Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; el bandolero Rogelio Campos, hizo las paces con los hermanos de uno de ellos muerto por él, que lo perseguían por un ajuste de cuentas, se celebró la amistad con tragos macerados y Cleofé como dueña de casa les está preparando almuerzo, que consistirá en un estofado de gallina; los hermanos Alfredo y Polinario, estaba embriagándose de felicidad por haberse librado de una pesada carga llenos de venganza para matar al bandolero, que si no hubiesen hecho amistad, tal vez ellos también habrían muerto, por que Rogelio Campos, era un peleador que nunca perdía un desafío, gracias a la amistad se celebró con la única bailarina que era la dueña de casa Cleofé, quien no perdía las esperanzas de atrapar al bandolero... .... sigamos la historia...............
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria.
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
En casa de Cleofé; se selló la amistad entre Rogelio Campos y los que fueron sus perseguidores los hermanos Alfredo y Polinario, parece que ellos habían recibido una pésima información de los hechos de como murió su hermano en manos del bandolero Rogelio Campos, ya que él nunca le buscó la bronca, sólo actuó defendiéndose y lamentablemente murió el retador; ya se hizo las paces y se armó una fiesta con la única música de un rondín tocado y soplado por Alfredo.
Los nuevos amigos, siguieron libando licor, hasta que llegaron a las seis botellas que había llevado Alfredo; ya los hermanos estaban completamente mamados (borrachos), ya perdieron por completo el sentido de la ecuanimidad, ya era posible que broten los sentimientos muy bien guardados, por estar desinhibidos, que todo ser viviente bajo los efectos estimulantes del licor se cree dueño del mundo y si es bochinchero (pleitista) arma líos y broncas que fatalmente terminan con muertos no deseados, por el dolor de los deudos de la víctima que murió.
Felizmente en esta reunión, todo era felicidad, Alfredo seguía soplando su rondín y mejoró la calidad de la música, que se captaba mejor la melodía; parece que el "músico" sobresalía su talento musical bebiendo licor; aún así según comentó Cleofé, ellos no eran borrachos ni entraban en cantinas y si lo hacían era por algún compromiso; que esta vez fue por la felicidad de amistarse que lo hicieron con el que consideraban era su enemigo Rogelio Campos, que él se cuidó mucho de no beber tan sólo la mitad de lo que bebieron los felices y empeñosos hermanos; la prudencia salva vidas era el lema del bandolero, todos felices y continúa la fiesta.
Ya llegamos al media día; Cleofé no descuidaba la cocina, de cuando en cuando mientras atendía a los huéspedes iba atizar el fogón, los bebedores seguían en su vergel alegres y felices.
Cleofé, que se retiró por un buen rato, apareció con dos mates llenos de yucas sancochadas con trozos de carne de gallina, era el estofado que como especialidad lo preparaba, ella, que se esmeró en la cocina y vaya que la sazón se expandía que hacía agua la boca de los huéspedes.
Felizmente había llegado la hora de comer, los dos hermanos Alfredo y Polinario con sus mates en mano comenzaron a comer, Cleofé fue de nuevo a la cocina y sirvió los dos últimos mates, uno para Rogelio que le puso la pechuga y el otro para ella, los sacó, le entregó al bandolero, quien rápidamente notó que le sirvieron la mejor presa, los otros no de dieron cuenta por que estaban ebrios, ya todos con sus mates se sirvieron el exquisito almuerzo, que a medida que comían mejoró su estado alcohólico, hubo conversación corta ya que estaban empeñados en "matar el hambre".
Al finalizar el almuerzo, Cleofé recogió los mates completamente vacíos, ella fue a la cocina y sacó una botella de licor para asentar el almuerzo, entregó el trago a Rogelio Campos, para que lo sirva, él lo recibió y lo vertió en los jarros, que terminó embriagando más a los hermanos Alfredo y Polinario; el bandolero Rogelio, algo picado con lo que había bebido que por arte de magia se evaporó comiendo el exquisito estofado; él ya quería fugarse sin despedirse por que no lo dejarían irse, pero los aperos de su montura estaban en la sala, bajo la atenta mirada de Cleofé, quien tampoco deseaba que se fugue el bandolero.
Los hermanos Alfredo y Polinario, salieron afuera al campo hacer sus necesidades fisiológicas; preciso tiempo que lo aprovechó Rogelio Campos, para sacar sus aperos y demás cosas y los llevó al patio trasero, no hubo oposición de Cleofé verlo salir, ella entendía que él quería irse.
Rogelio, ya afuera y detrás de la casa que nadie lo podía ver, ya no regresó a la sala, fue al potrero de Cleofé donde dejó su caballo, al encontrarlo lo haló, se cuidó de regresar por el mismo camino para que nadie lo vea, al llegar se escuchaba que la dueña de casa seguía libando licor con los hermanos.
Rogelio Campos, rápidamente ensilló a su caballo, y con el dolor del corazón de Cleofé que nada pudo hacer para detenerlo, el jinete montó y picó con las espuelas la panza de su noble equino y se fue, los hermanos bien mamados (ebrios) se habían quedado dormidos sobre la mesa, la única aún cuerda era la dueña de casa, que no logró darle el último abrazo al hombre que la cautivó en su corazón, por su valentía, y generosidad que no dudó defender a sus propios perseguidores, buscando la paz, ella se quedó con el premio consuelo de haber dormido con él, le recordará por siempre y se terminó para siempre, logrando cerrar la vieja herida llena de venganzas, que el Creador con su perdón evitó más muertes inocentes e inútiles.
Rogelio Campos, completamente desahogado y feliz y por efectos del roce con el aire, todo el licor que bebió se evaporó de su cuerpo y recobró la ecuanimidad, se puso a "conversar" con su noble amigo equino que lo transportaba, el trecho era largo, que casi todo el trayecto era una larga ladera, sorteando pequeñas hoyadas, que tuvo tiempo para pensar y le preguntó al equino: " Amigo, Liceria está más hermosa que nunca ¿Crees que debo intentar enamorarla?, por que ella me despidió con un abrazo y un beso con tanta pasión"...
El noble equino captó por telepatía, que gracias a esa comunicación que se había desarrollado entre ellos, le respondió así: Con un relincho largo se paró en seco y arrancó de nuevo con las dos patas delanteras al mismo tiempo, que si el jinete no hubiese estado agarrado de la silla salía disparado hacia adelante por encima de las orejas; era la respuesta apoteósica que necesitaba el jinete, que ellos regresarían como amantes, por que efectivamente Rogelio Campos quien estaba enamorado de su actual amante Amalia "Ojos verdes"; si había un viejo amor que sentía por Liceria, por ser la amorosa y ejemplar madre de sus hijos mellizos.
Rogelio Campos, sin darse cuenta lo mucho que había recorrido por estar concentrado en sus pensamientos, quien cuando ya se dio cuenta estaba a unos pasos de la casa donde regresaba.
Seguramente, ya llegamos a los 18:00 horas del día(hora de la oración) por que empezaba a oscurecer, Rogelio estaba llegando a la casa de Liceria Yamala, ya con la idea fija de enamorarla con o sin consentimiento de Nemesio, quien siempre se opuso a ese amor de su hermana.
Con esos pensamientos en la cabeza, Rogelio se aproximaba a la casa y cuando él llegaba faltando un kilómetro, observó que alguien se había sentado sobre un montículo en el camino, ya no había luz solar suficiente, el bandolero creyó que era algún enemigo, se paró en seco, pero su caballo no reaccionó como avisándole de algún peligro.
Pero, fue sorprendido, era Liceria, que estaba angustiada por lo que le pueda suceder a su ex amante, ella se había salido de la casa, mientras lo esperaba, pues acertó, por que su viejo amor regresaba sano y salvo.
Aún, Rogelio, no sabía quien estaba sobre el camino, Liceria entendió por qué el jinete seguía parado y le gritó:
--- Rogelio, no temas soy Liceria, que te estuve esperando, desde que te fuiste al pueblo quedé angustiada.
Rogelio Campos, al escuchar a su antigua amante, que lo había estado esperando, soltó el freno (bridas) de su caballo y lo picó, casi trotando al galope se aproximó donde estaba la bella mujer, llegó se apeó de un salto y fue hacia ella abrazándola con todas sus fuerzas, ella si notó el tufo del licor, pero no le importaba, era su deseo abrazarlo y besarlo.
Quizá, pocas veces en la vida se llega a revivir un amor que existió hacía 18 años atrás; se formó un solo cuerpo abrazados con amor y pasión, ella tan emocionada llorando le dijo:
--- Amor mío, te extrañé 18 años de mi vida, siempre te recordé aún con los celos de Nemesio, que nunca te perdonó, según él haberme quedado preñada y nacieron los mellizos, quien al verlos se olvidó del odio y los crio como sus propios hijos.
Rogelio Campos, conmovido al escuchar a Liceria, lo que sucedió sin saber nada, la abrazó de nuevo y le dijo:
--- Liceria, yo también te amo, el largo tiempo nos condujo a formar vidas diferentes, me siento orgulloso que hayas criado a los mellizos ocultándoles mi origen, si algún día lo llegan a saber, tal vez entiendan por que estuvimos alejados y separados; te cuento me propuse hacer las paces con los que me perseguían y lo logré, el tufo del licor que seguro lo oliste, fue por una reunión que se celebró con licor, ellos se quedaron muy mamados (ebrios) y me escapé, agradezco al Creador que no hubo más muertes.
Liceria, feliz de verlo sano, quería premiarlo y tal como lo hizo 18 años atrás, bajó sus manos a los genitales del macho, comenzó abriéndole la bragueta, que Rogelio estando parado y sorprendido por la reacción de su ex amante, se convirtió en pasivo sin mover ningún músculo, Licería apegó su boca a los labios de Rogelio y con sus dos manos en la bragueta que la desabotonó y metió las manos agarrando al aún "dormido" pene, que al sentir las delicadas manos de la dama, de inmediato se levantó, y como era descomunal levantó el pantalón, ella lo acariciaba con sus manos, y le dijo en voz baja:
--- Amor mío, quiero ser tuya como lo fui hace 18 años atrás.
Rogelio, miró que todo estaba oscuro, haló su poncho de la silla de montar, y lo tendió como un "colchón" sobre el suelo, abrazó de nuevo a su hermosa mujer, le cogió de la cintura, la levantó, se inclinó con ella en brazos la tendió sobre el poncho; él, a medio desvestir por que ella le había aflojado el cinturón del pantalón y con la bragueta abierta, sólo haló el pantalón hacia abajo y ella con ropa le levantó la bata hacia la cintura, ya no tenía calzón (no se usaba en aquellos tiempos) y la trepó encima, le cogió de los glúteos se abrazaron y se inició el coito, que ella sintió la penetración después de un largo tiempo de abstinencia (18 años), los amantes se entregaron a disfrutar su apasionado coito sobre el camino a pocos metros de la casa...................
Continuaremos........................
OTRA HISTORIA ADICIONAL:
La Historia del Bandolero Ecuatoriano NAUN BRIONES EL ROBIN HOOD ECUATORIANO
Bandolero lojano (Cangonamá-Paltas-Loja-Ecuador), A casi 80 años de su muerte, la gente del medio rural, especialmente de la zona fronteriza Ecuador – Perú, lo recuerda con nostalgia y guarda aún en su memoria relatos muy interesantes que a través de la tradición oral nos traslada a un realismo mágico del siglo anterior. Cuentan que Naún, viviendo en carne propia el dolor, la miseria y la injusticia social, desde muy joven se convirtió en bandolero y se propuso arrebatar algo de las fortunas a los ricos y terratenientes para entregar a los pobres.
Claro está, que la mala distribución de la riqueza, lo encaminó a tomar estas decisiones; y cómo no iba a sentirse marginado, si para él estaba clara la injusticia y desigualdad social; ¡la realidad histórica así lo demuestra! Toda la provincia de Loja, en ese entonces, me refiero al siglo anterior, estaba dividida en grandes latifundios, posesionados solamente por tres familias pudientes: los Eguiguren con 14 haciendas; los Burneo con 10; y los Valdivieso con 6; y con latifundios menores, pero significativos, también los Arias, Samaniego y Riofrío.
Naún Briones vivió en una sociedad llena de desigualdades muy parecida a la actual, la riqueza del país concentrada en pocas familias y grupos de poder.
Los campesinos, especialmente los chazos lojanos que habitan en el cordón fronterizo, son los que más lo recuerdan, y alrededor de él se han tejido historias y ficciones que son parte de nuestro patrimonio narrativo cultural, relatos que tienen algo de verdad, algo de historia y algo de fantasía; pero ante todo, más de leyenda y tradición que resistiendo al tiempo se niegan a borrarse de la memoria colectiva.
En el pueblo lojano, sigue presente el recuerdo de Naún. Pero, ¿Quien fue realmente Naún Briones?, ¡se preguntará la juventud actual! Naún Briones, fue un hombre de carne y hueso que vivió en el siglo anterior. Nació el 26 de noviembre de 1902, allá en Cangonamá perteneciente al cantón Paltas, y murió el 13 de enero de 1935 en Sozoranga, acribillado por un pelotón de carabineros al mando del Mayor Deifilio Morocho. Fue un bandolero.
Allá en Sozoranga, el octogenario, don José Alfredo Narváez, me contó este hermoso relato que hoy lo comparto a los lectores: MI TÍO LO CASÓ A NAÚN. Es una narración sencilla, curiosa y ante todo muy original.
Dice así:
¡Verá!, en la escuela del barrio Tumbunuma, a una legua de distancia desde aquí, era profesora la señora Isolina Jaramillo, hermana de Dolores Jaramillo Mora, y como Naún andaba esquivándose de la tropa de Deifilio Morocho, una vez llegó a ese lugar y ahí es cuando la conoce a Dolores y se enamora de ella. No demoró mucho le propuso matrimonio, y mi tío, el cura Alfredo Narváez en 1934 es quien los casó. El matrimonio fue calladito, lo realizaron a la media noche. No disfrutaron mucho porque en enero de 1935 murió Naún.
La gente decía que lo amenazó al cura y que le puso el cañón de la pistola en la sien para que lo case; ¡eso no es cierto! Mi tío contó que Naún era un joven “muy educado, y que con toda delicadeza le solicitó que los case”, remarcaba, “¡era sencillo y muy educado!”
Dolores era una joven morenita y bien simpática. Tenía 7 años más que Naún, no era mucho, pero era, mayor a él. Fue muy devota, decían que se había casado con Naún para salvarle el alma, ¡si, esas eran sus intensiones!
Yo fui amigo de Dolores, ella me contaba que Naún era un hombre bohemio y generoso, un gran hombre que no ofendía a nadie aquí, y es por eso que tenía muchas amistades.
Ahora, cuando se refiere a la muerte de Naún, continúa:
¡La tropa los acorraló en la quebrada! Los cerraron en círculo: desde Los Pozos bajan por aquí cerca de La Loma, se encuentran con el barrio La Cruz y Guamaní; entonces, Naún y sus compañeros estaban entrampados y sin salida. Yo vivía con mi madrina y le digo a ella, ¡ya lo entramparon a Naún! ¿y cómo sabes, me dijo? ¡Vaa!, contesto, ¡están disparando a la redonda!, le están estrechando por todos los lados!
Cerca de Piedra Liza había una laguna grande, más arriba una peña. Ahí se refugiaron Rindolfo Espinosa, Victor Pardo y Naún. Le hicieron bastante resistencia a Deifilio Morocho hasta que sin poder capturarlo, ordenó dinamitar la peña. No murieron enseguida, alcanzó la absolución del padre, solamente Rindolfo Espinosa; decían que le encontraron puesto en su cuello el escapulario de la Virgen del Carmen. ¡Había sido devoto de la virgencita! A Víctor Pardo le habían vaciado los sesos. Pero a Naún ¡no le pudieron matar!, se suicidó. Eso se constató porque en 1988 cuando sacamos sus restos del cementerio antiguo para colocarlo en el actual, ahí estaba visible aún el hueco que él mismo se propinó en la cabeza.
Después a los muertos los trajeron al Cabildo para hacerles la autopsia. Fue don Abrahan Muñoz quien hizo este trabajo. Yo, descuidándola a mi madrina vi toda la autopsia. Don Abrahan, con la ayuda de otras personas, pesaron en una balanza de mates los sesos de Naún. No recuerdo bien si fueron dos o tres libras y media que pesó. Abrahan Muñoz era un viejito talabartero que siempre lo llamaban para que haga estos trabajos.
Dolores Jaramillo, su mujer, mandó a hacer una buena caja para Naún, igual para Víctor Pardo sus familiares; pero a Rindolfo le hicieron una mediana porque no tenía familiares aquí.
El 14 de enero, el Padre Alfredo Narváez celebró la misa de cuerpo presente para los tres. Yo recuerdo, que dijo: “Ayer Sozoranga se vistió de luto, fue el día más triste, tres vidas se opacaron. Culpables o no, Dios los llamó a su lado y hoy están caminando hacia el Señor”. En tanto que sus compañeros le compusieron las siguientes coplas que después las cantaban en el pueblo:
Más de cien soldados vienen
a emboscarlo en Piedra Liza
la gente asustada llora
el cielo truena y graniza.
Con la sangre de Naún
la laguna se tiñó
Sozoranga se asustó
por la muerte de Naún.
Dijeron que lo mataron,
pero eso no sucedió
los pobres aseguraron
que él mismo se disparó.
En los cantones lojanos
sin miedo camina aún
tranquilo, valiente, ufano,
el bandolero Naún.
“No cabe duda que Naún Briones fue un bandido, pero un bandido muy decente”.
Hago mías las palabras de Cordobés Maure, escritor colombiano que dice:
“El pueblo me lo contó
y yo al pueblo se lo cuento
y pues la historia no invento
responda el pueblo y no yo”
N.B.- Este relato fue socializado a través del Taller de Literatura "P´alabrar" de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Loja, en el Primer Encuentro Literario Internacional "Quito, ciudad de Letras", realizado en el Centro Cultural Benjamín Carrión, en la ciudad de Quito, el día 21 de septiembre de 2011.
IMÁGEN TOMADA DEL BLOG DE EDUARDO PUCHA SILVISACA
Ver menos
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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