Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., el más grande los generales de la guerra fue el rey mongol Gengis Kan, quien unificó a todas las tribus nómades mongoles y fundó el Primer Imperio Mongol de toda la historia.
Gengis Kan: "En apenas veinte años, el caudillo mongol
levantó un imperio colosal, encadenando victorias que descansaron en su
carisma personal, la elección de generales en razón de sus méritos (y no
de su linaje) y el empleo sistemático del terror...."
NATIONAL GEOGRAPHIC.- narra : " ....A principios del siglo XIII, los ejércitos mongoles, liderados por Gengis Kan,
protagonizaron una de las expansiones militares más importantes de la
historia. En poco más de veinte años, los mongoles conquistaron buena
parte del norte de China, entonces ocupado por el reino de Xi Xia y el
imperio yurchen, y destruyeron el imperio musulmán de Juarezm, situado
en Asia Central. Los sucesores del conquistador mongol continuaron las
conquistas, y en unos años sus ejércitos amenazaban países tan distantes entre sí como Hungría, Egipto y Japón...."
WIKIPEDIA .- narra : ".... Son múltiples las teorías que explican las razones del inicio de esta
expansión: se puede explicar por la explosión demográfica que se produjo
en Mongolia en el siglo XIII
(llegando a dos millones de mongoles), o bien como consecuencia de una
desecación de los pastos que empujase a estas poblaciones a buscar
nuevos territorios por los que extenderse, pero probablemente la teoría
que mejor explica esta expansión es la que se fundamenta en la propia
razón de ser del régimen: las tribus de las estepas estaban unidas
principalmente, y como era de esperar de un pueblo guerrero, por la vía
militar; si no se le daba a esa formación un objetivo claro la coalición
de tribus rápidamente se disolvería como ya había ocurrido en otras
ocasiones. Era, por tanto, necesario buscar un enemigo común, y si
además podía proporcionar abundante botín y riquezas para todos, mejor.
Así, se planteó la gran ambición de los pueblos nómadas de las estepas:
la conquista de China....."
Gengis Kan
Imperio mongol durante sus diversas etapas.
Gengis Kan ( [t͡ʧʰiŋgɪs χaːŋ] (?·i) en mongol, Чингис хаан, romanización: Chinguis Jaan; Dulun Boldak, ca. 1162 o puede que el 16 de abril de 1162-Yinchuan, 18 de agosto de 1227) fue un guerrero y conquistador mongol que unificó a las tribus nómadas de esta etnia del norte de Asia, fundando el primer Imperio mongol, el imperio contiguo más extenso de la historia. Bajo su liderazgo como Gran Kan, los mongoles comenzaron una oleada de conquistas que extendió su dominio a un vasto territorio, desde Europa Oriental hasta el océano Pacífico, y desde Siberia hasta Mesopotamia, la India e Indochina. En la primera fase de esta expansión, las hordas mongolas conquistaron importantes reinos de Asia, como el Imperio Jin del norte de China (1211-1216), el Imperio tanguta, el Kanato de Kara-Kitai, el Imperio corasmio o la dinastía Song en el sur de China.
WIKIPEDIA.
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/gengis-kan_9161
En apenas veinte años, el caudillo mongol levantó un imperio colosal, encadenando victorias que descansaron en su carisma personal, la elección de generales en razón de sus méritos (y no de su linaje) y el empleo sistemático del terror.
El señor de los mongoles
En 1206, Temujin fue elegido señor de
todos los nómadas de la estepa y recibió el título de Gengis Kan, que
significa "emperador universal". Esta estatua suya se alza en Ulan
Bator, la capital de Mongolia.
Foto: Bridgeman / ACI
La devastación de Bujará
En 1220, los mongoles acabaron con
los 30.000 soldados que guarnecían Bujará (Uzbekistán), una etapa
fundamental de la Ruta de la Seda, y saquearon la ciudad. En la imagen,
la madrasa Mir-i-Arab, en Bujará, del siglo XVI.
Foto: Michele Falzone / AWL Images
Gengis Kan en combate
El soberano mongol pone en fuga a sus enemigos. Escena perteneciente al Compendio de crónicas, de Rashid al-Din. Miniatura del siglo XIV.
Foto: Bibliotheque Nationale, Paris / Bridgeman / ACI
Grandes arqueros
Jinete turcomongol disparando su arco. Miniatura persa del siglo XV.
Foto: Michaud / AKG / Album
La defensa de China
Para protegerse de los nómadas, los
reinos chinos levantaron diversas murallas. La que hoy vemos se debe a
la dinastía Ming. Siglos XV-XVI.
Foto: Bibliotheque Nationale, Paris / Bridgeman / ACI
La batalla del río Kalka
En 1223, los mongoles vencieron a una
coalición de principados rusos (izquierda). Apilaron a los prisioneros
vivos y celebraron la victoria sobre ellos.
Foto: Culture-Images / Album
Estatua de Gengis Kan
La estatua de Gengis Kan más grande del mundo se encuentra cerca de Ulán Bator, en Mongolia.
Foto: Kyodo via AP Images / Gtres
Estatua de Gengis Kan
Unos oficiales conversan frente a una estatua de Gengis Kan en Ulán Bator, en Mongolia.
Foto: Mark Schiefelbein / AP Photo / Gtres
Gengis Kan, el carismático conquistador mongol
A principios del siglo XIII, los ejércitos mongoles, liderados por Gengis Kan,
protagonizaron una de las expansiones militares más importantes de la
historia. En poco más de veinte años, los mongoles conquistaron buena
parte del norte de China, entonces ocupado por el reino de Xi Xia y el
imperio yurchen, y destruyeron el imperio musulmán de Juarezm, situado
en Asia Central. Los sucesores del conquistador mongol continuaron las
conquistas, y en unos años sus ejércitos amenazaban países tan distantes entre sí como Hungría, Egipto y Japón.
A primera vista, la fulgurante expansión mongol resulta difícil de explicar. Es cierto que los pastores nómadas eran unos guerreros formidables:
su estilo de vida los había convertido en excelentes jinetes y
arqueros, y un clima atroz los había curtido para soportar las
interminables penurias de la vida militar. Pero ninguno de los pueblos
nómadas que les habían precedido como conquistadores surgidos de las
estepas había tenido un éxito remotamente parecido al suyo.
Más aún, los ejércitos de Gengis Kan no disfrutaron de ninguna
ventaja tecnológica sobre sus predecesores. De hecho, su arma principal,
el potente arco compuesto, sólo presentaba pequeñas diferencias con el
usado por los escitas más de dos mil años antes. Por otra parte, la
organización del ejército mongol, estructurado en unidades de 10, 100,
1.000 y 10.000 hombres, tampoco era ninguna novedad y había sido
empleada por muchos pueblos nómadas, desde que los Xiong Nu, fundadores
del primer imperio en Mongolia, la adoptaron por primera vez en el siglo
III a.C. Un elemento determinante para entender este éxito es la figura
del propio Gengis Kan. Fue uno de los mejores generales de su época y se le considera, merecidamente, como uno de los grandes generales de la historia.
El carisma del líder
Las hazañas de Gengis son impresionantes y entre sus víctimas se
cuentan dos de los Estados más poderosos del momento: los imperios
yurchen y juarezmio. Sus batallas campales se cuentan por victorias:
contra el reino de Xi Xia en Keyimen (1209); contra los yurchen en
Fuzhou (1211), en Xijiang (1212) y en Yizhou (1213), y contra los
juarezmios en el Indo (1221). Además, durante esos años varios ejércitos
mongoles mandados por un grupo de subordinados de talento, como Jebe,
Subetei y Mujali, infligieron a estos mismos enemigos al menos media
docena más de grandes derrotas. Son precisamente estos hombres quienes
nos recuerdan otro ingrediente de la receta del éxito de Gengis Kan: la
instauración de una meritocracia en el ejército o, lo que es lo mismo, la
selección de los hombres para puestos de responsabilidad por sus
cualidades personales y no por su pertenencia a la aristocracia mongol.
Gengis Kan dispuso de un grupo de hombres que le fueron absolutamente fieles
Pero Gengis Kan no sólo dispuso de un nutrido grupo de excelentes
subordinados, sino que éstos le fueron absolutamente fieles, incluso
hombres como Jebe, que había matado de un flechazo al caballo de Gengis
Kan durante una batalla, hombres que habían sido sus enemigos y a los
que había perdonado. Fue el carisma del conquistador mongol lo que le permitió disfrutar de la lealtad incondicional de sus soldados,
como en aquella ocasión en que, tras una confusa batalla contra los
tayichiut, una tribu mongol que se negaba a reconocerle como kan, acabó
tirado en el campo de batalla con una herida en el cuello y fue salvado
por Jelme, uno de sus guerreros, que le cuidó toda la noche y llegó a
infiltrarse en el campamento enemigo para conseguir leche de yegua para
su sediento y malherido kan.
Disciplinados y flexibles
Otro pilar del ejército de Gengis Kan fue la durísima disciplina que
implantó. En 1202, justo antes de una expedición para vengarse de los
tatar, que habían asesinado a su padre unos cuarenta años antes, el
conquistador mongol impartió esta rotunda orden a sus tropas: "Si
vencemos, que ninguno tome botín en ese momento, pues ya será repartido
más tarde; y si tenemos que retirarnos, tornemos al lugar de donde
hayamos partido y, formados otra vez, volvamos a atacar con brío. Todo aquel que no vuelva a la formación será decapitado".
De esta manera eliminó uno de los principales puntos débiles de los
ejércitos nómadas, que muchas veces veían cómo, tras ganar una batalla,
los guerreros victoriosos se detenían a saquear el campamento contrario,
lo que permitía escapar a los enemigos.
A menudo, los castigos por falta de disciplina eran colectivos.
Según Juan de Plano Carpini -un monje franciscano que visitó el imperio
mongol dieciocho años después de la muerte de Gengis Kan-, si algún
soldado de una unidad de diez hombres (arban) huía en plena batalla, era ejecutado con sus compañeros. Y si era todo un arban el que huía, entonces era ajusticiada la unidad de cien soldados (yaghun) a la que pertenecía.
Los mongoles también destacaron por su gran capacidad de adaptación,
demostrando una magnífica predisposición para probar nuevas estrategias a
la hora de hacer frente a situaciones desconocidas. Quizás el campo en
donde más se notó esta actitud fue en el de la guerra de asedio, el gran
talón de Aquiles de muchos de los ejércitos nómadas. Durante el primer
asedio de una gran ciudad fortificada, Zhong-xing, la capital del reino
de Xi Xia atacada en 1209, el ejército de Gengis Kan, sin máquinas de
asedio ni conocimientos técnicos, intentó derruir las murallas de la ciudad desviando el curso de un río para que socavara los cimientos.
Las lluvias provocaron el desbordamiento del río, que acabó inundando
el campamento de los mongoles, pero la determinación que éstos habían
demostrado convenció al rey de Xi Xia para rendirse y entregar la
capital.
Los mongoles probaron nuevas estrategias para hacer frente a situaciones desconocidas
Con todo, fue en el norte de China, en su lucha contra los yurchen,
donde los mongoles se adaptaron a este tipo de guerra. Durante la
primera campaña, en 1211, sólo pudieron apoderarse de ciudades pequeñas o
mal defendidas, principalmente a través de ataques por sorpresa. Pero
en los años siguientes desarrollaron un potente tren de asedio por el
sencillo sistema de reclutar a miles de desertores chinos, que aportaron
los conocimientos e incluso las máquinas de asedio de las que los
mongoles carecían. En este caso, la capacidad de adaptación se combinó
con la meritocracia, que no sólo se aplicaba a los mongoles: cualquiera podía servir en el ejército de Gengis Kan,
desde un humilde pastor de la estepa con aptitudes para el mando hasta
un desertor chino con conocimientos en la guerra de asedio.
El terror como arma
El componente más polémico del estilo de guerra mongol fue el terror. En sus conquistas de Estados sedentarios, Gengis Kan aplicó premeditadamente una política del miedo,
difundido a través de la violencia. Pero esta práctica no era la acción
descontrolada de unos "bárbaros" sedientos de sangre, sino un
instrumento calculado para facilitar las conquistas: cuanto más se
resistía una zona, más cruel era la actuación de los mongoles, y los
aterrorizados supervivientes de las represalias -a los que a menudo
dejaban escapar los propios mongoles- eran los involuntarios portadores
del mensaje de que toda resistencia contra el invasor era inútil.
El terror fue el componente más polémico del estilo de guerra mongol
Desde luego, los mongoles no fueron los primeros en pasar a cuchillo a
todos los habitantes de una ciudad, ni serían los últimos, pero es
probable que nadie lo hubiera hecho antes a semejante escala. ¿Por qué?
Superados ampliamente en número por las poblaciones sometidas, no podían
permitirse el lujo de dejar fuertes guarniciones para vigilar las zonas
problemáticas, por lo que para ellos tenía sentido arrasarlas por
completo. Pero para sus víctimas y para los historiadores sedentarios
que nos han dejado relatos de las conquistas mongolas, para quienes el
objetivo de las guerras era la conquista de poblaciones trabajadoras que
eran la base de la riqueza, se trataba de un comportamiento demencial.
De lo que no hay duda es de que las zonas conquistadas por los
ejércitos de Gengis Kan, especialmente el norte de China y el Imperio
juarezmio, perdieron una parte significativa de su población.
En definitiva, las campañas llevadas a cabo por Gengis Kan son
impresionantes y constituyen, junto con las conquistas del Islam, una de
las expansiones militares más importantes jamás vistas. Pero quizá son
más fáciles de comprender si tenemos en cuenta que fueron conseguidas
por un general brillante, que dirigía un ejército de sufridos y
disciplinados guerreros nómadas, ayudado por unos subordinados capaces y
leales, dotado de una gran capacidad de adaptación y que no tuvo escrúpulos a la hora de emplear el terror como arma.
Un imperio llamado a perdurar
La grandeza de Gengis Kan no se limita al ámbito militar. El caudillo
mongol sentó las bases del nuevo imperio, creando una administración
basada en consejeros y funcionarios procedentes de los territorios
conquistados (otra vez la meritocracia) que dio continuidad a aquel
inmenso Estado. De esta forma, evitó que sus conquistas fueran
simplemente una gigantesca operación de saqueo y logró que se
convirtieran en la base de lo que, al cabo de unas pocas décadas, bajo
el gobierno de su nieto Mongke Kan, llegó a ser el Imperio terrestre más extenso de la historia.
Para saber más
Breve historia de Gengis Kan. Borja Pelegero. Nowtilus, Madrid, 2010.
Gengis Khan y el inicio del mundo moderno. Jack Weatherford. Crítica, Barcelona, 2006.
Los mongoles. David Morgan. Alianza Editorial, Madrid, 1990.
Historia secreta de los mongoles. Laureano Ramírez. Miraguano, Madrid, 2000.
NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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