Mi lista de blogs

domingo, 1 de agosto de 2021

ORÍGENES DEL SEÑOR DE SIPÁN : Capítulo LXXXIX.- Los tres líderes: Siekik, Chamokik y Kamokac; visitaron el Cruce de los Caminos, que era un centro comercial frecuentado por los comerciantes de diferentes zonas, donde intercambian sus productos mediante el trueque; después el joven Siekik, conoció a los padres de la joven hermosa ...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los Orígenes del Señor de Sipán; Siekik, pasaba una reunión con los otros líderes, Chamokik, quien era su lugarteniente y Kamokac, quien era el responsable del manejo de los terrenos que fueron de Zankoc, hubo que hacer frente en el mismo día a una tribu invasora errante quienes pretendían tomar por la fuerza la producción de los terrenos y fueron exterminados, por la noche pasó en compañía de una joven hermosa, quien era una aprendiz en los talleres de los telares, al siguiente día convocó a una reunión  de  líderes. .............. sigamos con el relato ...................


Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue:  El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente  un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia: 
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

El joven líder Siekik, tuvo la curiosidad de conocer el llamado Cruce los Caminos o cruce de los comerciantes, donde se reunían justamente estos mercaderes, quienes visitaban todas las tribus ofreciéndoles sus productos y comprando otros mediante el trueque, y desde aquí enrumbaban a nuevos mercados;  único sistema comercial en aquellas épocas.
Entonces, se reunieron los tres líderes: Siekik, Chamokik y Kamokac; quienes acordaron cumplir con la curiosidad de Siekik, el que quería conocer el Cruce de los Caminos; pero, esta vez tenía una motivación de seguridad, para fortalecer y garantizar la tranquilidad y que ya no hayan más tribus invasoras; se le encargó a Chamokik reunir un contingente de guerreros completamente armados para hacer frente a una probable tribu invasora, que nunca se descartaba ya que ellos seguían a los comerciantes.
Se creía que los comerciantes eran quienes daban la información a las tribus errantes, pero no era así, ellos sin ser confidentes proporcionaban información indirecta mediante las transacciones, que hacían que les interesaba la cantidad del trueque, y con ese dato ellos calculaban el botín que les servía para asaltar a la tribu víctima..
Chamokik, reunió a 80 guerreros y con ellos partieron los tres líderes quienes iban  a la cabeza, salieron de los terrenos y entraron a la planicie de las zonas eriazas, allí encontraron a un grupo de guerreros enterrando a los cadáveres de la tribu invasora quienes pretendieron invadir, todos sus integrantes murieron en los dos combates que tuvieron el día anterior, ellos avanzaron y llegaron al llamado Cruce de los Caminos o Cruce los Comerciantes.
Realmente era un asentamiento de gente que iba y venía, aquí se encontraba a comerciantes en grupos de hasta 20 personas y que dentro de ellos iban sus cargadores que llevaban sobre sus espaldas los quipes de los productos que ofrecían o habían adquirido; se pudo notar que había aproximadamente un numeroso grupo de unas 80 personas de diferentes zonas, se les distinguía por la vestimenta y el color de la ropa, que exhibía cada agrupación de mercaderes.
Se habían construido grandes almacenes, donde los comerciantes guardaban sus productos que estaban de paso  y como tenía que ser; había un grupo de traductores quienes eran políglotas y les ofrecían sus servicios de traducción en las transacciones comerciales.
Durante el tiempo que estuvieron los líderes visitantes, ellos observaron que llegaron un grupo de comerciantes del Este, con una recua de llamas cargadas de productos, que ya los habían estado esperando otra asociación con quienes intercambiaban productos agrícolas con productos marinos tales como pescado seco salado, que además, les entregaron ponchos, bolsicos, lana y pieles; en el momento de la transacción había regateo que se hacía con movimiento de manos que sumaban o restaban usando los dedos.
También, llegaron otros comerciantes usando cargadores humanos, quienes transportaban en sus espaldas cántaros llenos de chicha de maíz fermentada, que era muy cotizada, por que del lote de la carga de 12 cargadores casi todos los comerciantes se la disputaban y la ganó la tribu del Este, quienes cargaron la chicha al lomo de las llamas; se notaba en sus rostros haber hecho un gran intercambio, que se aprovisionaron además del pescado salado, los cántaros de la chicha; se podría llamar a este lugar como el intercambio de productos donde todos ganaban.
Los líderes visitantes no habían llevado nada para ofrecer y tampoco podían comprar ellos eran sólo visitantes que se mezclaron con la gente que estaba allí, que hablaban dialectos tan diversos que en apariencia nadie se entendía, que además de los traductores, se usaba señales sobre el piso, que fue precisamente un comerciante con su bastón trazaba rayas, círculos y cruces y era captado por el otro y llegan a acuerdos en las transacciones, era una maravilla de mercado donde se podía adquirir y vender todo lo que se quería o se ofrecía, mediante el trueque.

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío. 
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Los líderes y sus guerreros, después de cerciorarse que dentro de esa gente no habían guerreros belicosos; ellos dieron por terminada su misión de su visita, y satisfechos con su curiosidad retornaron caminando por las llanuras, siempre observando a la retaguardia, para ver si eran seguidos por alguna tribu belicosa, pero nadie aparecía en el horizonte, los líderes llegaron sanos y salvos al asentamiento.
Kamokac, los invitó a un lugar oculto que había construido para ofrecer como una recepción, allí encontraron grandes tinajas llenas de chicha fermentada; tal como lo habían visto en el cruce de los caminos; el anfitrión (Kamokac) sirvió pocillos llenos de chicha y les ofreció a Siekik y Chamokik y éste último que tenía mucha sed se bebió todo el contenido de una sola vez y pidió más, Kamokac le sirvió y el bebedor de nuevo se lo bebió todo y pidió un tercero.
En cambio, Siekik iba bebiendo poco a poco como saboreando, recién se había bebido la mitad del pocillo.
Siekik, mientras bebía la chicha, se puso a pensar en la joven hermosa con quien compartió la noche y por primera vez sentía un algo en su corazón, deseaba verla de nuevo y estar con ella, le había conmovido verla llorar y después de la segunda vez del coito, ella cambió su semblante con risas, estaba grabado en su mente esas sonrisas.
Pero, al mismo tiempo se puso a pensar en su querida pareja Nassanchak, quien estaba preñada, y que él no fue suficiente cariñoso con ella, que padecía de vómitos y náuseas propios del embarazo; pero allí no terminaban sus pensamientos recordó a la sacerdotisa Chosinik y vaya que si preocupaba que se haya empreñado, situación que le traería muchos problemas con sus padres, sobre todo de su madre Mokumac quien quería a Nassanchak como su hija y tenía entre ceja y ceja a Chosinik.
Siekik, había estado tan concentrado en sus pensamientos que despertó como un sueño, al hablarle Kamokac, quien le dijo:
--- Oh Gran Líder, dígame: ¿Le gustó la chicha?
Siekik, quien seguía con gran contenido en su pocillos, que iba bebiendo casi a gotas, se sonrió y le respondió:
--- Si, por su puesto, está como para apagar la sed que teníamos.
Pero, Kamokac, consideró que no lo había gustado tanto por que aún no había bebido el contenido de su pocillo; pero, no era la lentitud con que bebía Siekik, que si le gustaba la chicha, sino sus preocupaciones con las mujeres y con pocillo en mano se acercó a Kamokac y en voz baja para que no escuche Chamokik, le preguntó:
--- Kamokac, ¿ya está lista esa pócima? necesito urgente tus hierbas para evitar que se empreñen las mujeres, para ofrecerle a la joven que me acompañó anoche, tu sabes tengo mi pareja Nassanchak que espera un hijo mío.
Kamokac, que ya había previsto esa necesidad de su líder, le respondió:
--- Oh Gran Líder, ya mi pareja hizo hervir las hierbas en un fogón de las cocinas, incluso allí estuvo la joven hermosa que seguramente ya bebió, puede continuar la noche en compañía de ella y no se empreñará.
Siekik, sintió un alivio, por que tenía que cargar algo pesado de tener hijos en todo lugar, no era un ejemplo para un líder del pueblo que los vasallos creían en su poder.
Llegó el atardecer, los líderes después de beber chicha que les ofreció Kamokac, salieron y se dedicaron a recorrer los terrenos, y el joven líder Siekik, quien tanto escuchaba hablar los dialectos que ya les entendía, le faltaba un poco la pronunciación y se internó en los terrenos cultivados y se encontró con una pareja de ancianos que trabajaban duro y parejo, él se apegó a ellos y se inició un diálogo, les dijo:
--- Hombre y mujer, ustedes trabajan muy bien la tierra ¿Tienen hijos?
Fue la mujer, que debía tener unos 40 años, completamente arrugada su piel del rostro, que en aquella época era la máxima edad que vivía un ser humano, por lo que ya era una anciana y le respondió:
--- Oh Gran Líder, agradecí a los dioses que usted haya elegido  a nuestra hija como su concubina, ella después de pasar la noche con usted, nos visitó temprano muy feliz y nos dijo que lo acompañará mientras usted viva aquí y que está dispuesta a seguirlo a sus dominios para servirle.
Siekik, sintió un tremendo dolor emocional en su corazón, encontrarse con los padres de la joven hermosa, que la hizo suya, pero ella no podía acompañarlo, por que él tenía una pareja que esperaba un hijo y le contestó:
--- Mujer, no sabía que la joven  tenía a ustedes trabajando, aquí en los cultivos, dígame ¿Usted sabe tejer?
La madre de la joven hermosa le respondió:
--- Oh Gran Líder, si soy tejedora, sino que la instructora me envió al campo......................
Continuaremos.....................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

No hay comentarios: