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domingo, 9 de febrero de 2020

La Historia del Amor Cruel : Capítulo CDXXXIV.- Elsa Martinez Linares; después de compartir una taza de café con don Rudecindo Guevara Gálvez, estando en casa decidió ir a la mañana siguiente al Club Empresarial y averiguar datos.......

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon, y como informamos en el capítulo anterior; Don Rudecindo Guevara Gálvez, quien era el Gerente General de la empresa Import & Export S.A., invitó a beber una taza de café  a la empresaria Elsa Martinez Linares, ellos fueron a la Cafetería: "El Sabor del aroma cafetero", estando allí los ubicaron justo detrás de una silla individual donde bebía café la ex amante de Olzagon  señorita María Elena Ramos; al sentarse se inició una fluida conversación, y a las preguntas de Elsa, sobre la dama de atrás, su acompañante le informó de ella  y le agregó de otra dama que también estuvieron con Olzagon, la empresaria Elsa que también fue una de ellas, sintió incomodidad, pero finalmente lo pensó mejor y ahora decidió ser amante de su acompañante de la mesa, aunque esto no es ético....

Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen las consistencias del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derechos de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Elsa Martinez Linares, dirigió sus cinco sentidos en conquistar a don Rudecindo, luego de escuchar las aventuras de Olzagon, y le dijo:
--- Don Rudecindo, sin ánimos de entrar en su vida privada, le voy hacer una pregunta por curiosidad: ¿Es usted casado, y aún siéndolo tiene libertad para salir?
Don Rudecindo que justo estaba pasando por su garganta un sorbo de café, se le detuvo bruscamente y casi se ahoga, tosiendo muy fuerte, era la reacción corporal ante una pregunta demasiado comprometedora por ser directa de parte de la empresaria, que le indicaba claramente que no le importaba su estado civil de su acompañante, sino salir con él, algo que él jamás lo hacía por la decencia y respeto a su empresa y su formación familiar, y reponiéndose del trago de café que esta fue muy amargo, le contestó:
--- Señorita Elsa, soy padre de familia con tres hijos, todos ya casados y tengo 08 nietos, todos ellos residen en París; yo estoy en este país junto a mi esposa, quien no trabaja y todos los días me espera con los brazos abiertos a mi regreso del trabajo, si tengo un hogar feliz; claro está, tengo compromisos empresariales y me ausento horas más que la llegada de costumbre, por ejemplo hoy le anticipé a mi esposa que bebería una taza de café con la mujer mas hermosa que haya conocido alguna vez y que se convirtió en nuestra mejor cliente.....
Elsa Martinez Linares, recibió una respuesta contundente que no hay ninguna posibilidad de salir con él, y entendió perfectamente las explicaciones de la vida diaria de don Rudecindo, quien era un hombre hogareño, tal vez sin pecados en la calle, tuvo un instante de ira al ver frustrado su intento de conquista, pero su educación le hizo recapacitar y comprendió que ese señor no era su trofeo de guerra contra su familia, y siempre pulcra le dijo:
--- Sinceramente me asombró don Rudecindo, es usted un padre ejemplar y un esposo amoroso; lamento no decir lo mismo por mi, sigo soltera y nadie me espera en la casa, sino los empleados y de vez en cuando un familiar de visita...
Entonces, intervino don Rudecindo y con ánimos de consuelo le dijo:
--- Señorita Elsa, le ruego vea una vez más su rostro en el espejo de su dormitorio, y se dará cuenta que es una dama hermosa, llena de bondad, energía, juventud y comparte amor a raudales; creo que tarde o temprano, alguien tocará las ventanas de su corazón y le ofrecerá su compañía y amor para toda la vida; a modo de consejo me permito sugerir, que asista con más frecuencia a las reuniones del Club Empresarial, es una institución solvente y selectiva, sólo allí está la crema y nata de la Sociedad...
Don Rudecindo, hizo una pausa y agregó:
--- Le aseguro que por allí ronda un ángel perdido que está buscando el cielo de su corazón, y usted tan solo tire el pañuelo al piso y ese gentil caballero que lo levante y se lo entregue en sus manos, será el ángel perdido, que la ubicó como la  doncella mas hermosa de la tierra.
En aquellos momentos llegó la mesera; con una fuente llena de bocaditos y en la otra mano una fuente con una botella de vino con dos copas, las colocó sobre la mesa y pidió permiso:
--- ¿Por favor pueden indicarme si sirvo el vino?
Fue súbito el detalle de parte de don Rudecindo, que sorprendió a Elsa, y él mirándola, devolvió con otra pregunta hacia Elsa y dijo:
--- Señorita Elsa, el café estuvo delicioso, creo que con una copa de vino lo asentaremos: ¿Me autoriza servirlo con mis propias manos?
La mesera, se dio cuenta que ella sobraba allí, hizo una venia y se retiró; y Elsa que seguía completamente impactada por los finos modales de educación y respeto que exhibía su acompañante, le contestó:
--- Gracias por la amabilidad, si por su puesto...........
Parece que se le trabaron las palabras a la emocionada Elsa, y se convirtió en la acompañante pasiva, dándole toda la iniciativa a don Rudecindo, quien sirvió dos copas, algo más arriba de la mitad del contenido, le entregó una copa a su bella acompañante y él con la suya levantándola y chocando con la de Elsa, que ya la tenía levantada, chocaron y bebieron solo un pequeño sorbo, por que así lo aconsejaba la rígida etiqueta.
De este modo continúo la reunión en esta mesa, y felizmente sin que ellos se diesen cuenta María Elena Ramos, terminó su taza de café y se retiró; la tertulia continuó por un tiempo más, seguramente bebieron un poco más de la mitad de la botella, y ya era momento  de dar por terminada la reunión, se pidió la cuenta, pagó el caballero y salieron.
Elsa, le pidió que la deje en su departamento de soltera y el acompañante regresó a su casa.
Elsa, al subir a su departamento, justó encontró a su Nana con la puerta abierta, estaba limpiando la puerta, la abrazó cariñosamente como solía hacerlo cada vez que la visitaba o ella decidía descansar allí; pero esta vez había nostalgia y desconsuelo más frustración en el corazón de Elsa, quien le pidió que cierre la puerta y la invitó a su dormitorio, al llegar Elsa se tiró sobre la cama y empezó a llorar.
Su Nana, que conocía aquellos síntomas, que significaban que su adorada Jefa, había sufrido una decepción amorosa, manifestación que no la había visto desde hacía 08 años atrás, ella también se acostó a su lado y le peguntó:
--- Desde hace muchos años nunca la ví así: ¿Qué le pasa a la bella doncella? ¿Alguien le hizo daño?
Elsa, seguía en un mar de lágrimas y entre sollozos agradeciéndole el consuelo a su Nana y abrazándola al costado, le contestó:
--- Nana mía, solo tu me quieres de verdad, nadie más se acerca a mi, sino es por mi dinero, que desgraciada soy........
Elsa continuó llorando, ella sabía que don Rudecindo que en todo momento fue un caballero y lo fue hasta el final; tal vez ella muy entusiasmada pensó precipitadamente: que él tenía otras intenciones, pero no fue así, tan solo fue una salida como amigos y terminó así; pero en cambio Olzagon, ese joven que ya la atrapó sin que ella lo sepa como, era el causante de esos lloriqueos y tal vez hasta rabietas.
Pero, esta situación no podía continuar así, tenía que haber una solución, por lo que ella no tenía que sufrir por la extorsión de su propia familia y decidió ir muy temprano en la mañana siguiente al Club Empresarial y averiguar: ¿Quién era el funcionario que calificaba la ética empresarial de los asociados?.....................
Continuaremos.....................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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