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domingo, 7 de agosto de 2022

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCLXXI.- Mientras; Jacinto Pérez Maza avanzaba a la casa hacienda en compañía de Melania Valverde Torres y sus tres jinetes, dos transeúntes que ellos no los vieron; identificaron a los muertos ecuatorianos y recogieron sus cadáveres, ya en el Ecuador se encontraron con los familiares; por otro lado ellos al acercarse a la casa hacienda encontraron un cadáver de un trabajador de la hacienda vecina....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; el caporal Jacinto Pérez Maza, disfrutó de un almuerzo que ofreció Melania Valverde Torres, en agradecimiento a la recuperación de las 40 reses robadas; después del almuerzo se procedió a elegir al nuevo caporal de Loma Vieja, hubo dos candidatos, por lo que el caporal Jacinto los sometió a prueba, y salió elegido Gaspar, quien aplicaba la reflexión e inteligencia que la fuerza bruta; al anochecer, partieron de regreso a la casa hacienda: Melania, Jacinto y los tres jinetes macheteros... ..sigamos la historia....


Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Lo que parecía, que todo se había resuelto con la recuperación de las 40 reses robadas por cuatreros que culminó con éxito, aunque muchas muertes quedaron en el camino; sin embargo, habían asuntos pendientes, que por error de Jacinto Pérez Maza, no les dio la verdadera importancia, al abandonar a los cadáveres de los cuatreros y los comerciantes ecuatorianos que quedaron regados en el mismo campo de la pelea, que no les dio sepultura o por lo menos mover los cuerpos a otro lugar.
La zona estaba atravesada por un camino real de tránsito libre de personas; que como efectivamente sucedió, luego que Jacinto y los pastores arreaban las reses, ellos dejaron la planicie; pero, en sentido contrario venían dos transeúntes ecuatorianos, quienes al sentir el tropel de las reses, se refugiaron a un costado del camino ocultándose para no ser detectados, los arreadores pasaron y no identificaron a nadie.
Estos dos transeúntes, también eran comerciantes y habían viajado al Perú en busca de ganado vacuno para comprar, pero no encontraron existencias; sin embargo, ellos si sabían que paisanos suyos esperaban un enorme lote de reses, por lo que les pareció algo misterioso que las reses regresaban a sus haciendas de origen, se inició un diálogo fluido uno de ellos le dijo al otro:
--- Parece que no hicieron negocio los compañeros de Amaluza, por que las reses regresaran arreadas por pastores peruanos.
El otro le respondió:
--- Esos comerciantes compran ganado vacuno robado, me parece muy extraño que no hayan hecho negocio, por que sus arreadores eran bandoleros.
Allí terminó la conversación de los viajeros, ellos un poco tristes y cajas destempladas al no lograr ningún negocio siguieron trotando, que al anochecer llegaron a la planicie y se encontraron con los cadáveres de los cuatreros tirados por el suelo, ellos se aperaron de sus caballos para hacer una inspección y comprobaron que eran 10 cadáveres que habían sido masacrados.
Entonces, uno de los transeúntes, le dijo al otro:
--- Estos hombres fueron masacrados, parece que les tendieron una trampa y no tuvieron tiempo para defenderse, aún tienen las espuelas sobre los pies, y algunos sus machetes están en las vainas, pero si desaparecieron los caballos.
Los transeúntes al darse cuenta que eran peruanos, ya no les dieron mayor importancia a los hechos de sangre, montaron sus caballos y continuaron su marcha.
Pero, al trotar un par kilómetros más, se encontraron con la matanza de todos los comerciantes ecuatorianos; les atacó un sentimiento de dolor ante la tragedia al ver los cuerpos de los cadáveres tendidos sobre el suelo y los nobles caballos parados juntos a ellos esperando que se levanten para que los monten y regresar al terruño; era muy escalofriante observar cuerpos degollados, otros cercenados los brazos o las piernas; todos murieron peleando, los caballos estaban cargados con los bolsicos y frazadas; uno de los transeúntes con lágrimas en los ojos, le dijo al otro:
--- Estos hombres fueron asesinados en pelea; pero, igual que los anteriores también fueron sorprendidos, me pregunto, si lo que parece nos les robaron nada. ¿Por qué los asesinaron?
El otro que si conocía algunos de ellos, le contestó:
--- Los justicieros alcanzaron su objetivo, por que estos hombres murieron en su ley, tarde o temprano esta muerte les esperaba por que ellos comercializaban ganados robados, estoy seguro que los dueños recuperaron los ganados(reses), que ellos habían comprado a los ladrones (cuatreros); por que los dueños los siguieron mediante rastreadores y los detectaron y al encontraron todo lo resolvieron entre la madrugada y las primeras horas del día, los cadáveres aún están frescos por que no apestan, esta fue una muerte luchando y fueron vencidos, sus machetes están desparramados sobre el campo.
El otro transeúnte que desconocía las actividades de los muertos te replicó:
--- Pero, no podemos quedarnos con los brazos cruzados, tenemos que apurarnos para avisar a sus familias que vengan por ellos, y si estuvieron en malas compañías ya pagaron con sus vidas sus errores.
Ambos transeúntes se pusieron de pie; pero, reaccionaron y cambiaron de opinión y el más grande y forzudo le dijo:
--- Creo, que no debemos dejarlos abandonados, durante la noche serán presas de los zorros o perros salvajes y devorarán sus partes de sus cuerpos que están desparramadas, tenemos la ventaja que están sus caballos vamos a cargarlos sobre las sillas y así con ellos cruzaremos la raya (frontera), estando allá en cualquier lugar  los dejaremos y todo es más fácil para que los recojan sus familias.
Los dos transeúntes hicieron su esforzado trabajo para cargar a los pesados cadáveres, los degolladas sus cabezas las colocaron en los bolsicos, y después de 4 horas sumamente agotados montaron sus caballos y halando a los otros partieron rumbo al Ecuador; al amanecer cruzaron la raya (Río Calvas), ellos trotaron por un buen tramo y empezando una pendiente se encontraron con otros jinetes que venían en sentido contrario, que por coincidencia eran familias de los cadáveres.
Los recién llegados al ver a sus familiares, expresaron gritos de dolor, el transeúnte que iba a la cabeza les dijo:
--- Nosotros encontramos estos cadáveres regados por el suelo en tierras peruanas y al reconocerlos que eran ecuatorianos por las características de la ropa y las sillas de las cabalgaduras, los cargamos para entregarlos a sus familias o avisar a alguien por que desconocemos quienes son; con mi compañero habíamos pensado cruzar la frontera e ir a notificar a la policía sobre estos muertos.
El que se identificó como familiar, quien sabía perfectamente que ellos murieron por justicia que hicieron los dueños de las reses robadas, si les preguntó:
--- Dice, que los cadáveres estaba regados en la pampa y los caballos no fueron espantados: ¿Qué otra cosa había allí?
El transeúnte, que si los conocía y mantenía su secreto, le contestó:
--- En el suelo había abundancia de majadas de reses (guano), los machetes estaban tirados, todo indica que si hubo pelea y fueron vencidos.
El familiar, entendió perfectamente que sus parientes fueron ejecutados por los dueños de las reses o por los mismos cuatreros; como saberlo.
Los transeúntes entregaron a los jinetes los caballos con sus cadáveres y ellos continuaron con su camino; si estaban contentos que si hicieron una obra de caridad ayudando en entregar a los muertos a su familias, "todo en esta vida es prestado, hoy por ti y mañana será por mi".
Los deudos revisaron los bolsicos y no encontraron ninguna moneda, lo que aseguraba, que quienes les vendieron las reses si lograron hacer el negocio y que los dueños de las reses levantaron con todo.
Los acongojados familiares transportaron los cadáveres a sus casas, pero si quedó en el ambiente el odio acumulado pidiendo venganza, que no era fácil, por que no se sabía quien o quienes los asesinaron; claro está, que si podrían esperar el dato de los cuatreros, que los transeúntes olvidaron informar que también hubo 10 muertos antes de encontrar a los ecuatorianos, por lo que no llegaría ninguna noticia.
Con esta atmósfera vengativa, las familias de los comerciantes enterraron a sus muertos, pasaron los días y no llegaba ninguna comunicación de los cuatreros sobre nuevas entregas de reses; nuevamente los familiares estaban pensando que fueron los cuatreros los asesinos, lamentablemente ellos desconocían que los cuatreros fueron los primeros en morir bajo el poder de las manos justicieras del caporal Jacinto Pérez Maza, que para ellos era un personaje desconocido.
Volviendo a la historia, Melania, Jacinto y los tres jinetes macheteros avanzaron en dirección a la casa hacienda, la noche era completamente oscura, Melania encabezaba la caravana; cuando repentinamente el caballo se detuvo en seco, que quiso corcovear, que no sorprendió a Melania, quien con la experiencia acumulada trotaba bien prendida de la cabeza del lomillo y la mano derecha controlaba la rienda (brida) y exclamó:
--- ¡¡¡ Ayyyy qué le pasa a este caballo !!!
Melania le aplicó las espuelas a la panza, pero el caballo se encabritó negándose a trotar, que al escucharla Jacinto, se apeó de su salto de su caballo y caminó hasta ella que apuraba al animal a caminar y pudo notar que delante de ellos había un bulto que había cruzado en el camino, que por la oscuridad de la noche no se sabía que era, él le dijo:
--- Señorita Melania, yo observo que adelante suyo hay un bulto, controle las riendas de su caballo para evitar que corcovee, yo avanzaré y veré que es ese bulto.
Jacinto, desenvainó su machete y llevándolo erguido en la mano derecha, avanzó unos 20 pasos que era la distancia, quien al llegar comprobó que era un humano que estaba tendido en el suelo boca abajo, le tocó el rostro estaba completamente frío, lo que significaba que era un cadáver, lo volteó y desde allí gritó a los jinetes:
--- Muchachos, vengan para que reconozcan a este hombre que murió en este camino.
Melania, estaba aterrorizada que haya un muerto cerca a la casa hacienda; los jinetes se acercaron, se apearon, encendieron unos palillos de fósforos (cerillos) identificaron que el muerto era un pastor de la hacienda vecina.
Entonces, Jacinto ordenó a "Macetudo" y "Orejas grandes" que vayan a la hacienda vecina, a notificarle  que uno de sus pastores fue asesinado.
Los jinetes, emprendieron la trotada hacia dicha hacienda que era una jornada de unas dos horas; al mismo tiempo Jacinto le sugirió a Melania que vaya  a la casa hacienda para que descanse y que no le informe a su padre sobre el hallazgo del cadáver, lo hará en compañía del jinete "Cabeza chica" y él se quedará allí esperando la respuesta de la hacienda vecina, quienes demorarán un largo tiempo........
Continuaremos.....................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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