http://www.bbc.com/mundo/noticias-40163175
http://www.bbc.com/mundo/noticias-39793685
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160124_vert_fut_insomnio_familiar_fatal_yv
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150922_salud_testimonio_vivir_con_insomnia_ig
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/09/140903_respuestas_curiosos_6sep_finde_yv
El Premio Nobel en Medicina este año fue otorgado a tres científicos de Estados Unidos que descubrieron la existencia de los ritmos circadianos, el reloj biológico que tienen todas las células vivientes.
Los científicos, como muchos expertos en la materia, resaltan lo esencial de un buen, largo y profundo sueño para mantener buena salud.
El neurocientífico británico Matthew Walker, que dirige un laboratorio del sueño en la Universidad de California, en Berkeley, señala que el mundo desarrollado asocia el dormir largas horas (entre 8 y 9) con debilidad y vergüenza.
Es todo lo contrario, asegura. La falta de sueño es responsable de enfermedades, accidentes, problemas mentales y fatiga que afectan nuestras familias, comunidades y empresas.
El profesor Matthew compartió con la BBC unas claves para poder alcanzar un buen y profundo sueño, asegurando que él mismo practica lo que predica al priorizar su propio sueño.
1. Horario regular
Despiértate a la misma hora y vete a dormir a la misma hora.
No duermas hasta tarde los fines de semana. Ese es uno de los problemas, causa estragos en tus ritmos biológicos.
Es lo que esencialmente llamamos "jet lag social". Arrastras tu reloj biológico varias horas hacia adelanta para que, cuando llegue el domingo por la noche, lo estás tratando de atrasarlo.
Es verdad que uno debe tratar de recuperar el sueño perdido pero hay que hacerlo de una manera consistente.
"Desafortunadamente, el cerebro no tiene la capacidad de recuperar todo el sueño que se ha perdido", advierte el profesor Walker.
2. Baja temperatura
Es aconsejable tratar de mantener una temperatura fresca en el dormitorio, entre 18 y 18,5 grados C.
Eso es más frío de lo que la gente piensa. La razón es que tu cuerpo y cerebro deben reducir la temperatura media aproximadamente un grado centígrado.
No se recomienda poner la calefacción. Cambia el termostato y si vives en un ambiente cálido, abre las ventanas para por lo menos mantener una habitación fresca.
Eso permitirá a tu cuerpo alcanzar la temperatura ideal para iniciar un sueño profundo saludable.
3. Dormir en la oscuridad
Esto se ha vuelto un problema en el mundo moderno.
Primero que todo "hemos electrificado la noche", sostiene Matthew Walker. Para contrarrestar el "profundo deterioro al sueño" que causa la luz, se deben colgar cortinas gruesa o bloqueadoras de la iluminación callejera.
Dentro de la misma habitación no debe haber dispositivos electrónicos con lucecitas en modo de espera. Tampoco relojes eléctricos o electrónicos con los tableros encendidos.
En preparación para el sueño, antes de irte a la cama empieza a atenuar la luz.
"No es necesario tener todas las luces de la casa iluminando al máximo", expresa el neurocientífico.
4. No quedarse en cama despierto
Este es uno de los errores que mucha gente que tiene problemas con el sueño comete, asegura el profesor Walker, especialmente los que sufren de insomnio.
Permanecen en cama durante mucho tiempo cuando despiertan.
"Si has estado despierto, sin poder dormir, por 15 o 20 minutos, levántate", afirma. "Vete a otra habitación, mantén las luces atenuadas, lee un libro".
Esto no es siempre fácil, pues en la cama se está cómodo y calientito. Pero lo que sugiere es arroparse con una bata o cobija.
Lo importante es no encender la computadora ni empezar a revisar el correo electrónico o los mensajes.
Tampoco comer, porque eso genera el mal hábito de tomar alimentación durante la noche.
Sólo cuando te sientas cansado y soñoliento otra vez, regresa a la cama.
5. Limitar el alcohol y la cafeína
Trata de abstenerte de beber alcohol en la noche y deja de ingerir cafeína después del mediodía.
Se reconoce que eso puede ir en detrimento de tu vida social. Lo primero implica reducir las reuniones en un bar o una cena con un buen vino.
En cuanto a lo segundo, muchas personas acostumbran a tomar el té en la tarde o conversa alrededor de un café.
Algunas personas aseguran que pueden dormir muy bien aún si se toman un café después de cenar.
Pero el profesor Walker advierte que, aunque seas una de esas personas, "sabemos que la cafeína permanece en el sistema durante varias horas, entre cinco y seis".
"Aunque puedas conciliar el sueño, ese sueño no será tan profundo cuando hay cafeína circulando por el cerebro".
Contenido relacionado
- Tres estadounidenses ganan el premio Nobel de Medicina por sus investigaciones pioneras sobre el reloj biológico
- ¿Qué es el jet lag social y cómo puede afectar a tu salud?
- Ponte a prueba: ¿cuánto sabes sobre el sueño?
- La epidemia de luces que está afectando tu salud (y la del planeta)
- Por qué no es aconsejable retrasar la alarma del despertador una y otra vez
¿Qué es el jet lag social y cómo puede afectar a tu salud?
Todos sufrimos cierto jet lag cuando viajamos entre países con zonas horarias muy diferentes.
Si la diferencia de horas es grande tu cuerpo puede pasarse unos días "confundido" con los nuevos horarios de las comidas, el sueño y hasta la hora de ir al baño.
Pero hay un jet lag para el que no hace falta ir muy lejos: el jet lag social, que se produce cuando hay grandes diferencias entre el horario de sueño del fin de semana (o de los días libres) y el horario de los días laborales.
Los expertos que lo investigan creen que la interrupción regular de los patrones de sueño puede "confundir" al reloj del cuerpo, es decir, al ritmo circadiano, que regula nuestro metabolismo.
¿Cómo se miden las horas de jet lag social?
Los académicos que investigan el jet lag social suelen comparar el punto medio de sueño de una persona durante los días laborales y los días libres.
Por ejemplo, si una persona duerme durante la semana desde las 23 hasta las 7 de la mañana, el punto medio de sueño son las 3 de la madrugada.
El fin de semana, si la persona duerme de 1 a 11 el punto medio serían las 6 de la mañana.
Por tanto su jet lag social sería de 3 horas.
¿Cómo puede afectar a la salud?
Varios estudios científicos han encontrado una relación no causal entre un gran jet lag social y varios indicadores metabólicos de una salud pobre.
Un estudio de 2015 con más de 800 trabajadores que hacían horarios de trabajo regulares encontró que quienes tenían un mayor jet lag social tenían más probabilidades de tener obesidad y otros marcadores no saludables de salud que los trabajadores cuyo patrón de sueño apenas cambiaba durante toda la semana.
Los investigadores, de varias universidades británicas y estadounidenses, dijeron que "vivir en contra de nuestro reloj biológico puede contribuir a la aparición de disfunciones metabólicas y de sus consecuencias".
Una diferencia de jet lag social de dos horas es el límite a partir del cual se empiezan a observar esos biomarcadores poco saludables, según los autores del estudio financiado por el Consejo de Investigación Médica de Reino Unido y el Instituto Nacional para el Envejecimiento de Estados Unidos.
Otra investigación muy reciente del Programa de Investigación sobre Sueño y Salud de la Universidad de Arizona, en EE.UU., acaba de concluir que el jet lag social es un marcador circadiano importante para la salud, independientemente de la duración de las horas de sueño y de problemas como el insomnio.
Según las conclusiones del estudio, liderado por Michael A. Grandner y publicado en la revista Sleep, el jet lag social está asociado "con una salud más pobre, enfermedades de corazón, peor estado de humor y una mayor fatiga y somnolencia".
Los investigadores sugieren que, no solo la duración del sueño sino también la regularidad en el horario, juega un papel importante para nuestra salud.
Varios estudios científicos e instituciones de la salud recomiendan que los adultos deberíamos dormir regularmente como mínimo siete horas al día para estar descansados y en un estado óptimo de salud.
Y según el servicio británico de salud pública, el NHS, los expertos concuerdan en que mantener horarios regulares de sueño durante la semana y los fines de semana ayuda a prevenir problemas de sueño.
Contenido relacionado
El test casero sobre el sueño para saber si estás durmiendo poco
A todos nos ha agarrado alguna vez un ataque de sueño repentino a media mañana, en plena clase o en medio de una reunión de trabajo. Nada que no se pueda solucionar con una buena taza de café para seguir adelante con el día. Pero... ¿cómo saber si hay un problema de déficit de sueño de fondo?
Dice la sabiduría popular y los estudios científicos que los adultos deberíamos dormir entre siete y ocho horas al día para estar descansados, pero mucha gente no logra acercarse.
Según una encuesta en Reino Unido, solo el 22% de los adultos duermen a diario lo suficiente.
Mientras que el 40% solo consigue dormir como mucho seis horas, de acuerdo al sondeo de la organización británica Sleep Council.
El doctor Michael Mosley, un conocido presentador británico de programas de televisión sobre salud, se cuenta entre los miembros de este segundo grupo de adultos que no duermen suficiente.
En un documental reciente titulado "La verdad sobre el sueño", el doctor descubrió que hay algunos individuos que pueden arreglárselas perfectamente con menos de 7 horas al día.
Pero asegura que la mayoría de las personas no puede.
¿Cómo saber si arrastras un déficit de sueño? Para averiguarlo Mosley recomienda este peculiar test casero, desarrollado por el considerado como "el padre de la investigación sobre el sueño", Nathaniel Kleitman, que fue también el primero en identificar la fase R.E.M. (Rapid Eye Movement).
Qué necesitas: una cuchara y una bandeja de metal
Para identificar si hay falta de sueño Nathaniel Kleitman, de la universidad de Chicago, en Estados Unidos, ideó un test que cualquiera puede hacer fácilmente en casa.
Lo llamó Sleep Onset Latency Test y se trata de una prueba para ayudar a medir la duración del período de latencia antes del inicio del sueño.
El test debe hacerse durante las primeras horas de la tarde, con la ayuda de una cuchara y una bandeja de metal.
Según especifica el doctor Mosley, el individuo debe acostarse en una habitación silenciosa y a oscuras aguantando en la mano una cuchara sobre el borde de la cama.
Justo debajo, en el suelo, se pone la bandeja de metal.
Después, debe mirar el reloj justo antes de cerrar los ojos.
Cuando la persona se queda dormida la cuchara se cae de la manos y golpea la bandeja, creando un ruido que la despierta.
Cuando eso ocurre, se vuelve a ver el reloj para comprobar cuánto tiempo ha pasado.
Según Kleitman, si te quedas dormido antes de cinco minutos después de cerrar los ojos quiere decir que tienes una falta severa de sueño.
Si lo haces dentro de un período de diez minutos, tienes "cierta falta de sueño".
Y si permaneces despierto durante al menos 15 minutos estás durmiendo lo suficiente.
Obviamente, una versión más sencilla de este test sería poner una alarma a los 15 minutos y comprobar si te quedas dormido antes de que suene.
Esta prueba es una manera sencilla de comprobar cuán cansado estás y, de confirmar que tienes falta de sueño, tomar las medidas necesarias para aumentar tus horas de sueño.
Por qué es importante dormir lo suficiente
El sueño afecta a nuestra memoria y a cómo manejamos nuestras emociones.
Durante la etapa de sueño profundo el cerebro está muy ocupado haciendo tareas como pasar la memoria de corto plazo al almacén de largo plazo, explica Mosley. Así, se crea más espacio para la memoria de corto plazo del día siguiente.
Y la fase de sueño R.E.M. (Rapid Eye Movement), explica el doctor, es el único momento en el que se apaga en nuestro cerebro un químico relacionado con el estrés, la noradrenalina. Eso permite que nos mantengamos en calma mientras nuestro cerebro procesa las experiencias del día, ayudándonos a asimilar las experiencias emocionales que vivimos.
Si no logras tener suficientes horas de REM, tu cerebro no tendrá el tiempo suficiente para procesar las emociones, dice Mosley, lo cual explicaría por qué cuando tenemos falta de sueño nos sentimos estresados y ansiosos.
Pero además la falta de sueño tiene un efecto devastador sobre el control del azúcar en la sangre.
Hay estudios científicos que mostraron que los adultos que regularmente duermen menos de siete horas al día duplican el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, mientras que para los que duermen regularmente menos de cinco horas al día el riesgo es cinco veces mayor.
Contenido relacionado
Insomnio familiar fatal: la trágica enfermedad que quita el sueño hasta producir la muerte
Silvano iba en un crucero cuando lo golpeó la maldición familiar.
Era un elegante hombre de 53 años que disfrutaba vistiendo un esmoquin siempre que podía. Le gustaba presentarse con la pose de aquellas estrellas de cine que tanto admiraba.
Pero aquella noche en la pista de baile se sintió de lo más avergonzado, cuando descubrió que su camisa estaba empapada en sudor.
Preocupado, se examinó en el espejo y descubrió que sus pupilas se habían reducido a dos puntitos negros.
Tenía la misma mirada vidriosa que su padre y sus dos hermanas cuando empezaron a sufrir aquella misteriosa enfermedad.
Sabía que era solo el principio.
Después vendrían los temblores, la impotencia y el estreñimiento.
Pero el síntoma más aterrador sería la desaparición del sueño, un insomnio permanente. Y esa especie de coma terminaría con la muerte.
Así que Silvano acudió a la unidad del sueño de la Universidad de Bolonia (Italia) para presentar el suyo como caso de estudio. Aunque no se hacía ilusiones con cambiar el curso de su enfermedad.
En su árbol genealógico
"Me dijo que si dejaba de dormir, en ocho o nueve meses estaría muerto", me cuenta uno de sus médicos, Pietro Cortelli, por teléfono.
"Le pregunté cómo podía estar tan seguro. Y él me recitó su árbol genealógico desde el siglo XVIII de memoria", recuerda.
En cada generación hubo un miembro de su familia que enfrentó esa misma suerte.
Tal como lo predijo, Silvano murió un par de años después.
Pero donó su cerebro a la ciencia, con la esperanza de que con él se arrojara algo de luz sobre el extraño desorden que había plagado su familia.
¿En qué consiste esa rara enfermedad? ¿Qué ocurre en el cerebro y el cuerpo de aquellos que la sufren?
Es un misterio que solo ahora los investigadores están empezando a entender en toda su complejidad.
Y están desarrollando un prometedor fármaco que podría, quizá, ayudar a tratarla.
Pero como el insomnio familiar fatal (FFI, por sus siglas en inglés) es una enfermedad hereditaria, conocerla más implica también hacer frente acuestiones éticas.
Por ejemplo, si por los genes que heredas pudieras desarrollar este extraño desorden, ¿querrías que te informaran de ello?
El paciente cero
La familia de Silvano luchó en silencio contra el insomnio familiar fatal hasta que hace 15 años decidió contárselo al escritor D.T. Max.
A partir de ello, el autor escribió el libro The Family Who Couldn't Sleep ("La familia que no podía dormir"), en el que retrata a una estirpe que vive con miedo a sus propios genes.
En busca del "paciente cero" en el árbol genealógico, Max llegó hasta un doctor veneciano del siglo XVIII.
El médico sufría constantemente un sopor que lo paralizaba. Un sobrino suyo, llamado Giuseppe, heredó el mismo destino. Y éste transmitió la enfermedad a sus hijos Angelo y Vincenso, y estos a sus hijos, nietos y bisnietos.
La familia nunca hablaba de ello, por miedo a tentar a la suerte.
Pero todo cambió en la década de 1980, cuando Silvano empezó a desarrollar los síntomas.
Su sobrina se había casado con un doctor llamado Ignazio Roiter. Éste, como buen hombre de ciencia, convenció al tío de su esposa para que visitara la famosa clínica del sueño del doctor Elio Lugaresi en la Universidad de Bolonia.
Allí trabajaba Pietro Cortelli, uno de los médicos que lo trató y ahora me cuenta el caso. Los doctores Roiter y Cortelli decidieron tratar de resolver juntos el misterio que envolvía a la enfermedad.
A pesar de que sus esfuerzos no pudieron salvar a Silvano o a otros miembros de su familia que sucumbieron ante el mal, tras decenas de pruebas lograron llegar hasta el culpable.
El inicio de todo estaba en una proteína deformada del cerebro llamada prión, producto de una pequeña mutación genética.
Por alguna razón, se multiplican cuando el que los porta llega a los 50, y afectan a las neuronas.
Son de la familia de la enfermedad de Creutzfeldt–Jakob (CJD, por sus siglas en inglés) y la encefalopatía espongiforme bovina, conocido como mal de las vacas locas, también causadas por priones.
Pero mientras la CJD deja la superficie del cerebro como un queso suizo, la condición de Silvano afecta directamente a algunas partes del tálamo, en el centro mismo del cerebro.
Normalmente esta estructura neuronal tiene la forma de una nuez, pero la de Silvano parecía plagada de gusanos.
Tras años de investigaciones, hoy los científicos pueden explicar cómo el daño a este tejido neuronal puede desatar una constelación de síntomas, cada cual más desconcertante.
Sabemos, por ejemplo, que este núcleo organiza todas nuestras respuestas autónomas al entorno; esto es, controla la temperatura, la presión sanguínea o la frecuencia cardíaca.
Así que cuando se daña es como si se estropeara nuestra calefacción central, como si nuestras tuberías tuvieran de pronto una fuga, como si las ventanas se abrieran de golpe y la música sonara a todo volumen.
Todo se vuelve un caos.
Perder la conciencia
Otra consecuencia es el insomnio. El cuerpo de los que padecen la enfermedad no termina de preparse para una noche de sueño.
Para ello, la presión sanguínea debería disminuir, por ejemplo. Pero la presión sanguínea de quienes sufren el mal permanece anormalmente alto.
"Si el sistema nervioso simpático está desequilibrado, por supuesto que tienes insomnio", dice Cortelli, quien presentó sus ideas en una reciente edición de la revista científica Sleep Medicine Reviews.
Debido a todos estos desarreglos, los ritmos del cerebro se alteran completamente.
Durante la noche normalmente experimentamos ciclos de sueño REM, en los que los ojos se mueven rápidamente, y fases de un sueño más profundo.
Durante esta segunda fase, la oscilaciones de baja frecuencia de la actividad eléctrica atraviesan el córtex, el manto de tejido nervioso que cubre los hemisferios cerebrales.
Esto parece calmar la actividad coordinada consciente que solemos tener mientras estamos despiertos.
Asimismo, cumple con una importante labor de mantenimiento y de consolidación de recuerdos.
¿Y qué parte de nuestro tejido neuronal es el que organiza todo esto? El tálamo.
A falta de este regulador de intensidad, el cerebro de los pacientes con insomnio familiar fatal siempre se mantiene despierto.
Y, por lo tanto, nunca logran sumirse en un profundo y reparador sueño, dice Angelo Gemignani, de la Universidad de Pisa, en Italia.
El científico ha demostrado que los pacientes con FFI no cuentan con ese importante patrón cerebral.
Sin esas ondas lentas, lo más parecido al sueño normal que un paciente que sufre insomnio familiar fatal puede tener es un estupor sin sentido.
En esas circunstancias, en las que no está completamente dormido pero tampoco es consciente del todo, puede recrear sus actividades cotidianas sin darse cuenta.
Cortelli recuerda por ejemplo a una mujer, Teresa, que podía en ese estado hacer el gesto de cepillar el pelo a alguien.
En su día a día era peluquera.
El paciente que rompió el molde
Pero hubo un paciente que demostró que había formas de mitigar los efectos de la enfermedad.
Joyce Schenkein, una psicóloga del Touro College de Nueva York, EE.UU., conoció a Daniel -nombre ficticio- no a través de su trabajo, sino en un servicio de mensajería en línea en la década de 1990.
"Era muy inteligente, un chico brillante y muy divertido", recuerda.
Así que terminaron manteniendo una relación de amistad a distancia.
Daniel era portador del gen del FFI y estaba dispuesto a probar todos los tratamientos potenciales posibles para frenar la enfermedad.
Algunos fueron relativamente exitosos, como cuando logró dormir cuatro horas seguidas mientras flotaba sobre agua salada caliente, dentro de una especie de crisálida hinchable.
Pero cuando despertó tuvo que enfrentar unas alucinaciones terribles, incluida la que le llevó a dudar si seguía vivo o había muerto.
Aunque ninguno de los tratamientos fue definitivo, Daniel vivió más de lo que predijo su diagnóstico.
Y Schenkein escribió sobre su caso en una revista médica con la esperanza de que sirviera para extender la vida de otros pacientes.
Ensayo clínico
El año pasado Roiter y sus colegas anunciaron el ensayo clínico de un nuevo fármaco con el que esperaban evitar o al menos desacelerar la formación de priones.
Llevar a cabo un ensayo clínico y no herir la sensibilidad de las familias no es una cuestión sencilla.
Antes que nada los científicos tuvieron que examinar genéticamente cada uno de los miembros de la familia para determinar quién portaba la mutación.
De estos seleccionaron a 10 de entre 42 y 52 años.
Pero el problema fue que muchos miembros de la familia no quisieron saber el resultado de los análisis.
Aunque estudiar su caso fuera a aportar evidencias para un posible medicamento futuro, aseguraban que saber que desarrollarían el síndrome empañaría cada minuto de sus vidas.
Por ello, los científicos decidieron proveer el tratamiento también a 15 miembros que no están en riesgo de desarrollar la enfermedad.
Así ninguno de los participantes del ensayo sabría qué destino le esperaba.
Sin aplicarles el tratamiento, el doctor Forloni predice que al menos cuatro de los 10 portadores de la mutación sucumbirán ante la enfermedad en la siguiente década.
Y aunque no la desarrollen, no se puede descartar el factor suerte, dice el científico.
Por ello, el ensayo sigue siendo controvertido.
La sobrina de Silvano contó que entraba cada noche a la habitación de su madre para comprobar que estaba dormida y no mostraba los primeros signos de insomnio.
Era "una espía en su propia casa", decía.
Si la fármaco funciona, terminaría con este tipo de pesadillas. Para los pacientes sería el principio de un futuro más tranquilo.
Podrían abrazar una noche de sueño sin temor a que fuera la última.
Lee la historia original en inglés en BBC FutureContenido relacionado
Cómo aprendí a aceptar mi insomnio
¿Tiene el insomnio un lado positivo? Es una pregunta que se hace el escritor Will Self despierto durante la noche. Estas son sus reflexiones.
El título del libro de Jonathan Crary, recientemente publicado, lo dice todo "24/7: Late Capitalism and the Ends of Sleep ("24/7: El capitalismo tardío y el fin del sueño"). Con lo que quiero decir que, al igual que ocurre con las mejores polémicas, como el "Manifiesto Comunista" o "Una Modesta Proposición", la idea central se resume en su título.
Mi guardia ya estaba abajo, como una la preparación involuntaria para recibir el punto central de Crary, que es el siguiente: los procesos que asociamos con la vida económica contemporánea se están moviendo inexorablemente a privarnos de nuestro sueño.
Porque una persona que duerme no es un consumidor en lo absoluto: es incapaz de introducir el código de seguridad de su tarjeta de crédito en una página web y tampoco es que sea muy bueno trabajando.
Y, además, es difícil para el aparato de seguridad del Estado mantener bajo vigilancia a quien está durmiendo, ya que sin un electroencefalograma en tiempo real es imposible saber lo que está soñando e, incluso con uno, no se puede saber si sus sueños tienen una naturaleza potencialmente traidora o terrorista.
Donde yo tal vez me separo de Crary es en su afirmación de que el capitalismo es el único sistema económico insomne.
Estoy bastante seguro de que había insomnio en Stalingrado, y muy posiblemente la antigua Sumeria. Aunque admito, hay algo acerca de nuestra existencia contemporánea, especialmente en las grandes y bulliciosas ciudades, que parece totalmente hostil a un buen descanso en la noche.
Empecé a notar que estaba perdiendo el sueño hace una década. En un primer momento sólo era un poco del principal período de reposo, así que me quedaba en la cama una hora o menos.
Pero luego empecé a encontrar que me era casi imposible tener un descanso, incluso en días en que no estaba obligado a ser una unidad económica-productiva.
Y después de eso, cada vez con mayor frecuencia vinieron idas nocturnas al baño, que a menudo me dejaban sin dormir durante una o dos horas.
Todo esto era perfectamente comprensible y fácilmente explicable: puede que los hombres mayores de la especie durmamos en colchones especiales, pero esto no mitiga los efectos de una lenta inflamación de la próstata.
Tal vez lo que hizo más irritante la situación era era que mi esposa dormía y dormía.
Ciertamente, siguiendo consultas informales entre mis compañeros descubrí que esto era una regla general: los hombres de edad avanzada tienden a dormir menos y las mujeres maduras más.
Contra la tesis de Crary, mi propia explicación para esto era puramente aritmética. Hay muchas funciones fisiológicas básicas que se basan en el cálculo inconsciente, como nuestra percepción de la profundidad, que depende de averiguar la longitud de los lados de miles de triángulos equiláteros que formamos cuando enfocamos un objeto, siendo la base de una distancia que sabemos intuitivamente, ya que es entre un ojo y el otro.
¿Tal vez el sueño estaba sujeto a una medida similar? Hacia el final los hombres nos damos cuenta de que tenemos una menor esperanza de vida, por lo que a medida que envejecemos tendemos a estar más despiertos: vamos a recuperar el sueño de cualquier manera cuando estamos muertos.
Me gustó bastante esta hipótesis.
¿Quién necesitaba dormir de todos modos? Entonces me acordé de los sueños monumentales de la niñez y la adolescencia que parecían haber durado eones: mientras yo dormía civilizaciones ascendían y caían, especies habían alcanzado la extinción, y cuando finalmente despertaba casi no sabía más quién era yo.
En realidad, yo había caído en cuenta desde hace mucho tiempo que esa forma de delirante descanso había llegado a su fin. Fue en 1990, el año en que nació mi primer hijo. La Copa del Mundo realizaba en Italia ese verano, y la canción oficial del torneo fue el aria Nessun Dorma de la ópera Turandot de Puccini, interpretada por Luciano Pavarotti.
Nessun Dorma se traduce del italiano como "Nadie duerma", y cuánta razón tenía, porque incluso cuando mis hijos comenzaron a dormir toda la noche, yo nunca recuperé completamente el sueño.
Estoy seguro de que otros padres identificarán. No importa si sus hijos han crecido y se trasladaron a otro continente, todavía sus corazones laten en tu corazón, incluso cuando estás inconsciente, y por esto te mantienes en constante alerta.
Por supuesto, yo no soy un idiota (o al menos, no más que cualquier otra persona), ni estoy tratando de resucitar las noches blancas de mi juventud cuando pensaba que ver el amanecer era el último grito de la sofisticación.
Soy muy consciente de que desde que comencé esta práctica, entre comillas, la expresión "una buena noche de sueño" es totalmente irónica. Sin embargo, no puedo desistir.
Según Crary es el capitalismo tardío el que tiene la culpa. Pero yo mantendré encendido permanentemente mi teléfono en la cabecera, al lado derecho de la cama, con sus sonidos y exhortaciones para hacer clic en la próxima gran oportunidad.
Como miembro de esa clase de trabajadores independientes conocidos como "precarios", sigo haciendo equilibrio en el borde de un precipicio económico. Después de años de escribir con fechas de cierre, el tiempo ciertamente se ha convertido en dinero para mí y no puedo darme el lujo de desaprovecharlo.
Pero también creo que hay otra razón por la que ya no puedo dormir bien. Como escritor de ficción le di mucha importancia a la ayuda del sueño para proveer la creatividad.
Siempre he escrito los primeros borradores de mis cuentos y novelas a primera hora de la mañana, creyendo que es más fácil suspender la incredulidad en mis inventos inverosímiles.
Un buen sueño puede alterar por completo la percepción del mundo, haciendo triviales las preocupaciones más importantes de la misma manera en que puede otorgarle gran significado espiritual a cosas irrelevantes.
Obviamente, esto no es un estado mental propicio para ser una pieza útil en la gran rueda del crecimiento, a menos que seas un artista. Así todos los actos que impulsen al crecimiento nos separen de nuestros edredones.
Oscar Wilde dijo que "La vida es un sueño que nos impide dormir". Pero tal vez una vez que hayamos dejado el letargo del todo nos daremos cuenta que no había un nosotros, solo un sueño, soñando otro.
Contenido relacionado
¿Cuál es el mejor tratamiento para el insomnio?
Semanalmente, la revista BBC Focus resuelve algunas dudas de sus lectores. A continuación, una selección de sus respuestas para curiosos.
¿Cuál es el mejor tratamiento para el insomnio?
No hay una fórmula mágica, pero el insomnio, y preocuparse por el insonmio, puede convertirse en un mal hábito que se retroalimenta.
Si no duermes, es tentador mirar la televisión, chequear el teléfono, consumir demasiado alcohol. Todas estas conductas -dicen los expertos- tienen que cambiar.
En su lugar, necesitas mucho ejercicio -aunque no antes de dormir-, evitar la cafeína después del mediodía, evitar las cenas copiosas y mantener bajo el consumo de alcohol.
La buena "higiene de sueño" incluye observar horarios regulares para irse a la cama y utilizar la habitación sólo para dormir y tener relaciones sexuales -no para trabajar, enviar correos electrónicos, llamar por teléfono, ver televisión o cualquier otra actividad estimulante o estresante- de manera que el cuerpo aprenda a asociar ese espacio con el sueño.
Y si te levantas en mitad de la noche, no te pongas a buscar ninguno de tus aparatos ni tampoco un libro.
Un truco simple que funciona para algunas personas es sentarse en la oscuridad en el borde de la cama. Pronto te aburrirás y te dará sueño.
¿Vuelan los pájaros entre las nubes?
La mayoría de los pájaros no vuelan a más de 150 metros del piso, así que no atraviesan nubes, a menos de que esté nublado.
Pero las aves migratorias pueden alcanzar alturas de 6.000 metros.
La especie que se ha visto volar más alto fue una bandada de cisnes castores (Cygnus cygnus), a 8.800 metros. Es lo suficientemente alto como para ponerlas entre nubes bajas y de mediana altitud, incluidas los estratos y altoestratos que cubren el cielo en un día nublado.
Volar entre nubes no es peor que volar bajo la lluvia y las aves vuelan lo suficientemente lento como para evitar montañas y edifcios que aparecen de la nada en situaciones de escasa visibilidad.
¿Cómo puede una compresa fría aliviar el dolor de cabeza?
El dolor de cabeza sinusal ocurre cuando las membranas inflamadas de los senos nasales bloquean el flujo de moco.
Enfriar la sangre cerca de la cabeza puede enviar una señal al hipotálamo en el cerebro de que la temperatura corporal es muy baja y que la sangre debe desviarse de la cabeza para circular hacia otros órganos. Esto reduce la inflamación de los senos nasales.
Pero el tipo más común de dolor de cabeza es la cefalea tensional. Cualquier beneficio que puedas sentir al ponerte una comprensa fría en este caso probablemente se debe a la sensación reconfortante que obtienes de ello, lo que reduce los niveles de estrés.
¿Puede ocurrir la fotosíntesis a la luz de la Luna?
La fotosínesis usa la energía de la luz solar para convertir dióxido de carbono y agua en glucosa y oxígeno.
La planta usa parte de esta glucosa para crear células, mientras que otra parte se reconvierte en dióxido de carbono y agua para poveer de energía a su metabolismo.
La luz de la Luna llena en una noche clara sólo tiene una seismilésima del brillo del Sol en un día nublado. Aún así, las reacciones fotosintéticas ocurren, sólo que 6.000 veces más despacio.
Esa velocidad es demasiado lenta para serle útil a la planta, porque como resultado gana menos dióxido de carbono del que pierde por la respiración de sus células.
A medida que el Sol se eleva en el cielo la fotosíntesis se vuelve más efectiva, hasta que la planta ha absorbido suficiente CO2 para restablecer lo que utiliza para proveerse de energía.
A esto se le llama "punto de compensación" y ocurre en las primeras horas de la mañana, así como al final de la tarde, cuando los niveles de luz se reducen otra vez.
Fuera de esas horas, la fotosíntesis no es útil para las plantas y muchas cierran sus hojas de noche, de manera que no se afecten los ritmos circadianos que controlan el florecimiento.
Contenido relacionado
- ¿Cuál es la mariposa más grande del mundo?
- ¿Por qué nos da sueño después de comer mucho?
- ¿Hay animales zurdos?
- ¿Qué tan ruidoso fue el Big Bang?
- ¿Puede la meditación cambiar nuestro cerebro?
- Si los humanos desaparecemos, ¿qué animal se volverá dominante?
- ¿De verdad existe la percepción extrasensorial?
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
Inscríbete en el Foro del blog y participa : A Vuelo De Un Quinde - El Foro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario