Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los: Orígenes del Señor de Sipán; los líderes: Chamokik, Kamokac y la instructora unidos se enfrentaron a una tribu invasora, que había acampado en el Cruce de los caminos; en principio hubo un desacuerdo entre Chamokik y Kamokac, para atacar a la tribu invasora; que terminaron juntos peleando contra el invasor, cuyo líder murió con la cabeza destrozada por manos de Chamokik; el saldo de combate fue 65 invasores muertos, con tan sólo 5 muertos de las fuerzas de Chamokik.... ..sigamos el relato...................
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue: El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia:
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.
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El cruento combate, estuvo parejo entre los guerreros de Chamokik contra el líder invasor, incluso en algunos momentos el líder Chamokik, tuvo que ceder terreno y retroceder por la abrumadora fuerza invasora; pero, que en aquellos instantes llegaron los guerreros al mando de Kamokac y se sumó los guerreros de la instructora; después del combate con la contundente victoria para Chamokik, éste hizo las paces con Kamokac, pero si le hizo la pregunta:
--- Kamokac, podrías decirme: ¿Por qué me hiciste pelear contra el líder invasor?
Kamokac, sonriendo, le contestó:
--- Oh Gran Líder Chamokik, nosotros queríamos disfrutar de la guerra, que usted como gran guerrero impone al enemigo.
Chamokik, soltó una carcajada, se acercó a Kamokac, le dio unas palmadas en la espalda y dio por terminada la discusión entre líderes del mismo bando.
Fue la instructora, quien sorprendió a todos, que supo empoderarse como toda una lideresa, que combatió de igual a igual como los hombres; una vez más ellos comprobaron que el joven líder Siekik, no se equivocó a impulsarla como responsable de los terrenos, que si lo estaba haciendo muy bien y se ganó el respeto de todos.
Chamokik, en acto de respeto a los defensores, ordenó a los guerreros sepultar a sus muertos que fueron 5 y curar a los heridos, y dejar los muertos enemigos en el lugar que murieron para que sean recogidos por los suyos, después de las ceremonias todos regresaron a los terrenos con el honor de la victoria.
Chamokik, como encargado por Siekik, para combatir a los invasores; después de la victoria, se quedó por varios días, vigilando los límites de los terrenos al Este, por si haya una respuesta de una nueva invasión, pero no llegó nadie.
Chamokik, había adquirido experiencia en múltiples combates y dejó pasar tres días, y ordenó a un grupo de exploradores ir hasta el Cruce de los caminos para observar el movimiento de los invasores; ellos llegaron y no encontraron los muertos, se presumía que los recogieron los suyos; lo que si fue novedad, el regreso de los mercaderes, que llenaron las viviendas, nadie se explica donde estuvieron los comerciantes cuando llegaron los invasores.
Chamokik, conversó con la instructora como la responsable, para celebrar la victoria contra los invasores, que constituía en una invocación al dios de los rayos dorados (El Sol), por haber sido testigo del combate y que se servirá una ración especial a todos los guerreros y moradores durante la noche.
La instructora, que ya era vista como una heroína por los habitantes, ella fue a las cocinas y ordenó a las mujeres preparar comida especial para todo el Asentamiento, que se servirá después de la invocación a los dioses.
En efecto, siendo las 17:00 horas del día, que coincidía con la segunda comida; los líderes Chamokik, Kamokac, se reunieron en la puerta exterior del templo, donde se preparó un proscenio y con la presencia de los guerreros que se batieron contra los invasores, llevaron a la instructora que ya era una sacerdotisa por decisión del líder Siekik, ella subió al proscenio y levantando las manos al firmamento, invocó:
--- "Oh Gran Dios de los rayos dorados (El Sol), estamos felices por habernos permitido lograr la victoria contra las tribus invasoras, te suplicamos que nos guíes con tus poderosos rayos, todas las veces que intenten atacarnos, te ofrezco la sangre de dos venados, que fueron sacrificado en tu honor".
El bajó el cuerpo y en cuclillas, metió las manos a una batea llena de sangre, se untó las dos manos y se levantó y agregó su invocación:
--- "Oh Dios de los rayos dorados, es la última vez, que se tomó animales de tu creación, ya que la próxima vez, será la sangre de los prisioneros, que te será ofrecida para lograr el honor de tu poder."
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío.
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Chamokik y Kamokac, se miraron entre ellos, al escuchar la invocación de agradecimiento al dios (El Sol), por parte de la instructora; aún ellos no habían ofrecido sangre humana.
La sacerdotisa que era la instructora, ordenó desde su ubicación, se sirva la comida; ella se bajó del atrio hizo una venia de sumisión a los líderes, e ingresó al templo, allí estaba Nachamok dando de lactar al hijo y le dijo:
--- Nachamok, a partir de mañana irás a tu vivienda que se construyó especialmente para ti, por ser la madre del hijo del líder; pero, siempre estarás en el templo en todas las ceremonias, por que el niño observará todo culto en honor a los dioses, hoy recibirás una comida especial en agradecimiento a los dioses, que ellos te llenarán de alegría por haber anticipado que tribus invasoras nos atacarían, fuiste la mensajera en avisarnos y los derrotamos.
La comelona, fue festejada y disfrutada por los moradores del Asentamiento, naturalmente hubo congoja de parte de algunos de ellos por la muerte de los cinco guerreros.
Chamokik, haciendo honor de ser lugarteniente del líder Siekik, ya había enviado a dos guerreros para avisarle que el triunfo fue contundente.
Kamokac, regresó a los terrenos que fueron de Tankik, por que aún tenía mucho trabajo que realizar en esos terrenos.
Después de 30 días, Chamokik decidió regresar a los dominios de la vivienda con 70 guerreros cargados de productos comestibles, con el compromiso que le hizo a la instructora, que en cuanto lleguen, los vasallos regresarán a sus terrenos.
Kamokac, que había empezado el ordenamiento y distribución de los cultivos en los terrenos que fueron de Tankik, ya había logrado el cultivo completo de lo disponible en tierras, como él ya cumplió sus tareas encomendadas por el líder Siekik, delegando la responsabilidad a un líder por sector de cada terreno cultivado, por lo que decidió regresar a su antiguo trabajo, en los terrenos que ahora respondía la instructora; pero, antes él tuvo que ir a los dominios de la vivienda, allí encontró al líder Siekik y le dijo:
--- Oh Gran Líder, ya cumplí con el trabajo que me destinó, todos los terrenos están cultivados o se esta haciendo, hay muchos sectores propicios para iniciar las cosechas, y encomendé a un agricultor como responsable del cultivo yo regresaré a mi anterior trabajo.
Siekik, quien sabía que Kamokac, hizo un excelente trabajo, le contestó:
--- Kamokac, hiciste un excelente trabajo, por que había muchos terrenos desocupados, y siendo de producción no se podía desperdiciar, hay cultivos que sólo siembran allí como las calabazas (zapallos), un producto muy cotizado y buscado; pues, puedes regresar cuando lo creas conveniente.
Kamokac, hizo la venia de sumisión y retornó a los terrenos, él conocía los cultivos que no se sembraban en los terrenos que fueron de Zankoc y eran los productos como las calabazas, zapallos y zambumbas que fueron transportados por 40 agricultores, uno por hombre por ser de volumen y pesados; él llegó un atardecer cuando se estaba sirviendo la segunda comida, todos los moradores viendo regresar a su líder cargado de comida, ellos se alegraron, algunos de ellos regocijados por los zapallos y zambumbas, igualmente a las calabazas usadas como cántaros para cargar los líquidos, otros se atrevieron a tocarlos cuando pasaban los guerreros cargados hacia los almacenes.
Chomokik, igualmente fue recibido como un héroe en los dominios de la vivienda, encabezado por el líder Siekik que lo esperaba en el gran patio; la fogata había sido atizada con grandes llamas, era una acción de importancia por la sacerdotisa Chosinik.
Entonces, mientras Chamokik, dispuso el ingreso de los cargadores a los almacenes, él se dirigió donde los esperaban un grupo de 20 guerreros formando un callejón humano, por donde ingresó Chamokik y fue al atrio de la fogata y allí fue recibido por Siekik, Renkik y la sacerdotisa Chosinik, empezaron a sonar los golpes de un tambor, quien al estar frente al líder, éste levantó sus brazos con puño cerrado y los extendió hacia Chamokik, quien correspondió de la misma manera y chocaron los puños cerrados.
El líder Siekik, con una sonrisa de satisfacción, le dijo:
--- Gran Líder Chamokik, recibimos las buenas noticias suyas del triunfo contra los invasores, la decisión de enfrentarlos en el lugar donde ellos acamparon, fue un acto que sólo los líderes observados y aplaudidos por los dioses son capaces de hacer, cuyo resultado fue la victoria, vamos agradecer al dios de los rayos dorados (El Sol) con la sangre de los venados, pero si será la última vez, ya que en adelante se ofrecerá la sangre de los vencidos.
Siekik, en seguida invitó a subir al atrio a Chamokik y él lo siguió, estando juntos; fue Siekik quien levantó los brazos al firmamento invocando:
--- "Oh Dios de los Rayos Dorados (El Sol), te ofrecemos nuestra ofrenda en presencia del líder que logró la victoria ante el enemigo; sólo, por esta vez te ofrecemos sangre de venados; te invocamos dios poderoso que con tus rayos nos ayudes a defendernos de las tribus invasoras, ya estamos iniciando la construcción del gran templo en tu honor".
Después de la invocación el joven líder, se inclinó hasta la batea, se untó las manos con la sangre de los venados, lo mismo hizo Chamokik, ambos se levantaron y Siekik, agregó:
--- "Oh dios de los rayos dorados, acepta esta sangre como un agasajo que te ofrecemos para que siempre nos protejas de los ataques enemigos, el fuego está encendido todos los tiempos como símbolo a tu poder; desde tu poderoso reino celestial inunda como lo haces todos los días a nuestros terrenos para que no falte la comida para todos nosotros".
En seguida, Siekik bajó la cerviz (agachado) y con sus manos sobre las rodillas en dirección al dios de los rayos dorados, y terminó la ceremonia de bienvenida a Chamokik ................
Continuaremos.......................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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