Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, nos entrega un reportaje sobre las conjeturas de que hubo un desastre que originó un colapso en la Isla de Pascua, y se también no se descarta que hubo una sobreexplotación de los recursos naturales, que acabaron con la civilización conocida como los Rapanui, y siempre habrá la incógnita de como construyeron esas gigantescas estatuas megalíticas de piedra y de forma humana y erigidas...... siga leyendo......
Se ha afirmado que la sobreexplotación de los recursos naturales acabó con la cultura de los rapanui, los habitantes de Pascua. Pero ¿fue esto lo que sucedió?
Los moais, las grandes esculturas de Pascua, se levantaban en los ahu, plataformas ceremoniales donde se les rendía culto. Éstos se hallan a un kilómetro del lago Raraku, donde fueron esculpidos.
Los primeros europeos que desembarcaron en la isla fueron los miembros de una expedición holandesa capitaneada por Jacob Roggeveen; llegaron el domingo 5 de abril de 1722, día de Pascua, por lo que bautizaron a la isla con ese nombre. En realidad, el nombre local de la isla es Rapa Nui, y sus habitantes aborígenes son los rapanuis. Pascua es la cima de un gran cono volcánico submarino de unos 3.000 metros de altura en pleno océano Pacífico, y está separada por más de 2.000 kilómetros de los archipiélagos más orientales de la Polinesia, y a más de 3.000 kilómetros de las costas de América del Sur.
Estas enormes distancias respecto de los puntos habitados más cercanos han alimentado el debate sobre su poblamiento. El explorador noruego Thor Heyerdahl sostenía que la isla fue colonizada inicialmente por una cultura amerindia, aniquilada más tarde por colonizadores polinesios. En 1947 llevó a cabo una expedición que pretendía demostrar que los antiguos amerindios podrían haber llegado a Rapa Nui en sus rudimentarias embarcaciones (para lo que construyó una balsa parecida a éstas, la Kon-Tiki), sólo con la ayuda del viento y las corrientes marinas.

La playa de anakena es, según la tradición, el lugar al que llegaron los pobladores polinesios, dirigidos por el rey hotu matu’a. La preside el ahu nau nau.
Sin embargo, los arqueólogos y antropólogos no se tomaron esta aventura muy en serio, ya que todas las evidencias indicaban que los primeros colonizadores eran de origen polinesio, lo cual concordaba con las propias leyendas de los rapanui. Los estudios actuales de ADN sustentan esta posición, aunque no descartan un componente sudamericano en el poblamiento inicial de la isla.
Testigos de una civilización perdida
El primer enigma científico que plantea Rapa Nui es la existencia de más de 900 grandes estatuas en piedra, los moai, en una isla de poco más de 160 kilómetros cuadrados, lo que hace pensar que esas estatuas fueron muy importantes para la civilización rapanui que las construyó.

En lengua rapanui, la palabra moai significa «escultura de persona», en piedra (maea) o en madera (kavakava), aunque con ella se suelen designar las grandes estatuas, como las del ahu Tongariki.
En esas gentes se encuentra el origen de la antigua civilización rapanui, que no sólo era neolítica, sino también prehistórica, puesto que no conocía la escritura. Existen algunas tablillas de madera con una escritura jeroglífica indescifrable conocida como rongorongo, pero tanto su origen como su cronología son dudosos.
Del auge a la catástrofe
Todo lo que sabemos de aquella civilización proviene de las crónicas de los primeros visitantes europeos (holandeses, españoles, británicos y franceses), de la tradición oral conservada por los actuales rapanui y de los descubrimientos arqueológicos.
Después de colonizar la isla, parece que los rapanui construyeron una sociedad bastante próspera con relativa rapidez, que quizás alcanzó su mayor florecimiento económico y demográfico hacia el año 1500. Las cifras de población máxima de la isla que se han propuesto varían mucho, aunque la mayoría se encuentra entre 6.000 y 8.000 habitantes (40-50 por kilómetro cuadrado); las estimaciones más optimistas creen que la población pudo llegar a los 20.000 habitantes (125 por kilómetro cuadrado).

Esta representación de un nativo de Pascua apareció en un grabado de Louis Choris publicado en 1822. Museo Británico, Londres.

En su momento, las cuencas oculares de los moai no estaban vacías, sino que tenían ojos hechos de coral blanco y escoria volcánica roja u obsidiana, como en éste, reconstruido. Eran los ojos lo que les proporcionaba sus poderes sobrenaturales.
Esto, combinado con la sobreexplotación de los recursos marinos y costeros, habría provocado un colapso ecológico seguido de un colapso cultural, en un proceso que se calificó de «ecocidio», término con el que se designa una destrucción del medio natural de tal magnitud que llega a amenazar la existencia de quienes viven en él. A partir de ese momento, la vida en la isla se habría vuelto más precaria, abandonándose el culto a los moai, que habrían sido derribados de sus altares.
Hasta hace unas décadas, la idea del ecocidio era bastante especulativa, ya que estaba basada en deducciones a partir de la tradición oral. Pero, en la década de 1970, los trabajos del paleoecólogo británico John Flenley (fallecido en 2018) aportaron evidencias que parecían sustentar esta hipótesis.

Vista de la isla de Pascua; en primer plano, el cráter del lago Kao. En la deforestación total de la isla se vio la principal prueba de una catástrofe ecológica debida a la actividad humana.

No se ha podido establecer el sistema por el cual los moai eran trasladados a distancias de hasta 18 kilómetros. Se ha propuesto que los rapanui los desplazaban sobre rodillos o sobre trineos de madera.

Orongo, junto al lago Kao, devino el centro cultural de la isla cuando el lago Raraku se quedó sin agua por la sequía.
El registro sedimentario de Flenley no era continuo, ya que no contenía sedimentos representativos del intervalo de tiempo transcurrido entre esas dos fechas, por lo que, en realidad, no se podía saber cuándo ocurrió el cambió ecológico.
Además, Flenley sólo había tenido en cuenta el factor humano en sus interpretaciones, pero estudios llevados a cabo en todas partes del mundo han demostrado que los cambios climáticos también pueden producir alteraciones ecológicas del tipo registrado en Pascua. Así pues, no todo estaba dicho.
Nuevas pistas

Se duda de si la escritura rongorongo (arriba) surgió antes de la llegada de los europeos, y de si es una escritura o una representación gráfica de saberes astronómicos de los polinesios ancestrales.


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