Un estudio realizado por investigadores españoles y británicos sobre los restos humanos descubiertos de los habitantes de este yacimiento ibero situado en Álava arroja nueva luz sobre cómo murieron: brutalmente asesinados.
C. M. Muñoz
07 de octubre de 2020 · 16:40 Actualizado aVista aérea del poblado de La Hoya tomada desde el noroeste. Foto: Armando Llanos
En la masacre de La Hoya, un individuo fue decapitado, dos tenían los brazos cortados y casi la mitad de los restos mostraban signos de mutilación, según han descubierto recientemente los arqueólogos.
El yacimiento de La Hoya fue descubierto por los arqueólogos en 1935, y alrededor de un 15% del yacimiento fue excavado desde 1973 hasta principios de la década de 1990. El lugar de la masacre fue en su día una ciudad bulliciosa y próspera, con calles pavimentadas y pasos de piedra para las personas, plazas públicas, bloques de viviendas y una muralla defensiva de mampostería. La Hoya fue ocupada por los berones (un pueblo celtíbero prerromano) desde el siglo XV a.C. hasta el siglo III a.C., y se ubica cerca de la actual población de Laguardia, en La Rioja alavesa. En su etapa de máximo apogeo, el asentamiento acogió a unas 1.500 personas.
A la izquierda, plano del sector III de La Hoya incluida la localización de los restos humanos estudiados. A la derecha, fotografía de un cuerpo tomada in situ. Plano: A. Llanos modificado por J. Ordoño. Foto: A. Llanos.
¿Qué ocurrió en La Hoya?
El nuevo estudio pretende arrojar luz sobre lo que pasó en La Hoya un lejano día de la Edad del Hierro, en un momento comprendido entre mediados del siglo IV a.C y finales del siglo III a.C. En el yacimiento, los arqueólogos encontraron huesos quemados, al menos trece restos completos y parciales, tanto en las calles como en el interior de las casas. Un varón adulto había sido decapitado (su cráneo nunca se encontró) a la altura de la cuarta vértebra cervical y presentaba varias heridas en la clavícula derecha, lo que parecía sugerir que su atacante lo golpeó en repetidas ocasiones. Según el estudio, "la explicación más plausible para los traumas observados es que pudieron haber sido causados durante un choque cara a cara en el que la víctima intentó hacer frente a su atacante". Las lesiones que presentaba otro hombre mostraron que fue repetidamente apuñalado por la espalda; una adolescente y otro hombre sufrieron la amputación del brazo derecho. El brazo de la joven, que se halló a unos tres metros de su cuerpo, aún llevaba cinco brazaletes de bronce. No había restos de armas cerca de los cuerpos, y estos tampoco presentaban lesiones defensivas. Todo ello, según el estudio, apunta sin dejar lugar a muchas dudas, a un ataque sorpresa.
En el yacimiento, los arqueólogos encontraron huesos quemados, al menos trece restos completos y parciales, tanto en las calles como en el interior de las casas.
Masacres en Iberia
La ocupación romana de la península Ibérica (que empezó en 218 a.C.) fue salvaje y estuvo marcada por numerosos ciclos de violencia y agitación regional. Dos masacres cometidas por los romanos en pueblos iberos, como el Cerro de la Cruz (Almenidilla, Córdoba) hacia 140 a.C. y La Almoina (Valencia) en 75 a.C., se conocen por las evidencias arqueológicas. En el Cerro de la Cruz, los romanos esclavizaron a 10.000 personas y decapitaron a 500. Por su parte, en La Almoina, catorce hombres desarmados fueron encadenados y ejecutados. Otro hombre fue decapitado, otro atravesado con una jabalina y a varios les amputaron todas las extremidades.
Pero la masacre de La Hoya es anterior a la conquista romana del norte de España, por lo que es posible que la inestabilidad política y los enfrentamientos mortales entre poblaciones iberas rivales ya fueran muy frecuentes antes de la llegada de los conquistadores, según los investigadores. "La Hoya es el único sitio conocido de la Iberia de la Edad del Hierro cuya destrucción puede atribuirse a comunidades locales rivales prerromanas. Presenta evidencias tempranas de violencia organizada a gran escala y proporciona una postal única de la guerra protohistórica. Las similitudes entre La Hoya y otras masacres en Iberia en los últimos siglos antes de nuestra era sugieren que las sociedades ibéricas de la Edad del Hierro fueron capaces de recurrir a una violencia brutal para resolver disputas entre pequeñas entidades políticas", afirma el estudio. Lo que también está claro para los autores es que un ataque a La Hoya, una población importante en esos momentos, posiblemente tuvo repercusiones profundas en el equilibrio de poder local "ya sea creando un vacío de poder o consolidando la posición de una comunidad rival".
Traumatismo causado por un fuerte golpe en el húmero de un individuo descubierto en La Hoya. Foto: Teresa Fernández-Crespo.La Hoya es el único sitio conocido de la Iberia de la Edad del Hierro cuya destrucción puede atribuirse a comunidades locales rivales prerromanas, según el estudio.
El hecho de que los cuerpos de los habitantes masacrados de La Hoya quedasen insepultos sugiere asimismo a los investigadores que la aldea fue abandonada después de la matanza. Algunos estudiosos propusieron en el pasado que tal vez los habitantes que quedaron con vida se reagruparon y continuaron viviendo en el emplazamiento durante siglos, pero las secuelas conservadas del ataque y la condición de los restos vuelven bastante improbable este escenario, "dada la escala de muerte y destrucción revelada por las excavaciones", concluye el estudio.
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