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domingo, 5 de noviembre de 2023

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCCXVII.- La pelea entre Erasmo Huamán y Urelio, terminó con la trágica muerte de éste último; fue enterrado en el mismo corralón, después a pedido del jefe, quien los dejó en libertad a todos los sobrevivientes para que regresen a sus casas; pero, Irenio Campos se quedo con el jefe...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; Erasmo Huamán, quien era un bandolero temible; pero, si muy sereno en la ejecución de sus acciones, él después que asistió al entierro de sus cuatro compañeros quienes fueron sepultados en el interior de una hoyada profunda; trabajo que fue realizado por un grupo de agricultores; él, al regresar a su casa con los caballos de los finados, después de darles pasto, salió en busca de comida para él, que al regresar encontró en la puerta esperándole Irenio Campos, quien era el segundo en el mando, y le informó a éste sobre la muerte de los jinetes; estando todos juntos Erasmo Huamán dirigiéndose a ellos insistió que todos viajarán a Socchabamba para vengar la muerte de los compañeros; pero, hubo uno llamado Urelio, quien se opuso al viaje y se agarraron a pelear con el jefe..... ..sigamos la historia....


Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.


Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos. 

Erasmo Huamán, era un bandolero muy temido y que logró formar una banda de 10 compinches, con quienes hicieron muchos asaltos y que tuvieron que enfrentarse a temibles defensores que les resistieron a sus arremetidas; nunca, les fue fácil lograr sus objetivos criminales, siempre actuaban en banda y la última reunión la tuvieron en una cantina en el pueblo, donde planearon asaltar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo de Socchabamba; pero, sus planes se están truncando ya murieron cuatro de ellos y un quinto llamado Urelio se opuso viajar de nuevo a Socchabamba y empezó a pelearse contra el jefe, quien con su vasta experiencia de gran peleador, ya lo venció sin herirlo y sentado en su encima lo tiene aprisionado sobre el suelo.
Erasmo Huamán, siendo un gran peleador, y al mismo tiempo era magnánimo, quien al tener dominado al desafiante Urelio, y sometido a su merced, le dijo:
--- Urelio: ¿Qué quieres que haga contigo?
Urelio, abajo humillado y cargando a su jefe que se sentó en su encima y no pudiendo hacer nada para defenderse, le respondió:
--- Pues, usted ganó, ahora máteme, si no es cobarde, hágalo de una vez.
Pero, Erasmo Huamán no podía dar una imagen de abusivo ante los demás compinches, que parece que Urelio lo desafió a propósito para hacerlo aparecer como un opresivo y él no lo era; siempre, en sus peleas esperaba hasta el último instante para dar el golpe decisivo al oponente y que siempre era la muerte, por lo que pensó darle una nueva oportunidad al desafiante Urelio.
Erasmo Huamán, saltó como un felino, poniéndose de pie y le gritó:
--- ¡¡¡ Yo no soy cobarde, levántate y esta vez no tendré compasión contigo y defiéndete hasta la muerte !!!
Urelio, humillado, pensó que ya no valía la pena seguir viviendo, debido a su torpeza, él se levantó con su chaveta erguida y estando de pie, calculó fuerzas y según su criterio, si había una posibilidad de hacer algo, se lanzó contra el cuerpo de su jefe, quien se mantenía en guardia, y una vez más le esquivo el ataque; pero, esta vez, ya no hubo piedad contra el insolente y desafiante Urelio, quien ya estaba advertido, por lo que le clavó la chaveta en el pecho que fue directo al corazón; el certero chavetazo, produjo un alarido moribundo de Urelio:
--- Aaaaaaayyyyyyyyyyyyyyoooooooooouuuuuu....
Sólo dio unos pasos hacia adelante y cayó de bruces, hundiéndose más la filuda arma, destrozándole el corazón y un pulmón, muriendo en el acto; el imprudente desafiante quedó tumbado sobre el suelo envuelto en un charco de su propia sangre.
Los otros cuatro compinches, horrorizados por la muerte de Urelio, que por su imprudencia murió en su ley; él, fue bien querido por ellos, siempre conversaban, se hacían bromas y mantenía un compañerismo de lealtad sin igual, por lo que, no encontraban una explicación razonable: ¿Por qué actuó así?
Ellos, fueron testigos que el jefe no fue abusivo, que hasta el último le dio la oportunidad para que se arrepienta; pero, el terco de Urelio no cedió y por su propia cuenta se entregó a la muerte.
La moral del grupo, estaba por los suelos, por que cinco de ellos ya no existían más, y nadie no les aseguraba que ellos serían las próximas víctimas.
Igualmente para Erasmo Huamán, no era motivo de satisfacción, haber matado a uno de los suyos, con el finado Urelio fueron buenos amigos, hicieron muchos asaltos juntos y se protegían las espaldas salvándose de muertes seguras; pero, eso no suficiente para aliviar la imprudencia.
Entonces, Erasmo Huamán, mirando a sus compañeros que aún vivían, les dijo:
--- Muchachos, ustedes son testigos, que Urelio murió en su ley, él tuvo la oportunidad de salir con vida, porque se la perdoné por dos veces; pero, él insistió en atacarme y tuve que actuar en defensa propia; ahora, sólo somos cinco, ojalá nadie más quiera separarse.
Pero, la moral, la valentía, la unión y el compañerismo que primaba en el grupo de los 10 se había roto para siempre, los cinco sobrevivientes estaban desmoralizados, y nadie de ellos dijo algo; pero, tampoco querían actuar y menos acompañar al jefe a la media noche, con esos pensamientos negativos en sus mentes, fue Irenio Campos, quien intervino y dijo:
--- Muchachos, comprendo que ustedes no están alegres por lo que acaba de suceder, tampoco lo estoy yo; pero, ustedes vieron que el jefe nunca fue un agresor, él en todo momento actuó en defensa propia; pero, este lamentable percance no mellará nuestra voluntad de seguir adelante, vamos todos a cavar un hoyo muy profundo para enterrar a nuestro compañero que todos lo quisimos.
Todos los cinco sin pronunciar más palabras, que las necesarias para actuar, cargaron al interior del corralón al cadáver de Urelio y cavaron un profundo hoyo, que les demandó muchas horas de su tiempo llegando al anochecer; sólo bebían agua de vez en cuando, no hubo licor para celebrar; nadie comió nada, todo era tristeza absoluta; parece, que la voluntad por enterrarlo los unía, ya que lo quisieron mucho, ahora, ya él descansa en paz para siempre.
Siendo un poco más de las 19:00 horas de la noche, con la ayuda de lámparas de mechón, bajaron el cuerpo en lo profundo de la tumba, lo tumbaron sobre el suelo, con parte de su ropa le cubrieron el rostro y cada uno dio tantas palanadas de tierra y le dieron su último adiós mental, algunos de ellos les brotaron lágrimas en su duro rostro y siguieron echando tierra a la fosa, hasta que se cubrió el hoyo de la sepultura y así quedó enterrado para siempre su compañero Urelio.
Como todos estaban agotados, Erasmo Huamán, ya no insistió en viajar a Socchabamba, por lo que les dijo:
--- Muchachos, cada cual vaya a su casa, ya los citaré, para continuar con nuestros planes.
Para tres de ellos, fue un alivio escuchar las palabras del jefe y salieron juntos y se quedó Irenio Campos junto al jefe.
Estando afuera los tres que salieron muy apresuradamente, quienes siendo muy amigos, uno de ellos les dijo:
--- Muchachos, nosotros éramos 10 guerreros (bandoleros) y siempre estuvimos juntos en las buenas cosas y también en las malas; pero, de la noche a la mañana nos redujimos a cinco; por lo que, yo tengo planes de viajar a la costa, ya que allí hay mucho trabajo en las grandes haciendas; pues, para decir esto recibí  una carta de un familiar que hace 60 días lo escribió, llega un poco tarde, pero para mi es actual, me invita y que viaje urgente por que empieza la próxima campaña y también me pide que lleve compañeros por que hay mucho trabajo y te pagan jornales cada 8 días, que te permite comprar y tener tus cosas y hasta construir tu casa para la familia.
Otro de los tres, le preguntó:
--- Amigo, pero: ¿Cómo sabemos si esos hacendados, no nos explotarán como suceda acá?
El aludido, le respondió:
--- Amigo, los hacendados en la costa son otro cosa, allí trabajas y te pagan por tu labor, creo que vale la pena arriesgarse y estar en el trabajo decente y sin peligros de muerte, por que aquí somos bandoleros y asaltantes y que los hacendados se defienden y los ricachones tienen defensas misteriosas, tal como el Sánchez de Socchabamba: ¿Quién nos asegura si regresaremos vivos de esa aventura?, así que vámonos a la costa, es nuestra mejor opción de cambiar de vida; los tres compañeros misteriosamente les llego un increíble entusiasmo celestial y abrazándose entre ellos, se pusieron de acuerdo en salir a la costa al amanecer.
Mientras tanto, Irenio Campos y Erasmo Huamán, prepararon una cena y conversaron largo y parejo y sentían el presentimiento que los tres compañeros que salieron juntos ya no los verán más.......
Continuaremos.................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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