Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; los huestes satánicos, quienes ya conocían los planes de un tal Simeón, quien pretende asaltar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo en Socchabamba, ellos ya eliminaron a uno de sus compinches, que pretendía adelantarse; ahora ellos están en plenas acciones para impedir que los demás intenten hacer lo mismo; todos estos movimientos satánicos son totalmente desconocidos por Simeón y sus compinches.. ..sigamos la historia..............
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria.
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.
Los huestes satánicos, trabajaban con eficiencia al servicio de la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo; quienes han impedido múltiples intentos de asalto a la familia y esta vez harán lo mismo contra Simeón y sus compinches; quien si conoce la existencia de la protección diabólica a la familia; que cuando expuso sus planes para el asalto 10 de los 14 compinches convocados lo abandonaron temerosos ser afectados por tantos chismes y comentarios de lo peligroso que era intentar un asalto a esa familia.
Pero, Simeón, siendo un cabeza dura, y contra viento o marea; él está decidido asaltar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo, ya logró que lo acompañen 4 compinches, quienes creen que es falso que el adinerado señor Sánchez tenga alguna protección satánica, y según él, aún teniendo ese amparo, ellos son sólo espíritus, que no pueden detener acciones de los seres humanos por que somos de carne y materia.
Volviendo a la historia; los huestes satánicos, duchos en conocer las debilidades humanas, sobre todo de Simeón y sus compinches que eran mujeriegos; seis de ellos se transformaron en mujeres hermosas, que gracias a sus trucos ellas se volvieron coquetas para seducir a los asaltantes.
"Ellas", salieron de sus fúnebres escondites y fueron a la ciudad para buscar a Simeón y sus compinches en cantinas y restaurantes; vaya que tuvieron suerte, después de buscarlos en cuatro cantinas, ellos llegaron a una quinta cantina, llamada "La copa del dulce trago", allí estaban sus objetivos, "ellas" entraron, ya los encontraron débiles, ellos ya estaban bebidos (casi ebrios), ya habían terminado una botella de alto contenido de alcohol.
Las seis "mujeres", disfrazadas de meretrices se acercaron a la mesa, los bebedores al ver a las mujeres muy provocativas, ellos abrieron los ojos y fue Simeón el primero en halar a una de ellas y la sentó sobre sus rodillas; él aún estando bebido, si sintió que ese cuerpo "femenino" estaba tan frío como un témpano de hielo; pero él, no le dio importancia, ya que tenía que demostrar que era el mujeriego empedernido.
Igualmente; los cuatro compinches, ellos tomaron a su "mujer", una de ellas sobraba, quien actuaba como la "jefa", que ellas le llamaban "la madan" y ésta pidió un vaso de licor y lo bebió, demostrando así, que "ellas" eran de armas tomar.
Los felices bebedores acompañados por las prostitutas de su elección, ellos levantaron los pocillos llenos de licor para compartir con las "doncellas".
La Madan, llamó al cantinero pidiendo más tragos, el dueño del negocio, quien fue dotado de un poder sobrenatural que le permitía detectar a los espíritus diabólicos; él atendiendo el pedido llevó las botellas y rápidamente descubrió que todas esas "mujeres", disfrazadas de prostitutas eran espíritus diabólicos y que los bebedores no se daban cuenta.
Pero, el cantinero que si conocía a Simeón, no le podía avisar, por que ya tenía a una de "ellas" sobre sus rodillas; el cantinero con las botellas en sus manos, quien al acercarse a la mesa, casi vomita, por que esas "mujeres" apestaban a carne podrida; pero, solamente él y nadie más detectó ese putrefacto ambiente.
Simeón, pagó la cuenta del nuevo pedido; el cantinero controlando su cuerpo se retiró con rapidez; los bebedores y sus "mujeres" siguieron bebiendo con toda alegría, para ellos, las "prostitutas" no apestaban, eran unas doncellas que alegraban la juerga.
Incluso, Simeón ya estaba planeando pasar la noche en compañía de su prostituta, que según él, "ella" era la más atractiva del grupo.
Ahora, dejemos a estos bebedores en compañía de sus "mujeres" y vamos a dar una vuelta por Socchabamba y lleguemos a la casa de la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo; allí todo seguía normal, era una rutina con suma tranquilidad; para el señor Sánchez hoy era su día de visita a su potrero El Azote Negro, él salió con una beta sobre el hombro(soga hecha de cuero enrollada) de su casa y caminando por ciertos senderos no frecuentados por otras personas se dirigió a su finca, donde florecía una próspera ganadería, que ya sumaban más de 60 reses, y que anualmente ya hacía una saca y siempre esas reses eran compradas por comerciantes ecuatorianos.
Estos mercaderes, luego de la transacción comercial, viajaban de regreso a su tierra arreando el rebaño a las 12:00 horas de la noche, nunca se supo la razón de esos comerciantes de sus raros viajes nocturnos, no estaba descartado, que ellos siendo humanos obedecían a huestes satánicos a pagar el mejor precio de las reses de la saca del señor Sánchez.
El señor Sánchez llegó a su potrero, en la puerta de entrada se encontró con Séfora, quien era su amante, desde mucho tiempo atrás, ella estaba dotada de una voluminosas caderas, que el señor Sánchez le llamaba: "El fundillo hermoso de la china Séfora"... además ella tenía unos abultados senos que levantaban la blusa, a ella no se le conocía más familia; en cambio ella era una excelente ganadera y si contaba con potreros reducidos que no eran suficientes para mantener su ganadería, y que gracias a las relaciones sentimentales esos animales pastaban el potrero El Azote Negro.
Entonces, el señor Sánchez, quien no había visto a Séfora por espacio de unos 4 meses, él la abrazó, ella cedió y correspondió; ambos entraron al potrero, justo en ese sector el pasto maduro muy crecido estaba esperando a las reses; ellos avanzaron hasta un frondoso árbol y bajo su sombra, allí se tendieron sobre el pasto que les servía como un colchón al natural; él se aflojó el cincho del pantalón y lo bajó hasta las rodillas y la "china Séfora" (tal con le llamaba cariñosamente), ya debajo del macho, sólo se levantó la pollera y le entregó sus genitales ( en aquellos tiempos las mujeres no usaban calzón ni sostén para las tetas), usualmente llevaban una combinación de seda que era un bata larga que se les servía como ropa interior.
SEXO CAMPESTRE:
Esta vez, Séfora, sólo llevaba como ropa una pollera larga y una blusa que se desabotonaba por delante(parece que la "china" había previsto un encuentro amoroso son su amante).
El macho, muy travieso, le desabonó la blusa y quedaron al descubierto unos abultados chuchos (senos), cuyos pezones de color negro que el macho empezó a chuparlos como una mamadera; el macho estando encima de la hembra, la penetró, ella resistió el empujó que le llegó a las mismas entrañas y como le gustaba empezó a moverse, cuyas caderas tan duras y exquisitas al mismo tiempo, atraparon las piernas del macho, favoreciendo una penetración profunda por que ella lo había abrazado por la cintura.
El macho son su pene en las profundidades uterinas de la hembra, aceleró sus movimientos y rápidamente eyaculó, luego de unos minutos se bajó; no sabemos si Séfora sintió el mismo placer sexual (en aquellos tiempos no se permitía que la mujer disfrute del sexo), si alguna mujer lo hacía se le llamaba pishcoreta (una palabra quechua referida a mujer ardiente).
Séfora se sentó y siguió abrazándolo a su amante, colocándose encima de él, como él había permanecido acostado con la boca arriba, esta iniciativa era con la probabilidad que la hembra le había faltado sentir el placer sexual (orgasmo) y quería más, pero el señor Sánchez no estaba para perder tiempo, simplemente sentó y se levantó y subió su pantalón le dio la mano a Séfora y se fueron caminando hasta los cimientos del potrero, que les demoró casi una hora, ya que esta finca era muy extensa que se asemejaba a una hacienda, por que contaba con peones estables.
Ellos llegaron a la vega (terreno cercado donde sembraba guineos(plátanos), yucas, camotes, maíz frejoles y árboles frutales como mangos, paltas, naranjas, limones, etc.
Allí trabajaban tres peones, quienes al ver al señor Sánchez (su patrón), lo saludaron a él y a su acompañante, uno de ellos le dijo:
--- Señor Sánchez, anoche estuvimos de visita, eran unos mañosos (ladrones), quienes ya habían echado lazo a cinco reses; nosotros los corrimos, ellos se metieron a la hoyada profunda, nosotros no ingresamos, por que ellos nos podrían traicionar (ataque de sorpresa), pero ellos no salieron.
Para el señor Sánchez; era la primera vez, que los ladrones le habían "visitado" su potrero, y si se preocupó, por que ahora se le abrió otro frente contra sus propiedades y le contestó:
--- Artecio(así se llamaba el peón), tu y tus compañeros van a vigilar esta noche, mañana hacen lo mismo, y pasado igual, hasta que pasen 8 días, por que esos ladrones ya se dieron cuenta que no hay vigilancia por las noches......
Artecio, le interrumpió al patrón, así:
--- Señor Sánchez, nosotros si hacemos vigilancia por las noches, sólo que el potrero es muy grande, por lo que mientras estamos en un sector, los otros quedan solos, aún así caminamos por todo el potrero hasta la madrugada y luego nos vamos a descansar.
El señor Sánchez, arrepentido, por haber expresado así, y con carácter dadivoso y siempre muy generoso con sus peones, les dijo:
--- Artecio, tu y los muchachos van a recibir un torete cada uno, al momento de la saca, para que lo vendan o lo lleven a su familia, por que se lo merecen por ser buenos peones.
Artecio, se sonrió al escuchar la generosidad del patrón; que ellos como peones no tenían queja contra el patrón, por que les pagaba más del triple del jornal, de lo que ganaban los demás peones de las propiedades vecinas, y le respondió:
--- Muchas gracias señor Sánchez, nosotros siempre estaremos a sus órdenes y cuidamos con esmero las vacas; a propósito, una de las vacas preñadas de la señorita Séfora, está a punto de parir, esa vaca está en la loma de arriba; ayer la observé que la ubre ya está abultada.
Séfora, muy feliz, por que iba a saborear calostro, le contestó:
--- Gracias amigo Artecio por avisar, hoy mismo voy a observarla y ver cuando parirá.................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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