realizadas por la presidenta Dilma y el congreso brasilero muestran que corremos el riesgo fracasar en este punto”, declaró Paulo Adario, Director de la campaña del Amazonas de Greenpeace Brasil. “Sólo con un fuerte marco legal, Brasil tendrá las herramientas necesarias para seguir luchando contra la deforestación”.
La ley propuesta es una iniciativa que comenzó después de que el gobierno ignoró la oposición popular al nuevo Código Forestal que favorece al sector agrícola. El Amazonas sufre tremendas presiones de los ganaderos, el sector agrícola, las madereras y grandes proyectos de infraestructura que amenazan con deshacer la legislación que ha ayudado a proteger los bosques de Brasil durante años.
La cuenca del Amazonas abarca un área de aproximadamente 6.5 millones de kilómetros cuadrados, un cinco por ciento de la superficie de la tierra. En ella se encuentra el mayor sistema de ríos del planeta; aproximadamente un quinto del volumen total de agua dulce del mundo. Los efectos combinados de la deforestación y el cambio climático en el Amazonas amenazan con llevarlo a un “punto de quiebre” donde pasará a ser una sabana para el final del siglo.
Este año, Greenpeace Brasil celebra 20 años exponiendo la destrucción ambiental y promoviendo soluciones prácticas. En respuesta a las muchas amenazas que enfrentan nuestros bosques como la tala, la ganadería, las soja y el cambio climático, Greenpeace está realizando una campaña para llegar a la Deforestación Cero en Brasil para el año 2015 y en todo el mundo para el año 2020.
“Brasil es ahora la sexta economía del planeta, el mayor exportador de carne y el segundo exportador de granos. El crecimiento de Brasil hasta convertirse en la sexta economía más grande coincide con años consecutivos de declive de la deforestación en el Amazonas”, dijo Kumi Naidoo, Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional, a bordo del Rainbow Warrior. “Brasil debe dar el ejemplo a otros países forestales como Indonesia y el Congo, debe ser líder de un desarrollo sustentable que no incluya la destrucción de sus bosques”.
“Brasil podría ser el ejemplo de una súper potencia económica que sigue creciendo sin destruir sus bosques de manera irresponsable. Sin embargo, algunas acciones el año pasado realizadas por la presidenta Dilma y el congreso brasilero muestran que corremos el riesgo fracasar en este punto”, declaró Paulo Adario, Director de la campaña del Amazonas de Greenpeace Brasil. “Sólo con un fuerte marco legal, Brasil tendrá las herramientas necesarias para seguir luchando contra la deforestación”.
La ley propuesta es una iniciativa que comenzó después de que el gobierno ignoró la oposición popular al nuevo Código Forestal que favorece al sector agrícola. El Amazonas sufre tremendas presiones de los ganaderos, el sector agrícola, las madereras y grandes proyectos de infraestructura que amenazan con deshacer la legislación que ha ayudado a proteger los bosques de Brasil durante años.
La cuenca del Amazonas abarca un área de aproximadamente 6.5 millones de kilómetros cuadrados, un cinco por ciento de la superficie de la tierra. En ella se encuentra el mayor sistema de ríos del planeta; aproximadamente un quinto del volumen total de agua dulce del mundo. Los efectos combinados de la deforestación y el cambio climático en el Amazonas amenazan con llevarlo a un “punto de quiebre” donde pasará a ser una sabana para el final del siglo.
Este año, Greenpeace Brasil celebra 20 años exponiendo la destrucción ambiental y promoviendo soluciones prácticas. En respuesta a las muchas amenazas que enfrentan nuestros bosques como la tala, la ganadería, las soja y el cambio climático, Greenpeace está realizando una campaña para llegar a la Deforestación Cero en Brasil para el año 2015 y en todo el mundo para el año 2020.
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"Alarmante" deforestación de la selva amazónica.-
La deforestación de la selva amazónica de Brasil se ha multiplicado por seis desde el año pasado, según revelan las imágenes satelitales del gobierno brasileño.
Esas fotografías muestran que entre marzo y
abril del 2011 se destruyeron 593 kilómetros cuadrados de bosque, frente
a los 103 arrasados en los mismos meses del año anterior.
La zona más afectada es el estado de Mato Grosso, centro de las plantaciones de soja de Brasil.
La mayor parte de la destrucción se ha producido
a consecuencia de la quema de grandes extensiones de bosque por parte
de agricultuores para el cultivo de soja y algodón.
Las cifras se conocen en medio de un intenso
debate en el parlamento brasileño, que debe decidir sobre una posible
flexibilización de las normas de protección ambiental.
La ministra de Medio Ambiente, Izabella
Teixeira, aseguró que las recientes imágenes "han hecho sonar la voz de
alarma" para las autoridades. El ministerio anunció en un comunicado la
creación de un "gabinete de crisis" para "evitar la tala ilegal" y
evaluar la respuesta ante esta situación.
"Nuestro objetivo es reducir la deforestación en julio", dijo la ministra en una conferencia de prensa.
Las analistas creen que los datos han pillado por sorpresa al gobierno.
El pasado mes de diciembre, un informe
gubernamental apuntaba que la deforestación en el bosque amazónico había
caído a los niveles más bajos en los últimos 22 años.
En los años 2009 y 2010, la destrucción de
bosque fue de 6.500 kilómetros cuadrados. En la década de los 90 llegó a
superar los 29.000 kilómetros cuadrados anuales.
Sin embargo, los últimos datos muestran que entre agosto de 2010 y abril de 2011 se ha producido un aumento de la tala del 27%.
Cambios en la normativa
El Congreso de Brasil sostiene un acalorado
debate sobre la posibilidad de modificar la legislación para la
protección del bosque. Se espera que el asunto se lleve de nuevo a la
cámara baja a lo largo de esta semana.
El Código Forestal de Brasil, aprobado en 1934 y
modificado en 1965, establece la cantidad de tierra que puede
deforestar cada agricultor.
La normativa actual obliga a que el 80% de las
posesiones de terreno en la selva amazónica se mantengan como bosque,
pero esa cifra desciende hasta el 20% en otras zonas.
Aquellos que defienden un cambio aseguran que la
ley impide el desarrollo económico y sostienen que Brasil debe permitir
el uso de más tierras para la agricultura.
Sin embargo, los que rechazan esa modificación
temen que, en su forma actual, algunos de los cambios propuestos se
conviertan en una forma de amnistía para la deforestación que llevan a
cabo los agricultores.
La propuesta de flexibilizar la normativa fue
impulsada por el líder del Partido Comunista de Brasil (PCdoB, por sus
siglas en portugués) y en el Congreso cuenta con el apoyo de un grupo
llamado "ruralistas" que buscan el desarrollo del sector agroindustrial
del país.Cortesía de : BBC Mundo Noticias
Alarmante deforestación del Amazonas
Las imágenes satelitales muestran que la
cantidad de bosque talado fue seis veces mayor entre un año y otro;
perdió en un sólo mes unos 600 km² de selva
En
febrero de 2008 la policía realizó un operativo contra la tala ilegal
en la zona de Tailandia, estado de Pará, Brasil. Foto: AP
Foto 1 de 10
La deforestación de la selva amazónica
de Brasil se ha multiplicado por seis desde el año pasado, según revelan
las imágenes satelitales del gobierno brasileño. Esas fotografías
muestran que entre marzo y abril del 2011 se destruyeron 593 kilómetros
cuadrados de bosque, frente a los 103 arrasados en los mismos meses del
año anterior.
La zona más afectada es el estado de Mato Grosso,
centro de las plantaciones de soja de Brasil. La mayor parte de la
destrucción se ha producido como consecuencia de la quema de grandes
extensiones de bosque por parte de agricultuores para el cultivo de soja
y algodón.Las cifras se conocen en medio de un intenso debate en el parlamento brasileño, que debe decidir sobre una posible flexibilización de las normas de protección ambiental.
La ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, aseguró que las recientes imágenes "han hecho sonar la voz de alarma" para las autoridades. El ministerio anunció en un comunicado la creación de un "gabinete de crisis" para "evitar la tala ilegal" y evaluar la respuesta ante esta situación. "Nuestro objetivo es reducir la deforestación en julio", dijo la ministra en una conferencia de prensa.
Las analistas creen que los datos han pillado por sorpresa al gobierno. El pasado mes de diciembre, un informe gubernamental apuntaba que la deforestación en el bosque amazónico había caído a los niveles más bajos en los últimos 22 años.
En los años 2009 y 2010, la destrucción de bosque fue de 6500 kilómetros cuadrados. En la década de los 90 llegó a superar los 29.000 kilómetros cuadrados anuales. Sin embargo, los últimos datos muestran que entre agosto de 2010 y abril de 2011 se ha producido un aumento de la tala del 27%.
Video: En 2010, la cantidad de bosque talado fue seis veces mayor que el año anterior
El Código Forestal de Brasil, aprobado en 1934 y modificado en 1965, establece la cantidad de tierra que puede deforestar cada agricultor.
La normativa actual obliga a que el 80% de las posesiones de terreno en la selva amazónica se mantengan como bosque, pero esa cifra desciende hasta el 20% en otras zonas.
Aquellos que defienden un cambio aseguran que la ley impide el desarrollo económico y sostienen que Brasil debe permitir el uso de más tierras para la agricultura.
Sin embargo, los que rechazan esa modificación temen que, en su forma actual, algunos de los cambios propuestos se conviertan en una forma de amnistía para la deforestación que llevan a cabo los agricultores.
La propuesta de flexibilizar la normativa fue impulsada por el líder del Partido Comunista de Brasil (PCdoB, por sus siglas en portugués) y en el Congreso cuenta con el apoyo de un grupo llamado "ruralistas" que buscan el desarrollo del sector agroindustrial del país..Cortesía: lanacion.com
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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