Crean la "mosca Matusalén", capaz de vivir mucho más tiempo
Seleccionando con cuidado qué células están en buen estado se puede alargar la vida de un animal hasta en un 60%
AP Photo/University of Maine Cooperative Extension, File
Alargar la vida y retrasar, o incluso detener, el envejecimiento es un objetivo de las ciencias desde que aparecieron en la cultura humana. Ahora un equipo de científicos ha dado otro paso en ese camino, y de una manera muy interesante. Han conseguido crear una “mosca Matusalén”, eligiendo las células sanas y descartando las dañadas.
Como siempre en estos casos, hay que explicar que antes de ponerse a probar cualquier técnica en humanos hace falta demostrar su viabilidad en otros animales. Y también que el método empleado no resulta agresivo y peligroso. Las moscas nos permiten hacer eso, y además con muy poco coste.
Entrando en el artículo, hay dos puntos fundamentales que explicar. El primero es por qué el enfoque es novedoso e interesante. Y en segundo lugar, cómo lo han llevado a cabo.
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Empezando por el enfoque, hay que reconocer que la idea es al mismo tiempo simple y elegante, y bien basada científicamente. Nuestros cuerpos – el de los humanos, y el de moscas y ratones – está formado por miles de millones de células. Eligiendo cuáles sobreviven y cuáles son prescindibles, retrasamos el envejecimiento.
Simple y elegante de decir. Pero ¿cómo se hace? Pues aprovechando la propia maquinaria de nuestro cuerpo. A fin de cuentas, cada día nuestro organismo se enfrenta a cientos de daños, y necesita de recursos para auto-repararse.
Entre las muchas formas en que los animales llevamos a cabo estos procesos, los investigadores eligieron uno en concreto. Hay un gen, al que han llamado azot – en honor a una criatura mitológica azteca – que se encarga de marcar las células dañadas para que el cuerpo se ocupe de ellas.
De manera natural cada célula tiene dos copias de dicho gen, uno en cada cromosoma. Que se activan cuando han sufrido daños. Y si dos cumplen la función, tres lo harán mejor, ¿no?
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En realidad, no tendría por qué ser así. Como siempre ocurre en Biología, el equilibrio es muy importante. Pero en este caso concreto sí ocurre. Tres copias del gen azot dan mejores resultados que dos.
Con la copia extra se consigue que el cuerpo “se limpie” de células dañadas de manera más eficiente. Y así se evitan problemas relacionados con el envejecimiento, malgastar energía en mantener células dañadas, y se trata de un mecanismo prometedor contra el cáncer – que, en el fondo, no deja de ser un crecimiento anormal de estos componentes dañados.
El resultado final es que las moscas vivieron entre un 50-60% más que las que no habían sido tratadas. En estos insectos la “ampliación” se traduce en unos días, pero en otros organismos puede suponer un gran avance.
Por ejemplo, en humanos. Porque nosotros conservamos el gen azot, está en nuestro cuerpo y totalmente funcional. Así que, en unos años, estos tratamientos pueden estar a nuestro alcance. Si esto es una buena noticia o no, ya sería cuestión de otro debate muy distinto.
El secreto de la longevidad de una mujer de 109 años: “evita a los hombres”.-
Jessie Gallan es la mujer más anciana de Escocia. Nadie supera sus 109 años de edad. Y mientras otras personas que han sobrepasado la frontera de los 100 años aseguran que su secreto es la alimentación o tomarse de vez en cuando una copa de vino, para Gallan la clave para vivir mucho está en otra cosa: “el secreto está en comerse las gachas y en evitar a los hombres”.
Eso es lo que ha asegurado al periódico Daily Mail, que la ha entrevistado en honor a su cumpleaños. La respuesta completa es “El único secreto para tener una vida longeva es evitar a los hombres. Causan muchos problemas para lo que valen”. Pero ese no es su único consejo. “También es recomendable hacer ejercicio, tomarse unas gachas bien calientes todas las mañanas, y por supuesto, nunca casarse”.
Eso es lo que ha asegurado al periódico Daily Mail, que la ha entrevistado en honor a su cumpleaños. La respuesta completa es “El único secreto para tener una vida longeva es evitar a los hombres. Causan muchos problemas para lo que valen”. Pero ese no es su único consejo. “También es recomendable hacer ejercicio, tomarse unas gachas bien calientes todas las mañanas, y por supuesto, nunca casarse”.
Jessie Gallan (STV News)
Se da la circunstancia de que el año pasado, cuando cumplió 108 años, Gallan aseguró que la clave solo estaba en la alimentación y en el ejercicio, y no dijo nada de los hombres. Será que este año se ha soltado la melena con los medios de comunicación, porque lo cierto es que ella ha vivido de acuerdo a estos principios: nunca se ha emparejado.
Gallan, que nació en 1906, cuenta que pasó toda su infancia compartiendo un diminuto colchón con sus cinco hermanas y su hermano pequeño en una granja que solo tenía dos habitaciones situada en la campiña escocesa. Luego se hizo cocinera y trabajó en un hotel que fue visitado en varias ocasiones por la Reina de Inglaterra y por la Reina Madre, recuerda con orgullo en el Daily Mail.
Jessie Gallan celebró su cumpleaños el pasado 2 de enero en la residencia de ancianos en la que vive, en la ciudad escocesa de Aberdeen. Esta anciana no es la mujer más longeva del mundo. Ese honor recae sobre la japonesa Misao Okawa, que en marzo de 2014 cumplió 116 años. Se da la circunstancia de que Ozawa lleva siendo viuda desde hace 83 años (su marido falleció en 1931). Así que puede que la teoría de Gallan, los hombres y la longevidad sea cierta…
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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