http://www.bbc.com/mundo/noticias-38764676
http://www.bbc.com/mundo/vert-earth-36973790
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150819_ciencia_vert_earth_plantas_venenosas_lv
¿Cuál es la criatura más aterradora que se esconde en el rincón más oscuro de tu imaginación?
Tiene que ser extremadamente horripilante como para ganarle a esta bestia.
Me refiero a un repugnante organismo con forma de gusano que puede atraparte con sus cuatro poderosas mandíbulas.
Una vez que te tiene agarrado te inyecta un veneno que te paraliza y licúa tu carne, que luego empieza a chupar.
¿Agradable no?
Puede que esta criatura no sea más grande que tu dedo meñique, pero, si la observas de cerca es tan repulsiva que te revuelve las tripas.
Este gusano es una de las muchas "estrellas" que se presentan en una exhibición de animales venenosos que se inaugura la semana próxima en el Museo de Historia Natural de Londres (NHM, por sus siglas en inglés).
Es una muestra a la que es mejor no ir si sientes aversión a las arañas, las serpientes, las hormigas, las avispas, los escorpiones e incluso a los ornitorrincos (que también, por cierto, son venenosos).
Pero para quienes sienten fascinación por la evolución y por algunos de los notables trucos de bioquímica que elaboró en los últimos millones de años, la muestra no tiene desperdicio.
Hasta en el vino
La realidad es que estos animales están por todas partes. Dicen que uno nunca está a más de dos metros de una rata. Lo mismo vale para las criaturas venenosas o para los productos y servicios que nos brindan.
Así que es hora de enfrentarnos con ellas y empezar a quererlas.
"Si comes frutas, estas están polinizadas por abejas, que son venenosas", dice Ronald Jenner, experto en evolución del veneno del NHM.
"Los higos están polinizados por avispas parasitoides. Si comes calamares o pulpos, son venenosos".
"Los venenos se usan en cosméticos: las máscaras para la cara usan una versión sintética del péptido de víbora que relaja los músculos", añade el científico.
"Y puede que no lo sepas, pero tu remedio para la diabetes es probablemente un versión sintética de una toxina".
También el vino tiene veneno.
"El vino tinto que bebes fue aclarado con las vejigas natatorias de un bagre venenoso. No lo ponen en la etiqueta, pero los tentáculos del veneno están por todas partes en tu vida diaria", dice Jenner.
"La ropa de algodón que usas... La única razón por la que podemos cultivar algodón en grandes monocultivos es porque las avispas parasitoides eliminan a los insectos que chupan la savia que, de otro modo, dañarían las cosechas. Sin veneno, estaríamos acabados".
Encerrados tras de un vidrio
Es difícil no contagiarse del entusiasmo de Jenner cuando te muestra sus monstruos favoritos en el NHM.
Por suerte están todos muertos y detrás de un vidrio, sumergidos en un líquido conservante, lo que quiere decir que puedes echarles una mirada de cerca.
El veneno es una toxina -por lo general un tipo de péptido o una proteína grande- que se inyecta de forma deliberada a través de una herida mediante un mecanismo especializado.
Incluso hay una salamandra que lo hace con sus costillas.
Las rompe primero, luego estas pasan a través de las glándulas de su piel e inyectan el veneno en su enemigo.
Efecto reversible
Jenner trabaja mucho con el gusano feo —o el "gusano con la máscara de Halloween", como le dice él— que mencioné al principio.
Este expulsa una neurotoxina que se usa en laboratorios de todo el mundo para estudiar la comunicación en células nerviosas.
"Cuando el gusano ataca a un crustáceo, le causa parálisis espástica. Pero lo que resulta increíble es que este efecto es reversible", explica.
"Científicos fraccionaron el veneno para separar justo esa parte que activa los canales de comunicación entre las células. Lo añaden al cultivo de células para estudiar el proceso de comunicación y luego lo quitan".
"Fue solo recién este año que pudimos ver la estructura molecular completa de esta proteína. Es enorme y no hay nada que se le parezca en la naturaleza".
Del veneno a los medicamentos
Algunos venenos espesan la sangre para producir coágulos en la víctima, lo que a su vez provoca un derrame y una muerte rápida.
Algunos venenos actúan como agentes anticoagulantes. Los murciélagos vampiro usan esta estrategia para poder seguir chupando sangre de una herida.
Aunque suene terrible, es fácil ver su enorme potencial para la industria farmacéutica.
El ejemplo más famoso es probablemente el del Bothrops jararaca, una serpiente brasileña que puede rápidamente hacer que le baje la presión a su víctima para que se desmaye y caiga al suelo.
Este veneno les mostró a los científicos el camino para crear uno de las primeros tratamientos para la presión alta en seres humanos.
Después está también el "monstruo de Gila". La picadura dolorosa de este lagarto incorpora un péptido que regula la glucosa.
AstraZeneca comercializa una droga basada en esta molécula llamada Exenatide que se utiliza para controlar la diabetes tipo 2. Su costo es de cientos de millones al año.
El peor de todos
Claro que todos quieren saber cuál es el miembro más letal de la colección de Jenner. "Siempre me preguntan cuál es el peor de todos", dice.
Comparar venenos no es algo sencillo, porque cada forma de guerra química puede ser altamente especializada: lo que funciona para un tipo de presa puede ser mucho menos efectivo en otra.
Pero el monstruo preferido del experto es la serpiente conocida como taipán de la costa, que habita la costa norte de Australia y Nueva Guinea.
El método de inyectar veneno para acabar con una presa o para defenderse de un depredador evolucionó de forma independiente 90 veces en la naturaleza y hoy día hay 200.000 especies vivientes venenosas.
Esto demuestra lo útil que es el veneno.
Y casi todo los animales tienen las herramientas genéticas para evolucionar esta capacidad.
"Uno podría incluso hacer que los humanos sean venenosos", se ríe Jenner. "Implicaría hacer una reproducción selectiva que podría tomar dos millones de años, pero definitivamente se podría hacer. Nuestra saliva es un buen lugar para empezar".
Contenido relacionado
Inyecciones de veneno y miles de reinas: qué hay en los jardines del Diablo del Amazonas
En la tupida selva amazónica hay unos misteriosos claros que contrastan con la exorbitante diversidad, pues en ellos crece prácticamente una sola especie de árbol. Son "los jardines del Diablo", el hogar de un espíritu malvado.
El árbol es el Duroia hirsuta, comúnmente es conocido con varios otros nombres como borojocillo, huitillo, turma de mono o solimánste, y es el preferido del sobrenatural ser, según los nativos.
En las noches limpia sus jardines de maleza e impide que en ellos crezca ningún otro tipo de planta.
Por ello, nadie se atrevía a adentrarse en esos claros después de que se ponía el sol.
Los científicos, por su parte, encontraron otra explicación al insólito fenómeno, y resultó casi tan fascinante como la de los habitantes de la selva.
Realidad alternativa
Los tallos de las hojas de los afortunados árboles tienen unas hinchazones de las que entran y salen unas hormigas diminutas llamadas Myrmelachista schumanni.
Esas cámaras son sus viviendas, desarrolladas especialmente para ellas por el árbol y en ellas, a salvo de depredadores, las hormigas guardan sus huevos y larvas.
Mantienen incluso una alacena: insectos del tamaño indicado que les proveen bebidas de rocío de miel.
Ofrecer alojamiento beneficia también al árbol, pues las hormigas le ofrecen un servicio muy valioso: lo protegen de sus enemigos.
¡A comer a otra parte!
Toda clase de insectos se alimentan de las hojas de las plantas, si tienen la ocasión... pero no tienen chance en los huitillos protegidos el peculiar ejército.
Ni siquiera los formidables comelones de hojas, varias miles de veces más grandes que una de las hormigas huéspedes del árbol, se las aguantan.
Ante tal invasor, estos diminutos soldados recurren a los conocimientos: saben cuál es su punto débil y lo atacan, hasta que se da por vencido.
Pero las hormigas no sólo se encargan de repeler a los animales que pueden hacerle daño al árbol.
Quizás aún más asombroso es que mantienen a raya a las plantas que compiten con él.
Guerra química
Regularmente, pelotones de hormigas salen de sus barracas a patrullar la vecindad.
Si encuentran algún pimpollo, lo inspeccionan. Si es un retoño de una de las semillas de su anfitrión, lo dejan tranquilo.
Si es un intruso, empieza el ataque de mordiscos a sus ramas.
Cuando llegan los refuerzos, cientos de diminutas mandíbulas hieren sin cesar a la planta, hasta que ésta empieza a marchitarse.
Pero no todo se logra a punta de mordiscos. Levantan sus abdómenes e inyectan ácido fórmico en las heridas del retoño.
El veneno se dispersa por los tejidos, acelerando la muerte.
Con sabor
El ácido fórmico es un herbicida orgánico que los humanos usamos para preservar alimentos, y las ortigas y las hormigas rojas como urticante.
El sabor de ese ácido les da a las aguerridas Myrmelachista schumanni su nombre común: hormigas limón.
En cuestión de unos días, con la muerte de los intrusos, las hormigas extienden su jardín.
Esta jardinería drástica beneficia tanto al árbol como a las hormigas.
Al asegurarle a su anfitrión más espacio para que se expanda sin competencia, tendrán más viviendas de manera que también ellas podrán reproducirse y aumentar sus filas.
Para tener una idea de las dimensiones, remitámonos a lo que le contó a los medios en 2006 Megan Elizabeth Frederickson, una de las científicas que estaba investigando el misterio de estos jardines del diablo.
"La colonia más grande en el terreno que estoy estudiando, que estimo data de hace 807 años, tiene una expansión de 1.300 metros cuadrados", escribió la experta.
"Y se compone de unas tres millones de hormigas obreras y 15.000 reinas".
Contenido relacionado
Hormigas bala, escorpiones muerte-acechante, avispones del infierno... ¿Cuál es el animal con la peor picadura?
Se trata de una de las armas más crueles en la naturaleza.
El aguijón te penetra el cuerpo y, además de provocar dolor, lanza toxinas directamente hacia tu torrente sanguíneo.
Pero saber cuál es el "rey de las picaduras" no es algo tan fácil como pudiera pensarse.
Podrías simplemente preguntar qué especie causa más dolor.
Pero igualmente, podrías indagar cuál tiene el veneno más tóxico o cuál tiene más posibilidades de matarte.
- Estas son las plantas más venenosas del mundo
- Arañas, ratas y serpientes: los animales que te pueden asustar saliendo del inodoro
"Como recibir un disparo"
Dejarte picar es la forma más simple de probar qué animal tiene el aguijón más doloroso.
Y es algo para lo que se prestó, en nombre de la ciencia, el entomólogo Justin Schmidt.
Así, elaboró un índice del dolor con intensas descripciones sobre cada picadura.
Quienes hayan sido picados por la hormiga bala en América Central y Sudamérica seguramente estarán de acuerdo con Schmidt en colocarla en primer lugar.
Incluso su nombre es una alusión a la agonía de recibir un disparo.
Sin embargo, es la avispa tarántula halcón la que reparte más veneno por picadura: 2,5 mg.
Aunque Schmidt la describe como "en esencia no tóxica, simplemente dolorosa":
En contraste, la hormiga cosechadora puede tener el veneno más potente entre los insectos que pican.
Individualmente, tienen poca cantidad de veneno.
Pero pueden ser muy peligrosas, pues viven en colonias de hasta 10.000 y atacan como enjambre.
Aspecto temible
Ahora, los animales que pican no solo provocan dolor, sino incluso la muerte.
Entre los que poseen aguijones de aspecto más temible están los escorpionescon sus púas y sacos de veneno en el segmento final de la cola, conocido como el telson.
Sin embargo, el experto en escorpiones Lorenzo Prendini, del Museo de Historia Natural de EE.UU., dice que solo unas 20 de las 2.000 especies conocidas representan una amenaza para los humanos.
A excepción de una especie, todos los escorpiones peligrosos pertenecen a una familia llamada Buthidae (bútidos), extensamente distribuida alrededor del mundo.
Sin embargo, los peores parecen concentrarse en ciertas zonas.
"Hay muchas especies altamente venenosas en África del Norte y Medio Oriente", dice Prendini.
"La mayoría de las muertes son atribuidas al Leiurus quinquestriatus y varias especies de Androctonus, especialmente el A. australis y el A. crassicauda".
El Leiurusquinquestriatus es también conocido como "muerte acechante" y el Androctonus como el "mata-hombres".
El A. australis llega a alcanzar los 10cm de longitud y su veneno contiene toxinas poderosas que pueden atacar el sistema nervioso.
Prendini apunta que "una especie de gran tamaño con menos toxinas virulentas pero más veneno es potencialmente más 'mortífera'".
Pero aclara que "la mayoría de las muertes por envenenamiento de escorpión ocurre entre niños pequeños, ancianos o enfermos".
Debido a que la mayoría de muertes por escorpiones ocurren en zonas rurales remotas, los registros nos son muy confiables.
Tentáculos tóxicos
Esa falta de información también se extiende a las criaturas más mortíferas del océano.
Las medusas y sus parientes lanzan proyectiles para capturar presas y actuar en defensa propia.
Algunos lanzan una carga tóxica adicional cuando se incrustan en el cuerpo.
De las 2.000 especies de medusas conocidas por la ciencia, solo entre 10 y 12 son consideradas como una amenaza para los humanos.
Sin embargo, sus parientes, los cubozoos, son posiblemente más peligrosos.
El mayor es la "avispa de mar" o cubozoo australiano (Chironex fleckeri), que pesa hasta 1kg y es capaz de enviar miles de púas tóxicas.
Su poderoso veneno actúa sobre músculos y tejidos nerviosos.
"El C. fleckeri ha sido responsable de la mayoría de muertes en Australia", señala la experta en medusas Lisa-Ann Gershwin de la agencia científica australiana CSIRO.
"Se le considera el animal más venenoso del mundo. Muchas de sus víctimas mueren en apenas dos minutos", añade.
"Mata al paralizar al corazón en estado contraído. Cuando eso sucede la resucitación es muy poco probable".
Más potentes gota a gota
Otra especie que aparece al mencionar medusas letales es la irukandji, nombre que se le dio por los indígenas australianos de la costa noreste, donde su picadura fue descubierta por primera vez.
Se pensó que era solo una especie, pero ahora los expertos reconocen unas 25 en el orden Carybdeida, repartidas por todo el mundo.
El cubozoo australiano mata al paralizar al corazón en estado contraído. Cuando eso sucede la resucitación es muy poco probable"
El cuerpo de la más pequeña apenas mide 1cm de alto, pero tiene tentáculos que llegan a medir 100 veces la longitud de su cuerpo.
A diferencia de las picaduras de otras medusas, los síntomas que produce no son inmediatos.
El llamado "síndrome irukandji" se presenta después de 20-30 minutos.
Incluye dolor de espalda, náuseas, espasmos musculares, una sensación de muerte inminente y la posibilidad de un ataque al corazón.
En comparación con los C. fleckeri, los irukandjis son "mucho más potentes gota a gota, pero siempre y cuando el tratamiento médico sea aplicado a tiempo, es menos probable que provoquen la muerte", señala Gershwin.
Sus picaduras no dejan marca. Es posible, por lo tanto, que los fatales encuentros con estos asesinos invisibles hayan sido históricamente poco reportados.
Aguijones voladores
El avispón asiático gigante es el más grande de los insectos que pican, por lo cual se ha ganado el apodo de "avispón del infierno".
Solo en Japón mueren cada año entre 30-35 personas víctimas de sus picaduras, que pueden dañar tejidos y órganos.
Por lo menos en valor nominal, esa cifra parece mayor que las muertes causadas por otras especies.
Schmidt dice que la especie que representa el mayor riesgo -o por lo menos infunde el mayor respeto- es la de las abejas.
Todas pertenecen al género Apis. Muchas personas en Europa y América del Norte están familiarizadas con las abejas europeas (A.mellifera), mientras que en Asia es más probable que encuentren la abeja gigante. (A.dorsata)
Para la mayoría de personas, la picadura de una sola abeja simplemente resulta en un dolor localizado y una inflamación.
Sin embargo, cuando una abeja te pica, libera una feromona de alarma que llama a sus compañeras obreras para que se unan al ataque.
Aun así, hacen falta muchas picaduras para matarte. Schmidt dice que en la mayoría de los casos "se necesita al menos 500 picaduras para que la persona enfrente un grave riesgo tóxico".
Pero hay factores que la hacen especialmente peligrosa.
El primero es que, gracias a nuestro apetito por la miel, las abejas están distribuidas globalmente, por lo que nuestro contacto es frecuente.
El segundo factor es que algunas son especialmente agresivas.
Las abejas domésticas fueron criadas para ser dóciles, pero las silvestres de África pueden atacar en masa.
En el siglo XX fueron introducidas en América del Sur y, desde entonces, se han extendido hacia el norte, donde se les conoce como "abejas asesinas".
Y han provocado la muerte de cientos de personas. Sin embargo, solo atacan si deciden que representas una amenaza para su colmena.
Por último una sola picadura puede resultar fatal cuando provoca anafilaxia, una extrema reacción alérgica que puede hacer que una persona se asfixie, especialmente si tiene una condición preexistente como el asma.
Las picaduras de hormigas, avispones y medusas también pueden ocasionarla, pero la mayoría de casos registrados fueron provocados por abejas.
Afortunadamente, no es algo común, pero aun así muestra que cuando se trata de picaduras, el malo conocido puede ser el peor de todos.
Contenido relacionado
Estas son las plantas más venenosas del mundo
Hay plantas cuyos frutos no deberías comer, porque si lo haces vomitarás hasta que tu cuerpo se deshidrate del todo.
Y otras te quemarán la piel con solo rozarlas.
Te contamos cuáles son las más peligrosas y qué efectos tienen sobre el cuerpo humano.
Capucha de monje letal
En 2014 el jardinero de una casa de campo de Reino Unido falleció en circunstancias misteriosas, después de que varios de sus órganos fallaran.
La causa de su muerte sigue sin estar clara, pero una evidencia recogida durante la investigación señala que pudo haber fallecido a causa de una popular planta de la familia de los ranúnculos.
La flor de la planta en cuestión, Aconitum, recuerda a la capucha de un monje y hay quien lo llama así.
Pero también se la conoce por otros nombres más siniestros: Casco del diablo o Reina de los venenos.
Y es que una de las sustancias que contiene ralentiza el corazón y puede terminar matando a la víctima.
Por ello, la Aconitum se encuentra entre las plantas más mortíferas del mundo.
Su parte más venenosa son las raíces, aunque las hojas tampoco son inofensivas.
Tanto unas como otras contienen una neurotoxina que puede ser absorbida a través de la piel.
Si tocas la planta, los primeros síntomas de intoxicación serán el hormigueo y el entumecimiento.
Y en caso de ingestión presentarás vómitos severos y diarrea.
En 2010, la ciudadana británica Lakhvir Singh fue condenada a prisión por matar a su amante con un curry que había rociado antes con la sustancia que trajo de India.
Pero no todos los casos son tan desafortunados.
De acuerdo al experto John Robertson, el exdirector del jardín venenoso de Alnwick, Reino Unido, los vómitos permiten que los afectados por esta planta sigan con vida.
"He hablado con gente que comió la planta y sobrevivió", dice Robertson.
"Una pareja la había plantado para que su jardín luciera más bonito, y cuando la mujer salió a recoger hojas para la ensalada, sin querer tomó algunas de Aconitum", recuerda.
"Fueron 24 horas muy malas para ambos, pero sobrevivieron".
El perejil gigante
La teoría más popular es que las plantas desarrollaron las toxinas como mecanismo de defensa.
Algunas especies tienen componentes tóxicos para combatir las plagas de insectos pero también pueden ser perjudiciales para animales grandes.
En algunos casos, los químicos de ciertas plantas entran en contacto con la piel humana y después reaccionan ante la luz del sol, produciendo quemaduras.
Se debe a un fenómeno llamado fototoxicidad.
Es lo que ocurre, por ejemplo, con el perejil gigante (Heracleum mantegazzianum).
Quizá es la que tiene la peor reputación, pero otras especies más conocidas, como la planta de la zanahoria o el apio también pueden provocar ampollas.
La manzanita de la muerte
En esta lista de variedades intocables hay una que ostenta el dudoso honor de ser conocida como "el árbol más peligroso del mundo".
El manzanillo (Hippomane mancinella) crece desde el norte de Sudamérica hasta la región de Everglades en Florida, Estados Unidos, así como a lo largo y ancho del Caribe.
Y en algunos lugares suele señalizarse con una cruz roja, a modo de advertencia.
La savia lechosa que produce este árbol contiene un poderoso irritante: el forbol.
Así que el mero hecho de rozarla puede dejarte con la piel escaldada.
Guarecerse bajo el manzanillo durante una tormenta tropical también puede ser peligroso, porque incluso diluida, la savia produce una erupción cutánea extrema.
Y quemar el árbol tampoco es una buena idea.
El humo generado puede producir ceguera temporal y causar problemas respiratorios significativos.
Aun así, aunque sus efectos son desagradables, el contacto con esta planta tropical no te matará.
El peligro real reside en la ingesta de su pequeño y redondo fruto.
Por algo se le dice también Manzanillo de la Muerte.
Comerlo puede ser letal cuando los vómitos severos y la diarrea deshidratan el cuerpo hasta un punto de no retorno.
Más ricina que ricino
Pero además del manzanillo, hay más plantas que no deberían traspasar tus labios.
La Ricinus communis es una de ellas.
Este arbusto es apreciado para los jardines de verano, ya que añade un toque de color con su follaje entre verde y púrpura. Además tiene unas vistosas hojas en forma de palma y unas distintivas semillas puntiagudas.
El aceite de ricino, de sobra conocido por aquellos que necesitan limpiar sus intestinos con urgencia, se produce a partir de las semillas de esta planta.
Pero una vez se haya extraído el aceite laxante de las semillas de color marrón moteado, lo que queda en ellas es un poderoso cóctel de toxinas: la ricina.
Esta sustancia mata al interferir en el metabolismo celular, el proceso químico básico necesario para sostener la vida.
Así, al bloquear la creación esencial de proteínas, las células acaban muriendo.
Como consecuencia las víctimas sufren vómitos, diarrea y convulsiones durante una semana antes de morir a causa del fallo de varios órganos.
La leyenda de este veneno se ha consolidado con su presencia en la cultura pop, desde la novela de la escritora británica Agatha Christie The House of Lurking Death (traducido como La muerte al acecho) hasta series de televisión contemporáneas, como Breaking Bad.
Pero si es tan peligrosa, ¿cómo es posible que esta especie se pueda plantar libremente en los jardines?
"Existe una diferencia entre lo venenoso y lo nocivo. Se puede decir cuál es la planta más venenosa con bastante facilidad, en teoría fijándote en sus toxinas y en lo que éstas pueden llegar a hacer", dice Robertson.
"Pero establecer que es nociva o no tiene que ver con las probabilidades de que alguien la ingiera, la facilidad que exista para administrarla, etcétera".
La cascara de las semillas de ricino es suficientemente dura como para que pase a través del sistema digestivo sin causar un daño fatal.
Para que la dosis sea letal en adultos, estos deberían masticar y tragar cinco semillas de ricino.
Pero en el caso de los niños puede que una sea suficiente.
La ricina es más potente cuando es pura y se inyecta.
Esa fue la causa de la muerte del disidente búlgaro Georgi Markov en Reino Unido en 1978.
Markov, periodista del servicio mundial de la BBC y un duro crítico del régimen comunista, murió después de que le inyectaran ricino mientras esperaba en una parada de autobús en Londres.
El asesinato sigue sin esclarecerse, pero se cree que el servicio secreto búlgaro y la KGB estuvieron detrás.
Collares y pulseras tóxicas
La abrina, como la ricina, es una proteína inactivadora de ribosomas (RIP).
Se encuenta en las rojas y brillantes semillas de la Abrus precatorius.
Esta planta crece en regiones tropicales y los lugareños suelen llevar sus semillas en collares y pulseras, y las usan para adornar sus instrumentos.
Es similar a la ricina, pero más poderosa cuando está en su forma más pura.
Aunque la cáscara de las semillas también es lo suficientemente dura como para que las toxinas no puedan ser absorbidas por el cuerpo.
Y en el caso de que ingiera el polvo de semillas, con un rápido tratamiento médico la víctima puede recuperarse por completo.
Afortunadamente, las muertes por plantas tóxicas son bastante inusuales en la era de la medicina moderna, sobre todo gracias a los diagnósticos rápidos y a la atención inmediata.
Además, muchas de las toxinas derivadas de estas especies tienen que ser purificadas para ser letales.
Así que puede que las plantas no estén ahí para hacerte daño, pero saber cómo va creciendo tu jardín podría salvarte la vida.
Lea la historia original de BBC Earth, en inglés, aquí.
BBC Mundo Noticias
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
Inscríbete en el Foro del blog y participa : A Vuelo De Un Quinde - El Foro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario