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domingo, 18 de agosto de 2019

La Historia del Amor Cruel : Capítulo CDIX .- María Elena Ramos; acepta compartir en la mesa de la Cafetería donde estaban don Rudecindo Guevara Gálvez y Olzagon....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon, y como informamos en el capítulo anterior; Don Rudecindo Guevara Gálvez, quien es el Gerente General de la empresa Import & Export S.A., invitó a Olzagon a tomar un taza de café en el Centro de la Ciudad; celebrando los buenos negocios con grandes ventas a la tienda mayorista : "Comercial ELMALI", de propiedad de la empresaria Elsa Martinez Linares, ellos entraron a la Cafetería "El Sabor del Aroma Cafetero"; igualmente antes que ellos llegaran, también lo hizo minutos antes  María Elena Ramos, quien casi por intuición quería beber una taza de café, pensando en Olzagon, y ellos se sentaron junto a ella, pero no se vieron; pero Olzagon también por intuición sabía que ella estaba allí, pero por la ubicación de la mesa se dan la espalda........



Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen las consistencias del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derechos de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Cómodamente sentados: Don Rudecindo y Olzagon, que los ubicó allí una atenta mesera; ellos ya pidieron una taza gigante de la última cosecha de un café que ganó un campeonato mundial de degustadores de Café, celebrado en París, por esas coincidencias que solamente las reservan y  hacen los Dioses del Amor, quienes colocaron a María Elena Ramos, justo a la espalda de ellos; también ella bebía una taza gigante de café...
Don Rudecindo entusiasmado por haber obtenido un pedido de grandes cantidades de mercaderías, comenzó a conversar con Olzagon, para planear como se llevarían a cabo los siguientes pasos para iniciar la importación desde París; Olzagon escuchaba la conversación, pero sus ojos muy inquietos no dejaban de mirar a la espalda de una dama, que justo estaba junto a ellos; ya el joven dedujo, que ella era María Elena Ramos, pero al mismo tiempo corregía sus presunciones, ya que ella era una mesera en el Restaurante Campestre "El Buen Aire"...Aparentemente no encajaba su presencia en ese sitio...
Entonces, don Rudecindo, sabiendo que su vendedor era brillante en las ventas; pero al mismo tiempo destacaba con un conquistador de mujeres, y al verlo de reojo que casi no le prestaba atención y que miraba con insistencia la espalda de una joven mujer, se acercó a él,  y en voz baja casi al oído, le dijo:
--- Olzagon, te invité a beber una taza de café y no a otear la espalda de una dama solitaria, que bien puede estar esperando a su pareja y ella ya se adelantó con una taza de café.. esperando... esperando....tu sabes a que me refiero...
Olzagon, sobresaltado por la llamada de atención de su jefe, también le respondió en voz baja y dijo:
--- Señor Gerente, lamento mi distracción por no atender su conversación; pero mi intuición me indica, que esa joven a quien no hemos visto su rostro y que nos da la espalda la conocemos los dos.....
El Gerente, casi interrumpiendo, le preguntó:
--- Olzagon, no puedes con tu genio y dime: ¿Quién es?
Olzagon, se apegó al oído de su jefe y le contestó:
--- Recuerda usted, el último almuerzo en el Restaurante Campestre "El Buen Aire", que hubo una joven cantante que se me declaró en público.....
El Gerente General, recordó el mal rato que él, tuvo que soportar; por el capricho de su Jefa Clorinda Manzanares, la misma que se llevó a Olzagon en forma pública y descarada y respondió:
--- Oh Dios Mío, tremenda vergüenza que soporté, por que tu huiste con la señorita Clorinda, pero: ¿Qué tiene ver esa mesera aquí?
Olzagon, ya seguro que ella era María Elena, no le agradó mucho la expresión de su jefe: "...que  ver esa mesera aquí", y sacando fuerzas de hombre enamorado, le respondió así:
--- Señor Gerente, tal como usted lo expresa, esa mesera es la señorita María Elena Ramos, que está bebiendo una taza de café a nuestras espaldas...
El Gerente, reaccionó pidiendo disculpas, por la manera hosca tal como se expresó, diciendo:
--- Olzagon, lamento mucho mi expresión con referencia a esa señorita, pero dime: ¿Cómo sabes, que es ella, sino le has visto el rostro?
Olzagon, cometiendo un desliz, que nunca lo hace y sin pensar algo colérico se expresó así:
--- Señor Gerente, ella fue mi amante durante toda una noche.....
Pero, Olzagon arrepentido, rápido reaccionó por semejante expresión machista y lamentó en el alma haberlo dicho;  y tratando de rectificarse, pero su jefe se adelantó, diciendo:
--- Oh joven conquistador, conoces muy bien las espaldas a las mujeres que te hicieron compañía.. jajajajajajajaaaa
Olzagon, avergonzado y ahora herido por la mofa de su jefe, ya en estado de melancolía, se disculpó así:
--- Señor Gerente, le ruego acepte mis disculpas por la abrupta expresión, jamás debería haber dicho semejante expresión, ojalá ella no tenga oídos despejados y haya escuchado esta conversación....
En esos instantes llegó la mesera con un azafate lleno con las tazas gigantes de humeante café y bocaditos adicionales como cortesía de la casa, les sirvió a cada cual y les dijo:
--- Señores, la casa incluyó estos bocaditos sin costo, por la preferencia a nuestra cafetería, por favor sírvanse.
Don Rudecindo, muy agradecido por las atenciones, contestó:
--- Muchas gracias señorita, por favor algo adicional, solo una pregunta; dígame:¿La  señorita que nos da la espalda espera a otra persona, por que está sola?
La mesera quien la había atendido, momentos antes que ellos, le contestó:
--- Está usted con suerte, ella es cliente nueva, es su primera vez aquí y que yo la veo y creo que no espera a nadie por que pidió mesa individual..
La mesera, después de contestar la pregunta se retiró y se fue.
Entonces, Don Rudecindo y Olzagon se miraron sin pronunciar palabras, ambos cogieron el asa de la taza de café y la llevaron a su boca para empezar a beber el aromático líquido, que por cierto por el aroma  que se expandía en el aire anunciaba una delicia cafetera.
Después de beber el primer sorbo, lo hicieron por segunda vez y regresaron la taza al platillo, y don Rudecindo siempre locuaz, dijo:
--- Olzagon, no te preocupes, por lo que expresaste, solo afloró los sentimientos encontrados en tu interior, y después de todo no ofendiste a nadie, todo fue un acto que tu y ella lo hicieron como jóvenes amantes.
Olzagon, dio un largo suspiro, no contestó y de nuevo cogió el asa de la taza de café y siguió bebiendo y se le vino a la mente la idea con esta expresión:
--- Señor Gerente, para mi los sentimientos con actos acompañados que hago con las mujeres son sagrados entre ellas y yo; no entiendo ¿Por qué tuve que expresarme así?
Los dos personajes siguieron bebiendo su delicioso café y saboreando los bocaditos, ya Olzagon había dejado de observar la espalda de la dama y empezaron a conversar sobre los futuros asuntos de la empresa...
Entonces, casi a lo olvidado, la dama que les daba la espalda ya había terminado su café, para ella no hubo bocaditos y cuando se iba a parar(así hizo el intento) alguien llegó hacia ella, la saludó(parece que se conocen), pero como no había otra silla, el, siguió de pie conversando, pero daba entender que quería algo con ella y ella no deseaba su presencia y compañía allí, ella levantó la mano llamando a la mesera pidiendo la cuenta quien estaba muy cerca, se paró le entregó un billete a la empleada y dio la espalda al inoportuno galán, lo que permitió a Olzagon y don Rudecindo saber que era María Elena Ramos
Estos personajes dando la impresión de sorprendidos al unísono expresaron:
--- ¡¡¡ Señorita María Elena que sorpresa verla !!!!
El frustrado galán que la acosaba desapareció por arte de magia, y los nuevos amigos se levantaron del asiento y Olzagon siempre gentil jalando la silla que ella había dejado y la invitaron a compartir con ellos.
María Elena Ramos, quien quería estar junto a su recordado Olzagon y librarse del inoportuno individuo, que felizmente ya no estaba, aceptó gustosa la invitación y se sentó junto a ellos; como era natural hubo un cruce de miradas insinuantes entre Olzagon y ella...
Continuaremos.................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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