miércoles, 29 de enero de 2025

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCCLVIII.- Los seis asaltantes del pueblo, quienes no sabían que los estaban esperando; cabalgaron lentamente y fueron sorprendidos por los defensores de la hacienda, que gracias a un caballo los descubrieron que eran los mismos, en la lucha fue herido Erasmo Huamán y el mismo cosió su herida....

hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; los seis asaltantes que venían de las afueras del pueblo, trotaron en dirección a la Hacienda "La Pampa Encantada"; ellos ya llegaron muy cerca a los límites de la finca, sin conocer, sólo eran sus cálculos caminados de acuerdo a la información que tuvieron; pues, habían acertado y ya se encontraban en el lugar que suponían estar; mientras tanto, durante esa misma noche el hacendado Luciano Castillo, tuvo una pesadilla, que era asaltada la hacienda y que el caporal Erasmo Huamán era herido mortalmente, quien por cierto ya suponía la visita de los asaltantes y vigilaba con los peones todas las entradas a la hacienda, ese mismo día, algo así como presagiando el asalto, se le ocurrió hacer una visita al camino real que era la entrada desde el pueblo; en plena madrugada y ya amaneciendo fueron caminando y detectar los probables sitios que puedan usar los asaltantes.... sigamos la historia............


Aquí en la imagen observamos una casa típica de la  Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú;  Es una construcción de adobe con un techo de tejas rojas y agua, en el techo distinguimos un fantasma que viene a ser " El Rey de las Tinieblas": Satán, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para entender la narrativa de la obra literaria:  "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA ", esta imagen será nuestro símbolo y logotipo de identificación en la creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Registro Partida Nº 00393-2010, Asiento 01, de fecha 27 de marzo de 2010 por el INDECOPI.


Este es el símbolo de  la Marca Perú, que distingue todos los productos elaborados por peruanos.

Cuando Erasmo Huamán y su amigo Irenio Campos, más los 15 peones caminaban ya fuera de los límites de la hacienda, todo era normal; pero, uno de los peones, quien era el más joven, ubicó un gran árbol de guabo y desde el suelo observó que arriba en las ramas habían frutos maduros, él se subió y escaló hasta la parte más alta y poder tocar las ramas más pequeñas donde estaban los frutos maduros; pero, desde esa altura observó a la loma siguiente el mismo camino real, que trotaban jinetes y que venían en dirección a la hacienda.
El peón, pensó que esos jinetes venían desde el pueblo, quien algo asustado, se bajó con rapidez al suelo y llegó donde estaba Irenio Campos y le dijo:
--- Señor Campos, vienen un grupo de jinetes desde el pueblo y trotan muy lento.
Erasmo Huamán, quien también escuchó al peón, de inmediato dio órdenes de tumbarse al suelo a los costados del camino para esperar a los visitantes sean o no asaltantes, ya que las monturas les darían los indicios quienes son esos viajeros, fue una decisión muy atinada y todos se quedaron en compás de espera.
Siendo las 06:00 horas del nuevo día, ya con absoluta claridad, los defensores de la hacienda, escondidos y tumbados en el suelo, seguían esperando a los desconocidos jinetes; para eso, ya Erasmo Huamán, les dio instrucciones para atacar si era necesario o si detectaba que no eran asaltantes.
Erasmo Huamán, con la amplia experiencia, sabía que de día claro nunca se hacen asaltos, por lo que los desconocidos jinetes podrían ser transeúntes que cruzaban la zona en su ruta de viaje; pero, tampoco era usual que los viajeros normales lo hagan por la noche, ante esa incertidumbre los defensores los esperaban protegidos y lo hicieron por un buen rato.
Erasmo Huamán, junto a Irenio Campos, sólo se miraban y se comunicaban con el pensamiento, ya la espera estaba colmando la paciencia, hasta que aparecieron dos individuos, uno de los peones defensores, quien tendido en el suelo, pudo observar muy tranquilo y se dio cuenta que uno de los caballos, que ahora lo trataba otro jinete, lo reconoció por la pata trasera que era blanca, era el mismo que llegó al Altillo del grupo de los cuatro jinetes muertos días atrás.
El peón, quien estando muy cerca de Irenio Campos, en voz baja le dijo:
--- Señor Campos, estos jinetes que vienen son los mismos o pertenecen a los que vinieron la vez pasada, por que ahora son más y será por la venganza.
Irenio Campos, al escucharlo le preguntó:
--- Dime: ¿Cómo sabes que son los mismos asaltantes?
El peón, le respondió:
--- Muy fácil, el primer caballo que apareció, tiene una pata blanca, exactamente igual al que llegó al Altillo.
Erasmo Huamán, quien también, escuchó esta conversación; pues, con toda seguridad que eran los asaltantes del pueblo, estudió la ventaja que tenían y había que atacar ahora mismo y cuando los jinetes desconocidos estuvieron a su alcance, se paró sorpresivamente y ordenó:
--- ¡¡¡ Defensores ataque a los bandoleros !!!
Irenio Camps y todos los defensores se levantaron del suelo con sus machetes erguidos y de frente abalanzaron y  se enfrentaron a los desconocidos (ahora ya detectados), quienes llegaron a gritar:
--- ¡¡¡ Somos ganaderos !!!
Pero, ya tres de ellos, habían caído de sus monturas mutilados sus brazos o piernas y otros fueron lanzados por  los asustados caballos corcoveando....
Los moribundos más graves se desangraban sin piedad, y los que aún estaba ilesos o sólo golpeados, entre los que estaba el "jefe", quien gritó:
--- ¡¡¡ Señores no nos maten somos ganaderos que venimos a esta hacienda buscando toros reproductores !!!
Erasmo Huamán, que reaccionó como un rayo, lo atrapó del cuello y le replicó:
--- Hombre, eres un mentiroso, ya que ustedes son seis que vienen del pueblo en venganza por la muerte de los cuatro jinetes, quienes también mintieron disfrazados como perneadores, la señal que son los mismos está en sus caballos.....
Pero, el "jefe de los asaltantes", que no era un inocente y tenía tanta experiencia en peleas tal como Erasmo Huamán, aprovechó que su captor hablaba mucho, logró desprenderse y al sentirse libre sacó su puñal y se enfrentó a Erasmo Huamán, quien perdió su puñal por el impulso que hizo su víctima; aún así, se tumbó al suelo y recuperó su arma, pero, no pudo evitar un corte del agresor que le hirió la pierna derecha.
Irenio Campos y tes peones al ver a su caporal en desventaja se enfrentaron al asaltante y lo mataron destrozándole el cuerpo en pedazos.
La pelea campal no duró más de unos 20 minutos, se observaba en el suelo seis cadáveres, y sus caballos parados ya muy sosegados junto a sus jinetes muertos, en el bando de los defensores, casi todos ilesos, con excepción de Erasmo Huamán que se desangraba de su herida en el muslo derecho, desde ese mismo bolsillo sacó un "potito" (calabaza en miniatura) con tapa, la destapó y sacó una aguja con hilo, llamó a Irenio Campos y le dijo:
--- Irenio, mea mi herida y sostén la aguja junto al chorro de orines para que se desinfecte y cose mi herida, hazlo con rapidez para controlar la hemorragia...
Pero, Irenio Campos, que si meaba y no sabía coser, le contestó:
--- Caporal, Yo no puedo coser heridas y usted no resistirá el dolor de las puntadas de la aguja.
Entonces, Erasmo Huamán, al sentir que los orines de su amigo ya desinfectaron la herida y la aguja, el mismo sentado sobre el suelo comenzó hacer las puntadas desde los costados de la herida, ante el asombro de los 15 peones, quienes le hicieron un ruedo observando como su caporal, sin mostrar ninguna actitud o exclamación de dolor, iba cosiendo su herida hasta que la cerró con 14 puntadas en ambos lados y cesó la hemorragia.
Pero, aún había que hacer mucho trabajo, Erasmo Huamán, ahora si con mucha dificultad se puso de pie y rengueando, ordenó:
--- Muchachos, tenemos que enterrar a los muertos, por lo que dos de ustedes irán a la casa hacienda, y desde el almacén traen tres palanas cada uno, las barretas las tenemos escondidas en el Altillo, irán dos más de ustedes por ellas, no hagan bulla, permanezcan mudos.
Erasmo Huamán, ahora si sentía tremendo dolor en su herida temiendo una infección, intentando caminar rengo, se dirigió a su amigo Irenio Campos y le dijo:
--- Irenio, encárgate del entierro de los cadáveres de los  facinerosos, lo harán lejos del camino real, busca una hoyada y caven que sean profundas las fosas, para evitar que los gallinazos revoloteen en la zona; Yo me voy a la casa por que necesito curar mi herida.
Erasmo Huamán, cogió un caballo de los finados jinetes, quien era un jinete muy experto y veloz que montaba al vuelo, pero esta vez lo hizo con mucha dificultad, y se fue a la casa hacienda, que al llegar ya encontró al hacendado en el corredor, se apeó y caminando cojeando y con el pantalón destrozado de la parte derecha por la herida, y dijo:
--- Señor Castillo, sorprendimos a un grupo de seis asaltantes que venían por nosotros, y los matamos; pero no pude evitar que uno de ellos me ataque y me hizo un profundo corte en la pierna derecha.
El hacendado Luciano Castillo, viendo a su caporal herido recordó la pesadilla y gritó:
--- ¡¡¡ Catalina, trae hilo, aguja, algodón y alcohol, por que Erasmo está herido y hay que coser la llaga.
Erasmo Huamán, casi sonriendo a la fuerza, le respondió:
--- Señor, sólo necesito alcohol o aguardiente para controlar la infección, por que la herida ya la cosí....
Continuaremos...................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

No hay comentarios:

Mi lista de blogs